(1 de enero de 2023) – La Iglesia Católica en todo el mundo encomienda el alma del Papa Emérito Benedicto XVI a Dios por ser uno de sus destacados testigos del amor de Jesucristo, la Buena Noticia anunciada por primera vez por el Ángel y de la Hostia Celestial a los Pastores cariñosos para con sus rebaños.
Desde el centro de la iglesia en Roma durante décadas sirviendo en ministerios críticos, que culminaron en el papado, el Papa Benedicto pudo anunciar las Buenas Nuevas del Evangelio de muchas maneras notables y, en última instancia, cuidar de su rebaño mundial. El Evangelio de la solemnidad de María Madre de Dios en el tiempo de Navidad retrata su vida de manera ejemplar.
Como María, atesoró al Señor en sus brazos y la sabiduría de la fe católica de casi 2000 años. A la luz de la fe, siguió el camino de los Pastores, glorificando y alabando a Dios, anunciando la Buena Noticia y evangelizando a todos, en la Iglesia y en el mundo. Fue un Buen Pastor según el corazón de Jesucristo, un sacerdote, profeta, rey fiel y que junto a las marcas de su propio bautismo es el legado que perdurará en la iglesia que tanto amaba.
Concédele el descanso eterno, oh Señor, y brille para él la luz perpetua.
Puede él descansar en Paz. Amén.
Que su alma y las almas de todos los fieles difuntos descansen en Paz. Amén.