Por Marietha Góngora V.
WASHINGTON (OSV News) — El pasado 11 de abril se llevó a cabo la segunda jornada de la Conferencia de Inmigración “Respondiendo a las Realidades Cambiantes en la Frontera de los Estados Unidos y Más Allá” en Catholic University of America en Washington D.C.
Organizada por dicha universidad y la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU., la conferencia incluyó paneles y presentaciones de historiadores, académicos y expertos con experiencia práctica en la atención a la población migrante.
El panel llamado “El Rol de las Instituciones Católicas en la Conformación de la Política Inmigratoria”, habló de la necesidad de abogar por políticas que defiendan la dignidad de las personas. Este panel inició con la intervención de Giulia McPherson, vicepresidenta de defensa política y operaciones de Jesuit Refugee Service USA.
“Más allá del número de personas a las que podemos atender en el día a día, se trata de lograr un impacto mayor. La defensa (de los temas de migración) es una parte fundamental de nuestra misión y de nuestro trabajo” dijo McPherson, quien aseguró que uno de los enfoques de sus esfuerzos es la protección del acceso al asilo. Así que en la oficina de EE.UU., dijo, los esfuerzos de defensa migratoria se centran en el gobierno federal.
“Somos receptores de fondos del Departamento de Estado para unos 14 países diferentes en los que operamos y esos fondos nos ayudan a prestar algunos de esos servicios como acceso a la educación, medios de subsistencia, salud mental y apoyo psicosocial”, afirmó, añadiendo que esta organización que tiene presencia en más de 55 países. “Así que estamos centrando gran parte de nuestra labor de defensa en tratar de garantizar que el gobierno de EE.UU. siga apoyando estos programas de ayuda a los refugiados en el extranjero”.
Posteriormente, Christy Williams, directora de asuntos gubernamentales y de política social de Catholic Charities USA, explicó que y sus muchas oficinas locales ofrecen asistencia en materia de nutrición para combatir la inseguridad alimentaria, alojamiento y refugio, así como colaboración con entidades gubernamentales para responder a las necesidades de comunidades que han sufrido catástrofes en el país.
“El trabajo de Caridades Católicas no es opcional. El trabajo es obligatorio porque el Evangelio requiere que las agencias de Caridades Católicas estén al servicio de los pobres y vulnerables como (el Evangelio de) Mateo 25 nos llama a hacer,” dijo, agregando la exigencia de la doctrina social católica de apoyar a los necesitados.
En materia de abogacía y defensa, Williams dijo que la organización proporciona “todo el apoyo que necesiten cuando se trata de abordar cuestiones dentro de las agencias federales relacionadas con la inmigración”.
“También nos involucramos con el Congreso en nombre de los grupos a los que sirven las agencias de Caridades Católicas para abogar por políticas y legislación que prioricen las necesidades de los pobres, aseguren que esas políticas de legislación sean humanas, honren la dignidad de las personas y aseguren que sus derechos sean respetados”, dijo Williams.
“La reforma integral de la inmigración siempre ha sido una prioridad de Catholic Charities USA,” dijo, admitiendo — como otros expertos – que actualmente el enfoque está en pequeñas victorias como “abogar por la ampliación de las vías legales para ingresar a EE.UU. es una gran prioridad para nosotros este año, sobre todo después de que hemos visto muchas políticas restrictivas como el Título 42, por ejemplo, y otras políticas que realmente han afectado negativamente a los inmigrantes y les han cortado el acceso a protecciones vitales en la frontera”.
No es ningún secreto que el sistema de inmigración necesita una mejora masiva, afirmó Williams quien añadió que “parte de esa mejora es garantizar que las agencias federales que administran la inmigración en este país dispongan de los recursos que necesitan para garantizar que la máquina funcione de la forma más fluida y eficiente posible”.
“Eso significa garantizar que la gente no tenga que esperar dos o tres años por un permiso de trabajo o esperar diez años antes de que su caso pueda ser revisado por un juez de inmigración”, dijo.
A su turno, Celina Marquez, asesora de políticas de la USCCB, dijo que durante décadas la se ha colaborado con organismos gubernamentales para acoger y prestar servicios a refugiados, solicitantes de asilo, niños no acompañados y población indocumentada.
Marquez explicó que dentro del Departamento de Migración y Servicios a Refugiados (MRS por sus siglas en inglés) operan oficinas especializadas como la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, la Oficina de Servicios a la Infancia y la Oficina de Políticas, esta última ayuda “con diversas formas de defensa, incluida mucha defensa federal. En cuanto a la legislación, interactuamos directamente con los miembros del Congreso para debatir propuestas de ley y hacer recomendaciones o explicar por qué algo puede no funcionar”.
“Estamos al tanto de la legislatura estatal. Hemos hablado hoy de la legislatura, como SB4 (en Texas) y estar al tanto de esto y mantener nuestro dedo en el pulso de lo que está pasando en todo el país”, aseguró Marquez.
En el trabajo de defensa, afirma Marquez, “siempre estamos centrados en abogar por una reforma migratoria integral y bipartidista para que la población de migrantes que actualmente están en el país, ya sean indocumentados o estén aquí bajo una forma temporal de estatus como el TPS (o DACA), tengan un camino hacia el estatus y también para aquellos que están fuera del país y esperan entrar para que tengan una forma más segura de migrar”.
Por su parte David Cronin, especialista senior en política y legislación de Catholic Relief Services, afirmó que en nombre de la comunidad católica de los Estados Unidos, CRS se relaciona “a diario con legisladores y políticos sobre las cuestiones que afectan a nuestra familia mundial fuera de los Estados Unidos”.
“Catholic Relief Services está en 121 países de todo el mundo para satisfacer las necesidades de las personas donde están, y en muchos lugares donde estábamos, nos reunimos con personas que han sido desplazadas”, afirmó.
Cronin añadió que actualmente sirven a poblaciones en riesgo de desplazamiento en Colombia, Gaza, Etiopía, Centroamérica y Haití. “¿Cómo los acompañamos?, ¿cómo caminamos con ellos?, ¿cómo les damos herramientas y recursos para que puedan prosperar allí donde viven?, ¿cómo les damos esperanza en tiempos de desesperación? Gracias a la generosidad del pueblo estadounidense, a través de la generosidad de la comunidad católica de los Estados Unidos. Eso es lo que hacemos en todo el mundo”.
En su trabajo de defensa, ellos buscan asegurarse que “el dinero de los contribuyentes estadounidenses se destina a apoyar la ayuda humanitaria y a abordar las causas profundas de la migración”. Este es un trabajo que se hace a través del proceso anual de asignaciones, puntualizó. “Es muy importante porque el dinero es poder. El dinero es influencia. El dinero es esperanza. Así que hay que pensar en el dinero”, explicó.
Cronin finalizó haciendo un llamado a la reflexión: “Sólo espero que durante esta conversación no olviden a las personas que se ven afectadas por las políticas. No pasa ni un día, ni una hora, ni un minuto aquí en Washington, cuando pensamos en cuestiones políticas, sin que olvidemos que mientras estamos aquí sentados con ropa y trajes bonitos, en un bonito edificio con aire acondicionado, las personas en las que pensamos en el mundo no lo están”.
“Ellos necesitan desesperadamente la esperanza, los recursos y el apoyo” del liderazgo de Estados Unidos, dijo. “Y ese liderazgo está justo al final de la calle haciendo que los responsables políticos tomen las decisiones correctas sobre cómo asignar su tiempo, sus recursos y su liderazgo a escala mundial”.
Marietha Góngora escribe para OSV News desde Washington D.C.