By Hosffman Ospino
Cada año, entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre, en los Estados Unidos se observa el mes de la hispanidad. La tradición comenzó con una semana de la hispanidad en 1968 y luego, en 1988, se extendió por ley a una celebración de un mes completo.
Durante el mes de la hispanidad todos estamos invitados a reconocer y a resaltar las muchas historias, experiencias y contribuciones de los hispanos que vivimos en los Estados Unidos. Nuestra presencia es esencial en la definición del carácter de esta nación.
Para los católicos en los Estados Unidos, el mes de la herencia hispana debería ser una gran ocasión para celebrar lo que somos como Iglesia y la manera cómo los hispanos estamos transformando el catolicismo estadounidense. De los cerca de 63.7 millones de personas hispanas viviendo en este país, cerca de 31 millones nos identificamos como católicos. Cerca del 43% de todos los católicos en los Estados Unidos somos hispanos.
Las instituciones educativas en nuestra nación por lo general hacen un buen trabajo durante este mes promoviendo actividades que resaltan los elementos culturales hispanos y ayudan a conocer mejor a la población hispana. Los maestros y maestras se esfuerzan notablemente creando momentos para hacer esto, tanto en el salón de clase como en otros espacios en la vida de los centros educativos. Muchas otras organizaciones hacen lo mismo.
Sin embargo, no veo el mismo nivel de entusiasmo observando el mes de la hispanidad en nuestras parroquias católicas. Es extraño que no se haga esto sabiendo que cerca de la mitad de la población católica estadounidense es hispana y una cuarta parte de nuestras parroquias hace ministerio hispano de alguna manera.
Parece que no hemos cultivado una cultura parroquial que observe con constancia el mes de la hispanidad. Pero eso puede cambiar. La cultura de una comunidad se forja por medio de actividades sencillas y el compromiso de darles vida de manera regular. He aquí cinco ideas prácticas.
–Comencemos con el boletín parroquial y los medios de comunicación social. Escriba un artículo semanal sobre los católicos hispanos; resalte a la comunidad hispana de su parroquia o la ciudad donde vive; explique una práctica de catolicismo popular (ej., las posadas, los altarcitos, las quinceañeras); comparta la historia de un santo o una santa hispana estadounidense, latinoamericana o caribeña; invite a los jóvenes hispanos a escribir sobre su experiencia creciendo en un hogar católico hispano.
–Organice una exhibición de libros en la parte de atrás de su iglesia, en el centro parroquial o quizás en la oficina parroquial (piense en un espacio frecuentado por su comunidad) con obras que describan el catolicismo hispano y otros libros escritos por católicos hispanos: libros de poesía, novelas, libros de teología, guías espirituales. ¡La literatura sobre el catolicismo católico hispano es abundante!
–Organice al menos una velada durante este mes especial que incluya una presentación por parte de una persona que hable sobre un tema interesante relacionado con los católicos hispanos. Promueva el evento entre todos los feligreses de su comunidad. Si en su comunidad se hablan varios idiomas, organice varias veladas. ¡Ah, asegúrese de ofrecer comida hispana!
–Quienes predican pueden aprovechar este momento del año para decir algo explícito sobre la experiencia católica hispana desde el púlpito mientras explican la Palabra de Dios. Los catequistas y maestros de la parroquia deberían ser invitados a compartir algo sobre el catolicismo hispano en sus lecciones. Comparta algunos recursos con ellos.
–¡Éste es el momento perfecto del año para invitar a su comunidad parroquial a reunirse en un espíritu de fiesta! No toma mucho trabajo convocar a la comunidad para que la gente pase un buen tiempo junta. Puede ser un picnic, una comida comunitaria o un bazar. Comparta comida y música hispana. Comience con una celebración eucarística multilingüe. Incluya oraciones en español, inglés, portugués e idiomas o dialectos indígenas latinoamericanos.
Estas prácticas no toman mucho esfuerzo y realmente cuestan poco. Los efectos en la vida de la comunidad parroquial son invaluables pues nos ayudarán a apreciar más nuestras raíces católicas hispanas. Estas prácticas nos recuerdan lo que somos como Iglesia y la manera cómo los hispanos estamos transformando el catolicismo estadounidense. ¡Feliz celebración católica del mes de la hispanidad!