Por Carol Glatz
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Justo cuando los católicos de todo el mundo conmemoraban la resurrección de Jesús y el triunfo del bien sobre el mal el domingo de Pascua, los cines de todo Estados Unidos se preparaban para el estreno del último “thriller de terror sobrenatural” del bien contra el mal con “El Exorcista del Papa” el 14 de abril.
El 11 de abril, las librerías alrededor del Vaticano habían llenado sus estantes con “Esorcisti contro Satana: Faccia a Faccia col Demonio” (“Exorcistas contra Satanás: Cara a Cara con el Diablo”) de Fabio Marchese Ragona, que incluía una breve entrevista con el Papa Francisco y páginas de testimonios de exorcistas y personas consideradas poseídas.
A diferencia de algunos de sus predecesores modernos, el Papa Francisco nunca ha realizado exorcismos, prefiriendo referir a las personas a sacerdotes exorcistas más experimentados, manifestó el Sumo Pontífice a Ragona.
Nadie está a salvo del diablo, que “intenta atacar a todos”, especialmente a aquellos que tienen una gran responsabilidad en la iglesia o en la sociedad, expresó el Santo Padre. “Incluso Jesús experimentó la tentación del diablo”.
El libro también incluye un comentario inédito del difunto padre Gabriele Amorth, un conocido exorcista de la Diócesis de Roma que realizó decenas de miles de exorcismos hasta su muerte el año 2016, a la edad de 91 años.
“Nunca he tenido miedo”, reveló el padre Amorth a Ragona en 2015. “He sido solo un simple instrumento en las manos de Dios, quien es el único capaz de liberar (a las personas) del diablo”.
Aunque muchas personas, incluso cardenales, obispos, y sacerdotes, han mostrado escepticismo o indiferencia hacia este ministerio, el padre Amorth expresó que Jesús le dio la fuerza para seguir adelante y “luchar contra el mal todos los días”.
Quizás fue debido a la conocida fuerza espiritual del sacerdote que los productores de “El Exorcista del Papa” eligieron al actor Russell Crowe, ganador del Oscar por su rol en “Gladiador”, para interpretar al padre Amorth.
Sin embargo, dicha película, inspirada en las dos memorias escritas por el sacerdote italiano, es una obra de ficción que presenta “la posesión aterradora de un niño” y “una conspiración que el Vaticano ha tratado desesperadamente de mantener oculta hace siglos”, según la información proporcionada por los medios de Sony Pictures Entertainment.
Es una mezcla de horror y un toque de humor con “pequeños fragmentos del Código Da Vinci, (e) incluso pequeños fragmentos de ‘En busca del Arca Perdida’”, dijo Crowe en una entrevista en línea el 6 de abril.
Eso, desafortunadamente, no favorece a la imagen de los exorcistas reales.
La Asociación Internacional de Exorcistas, con sede en Roma y cuyo cofundador es el padre Amorth, señaló que “ver el tráiler de la película confirma, como si fuera necesario, no solo su naturaleza como una película sangrienta, un subgénero genuino de las películas de terror”, sino también su falta de fiabilidad en un tema tan sensible y relevante”.
“Como en otras películas, todo es exagerado”, manifestó la asociación en un comunicado el 7 de marzo, luego de que se diera a conocer el tráiler de dicha película.
Tal descripción “distorsiona y falsifica lo que realmente viven y experimentan” los exorcistas católicos y “es insultante en lo que se refiere al estado de sufrimiento experimentado por aquellos que son víctimas de la acción extraordinaria del diablo”, señaló.
“El resultado final es inculcar la creencia de que el exorcismo es un fenómeno anormal, monstruoso, y temible, cuyo único protagonista es el demonio, cuyas reacciones violentas se enfrentan con gran dificultad; esto es exactamente lo contrario de lo que ocurre con los exorcismos celebrados en la Iglesia Católica,” manifestó.
El presidente de la asociación, el padre Francesco Bamonte, miembro de los Siervos del Inmaculado Corazón de María, ha dicho que un exorcismo es un “aspecto fundamental del ministerio pastoral de la iglesia” ya que continúa el ministerio terrenal de Jesús de expulsar demonios y “destruir la tiranía de Satanás sobre la humanidad”.
Muchas películas muestran a un exorcista como un sacerdote que está “nervioso, tenso, y asustado” cuando en realidad está “sereno, tranquilo, y seguro” del poder de Cristo para liberar a los seres humanos del mal, dijo en una charla publicada en el sitio web de la asociación el 24 de febrero de 2017.
“Otro aspecto engañoso de estas películas es la presentación de la lucha entre el bien y el mal” de una manera que sugiere que es una lucha entre “un dios del mal que lucha contra un dios del bien”, acotó.
La Sagrada Escritura ha revelado que “los demonios son ángeles buenos creados por Dios, pero caídos y convertidos en malos para siempre por su libre elección”, dijo. “Los demonios son seres infinitamente inferiores a Dios, y por más activos que estén en el mundo con el fin de hacer un gran daño, no pueden impedir que el plan de Dios y su obra de salvación se cumplan en Cristo”.
También es engañosa, señaló, “la furia destructiva del demonio”, que “no siempre ocurre en los exorcismos o, en todo caso, no con la virulencia representada en las películas”.
El padre Bamonte dijo que el sacerdote exorcista a menudo se representa en las películas como si fuera un independiente o solitario “freelancer”, un médico que hace visitas a domicilio, “sin establecer una relación humana, mucho menos una relación espiritual”.
En cambio, la Iglesia Católica requiere que el sacerdote tenga el permiso y el apoyo de su obispo para realizar el rito del exorcismo, debe evaluar la situación cuidadosamente, hablar con los miembros de la familia y otras personas, y asegurarse de que realmente se trata de un caso de exorcismo, posesión demoníaca, que es muy rara, manifestó.
El exorcista también debe ayudar, preparar, y guiar a la persona que sufre para “adquirir las disposiciones internas necesarias para lograr su liberación”, agregó.
El padre Bamonte dijo que “a diferencia de las películas, afirmamos la certeza de que el bien prevalece sobre el mal, la verdad sobre la mentira, el amor sobre el odio, la humildad sobre el orgullo, y esto es precisamente la verdad que se hace concretamente visible durante los exorcismos”.
Si los católicos no fortalecen su propia formación en la fe o están mal preparados para discernir los hechos de la ficción y las mentiras, dijo, “lo que inicialmente podría haber sido un buen servicio para la Iglesia” al representar el ministerio del exorcismo en una película, “se convierte en el ataque sutil habitual del demonio, de Satanás a la Iglesia Católica”.