Por Padre Clem Oya
La lectura de 1 Reyes 19 nos presenta la huida y la frustración de Elías, el profeta más grande del Antiguo Testamento. Es importante señalar que Elijah (Elías) vivió en un período de la historia caracterizado por serios cambios políticos y sociales. En este punto, Elías enfrenta una serie de batallas que van desde falsos profetas hasta Jezabel, la esposa del rey. El Profeta tiene que correr por su vida debido a la amenaza de muerte emitida por Jezabel.
En su frustración, Elías oró por la muerte diciendo: “¡Basta ya, Señor! ¡Quítame la vida, pues yo no soy mejor que mis padres!»,”1Reyes 19: 4b. La Biblia nos dice que Dios envió un ángel para despertar a Elías y darle de comer. El ángel le da a Elías pan y agua dos veces dentro de ese mismo sueño. El ángel le dice: “Levántate y come, de lo contrario el viaje será demasiado largo para ti”. 1Reyes 19: 7 La Biblia nos dice: “Elías se levantó, y comió y bebió. Y aquella comida le dio fuerzas para caminar cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar a Horeb, el monte de Dios.” 1Reyes 19: 8
¿Cuál es el significado de este mensaje? ¿Qué desafío nos presenta hoy?
La vida es un viaje. En algún momento de este viaje podemos enfrentar obstáculos, dificultades, problemas o crisis. En este momento, algunos de nosotros estamos en un punto de crisis. Este puede ser social, político, espiritual, económico, etc. Parece que nos encontramos en el frente de batalla todo el tiempo. Puede haber momentos en los que sienta que el mundo entero se está derrumbando sobre usted. Puede sentirse frustrado, sintiéndose miserable como Elías y decirle a Dios: “¿Cuál es mi propósito? Soy un fracaso. Solo quítame la vida porque no soy mejor que mis padres ancestros”. véase 1 Reyes 19: 4
Sin embargo, en su frustración, debe saber que hay alguien a quien le importa. ÉL es JESÚS. Los cuarenta días del viaje de Elías habrían sido demasiado para él de no ser por la comida y la bebida que le dio el ángel del Señor. Los cuarenta días de Elías aluden a los cuarenta años de viaje de Israel del cautiverio a la libertad, de la esclavitud a la libertad, de la tierra seca a la tierra que fluye leche y miel. En este momento, su crisis actual puede ser el comienzo de su viaje desde la tierra de la esclavitud y la opresión, a “Canaán” o “Horeb”, la montaña de Dios. No te rindas. Tienes una misión, una meta que alcanzar.
¿Cómo obtenemos la fuerza para un viaje tan profundo como el que emprendió Elías? En el pasaje del evangelio de Juan 6: 41-51, Jesús da una respuesta: “Yo soy el pan de vida … el que coma de este pan vivirá para siempre”. Jn 6, 48-51
Para ser grandes en la vida, necesitamos pelear grandes batallas, escalar altas montañas, superar grandes problemas y nadar a través de grandes océanos. Todos los grandes profetas del Antiguo Testamento, Jesús el Mesías y el fundador del Nuevo Testamento, los apóstoles y los grandes santos y mártires, todos pasaron por grandes dificultades en la vida. ¿Por qué debemos ser una excepción?
Como cristianos, la Palabra de Dios y los sacramentos deben fortalecernos en el camino de nuestra vida. Más profundamente, la Eucaristía es el último “alimento para nuestras almas”. El Señor Jesús se nos presenta como “alimento que nutre y fortalece nuestra alma”.
La liturgia nos da un mensaje de ESPERANZA EN CRISIS. No importa cuán grande pueda parecer el problema, es posible que desee saber que hay un futuro mejor para usted. No permitas que los obstáculos que tienes ahora se te impongan, ni rediseñes tu destino. Levántese amado, lea su Biblia, coma la Eucaristía y fortalézcase; no sea que el viaje se vuelva demasiado largo para ti.
Que la Eucaristía nos dé la fuerza para continuar nuestra peregrinación por la tierra, sin desanimarnos.