Por Berta Mexidor
JACKSON – Inmigrantes, dentro y fuera de la frontera de los Estados Unidos, ponen su fe en la nueva administración por la oportunidad de lograr el sueño americano.
Desde la campana electoral, la nueva administración del demócrata y segundo presidente católico de Estados Unidos, Joe Biden prometió a los inmigrantes la firma de nuevas leyes que revertieran las medidas tomadas por el presidente Trump.
Inmigrantes en Estados Unidos sintieron los cambios de las leyes migratorias que restringieron los números de solicitudes y alargaron los tiempos de espera para la residencia, ciudadanía través de la Naturalización y legalización de los Dreamers.
La comunidad Latina estuvo, como todo el país, dividida entre los dos candidatos. Millones optaron por la agenda migratoria del partido demócrata. En diciembre, según CNS, lideres católicos enviaron una carta a Joe Biden con cinco recomendaciones:
• “Apoyo en forma de ayuda económica, tanto de EE.UU. como de socios internacionales.
• Crear empleos bien remunerados y mejorar la educación para que los jóvenes no tengan que abandonar sus países de origen.
• Desalentar la corrupción en las instituciones y controlar la violencia, tanto intrafamiliar como llevada a cabo por instituciones gubernamentales.
• Convocatoria de protección ambiental y desmilitarización.
• Crear una red más amplia de “vías legales para que las personas de Centroamérica migren de manera segura.”
Lo que se traduce en recursos para los países de origen en aras de disminuir los deseos de emigrar y respuesta a interrogantes sobre los programas: Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA); programa de Estatus de Protección Temporal (TPS) y para inmigrantes pendientes de deportación a sus países de origen o bajo los Protocolos de Protección al Migrante, Migrant Protection Protocols (MPP) y el Programa de Refugiados (Refugee Resettlement Program).
DACA
Maria, graduada con honores de Ole Miss, y quien prefiere mantener su apellido en anonimato, ha estado viajando en una montaña rusa de emociones, desde que aprendió que ella no tenía los papeles necesarios tal y como los tenían sus amigos de infancia. Hoy, después de graduada, trabajando bajo un permiso de DACA sigue con la esperanza de ser ciudadana del único país que conoce desde muy niña y que solo una nueva ley del Congreso puede darle. “… El presidente del comité de migración de los obispos de Estados Unidos, el 8 de diciembre dijo que solo el Congreso puede “adoptar y aprobar una legislación que otorgue a los Dreamers un camino hacia la ciudadanía”CNS reportó.
TPS
El programa de Estatus de Protección Temporal (TPS) otorga un permiso de trabajo y un indulto de deportación a ciertas personas cuyos países han experimentado desastres naturales, conflictos armados o situaciones excepcionales para que puedan permanecer temporalmente en los Estados Unidos. De acuerdo con un reporte de CNS “…La Red de Inmigración Legal Católica Inc., o CLINIC, ha hecho recomendaciones a la administración entrante de Biden para ayudar a los aproximadamente 400,000 beneficiarios”. El Departamento de Seguridad Nacional anunció una extensión para los beneficiarios de Sudán del Sur, hasta mayo de 2022 y para los de El Salvador, Haití, Nicaragua, Honduras, Nepal y Sudán hasta octubre del 2021.
MPP
Según el MPP de 2019 de la administración Trump, los solicitantes de asilo deben esperar en un tercer país, particularmente en México para exponer sus casos a los funcionarios de inmigración estadounidenses. Meses después, centenares de migrantes todavía están esperando por su día en la corte y otros han recibido orden de deportación de las mismas.
Programa de Refugiados
El problema migratorio no es solo de la comunidad Latina. Los refugiados que llegan a Estados Unidos vienen de todas las partes del mundo. El Concilio para Refugiados USA (RCUSA) espera que la nueva administración considere el cambio no solo en las cifras del Programa de Refugiados, sino además la forma, objetivos y metas de este. RCUSA es una coalición “… diversa que aboga por leyes y políticas justas y humanas, y la promoción del diálogo y la comunicación entre el gobierno …,” entre otros objetivos. El programa de Refugiados fue afectado con la reducción del numero y los países de donde provenían los mismos. Otra de las grandes dificultades es la facultad de los estados de determinar el no recibir refugiados, amparados en una orden ejecutiva del presidente Trump.
Sin embargo el 8 de enero de este año, “la Corte de Apelaciones del Cuarto Circuito confirma una orden judicial preliminar otorgada por un juez federal en Maryland hace un año que determinó que la orden ejecutiva podría considerarse ilegal porque otorga a los estados y localidades el poder de veto,” al violar la Ley de Refugiados de 1980, aprobada por el Congreso y que, por lo tanto, solo el Congreso pudiera cambiar.
Según miembros del RCUSA hace falta mejorar el programa en varias áreas, fundamentalmente en la educación de las comunidades que deben recibir a los mismos, al entender el drama personal y geopolítico que los hace convertirse en refugiados, no por su propia voluntad en varios casos.
Sueños por un final feliz
Antes de su inauguración, en diciembre de 2020, cientos de inmigrantes de Honduras comenzaron a caminar hacia las fronteras de Estados Unidos con la esperanza de que las leyes de inmigración de la nueva administración pudieran beneficiarlos si llegaban al país.
El 20 de enero de 2021, el presidente Joe Biden emitió un Memorando que preserva y fortalece el programa DACA y revoco la Orden Ejecutiva 13768 del 25 de enero de 2017 inherente a “Mejorar la Seguridad Pública en el Interior de Estados Unidos” e implemento 100 días de moratoria en ciertas deportaciones, permitiendo una revisión razonable de ciertas políticas migratorias vigentes para hacer cumplir las leyes. En tal sentido, el obispo Mario E. Dorsonville, obispo auxiliar de Washington y presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), emitió la siguiente declaración: “Las acciones tomadas el miércoles por la nueva Administración significan importantes pasos iniciales para asegurar que la aplicación de la ley de inmigración en nuestro país sea equilibrada y humana.