Por Carol Zimmermann
BALTIMORE (CNS) – Durante la asamblea de primavera, de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE. UU. (USCCB, por sus siglas en inglés), del 11 al 13 de junio en Baltimore, quedó claro que los obispos tenían que responder a la crisis de abuso sexual en la iglesia; y en su último día los mismos aprobaron una serie de procedimientos para iniciar este proceso.
El 13 de junio, votaron para implementar el documento “Vos Estis Lux Mundi” (“Tú eres la luz del mundo”), emitido por el Papa Francisco en mayo último para ayudar a la Iglesia Católica a proteger a sus miembros del abuso y responsabilizar a sus líderes.
Los obispos también aprobaron el documento “Reconociendo nuestros compromisos episcopales” para responsabilizarse con los compromisos de la carta, incluyendo una política de cero tolerancias para con el abuso. El documento dice que cualquier código de conducta en sus respectivas diócesis con respecto al clero también se aplica al obispo.
Los obispos votaron a favor del protocolo relativo a las “restricciones no penales disponibles para los obispos”, que describe las opciones canónicas para un obispo retirado, por renuncia o removido, “…debido a una conducta sexual indebida con adultos o negligencia grave en el cargo…,” aún si sus actos fueron encontrados antes o después de su renuncia.
La primera acción, el 12 de junio, fue la votación para la implementación de un sistema de terceros que permitiría a las personas realizar informes confidenciales en línea, de denuncias de abuso en contra de obispos, y a través de un número de teléfono gratuito. El sistema, que sería operado por un proveedor externo contratado por la USCCB, se debe implementar a más tardar el 31 de mayo de 2020.
Avanzar fue sin duda un tema de la asamblea que, el 11 de junio, se hizo eco de Francesco Cesareo, presidente de la Junta Nacional de Revisión, quien pidió un mayor papel para los laicos en la investigación de denuncias de abuso o reacción a los informes de abuso contra obispos, una revisión exhaustiva de la “Carta para la Protección de Niños y Jóvenes” y una revisión en el proceso de auditoría con respecto a la implementación diocesana de la carta.
Un pequeño grupo de manifestantes, en gran parte en silencio, estuvo el 11 de junio frente al hotel donde se estaba llevando a cabo la reunión. Una de las demandas del grupo fue que los obispos denuncien los abusos ante la policía.
En el último día de la reunión, los obispos también aprobaron una redacción para mantener el tratamiento de la pena de muerte en el Catecismo para Adultos de los Estados Unidos, en línea con el catecismo universal revisado.
Los obispos también dieron su consentimiento, mediante el voto por voz, para continuar con la causa de la santidad de Irving “Francis” C. Houle, de la Diócesis de Marquette, Michigan, un hombre del que se dice haber recibido los estigmas 16 años antes de su muerte en 2009, pero quien antes de eso tenía “…muchas curaciones físicas y espirituales extraordinarias…” atribuidas a él, según una biografía.
(A este informe contribuyeron Dennis Sadowski, Mark Pattison, Rhina Guidos y Christopher Gunty.)