Por Tom Tracy (CNS)
Cubanos nacidos en las últimas dos décadas están viendo por primera vez en sus vidas la represión y violencia estatal nunca antes presenciada, a medida que los problemas económicos y la pandemia de coronavirus se amplían en su país, dijo un especialista católico en comunicaciones en Cuba.
Miles de cubanos en La Habana y otros lugares salieron a las calles el 11 de julio para protestar por las dificultades económicas, la falta de libertades básicas y el manejo del coronavirus por parte del gobierno cubano, lo que provocaron las protestas más masivas en décadas.
Según informes, el gobierno ha respondido en los días posteriores a las protestas con una serie de arrestos, ya que los manifestantes, incluso algunos miembros del clero han sido arrastrados por las calles y sacados de sus hogares. Uno de los casos resultó en un tiroteo policial fatal que tomó la vida de un hombre que participaba en una protesta contra el gobierno.
“Una cosa es segura: Cuba no volverá a ser la misma después de esto, la historia de Cuba tendrá que ser reescrita después del domingo 11 de julio, eso es seguro,” dijo Xavier Carbonell, presidente de SIGNIS Cuba, la Asociación Católica Mundial para la Comunicación con miembros en más de 100 países.
“Algunas personas están comenzando a escribir ’11-J’, el nuevo día de la rebelión nacional,” agregó. Carbonell habló con Catholic News Service en una llamada telefónica el 15 de julio en la que describió una situación interna en Cuba que él cree que los medios mundiales están vendiendo suavemente en el extranjero en términos de severidad y brutalidad.
También habló sobre cómo unos 50 o más medios de la iglesia afiliados a SIGNIS y otros profesionales en Cuba están trabajando para mantener al mundo informado sobre la crisis en el país al mismo tiempo que los medios estatales están dando otra narrativa. Muchos asociados de SIGNIS en Cuba trabajan en puestos de comunicación diocesanos o para publicaciones patrocinadas por la iglesia.
SIGNIS-Cuba emitió un comunicado el 14 de julio con un llamado urgente a la reconciliación, al diálogo y al respeto a la libertad de expresión en Cuba. El grupo también pide la liberación inmediata de las personas detenidas durante las manifestaciones pacíficas en Cuba el 11 de julio. “Nuestras oraciones y nuestras acciones como comunicadores son y serán en solidaridad con todos ellos y con sus familiares y amigos, que viven en la angustia y la incertidumbre de desconocer la situación actual de los detenidos”, dice el comunicado.
Agregó que varios miembros jóvenes de SIGNIS-Cuba fueron detenidos por participar en movilizaciones pacíficas “exigiendo libertades civiles y resolución efectiva a la escasez de alimentos y la falta de atención médica ante la pandemia COVID-19”.
Los hechos recientes no fueron puramente políticos, dijo Carbonell en la entrevista telefónica, y agregó que hay decepción en Cuba porque los obispos católicos y el propio papa Francisco no se han pronunciado con más fuerza contra el uso de la violencia estatal para arrestar, golpear y detener a civiles.
“Muchas personas, incluso yo mismo, pusieron su esperanza en una declaración del papa Francisco que nunca se llevó a cabo, una declaración en contra del llamado a la violencia del presidente (cubano)”, dijo Carbonell, originario de Santa Clara, Cuba, que trabaja para una revista cultural y como corresponsal de SIGNIS a nivel internacional.
“Eso fue doloroso para nosotros, y aunque él habla ahora, el momento ha pasado según la impresión de muchos”, dijo.
Algunos profesionales de los medios de SIGNIS fueron detenidos en secreto pero posteriormente liberados, dijo Carbonell, mientras que otros manifestantes que no están necesariamente involucrados con SIGNIS siguen desaparecidos; sus familias no pueden averiguar su paradero debido a las tensiones actuales.
“Algunos de los integrantes no estuvieron involucrados como integrantes de SIGNIS en este proceso, pero también son nuestra preocupación; no podemos quedarnos en silencio cuando los integrantes de nuestra organización han sido encarcelados, y esta no es la primera vez; uno fue amenazado hace un mes y otro fue encarcelado en La Habana recientemente”, dijo Carbonell. Pocos de los manifestantes han expresado sus puntos de vista de manera violenta y SIGNIS tiene una política formal de oponerse a la violencia y agresión de los gobiernos, del exterior y de sus miembros, agregó.
La policía y el ejército, dijo, están utilizando las redes sociales y las imágenes de video de las protestas para identificar y arrestar a los líderes disidentes a veces durante invasiones nocturnas, que luego son filmadas y compartidas por otros transeúntes cubanos. SIGNIS ha estado compartiendo algunos de los videos y fotos con afiliados en el extranjero.
“Lo terrible de esta situación es que los cubanos somos un pueblo muy pacífico”, dijo Carbonell.
“Mi generación nunca han presenciado algo como esto – la última protesta grande fue durante el ‘período especial’ de la década de 1990, con la policía golpeando a la gente y amenazando a la gente con perder trabajos y carreras – eso es algo que nunca antes habíamos visto, en al menos mi generación. Y eso es muy doloroso”.
“También hemos visto que la forma en que habla el presidente (cubano) (en la televisión) ha cambiado mucho desde el primer día: notamos que (los funcionarios del gobierno) están distraídos y no parecen saber qué hacer; no lo esperaban, ya que fue completamente espontáneo”, agregó.
Con respecto a la pandemia de coronavirus, Carbonell dijo que se piensa que ingresó a Cuba a través de la industria del turismo y se propagó aún más por los trabajadores de hoteles y resorts que se infectaron y llevaron el virus a sus respectivos vecindarios. Y aunque Cuba afirma haber desarrollado vacunas, dijo Carbonell, él no ha recibido una vacuna y dijo que muchos cubanos creen que el gobierno está exportando las vacunas a varios otros países mientras la situación en casa empeora.
“Durante este contexto de pandemia, no se pueden pedir las cosas que se necesitan en una tienda, por lo que la gente se ve obligada a hacer filas interminables con moneda que no sirven para nada”, dijo.
“Cuando la gente tiene que salir a trabajar durante la pandemia de COVID, eso significa que la situación económica es peor que el virus, así que eso es realmente decir algo”, agregó.