Como nación, compartimos muchas bendiciones … la libertad religiosa y la participación política. Sin embargo, como pueblo, afrontamos serios retos que son tanto políticos como morales.
Como católicos, somos parte de una comunidad con una herencia rica.
Nosotros, los obispos, no tenemos la intención de decir a los católicos por o contra quién votar. Nuestro objetivo es ayudar a los católicos a formar sus conciencias de acuerdo con la verdad de Dios.
Una conciencia bien formada
… es la voz de Dios que resuena en el corazón humano, revelándonos la verdad, llamándonos a hacer el bien y rechazar el mal.
La Virtud de la prudencia
La doctrina de la Iglesia es clara al decir que el bien no justifica medios inmorales. Al buscar todos nosotros el avance del bien común — defendiendo la santidad inviolable de la vida humana desde el momento de la concepción hasta su muerte natural, promoviendo la libertad religiosa, defendiendo el matrimonio, alimentando al hambriento y dando techo al desamparado, dando la bienvenida al inmigrante y protegiendo el medio ambiente — es importante reconocer que no todos los proyectos de acción posibles son moralmente aceptables.
Hacer el bien y evitar el mal
Hay cosas incompatibles con el amor a Dios y al prójimo, que nunca debemos hacer ni como individuos ni como sociedad, …
La dignidad de la persona humana
La vida humana es sagrada.
Tomar decisions morales
Un católico no puede votar a favor de un candidato que toma una posición a favor de algo intrínsecamente malo, como el aborto provocado, la eutanasia, el suicidio asistido, el sometimiento deliberado de los trabajadores o los pobres a condiciones de vida infrahumanas, la redefinición del matrimonio …, o comportamientos racistas
La subsidiaridad
La persona humana no es sólo sagrada, sino también social. El desarrollo humano pleno se lleva a cabo en relación con los demás. La familia — basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer — es la primera y fundamental unidad de la sociedad y es un santuario para la creación y crianza de los niños.
El bien común
… es promovido sólo si se protegen los derechos humanos y se cumplen las responsabilidades básicas.
La solidaridad
Amar a nuestro prójimo tiene dimensiones globales. Somos una sola familia humana, independientemente de nuestras diferencias nacionales, raciales, étnicas, económicas e ideológicas.
La promoción de la paz
Los católicos también se deben esforzar en evitar la guerra y promover la paz.
El matrimonio y la vida familiar
La institución del matrimonio se ve socavada por la ideología del “género”, que rechaza la diferencia sexual y la complementariedad de los sexos.
La libertad religiosa
La política de los Estados Unidos debe promover la libertad religiosa con vigor, tanto en nuestro país como en el extranjero.
La opción preferencial por los pobres y la justicia económica.
Las políticas … deberían promover la creación de puestos de trabajo para todos aquellos que puedan trabajar, con condiciones laborales decentes y salarios justos … la discriminación injusta debe ser erradicada … el derecho de los trabajadores a elegir si quieren o no organizarse y la libertad económica, la iniciativa y el derecho a la propiedad privada.
La atención de la salud
La atención médica asequible y accesible es una garantía esencial de la vida humana y un derecho humano fundamental.
La migración
El mandato evangélico de “acoger al forastero” requiere que los católicos cuidemos y nos pongamos del lado de los recién llegados, autorizados y no autorizados …
La educación católica
Los padres — los primeros y más importantes educadores — tienen el derecho fundamental a elegir la educación que mejor responda a las necesidades de sus hijos.
Promover la justicia y contrarrestar la violencia
con … la responsabilidad moral, … respuestas efectivas contra el crimen, reducir la violencia en los medios de comunicación, apoyar restricciones razonables al acceso a armas cortas y de asalto y oponerse al uso de la pena de muerte son particularmente importantes a la luz de la creciente “cultura de la violencia”. Una ética de responsabilidad, rehabilitación y restauración debería ser el fundamento de una reforma de nuestro defectuoso sistema de justicia penal.
Combatir la discriminación injusta
… basada en la raza, la religión, el sexo, la etnia, la condición de incapacidad o la edad, ya que son injusticias y ataques graves a la dignidad humana.
El cuidado de nuestra casa común
… es una cuestión moral. Proteger la tierra, el agua y el aire que compartimos es un deber religioso de corresponsabilidad …
Las comunicaciones, los medios y la cultura
Para proteger a los niños y las familias, hace falta una regulación responsable que respete la libertad de expresión a la vez que también tenga en consideración las políticas que han rebajado los estándares, que han permitido material cada vez más ofensivo, y que han reducido las oportunidades de programación religiosa de carácter no comercial.
La solidaridad global
En las palabras de San Juan Pablo II, “la solidaridad es una determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común.” (Sollicitudo Rei Socialis, no. 38)
“Cuando la acción política tiene que ver con principios morales que no admiten derogaciones, excepciones o compromiso alguno, es cuando el empeño de los católicos se hace más evidente y cargado de responsabilidad. Ante estas exigencias éticas fundamentales e irrenunciables, en efecto, los creyentes deben saber que está en juego la esencia del orden moral, que concierne al bien integral de la persona. Este es el caso de las leyes civiles en materia de aborto y eutanasia … que deben tutelar el derecho primario a la vida desde de su concepción hasta su término natural.” (Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, no. 4)