Por David Agren
CIUDAD DE MÉXICO (OSV News) – Las autoridades mexicanas rescataron recientemente a 13 migrantes secuestrados en una casa secreta de Ciudad Juárez, lugar donde “fueron golpeados, torturados, agredidos sexualmente y extorsionados por miembros de una organización criminal transnacional para que pagaran más por el contrabando”, según el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
El rescate se produjo el 11 de junio – pero fue dado a conocer casi dos semanas más tarde – después de que agentes especiales de Homeland Security Investigations compartieran información con la policía del estado de Chihuahua y la Secretaría de la Defensa Nacional de México, que descubrieron a los migrantes en la zona de Anapra, en Ciudad Juárez, cerca de la frontera estadounidense con New Mexico y Texas.
Seis sospechosos de entre 16 y 24 años fueron detenidos y acusados de delitos con armas de fuego, drogas, agresión sexual y secuestro agravado.
Una de las víctimas necesitó tres intervenciones quirúrgicas por la “tortura por quemaduras” que sufrió, según el periódico El Diario de Ciudad Juárez. Las víctimas – entre las que había ciudadanos de Guatemala y Honduras – “sufrieron contusiones por golpes, quemaduras, costillas rotas y marcas de ligaduras”, mientras que “algunas de las mujeres migrantes fueron agredidas sexualmente”, según el Departamento de Seguridad Nacional. Las autoridades mexicanas están investigando la muerte de dos migrantes posiblemente asesinados en la casa secreta para migrantes.
Las autoridades estadounidenses recibieron información sobre el escondite después de que dos migrantes cruzaran Santa Teresa, en New Mexico, el 8 de junio y se entregaran a los agentes de la Patrulla Fronteriza. Los migrantes denunciaron haber sido secuestrados, pero liberados tras el pago de rescates, y mostraron a los agentes quemaduras y heridas provocadas por palizas durante su cautiverio.
Enrique Rodríguez, jefe de información de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, le dijo a Univision Noticias que los secuestradores obligaron a los migrantes a grabar videos después de ser torturados “para presionar a sus familias a pagar por el monto de sus rescates”.
El rescate de este grupo de migrantes en Ciudad Juárez fue un duro recordatorio de los riesgos a los que se enfrentan los migrantes en su tránsito por México para intentar llegar a la frontera con Estados Unidos y del creciente control que ejercen los cárteles de la droga y los grupos delictivos sobre el flujo de migrantes.
También puso en evidencia la crueldad de los secuestros, en los que los grupos delictivos atacan a los migrantes, que se ven obligados a suplicar a sus familiares en sus países de origen o en Estados Unidos que paguen rescates por su liberación. Los inmigrantes secuestrados en Ciudad Juárez, que se encuentra frente a El Paso, Texas, pagan hasta 20.000 dólares por su liberación.
Frecuentemente, los secuestradores llaman a la familia “ después de una semana de tener a la persona secuestrada, para que las familias estén más ansiosas y propensas a pagar”, según un informe que publicarán próximamente el Hope Border Institute y Derechos Humanos Integrales en Acción, o DHIA, una organización de derechos humanos con sede en Ciudad Juárez. “En los casos en que las familias no pueden pagar o no pueden hacerlo a tiempo, hemos observado situaciones de tortura y violencia sexual. Si las familias pueden pagar, los cárteles suelen exigir un segundo pago antes de dejar al individuo cerca del muro fronterizo.”
Los migrantes también deben pagar a una de las tres organizaciones delictivas de Ciudad Juárez para cruzar la frontera estadounidense entre los puertos de entrada, proporcionando una palabra clave como prueba del pago. Esta extorsión se produce a veces “en una zona cercana a la frontera, bajo amenaza de lesiones corporales”, cerca de la Guardia Nacional de Texas, según el informe.
Los autores del informe revisaron los registros policiales que muestran aproximadamente 400 secuestros en Ciudad Juárez durante los primeros cinco meses de 2024. Sin embargo, afirmaron que la mayoría de los migrantes no denuncian los secuestros por temor a sufrir represalias.
Las conclusiones del Hope Border Institute-DHIA – que coinciden con los resultados de un proyecto de seguimiento de organizaciones como el Servicio Jesuita a Refugiados en Ciudad Juárez – reveló que el 50% de los migrantes en tránsito por Ciudad Juárez se encontraban en “condiciones extremadamente vulnerables”. Al menos el 60% de los que se encontraban en condiciones vulnerables habían sufrido violencia y el 53% “había sufrido violencia adicional en Ciudad Juárez tanto a manos de las autoridades como de elementos criminales”.
Para complicar las cosas, sugiere el informe, hay reportes de una presunta complicidad de algunos funcionarios mexicanos de inmigración y miembros de la Guardia Nacional en los secuestros. Muchos de los secuestros tienen lugar cerca del aeropuerto y la estación de autobuses de Ciudad Juárez, según el informe, y los funcionarios de inmigración “(alertan) a los miembros de los cárteles sobre la presencia de los migrantes para que puedan interceptarlos”.
Los católicos que trabajan con migrantes en otras partes de México han denunciado que los secuestros son rutinarios. En el estado de Tamaulipas, al noreste del país, la Diócesis de Matamoros informa de que un gran número de inmigrantes acuden a sus albergues tras ser liberados por sus captores.
“Bajo la presión de Estados Unidos, ha habido un aumento significativo en la actividad de aplicación de la ley por parte de México para reducir la migración a la frontera entre Estados Unidos y México”, dijo Dylan Corbett, director del Hope Border Institute, a OSV News.
“Hemos visto que cada vez que hay una represión de la migración por parte del gobierno mexicano, coincide con un aumento de la vulnerabilidad de los migrantes a los actores corruptos”, dijo. “Lo que estamos presenciando ahora es un cóctel mortal que incluye todos esos elementos, convirtiendo la vida de demasiados migrantes que viajan a través de México en una verdadera pesadilla”.