Por Carol Glatz, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Cada encuentro con personas que se desplazan como migrantes o refugiados es un encuentro con Cristo, dijo el Papa Francisco.
“Es una oportunidad cargada de salvación, porque en la hermana o en el hermano que necesitan nuestra ayuda, está presente Jesús. En este sentido, los pobres nos salvan, porque nos permiten encontrarnos con el rostro del Señor”, escribió el Papa en su mensaje para la celebración, el 29 de septiembre, de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado.
“No permitas que nos constituyamos en amos” de la tierra que Dios nos ha ofrecido como “hogar temporal. Ayúdanos a no dejar nunca de caminar, junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes” hacia el cielo, escribió el papa en una oración para la jornada mundial.
El mensaje y la oración del Papa Francisco, centrados en el tema “Dios camina con su pueblo”, se dieron a conocer en el Vaticano el 3 de junio.
Al subrayar su naturaleza sinodal, la Iglesia católica puede redescubrir su “dimensión sinodal le permite a la Iglesia redescubrir su naturaleza itinerante, como pueblo de Dios en camino a través de la historia, peregrinante, diríamos ’emigrante’ hacia el Reino de los Cielos”.
El relato bíblico del Éxodo, con el largo recorrido de los israelitas de la esclavitud a la libertad, comparte una serie de similitudes con las historias de los migrantes de hoy, escribió.
“Los migrantes huyen a menudo de situaciones de opresión y abusos, de inseguridad y discriminación, de falta de proyectos de desarrollo. Y así como los hebreos en el desierto, también los emigrantes encuentran muchos obstáculos en su camino: son probados por la sed y el hambre; se agotan por el trabajo y la enfermedad; se ven tentados por la desesperación”, escribió.
Sin embargo, con cada éxodo, dijo el Papa, “Dios precede y acompaña el caminar de su pueblo y de todos sus hijos en todo tiempo y lugar”.
“Muchos emigrantes experimentan a Dios como compañero de viaje, guía y ancla de salvación” y consuelo, escribió. “Gracias a Él, hay buenos samaritanos en el camino”.
Dios también”se identifica con los hombres y mujeres en su caminar por la historia, especialmente con los últimos, los pobres y los marginados”, escribió. “Por eso, el encuentro con el emigrante, como con cada hermano y hermana necesitados, es también un encuentro con Cristo”.
El Papa pidió a la gente que se uniera en oración “por todos aquellos que han tenido que abandonar su tierra en busca de condiciones de vida dignas. Sintámonos en camino junto con ellos, hagamos juntos ‘sínodo'”, escribió.
En una rueda de prensa en el Vaticano para presentar el mensaje, el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, dijo que los “viajes de desesperación y esperanza” de migrantes y refugiados “podrían ser los nuestros”.
“Si experimentáramos presiones similares”, como la guerra, la pobreza, las catástrofes naturales u otros factores negativos, “también huiríamos”, afirmó.
“A menudo la propaganda o las ideologías dan la impresión de que un emigrante forzoso, refugiado o desplazado está (en movimiento) por placer, por una aventura. Esto es falso, falso, falso”, dijo, y “es una pena que tengamos que seguir insistiendo” en los verdaderos “factores de empuje y atracción” a los que se enfrenta la gente.
La hermana de Loreto Patricia Murray, secretaria ejecutiva de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), dijo a los periodistas que educar a los niños pequeños “es crucial” y deben hacerlo las familias, las escuelas y la sociedad en general.
Algunas investigaciones sugieren que “aprendemos nuestros prejuicios a los 7 años. De modo que a una edad muy temprana aprendemos a quién incluir y a quién excluir”,afirmó.
El mensaje que hay que transmitir es que”nuestras diferencias nos enriquecen, en lugar de dividirnos”, expresó. “Presentamos una visión de la sociedad que es multicultural e intercultural, donde aprendemos unos de otros, donde nos transformamos y cambiamos unos por otros”.
Hay que recordar a la gente que los inmigrantes no “vienen a tomar, a llevarse lo que sea. Vienen a dar, a dar dones, habilidades, lengua, cultura y toda una forma de vivir que nos enriquecerá a todos”, dijo la hermana Murray.
La nigeriana Blessing Okoedion, quien es una sobreviviente de la trata de personas y presidenta de Weavers of Hope, con sede en Caserta, Italia, declaró a los periodistas que, al igual que los migrantes, las víctimas de la trata también suelen huir de “situaciones de opresión y abuso, inseguridad y discriminación, falta de perspectivas de desarrollo”.
“También habría que escuchar más a los sobrevivientes de la trata de seres humanos, sus experiencias de miedo y dolor, pero también de resiliencia y coraje en los países de destino donde son explotados”, dijo.
Siendo víctima de la trata en Italia en 2013, Okoedion denunció a sus traficantes a la policía y recibió orientación y ayuda para reconstruir su vida de la hermana ursulina Rita Giaretta, que asiste a mujeres víctimas de la trata desde 1995 en Caserta.
Junto con otras sobrevivientes de la trata y la explotación sexual, fundó en 2018 la asociación Tejedoras de Esperanza, que ha ayudado a unas 150 niñas y mujeres víctimas de la trata en Italia, explicó.
“No nos avergüenza llamarnos sobrevivientes de la explotación sexual porque, con nuestro testimonio, nos gustaría que todas las niñas del mundo y de Nigeria tuvieran esperanza y siguieran soñando, y que las que siguen siendo víctimas puedan encontrar el coraje para poder salir”, dijo.
Su trabajo, dijo, es “un signo de redención”, de no rendirse y “de no callarse la boca”.