Cómo preparar tu corazón y tu hogar para el Adviento

Por Woodeene Koenig-Bricker
(OSV News) – “Cuando los cristianos transmitimos al mundo que las fiestas son mucho más que regalos y adornos, cumplimos con nuestra misión evangelizadora”.
Imagina que estás esperando un bebé. Pasas meses preparándote para su llegada, pero es en el último mes cuando prestas atención a cada detalle: limpias la cuna, tienes los pañales listos, instalas su sillita en el coche y te aseguras de que familia y amigos estén listos para recibir al nuevo integrante.
Esa sensación de alegría e ilusión durante los preparativos es la que debemos adoptar durante el Adviento, mientras esperamos la llegada de Cristo, el Señor. La Navidad es el momento culminante, pero el verdadero sentido del Adviento radica en aprovechar los días previos al 25 de diciembre para prepararnos espiritual y materialmente.
Lo que distingue al Adviento de los preparativos típicos de la Navidad es su dimensión espiritual: el Adviento es un tiempo de oración y penitencia. Como católicos, estamos llamados a dedicar estas cuatro semanas de Adviento a fortalecer nuestra vida espiritual, y a prestar especial atención a nuestras palabras y acciones mientras esperamos pacientemente la venida de Cristo.

La espera es un verdadero desafío, pero en lugar de simplemente esperar que pasen los días, debemos aprovechar el Adviento para profundizar nuestra relación con Dios. Seamos prácticos: lee un salmo antes de dormir, acude al sacramento de la confesión, reza el rosario (especialmente en las fiestas marianas de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre y Nuestra Señora de Guadalupe el12 de diciembre), dedica un tiempo a la adoración eucarística o participa de la Misa diaria.
También puedes rezar la tradicional novena de San Andrés: 25 días de oración por una Navidad santa, que comienza en la fiesta de San Andrés, el 30 de noviembre. Si tienes niños, puedes hacer un pesebre de “buenas acciones”: coloca un trozo de papel que represente un poco de paja en el pesebre cada vez que realices una buena acción, para que la cuna esté llena de “calidez santa” para el Niño Jesús.
Algunos de los principales símbolos de esta época son las decoraciones y las luces, especialmente las que se colocan en el exterior de las casas. Al decorar tu hogar, reflexiona sobre el significado de las luces, que son más que simples objetos decorativos. Las luces, especialmente las velas, se han utilizado durante siglos en Navidad como símbolo de la estrella que guió a los pastores y a los reyes magos hacia el Niño Jesús. Tus luces pueden servir como testimonio de la “luz del mundo” que está por venir y que ya ha llegado.
Cada familia tiene sus propias tradiciones sobre cuándo armar el árbol y colocar los adornos. A algunos les gusta ir decorando poco a poco durante las semanas; otros prefieren hacerlo durante la Nochebuena. (Y si sientes que poner decoraciones demasiado pronto es inapropiado, ¡el Vaticano coloca su escena navideña, que incluye árboles y un pesebre, a principios de diciembre!)
Se dice que San Francisco de Asís fue quien creó el primer pesebre. Considera tener uno propio. Algunos lo colocan debajo del árbol, otros en una mesa. Algunas familias convierten el pesebre en una tradición y van agregando una figura nueva cada año.
Muchas familias preparan comidas especiales que solo sirven en Navidad. Mientras lo haces, aprovecha para recordar y rezar por todos los familiares que ya no están.
Quizás quieras empezar a crear algunas tradiciones nuevas y sabrosas. Puedes imitar la tradición anglicana y comenzar a hornear para las fiestas el último domingo antes del Adviento. Durante este día, se mezclaban los tradicionales pasteles de frutas y se dejaban “reposar” hasta Navidad. Esta práctica se inspira en una oración de la liturgia del día que dice: “Despierta, te suplicamos, oh Señor, la voluntad de tu pueblo fiel”. Puedes darle un nuevo sentido a esta tradición preparando y congelando porciones de masa para galletas que hornearás más adelante en el mes.
El Adviento es un tiempo de esperanza y paz en el que reafirmamos que “nada es imposible para Dios”, ni siquiera que una virgen dé a luz a un hijo. Durante este Adviento, busca la esperanza y renueva tu espíritu. Encuentra la Luz en todo lo que hagas, desde comprar regalos y enviar tarjetas hasta preparar comidas especiales y decorar la casa.
Este Adviento, prepara tu casa y tu corazón para la venida de Emmanuel, Dios con nosotros, Jesucristo.