Por Obispo Joseph Kopacz
El Sistema Católico de Atención Médica, en el centro de Mississippi, dio un paso histórico el lunes 1 de julio de 2019, cuando las Hermanas Dominicas de Springfield, Illinois, pasaron la antorcha de patrocinio a las Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora con sede en Baton Rouge, Louisiana.
El ministerio Franciscano de Calais ha estado proporcionando atención médica católica en el centro-norte de Louisiana desde 1911, mientras que las Hermanas Dominicas empezaron su misión, con atención médica católica, en Jackson en 1946. Ambas congregaciones imaginaron y fomentaron el ministerio compasivo y sanador de Jesucristo como una dimensión vital de la misión de la Iglesia Católica para fomentar el Reino de Dios en nuestro mundo, sin perder nunca de vista nuestro eterno destino .
El tema que las hermanas Dominicas y Franciscanas eligieron para esta histórica transición reza “Compañeros en el Viaje,” tema con el que recorrieron en el tiempo casi 800 años atrás, a una conversación entre sus respectivos fundadores, Santo Domingo y San Francisco, para trazar su curso para el futuro. “…Tú eres mi compañero; trabajaremos juntos, apoyándonos uno al otro hasta el mismo fin, y nadie prevalecerá contra nosotros…,” dijo Santo Domingo a San Francisco mientras ambos estaban en Roma para recibir la bendición oficial de sus órdenes religiosas.
Uno podría preguntarse, en primer lugar, por qué una transición en este sistema de salud era necesaria. Aunque el sistema de atención médica de St. Dominic es bastante extenso; empleando a cerca de 3 mil personas en una amplia gama de servicios, y en este momento es estable financieramente; en realidad es pequeño en comparación con los sistemas de salud católicos o no sectarios existentes en todo Estados Unidos. Ningún proveedor de atención médica independiente del tamaño de St. Dominic sobrevivirá por mucho tiempo en el mercado actual. Con esta fusión, la atención médica católica se fortalece en el futuro inmediato para el centro-norte de Louisiana y el centro de Mississippi.
El nuevo sistema sigue siendo parte de la red católica de salud nacional que proporciona una sexta parte de las necesidades de la atención médica de toda la nación. Las Directivas Éticas y Religiosas para la Atención Médica Católica informan a la misión y establecen los estándares para los proveedores grandes, medianos o pequeños de atención médica católica. La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos ratificó, en junio de 2018, la sexta edición de las Directivas un documento que es el fruto de la colaboración de muchos, comprometidos a promover el amor compasivo y sanador de Jesucristo desde el corazón de la Iglesia Católica.
Las Directivas Éticas y Religiosas para la Atención Médica Católica , un folleto de 40 páginas, ofrece una presentación sustancial de quiénes somos y quiénes somos en nuestra misión de atención médica como católicos.
A continuación citaré extensamente este documento para apreciar cuán bendecidos estamos de tener ahora una presencia católica ampliada en nuestra región, con la fusión de las tradiciones Dominicana y Franciscana:
“La Iglesia siempre ha buscado encarnar la preocupación de nuestro Salvador por los enfermos. Los relatos del evangelio del ministerio de Jesús atraen una atención especial a sus actos de curación: curó a los leprosos; dio vista a los ciegos; le permitió hablar a uno que estaba mudo; curó a una mujer que estaba sufriendo una hemorragia; Él trajo a una joven a la vida. De hecho, los Evangelios están llenos de ejemplos de cómo el Señor curó todo tipo de dolencias y enfermedades … La misión de sanación de Jesús fue más allá de preocuparse solo por la aflicción física. Tocó a las personas en el nivel más profundo de su existencia; buscó su curación física, mental y espiritual. Él vino para que tuvieran vida y la tuvieran más abundantemente … El misterio de Cristo ilumina cada faceta de la atención médica católica; ver la curación y la compasión como una continuación de la misión de Cristo; Ver el sufrimiento como una participación en el poder redentor de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, y ver la muerte transformada por la resurrección, como una oportunidad para un acto final de comunión con Cristo”.
La misión y visión de los Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora y las Hermanas Dominicas de Springfield se alinean a la perfección con la misión del Señor, como lo demuestran sus servicios de atención médica desde su inicio.
Las Directivas Éticas y Religiosas para la Atención Médica Católica explican con más detalle lo que diferencia a la atención médica católica de otros proveedores, cito – “Primero, el ministerio de atención médica católica se basa en el compromiso de promover y defender la dignidad humana; este es el fundamento de su preocupación por respetar lo sagrado de cada vida humana desde el momento de la concepción hasta la muerte … El derecho a la vida conlleva el derecho a los medios para el desarrollo adecuado de la vida, como la atención médica adecuada. Segundo, el mandato bíblico de cuidar a los pobres requiere que expresemos esto en acciones concretas en todos los niveles de la atención de salud católica … Se debe prestar atención a las necesidades de atención de salud de los pobres, los no asegurados y los que tienen un seguro insuficiente. En tercer lugar, el ministerio católico de atención de la salud busca contribuir al bien común, a las condiciones que aseguran la protección de los derechos fundamentales de todos los individuos y permite que todos cumplan su propósito común y alcancen sus objetivos comunes. En cuarto lugar, el ministerio católico de atención médica ejerce la administración responsable de los recursos disponibles de atención médica. Quinto, dentro de una sociedad pluralista, los servicios de atención médica católicos encontrarán solicitudes de procedimientos médicos contrarias a las enseñanzas morales de la Iglesia. La atención médica católica no ofende los derechos de las conciencias individuales al negarse a proporcionar o permitir procedimientos médicos que se juzgan moralmente incorrectos por la autoridad de enseñanza de la Iglesia”.
Qué bendición es que esta nueva unión, en la atención médica católica, encarna la mente y el corazón de Jesucristo, quien invitó a todos al banquete de la vida, especialmente a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos (Lucas 14:13). Y cito “Los servicios de atención médica católica se regocijan en el desafío para ser la sanación compasiva de Cristo en el mundo y ver su ministerio no sólo como un esfuerzo para restaurar y preservar la salud, sino también como un servicio espiritual y un signo de esa curación final que algún día vendrá sobre la nueva creación que es el fruto final del ministerio de Jesús y el amor de Dios por todos nosotros.”
Que Dios, que comenzó el buen trabajo en la visión de nuestras hermanas Dominicas y Franciscanas, continúe bendiciendo su compromiso durante muchos años y lo lleve a cumplimiento en el día de Cristo Jesús.