Por Obispo Joseph Kopacz La primera encíclica del Papa Francisco es el inspirado documento titulado Laudatio Si. Este original título fue extraído del comienzo del cántico de San Francisco de Asís que trata sobre Dios el Creador. “Alabado sea mi Señor, por nuestra hermana, la Madre Tierra que nos sostiene y nos gobierna, y que produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas”. El Papa Francisco le pide a toda la humanidad, y en especial a los de la fe Cristiana, que cuiden de su hogar común.
Esta encíclica no debería sorprender a nadie. El 19 de marzo de 2013, en la fiesta de San José, en la homilía de su discurso inaugural con dirigentes religiosos y nacionales presentes de todo el mundo, Francisco proclamó a Jesucristo a todas las naciones en el espíritu del gran santo de Asís cuyo nombre escogió.
En su profética homilía, mencionó el cuidado de la creación, nuestro hogar común, nueve veces. Esto me pareció un notable tema en un discurso inaugural con incontables millones de personas viendo en todo el mundo, y con alegría rezando con el primer papa de la Américas.
El Papa Francisco habló elocuentemente sobre San José, el protector de Jesucristo y su madre, María. “El núcleo de la vocación cristiana es Jesucristo. Protejamos a Cristo en nuestras vidas, para que podamos proteger a otros y proteger la creación”. Francisco continua. “Esto es algo humano, que involucra a todos. Quiere decir proteger toda la creación, la belleza del mundo creado, como el Libro del Génesis nos dice, como San Francisco nos mostró”.
Encarnando el espíritu de San Francisco, el Francisco de Roma nos está implorando “a proteger la totalidad de la creación, a proteger a cada persona, especialmente a los más pobres, a protegernos a nosotros mismos”. El concluye la homilía como si estuviera dirigiendo una sinfonía, “para que la Estrella de la Esperanza brille, protejamos con amor todo lo que Dios nos ha dado”.
La Alegría del Evangelio, Evangelii Guadium, la primera Carta Apostólica de Francisco, es el inicio y el final de todo lo que está haciendo, enseñando y predicando. Jesucristo es la alegría y la esperanza de la humanidad, y todos los que han sido bautizados en su nombre están llamados a ser discípulos misioneros, testigos gozosos del Señor de la historia, especialmente donde la Cruz es más evidente.
Laudatio Si surge de Evangelii Guadium como la luz del día fluye del amanecer de un nuevo día. Las semillas de ambos se encuentran en la homilía inaugural de Francisco en la Fiesta de San José. “La tierra es nuestra casa común y todos nosotros somos hermanos y hermanas”. (Evangelii Guadium)
En Laudatio Si el Papa Francisco habla como un líder espiritual y moral llamándonos a cada uno de nosotros a responder de un modo más completo a la llamada de cuidar a los demás y de cuidar la creación de Dios. Es una invitación a “una profunda conversión interior” reconociendo con humildad los resultados de la actividad humana desamarrada del diseño de Dios. Es una ecología integral que desarrolla las enseñanzas de la Iglesia, especialmente desde el Concilio Vaticano II en la década de 1960.
Veamos dos ejemplos, aunque hay muchos más. Con ocasión de la celebración anual del Día Mundial de la Paz el 1 de enero de 1990, el Papa San Juan Pablo II ofreció una visión de esta ecología integral como un mensaje de esperanza y de paz al mundo. “La teología, la filosofía y la ciencia hablan de un universo armónico, de un cosmos dotado de su propia integridad, su propio equilibrio interno y dinámico. Este orden debe ser respetado. La raza humana está llamada a explorar este orden, a examinarlo con la debida atención y hacer uso de él mientras salvaguardan su integridad.”
El 14 de noviembre de 1991, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos publicó el documento titulado, “Renovando la Tierra” el cual trata esta comprensión holística de las crisis y las oportunidades que enfrenta el mundo moderno. “En su esencia la crisis del medio ambiente es un desafío moral. Nos llama a examinar cómo usamos y compartimos los bienes de la tierra, lo que pasamos a las generaciones futuras, y cómo vivimos en armonía con la creación de Dios”.
Los obispos, entonces y ahora “quieren estimular el diálogo, en particular con la comunidad científica. “Sabemos que éstas no son cuestiones sencillas; nosotros hablamos como pastores… Por encima de todo, buscamos explorar los vínculos entre la preocupación por la persona y por la tierra, entre la ecología natural y ecología social. El tejido de la vida es uno de ellos”.
Lo que es sorprendente es que el Papa Francisco ha escogido la compleja realidad de una ecología integral como el tema de su primera encíclica. Esto ha estado en su mente y su corazón por un largo tiempo. No inesperadamente, los de la izquierda y la derecha del espectro político han ofrecido críticas o han encontrado compatibilidad con su propia visión del mundo. Pero hay una longitud y altura, amplitud y profundidad de esta encíclica que no puede ser dignamente dirigida a través de acertadas mordeduras o análisis superficial.
Como lo ha hecho desde el comienzo de su elección, el Papa Francisco fomenta el diálogo y el encuentro con respeto y humildad. Como con Evangelii Guadium, Laudatio Si requiere un compromiso por parte de cada uno de nosotros de leerla, de orar al respecto, dialogar sobre el asunto, y permitir que nos forme como discípulos misioneros en el mundo frágil pero resistente de Dios, nuestro hogar común. Esta es una encíclica sobre la cual volveremos a hablar a menudo. “Y Dios vio que era muy bueno”. (Génesis)