By Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Una fe cristiana debe ser visible en la forma en la que una persona vive su vida, en la forma como trata a su prójimo y en la forma en la que se comunica con el medio ambiente, les dijo el papa Francisco a unos visitantes del grupo Comunión de Iglesias Reformadas del Mundo.
“La fe no se puede compartir si se practica en forma separada de la vida que se vive, si se practica aisladamente en forma irreal y si se practica en comunidades centradas en sí mismas que se resisten al cambio”, dijo el Papa, el 10 de junio, durante una reunión con representantes de la organización “Comunión” que cobija a varias denominaciones eclesiales, como Congregacionales, Presbiterianos, Reformados, Unidos, Unificadores y Waldensianos de todo el mundo.
“Nuestra fe en Jesús nos empuja a vivir la caridad por medio de acciones concretas, capaces de tener buen efecto en nuestro modo de vivir, efecto en nuestras relaciones con otros y con el mundo que existe a nuestro alrededor”, dijo el papa Francisco.
El reverendo Jerry Pillay, presidente del grupo “Comunión” dijo que con el papa Francisco, “creo que nos encontramos en un nuevo lugar” dentro del diálogo ecuménico. “Sentimos una gran oportunidad para el diálogo e invitación hacia él”, tanto en asuntos teológicos como también en la manera en la que los cristianos podemos trabajar juntos siendo testigos de Cristo y de los valores cristianos en el mundo.
El reverendo Chris Ferguson, secretario general del grupo “Comunión” y que es, además, ministro de la Iglesia Unida del Canadá, dijo que los miembros de las iglesias reformadas insisten en que “uno no puede conocer a Dios ni amarlo sin buscar la justicia”, que en el mundo de hoy significa trabajar a favor de la igualdad económica, el derecho de las mujeres y la paz.
Las iglesias reformadas, que cuentan con una cifra combinada de unos 80 millones de fieles, no son descendientes directos de Martín Lutero ni de la Reforma Protestante del año 1517; pues, por ejemplo, los Waldensianos se agruparon desde el siglo XII y muchos otros miembros de la “Comunión” trazan sus orígenes desde John Calvin. Sin embargo, la “Comunión de Iglesias Reformadas del Mundo” adoptaron en el año 1999 la declaración católico-luterana de la justificación, asunto prominente en la protesta de Lutero y de vital importancia para Calvino. Mediante el acuerdo del 1999, se reconoció que “por la gracia sola, en la fe del trabajo salvador de Cristo y no debido a nuestros méritos propios, somos aceptados por Dios y recibimos el Espíritu Santo, que renueva nuestro corazón, al tiempo que nos da los medios necesarios para ejecutar buenas obras y nos hace un llamado hacia ellas”.
“En base al acuerdo sobre la doctrina de la justificación”, dijo el papa Francisco, “existen muchos aspectos en los que los miembros de las iglesias reformadas y los católicos pueden trabajar juntos, dando testimonio del amor misericordioso de Dios, que es el verdadero remedio contra la confusión y la indiferencia que nos rodean”.
Parece ser que van en aumento los desiertos espirituales modernos, dijo. “Especialmente en lugares en donde la gente vive como si Dios no existiera, nuestras comunidades cristianas están hechas para ser la fuente de agua viva que calma la sed con esperanza, una presencia capaz de invitar al encuentro, a la solidaridad y al amor. Esas comunidades cristianas han sido llamadas para recibir y para reavivar la gracia de Dios, para vencer el egoísmo y para mantenerse abiertas para la misión”.