Por Obispo Joseph Kopacz
Pórtense como personas libres aunque sin usar su libertad como un pretexto para hacer lo malo. Pórtense más bien como siervos de Dios. 1 Pedro 2:16.
La complejidad del origen y desarrollo de nuestro amado país, los Estados Unidos de América, ha evolucionado ahora, 240 años desde la firma de la Declaración de Independencia, en tal diversidad de ciudadanía en este año del Señor, 2016, que, sin duda los padres y madres fundadores de esta notable nación estarían sorprendidos.
Usted no se sorprendería al saber que la mayoría de la gente con la que me relaciono son católicos, sin embargo, los casi 80 millones de católicos esparcidos alrededor de los Estados Unidos, aproximadamente el 25 por ciento de la población, reflejan la diversidad de la nación. Algunos son de la primera generación de inmigrantes; otros pueden rastrear sus orígenes antes de la primera mitad del siglo 19.
Esto no es menos cierto aquí en Mississippi. Aunque somos un porcentaje marginal de la población católica en todo el país y un pequeño porcentaje de la población del estado, somos un rico tapiz de diferencias raciales, étnicas y discípulos geográficos.
Aunque la mayor parte de mi tiempo y energía se dirige hacia nuestro mundo católico, hay significantes oportunidades que me llevan al camino ecuménico, inter-religioso y el mundo secular. Aquí encuentro y acompaño a personas de diversas creencias, o sin ninguna fe religiosa, que colaboran juntos por el bien común de la sociedad.
Un proyecto destacado ha sido la declaración titulada, “Voces contra el extremismo”. Esta edición de Mississippi Catholic incluye el texto completo. A la vanguardia de esta empresa están los miembros del Instituto del Diálogo que surgió de la necesidad de abordar la pregunta, “¿Cómo pueden los ciudadanos de todo el mundo vivir en paz y armonía? El Instituto fue establecido en el 2002 como una organización educativa sin fines de lucro (501-c-3) por Turcos-Americanos y sus amigos en el período de un año después de los ataques terroristas del 9-11. Permítanme presentarlos brevemente.
Muchos de los participantes de las actividades del instituto son inspirados por el discurso y por las iniciativas pioneras de diálogo del erudito musulmán turco, escritor y educador Fethullah Gulen. Con sede en Houston, Texas, el instituto tiene sucursales en cinco estados y representantes a través del sur-centro de los Estados Unidos. Su misión es promover el mutuo entendimiento, respeto y cooperación entre personas de diferentes religiones y culturas mediante la creación de oportunidades para la comunicación directa y significativa de experiencias compartidas.
Su visión es la de una sociedad donde cada persona considera y trata a los demás con dignidad, donde la gente comparte sus valores comunes para promover el bien común de sus comunidades y los de todo el mundo. Todos los años durante el mes de Ramadán, la comunidad musulmana turca que vive en Jackson invita a los que no son musulmanes que viven en el área de Jackson a participar en una comida al final del día de ayuno. Estos encuentros fomentan su misión y visión por la sociedad mediante la creación de amistades basadas en el conocimiento y el respeto. Estos son pequeños rayos de luz que traen esperanza al rostro de la incesante oscuridad del terrorismo y muertes injustificadas.
Consideremos lo que ha sucedido en las últimas semanas. Continuamos lamentando y tambaleándonos por la masacre ocurrida en Orlando, Florida. Pocas horas después de nuestra experiencia espiritual de Ramadán aquí en Jackson, el terrorismo golpeó el Aeropuerto Internacional Atatürk, en Estambul, Turquía.
Nuestros amigos turcos aquí en Jackson y en Starkville están afligidos por su pueblo. Lo que siguió ha sido aún peor, en su mayor parte, ataques directos al Islam por los terroristas. Un atentado en un café en Dhaka, Bangladesh, atentados con bombas en Bagdad, y una cadena de ataques suicidas contra los musulmanes en la culminación del Ramadán cuando se reunieron para orar. Incluso peregrinos musulmanes que viajaron a Medina a la tumba de Mohammed no fueron eximidos de estas agresiones.
Dos tweets en respuesta a esta pronunciación de desprecio absoluto por la vida humana y todas las cosas santas, expresan el corazón y el alma de los devotos musulmanes.
– Lo qué sucedió en una de nuestras ciudades, en nuestro más sagrado mes, no está justificado por ninguna religión. Estoy realmente devastado.
– Un lugar que cualquier musulmán nunca se hubiera atrevido a dañar ha sido atacado. El terrorismo no tiene una religión.
Cuando nos complacemos en las celebraciones que rodean el 4 de julio, y para mí de vacaciones, que incluyen reuniones con familiares y amigos, y un Triple A juego de béisbol, seguido por una exhibición de fuegos artificiales, dos realidades acuciantes se mueven dentro de mí. Estamos obligados a cuidar y proteger nuestra forma de vida como nación, y estar agradecidos por todos lo que se han sacrificado para defenderla, especialmente con el derramamiento de su sangre.
Asimismo, tenemos la oportunidad de ser un faro para las naciones custodiando y promoviendo la unidad en medio de la asombrosa diversidad que caracteriza a nuestra nación. Somos únicos en este sentido y podemos dar ejemplo dentro de nuestras propias costas y exportando lo mejor de lo que somos al mundo mediante la educación, la buena voluntad, el respeto y el comercio que es mutuamente beneficioso, manteniendo al mismo tiempo la creación de Dios.
“Consideramos que estas verdades son evidentes por sí mismas” y oramos para promoverlas en el hogar y en nuestra aldea global. Qué podamos crecer como un pueblo católico a través de la libertad que viene a través de la fe en Jesucristo y la libertad como ciudadanos de los Estados Unidos, 240 años jóvenes.