Por Berta Mexidor y Joanna Puddister King
JACKSON – El 7 de agosto de 2019, al menos cuatro parroquias católicas fueron sacudidas después de que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos allanaron plantas procesadoras de pollo en todo el estado y arrestaron a 680 trabajadores indocumentados. El día dejó a muchos niños con miedo y dolor en su primer día de escuela, ya que se quedaron sin un lugar adonde ir con sus familias arrebatadas.
Cuando algunos fueron liberados de la custodia de ICE para cuidar a sus hijos, se estableció una nueva realidad. La pérdida de ingresos, junto con un futuro imprevisible y preguntas sobre cómo sus familias pueden sobrevivir sin sus seres queridos bajo la custodia de ICE.
Aproximadamente siete meses después, entre comparecencias ante el tribunal, posible deportación e incertidumbre legal, volvió el dolor para estas comunidades, ahora en forma de una enfermedad que afecta a todos, sin discriminación de estatus legal. Pero para las familias afectadas en Canton, Forest, Morton y Carthage, el miedo al COVID-19 era menor que el miedo a los funcionarios de inmigración.
Cientos se han enfermado; amigos y familiares han muerto debido al COVID-19. Muchos inmigrantes indocumentados están evitando exámenes y visitas a hospitales, a pesar de las promesas de las autoridades de no verificar su estatus legal durante los exámenes médicos.
La situación no se localiza solo en Mississippi, sino también en todo el país. Varias de las familias afectadas por las redadas emigraron a otros estados para evitar otra redada. La membresía de la iglesia también se redujo por esta migración.
Inmediatamente después de las redadas en agosto pasado, la iglesia se convirtió en un centro humanitario de alimentos, bienes y recursos financieros para pagar el alquiler y los servicios públicos. En ese momento, los inmigrantes notaron que Dios estaba enviando varias manos de ayuda, incluso un Cardenal de Guatemala.
El 7 de noviembre de 2019, el representante Bennie Thompson celebró una audiencia del Congreso, en Tougaloo College en Jackson. Lo acompañaron dos representantes más; así como, líderes estatales, comunitarios y religiosos, incluido el padre Odel Medina, ST de St. Anne Carthage, para interrogar al agente especial de Investigaciones de Seguridad Nacional Jere Miles sobre el presunto mal manejo de la redada masiva de ICE meses antes.
Durante la audiencia, el padre Medina aprovechó la oportunidad para leer la carta de un niño de su parroquia, que se sentía herido y traumatizado a raíz de las redadas.
Poco antes de Navidad, el cardenal Álvaro Ramazzini Imeri de Guatemala, visitó las comunidades parroquiales afectadas con un mensaje de que “Dios nunca los abandona”. Consoló a las familias afectadas por la redada con palabras del Evangelio y las acompañó durante tres días de la temporada de Adviento, participando en “Las Posadas”, una recreación del intento de María y José de encontrar alojamiento antes del nacimiento de Jesús.
Mientras estaba en Mississippi, el cardenal Ramazzini habló con los medios de comunicación, defendiendo una “política migratoria con rostro humano” y habló de las condiciones económicas que obligan a muchos a abandonar su país de origen y pidió la eliminación de la costumbre de que los inmigrantes sean tratados como criminales. sin tener antecedentes penales.
Durante la visita del cardenal Ramazzini, Catholic Extension, que patrocinó la estancia del cardenal, anunció su Fondo Sagrada Familia, (Holy Family Fund), un programa de ayuda a las familias en los Estados Unidos que dependen económicamente de un padre que ha sido detenido o deportado por motivos de inmigración. A través del fondo, Catholic Extension ha sido fundamental para garantizar el flujo de ayuda que entrega recursos básicos a las iglesias que atienden las necesidades humanitarias y espirituales de las familias en Mississippi afectadas por las redadas de ICE.
La ayuda de Catholic Extension, Catholic Charities y muchos dentro de la comunidad católica ha ayudado a las familias afectadas en las parroquias de las comunidades de Canton, Carthage y Forest-Morton.