Por Maureen Smith
MADISON – Abril ha sido denominado como el Mes Nacional de Prevención del Abuso Infantil y ha sido creado para educar y crear conciencia sobre el abuso infantil y las vías para prevenirlo.
La Oficina de Protección Infantil ofrece un taller anual para educadores. El evento de este año se llevó a cabo en la escuela St. Joseph, Madison para personal de la cancillería, así como a los maestros, el personal y los directores de las escuelas católicas.
“La prevención del abuso sexual no es una mentalidad, es una actividad. Tienes que hacer algo para prevenir”. Más de 500 educadores y miembros del personal de la Diócesis Católica de Jackson se fueron a casa con este consejo después de un taller impartido por la experta en prevención del abuso sexual infantil Mónica Applewhite el pasado 4 de febrero.
Applewhite ha pasado más de 25 años en el campo de la prevención del abuso y la investigación. Comenzó detallando la historia de la prevención y la concientizacion del abuso en los Estados Unidos. Quería que los maestros reconocieran que el estudio del abuso sexual y las leyes destinadas a proteger a los niños y adultos vulnerables del abuso son relativamente recientes por lo que el estudio y la educación constantes son factores importantes para que los programas sean más efectivos.
Los maestros y líderes juveniles a menudo tienen relaciones cercanas con sus estudiantes. Aquí es donde las políticas pueden ayudar a definir comportamientos apropiados, identificar los riesgosos y mantener a todos los involucrados seguros y responsables.
Uno de los puntos clave en la presentación de Applewhite es que la ardua labor de la prevención merece la pena.
Applewhite detalló los diferentes tipos de delincuentes sexuales y cómo cada uno de ellos opera dentro de una organización y con un niño o adulto vulnerable. Ella desacreditó muchos estereotipos para señalar que los abusadores no son los extraños que muchos piensan, pero que a menudo son encantadores y están involucrados en la comunidad. Muchos pasan mucho tiempo preparando tanto a la víctima como a sus familias. Así es como algunos abusadores pueden mantener una relación con sus víctimas y evitan que denuncien los delitos.
“El desarrollo de una relación sana implica compasión, empatía e independencia”, explicó. Los adultos que involucran a otras personas sanas en la vida de un niño y que son emocionalmente consistentes tienen en el corazón los mejores intereses de un niño.