Por Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Compartir el Evangelio requiere literalmente “salir”, dar testimonio de la alegría de la fe en persona y no quedarse sentado en casa, siendo “leones de teclado” que discuten con otros en línea, dijo el Papa Francisco.
“No se anuncia el Evangelio parados, encerrados en una oficina, en el escritorio o en el ordenador haciendo polémicas como ‘leones de teclado’ y sustituyendo la creatividad del anuncio con el corta y pega de ideas cogidas aquí y allí”, dijo el Papa el 12 de abril durante su audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro. Durante la Octava de Pascua, con decenas de miles de narcisos y tulipanes decorando la plaza, el Papa continuó su serie de discursos sobre el “celo evangélico”, analizando cómo se diferencia de pretender compartir el Evangelio cuando en realidad sólo se busca llamar la atención o promover las propias ideas.
Al final de la audiencia, antes de dirigir las oraciones por la paz en Ucrania, el Papa Francisco recordó que el 11 de abril se cumplía el 60º aniversario de la encíclica de San Juan XXIII “Pacem in Terris” (“Paz en la Tierra”). La encíclica, dijo, ofreció a la humanidad “un atisbo de serenidad en medio de nubes oscuras” de la alta tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
El documento, publicado en 1963, es tan relevante hoy como en ese entonces, dijo el Papa Francisco, leyendo una línea como ejemplo: “Las relaciones internacionales, como las relaciones individuales, han de regirse no por la fuerza de las armas, sino por las normas de la recta razón, es decir, las normas de la verdad, de la justicia y de una activa solidaridad”.
En su discurso principal, el Papa se centró en la necesidad de que los discípulos misioneros estén dispuestos a ponerse en camino y estén abiertos a explorar nuevas sendas mientras tratan de compartir el Evangelio con palabras y obras.
Dejando de lado su texto preparado, el Papa Francisco dijo a la gente en la plaza: “Los exhorto a ser evangelizadores que se mueven, sin miedo, que van adelante para compartir la belleza de Jesús, para llevar la novedad de Jesús que cambia todo”.
El Papa imaginó que alguien le respondía: “Sí, padre, él cambió el calendario, porque ahora contamos los años como ‘antes de Jesús'” y después. Pero, aún más, dijo el Papa, Jesús “cambia el corazón”. “¿Estás dispuesto a dejar que Jesús te cambie el corazón?”, preguntó a los presentes. “¿O eres un cristiano tibio, que no se mueve? Piensa un poco: ¿tú eres un entusiasta de Jesús, vas adelante? Piénsalo”.
“Un heraldo está preparado para partir, y sabe que el Señor pasa de forma sorprendente”, dijo el Papa, por lo que no se puede estar “fosilizado” por cálculos humanos sobre lo que es probable que tenga éxito o por pensamientos de que “siempre se ha hecho así”.
Ser discípulo misionero significa “no dejar pasar las ocasiones de promulgar el Evangelio de la paz, esa paz que Cristo sabe dar más y mejor de como la da el mundo”.