Por Mary Woodward
JACKSON – Ya comenzó la Cuaresma y con esta se producirán varios acontecimientos que están inmersos en la tradición de nuestra iglesia. Esta temporada penitencial y sagrada nos da la oportunidad de pasar simbólicamente 40 días en el desierto con el Señor.
Es un tiempo para examinar nuestras vidas de un modo profundo y librarnos de las cosas que nos alejan de Dios. La Cuaresma comienza con las cenizas tradicional del Miércoles de Ceniza.
El Miércoles de Ceniza, celebrado el pasado 18 de febrero, es considerado un día santo de obligación no oficial por parte de los católicos. A todos nos gusta recibir las cenizas en forma de una cruz en la frente.
Por alguna razón las cenizas nos hacen sentir santos y humildes al mismo tiempo. Las cenizas simbolizan nuestro pecado y nuestra mortalidad. Hay dos frases que se utilizan cuando el sacerdote o ministro aplica las cenizas: “Aléjate del pecado y cree en el Evangelio;” o “Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás.”
Yo creo que ambos son muy poderosos pero siempre me ha gustado más el segundo porque realmente hace hincapié en que somos mortales, que venimos de la creación y finalmente regresaremos a la creación. Las cenizas nos recuerdan que somos criaturas y que nuestra vida se nos ha dado. Nuestra verdadera morada permanente, sin embargo, está con Dios.
Las cenizas también son un testimonio para los demás de nuestra fe en Cristo Jesús y el mensaje de Dios de perdón y misericordia. Es el único día del año en el que caminamos con un signo visible de nuestra fe. Las cenizas en nuestra frente nos dan la oportunidad de compartir nuestra fe con otros.
¿A cuántos de nosotros nos han mirado raros en el supermercado o en el banco el Miércoles de Cenizas cuando tenemos cenizas en nuestras frentes? Este es el momento perfecto para compartir nuestra fe en Jesús y explicar, “Estoy dispuesto a llevar este signo en el mundo para recordar de dónde vengo y a dónde voy. Y, he oído la llamada de abandonar la vida de pecado y a dar mi vida por vivir el Evangelio de Jesús.”
En este tiempo de Cuaresma, los católicos entre las edades de 18 y 59 están obligados a ayunar el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Además, todos los católicos el 14 años de edad y mayores deben abstenerse de comer carne el Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo y todos los viernes de Cuaresma.
Otra antigua tradición litúrgica de la Cuaresma es el rito de la elección. Este rito se celebra en las catedrales en todo el mundo para los catecúmenos que van a ser presentados al obispo por sus padrinos y madrinas para convertirse en miembros de los elegidos, que es la última etapa antes de ser aceptados por la iglesia durante la vigilia pascual.
Este año el rito de la elección se celebrará el domingo, 22 de febrero a las 3 p.m. en la Catedral de San Pedro Apóstol. Se sugiere que el rito se celebrare en la catedral, que es la iglesia del obispo. Los catecúmenos están en peregrinación cuando se presentan para el rito de la elección y debe ser presentada a ellos por sus padrinos y madrinas y los líderes de equipo del Rito de Iniciación Cristiano de Adultos (RICA) como una oportunidad de crecimiento espiritual para realizar esta peregrinación a la iglesia del obispo.
Durante todo el año pasado, el Obispo Joseph Kopacz estuvo visitando las parroquias y misiones en todo el territorio de la diócesis. El rito de la elección le ofrece un momento litúrgico en el cual los fieles se reúnen en torno a él en una antigua tradición de la iglesia, que se remonta a unos 18 siglos.
Le deseamos una bendita y reflexiva Cuaresma. Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás.