Declaración de los Obispos de la Provincia de Mobile, Alabama,sobre la inmigración

Como obispos de la provincia de Mobile, que abarca Alabama y Mississippi, nos sentimos llamados a hablar sobre el tema apremiante de la inmigración en nuestra nación y en nuestra provincia. Nuestra fe nos obliga a ver a cada ser humano como un hijo de Dios, dado de dignidad y valor, y la historia de nuestra nación nos recuerda el poder transformador de la esperanza y la oportunidad.
La belleza y la naturaleza de Estados Unidos han sido durante mucho tiempo el resultado de las puertas abiertas a aquellos que anhelan una vida mejor para sus familias, aquellos que anhelan “respirar libres” y aquellos que buscan seguridad, protección y libertad. Esta apertura ha enriquecido nuestra increíble sociedad, fortaleciendo el tejido de nuestras comunidades y renovando el espíritu del sueño americano para las generaciones nuevas y futuras. Incluso en Alabama y Mississippi, muchas de nuestras comunidades cívicas y de fe están experimentando crecimiento y vitalidad debido a los inmigrantes que anhelan crear una vida mejor para ellos y sus familias, mientras experimentan el sabor de la oportunidad y la libertad.
Al mismo tiempo, reconocemos que las naciones son entidades soberanas con el derecho y la responsabilidad de establecer leyes y políticas de inmigración que protejan a sus ciudadanos y garanticen el movimiento ordenado de los pueblos en sus fronteras. Un enfoque justo y compasivo de la inmigración debe equilibrar el respeto por estas leyes con el imperativo de defender la dignidad de cada persona, incluidos sus sueños y nobles aspiraciones.
Hacemos un llamado de respeto y comprensión hacia aquellos que se encuentran en nuestro país debido a un sistema de inmigración roto. Muchos han venido en busca de refugio de la pobreza, la violencia, las dictaduras o la persecución. Como nación, debemos hacer adaptaciones para mantener a las familias unidas, asegurando que los niños no sean separados de sus padres. Se debe permitir el debido proceso en el procedimiento de las solicitudes de inmigración, garantizando la igualdad y la justicia para todos, especialmente en lo que respecta al tiempo y los gastos. Además, debemos presumir de buena voluntad para aquellos que se esfuerzan por trabajar dentro de nuestro sistema, mejorar sus vidas y contribuir al tapiz único que es Estados Unidos.
La reforma migratoria no es solo un asunto legal, sino también profundamente moral. Como católicos y como estadounidenses, estamos llamados a solidarizarnos con los vulnerables, abogando por políticas que reflejen los valores de la compasión, la justicia y la misericordia. Impulsados por el llamado de Cristo a cuidar de todos, abogamos por la dignidad y el trato justo de los inmigrantes, afirmando su valor y sus contribuciones a la sociedad. Pedimos a los legisladores, líderes comunitarios y a todas las personas de buena voluntad a que se involucren en este asunto con la seriedad y humanidad que se merece.
Que nosotros, como nación, continuemos dando la bienvenida al extranjero con corazones abiertos, honremos el estado de derecho con integridad y nos esforcemos siempre por ser una luz de esperanza y bienvenida para aquellos que buscan un mejor mañana.
En Cristo,

Most Reverend
Thomas J. Rodi
Arzobispo de Mobile

Most Reverend
Joseph R. Kopacz
Obispo de Jackson

Most Reverend
Steven J. Raica
Obispo de Birmingham

Most Reverend
Louis F. Kihneman, III
Obispo de Biloxi

Obispos de la Provincia de Mobile, Alabama