By Maria del Pilar Guzman
(OSV News) — Cuatro talleres a lo largo del año. Reflexión y conversaciones al estilo sinodal. Jóvenes ejerciendo el poder de su voz, creando con palabras. Estas actividades encapsulan el proceso en el que jóvenes adultos del sureste de Estados Unidos se sumergen año tras año desde 1980. Ellos tienen un objetivo en mente: escribir y publicar un libro pascual que pueda ayudar a profundizar la fe de jóvenes como ellos durante la temporada de Cuaresma.
El fin de semana del 15 y 16 de febrero, los participantes de este inspirador proyecto vieron su dedicación y esfuerzo del último año materializarse en la presentación oficial del Libro de la Pascua 2025, publicado por del Instituto Pastoral del Sureste (SEPI), la rama formativa de la Oficina Regional del Sureste para el Ministerio Hispano, que apoyan a la pastoral hispana procedentes de las 30 diócesis en los estados de Alabama, Florida, Georgia, Kentucky, Louisiana, Mississippi, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Tennessee.

Tomando en cuenta que estamos viviendo un Año Santo, cuyo lema es “Peregrinos de Esperanza”, Gabriella Escalante, coordinadora de la Pastoral Juvenil del SEPI, manifestó a OSV News que el tema central del libro este 2025 es precisamente la esperanza y el título, “Hope Begins with “J”/”Esperanza empieza con J”.
“La ‘J’ es de Jesús”, acotó Escalante.
Ella develó que el tema central es escogido en la primera reunión, también llamado Taller 0, donde representantes de distintas diócesis comparten sus hallazgos respecto a lo que sus comunidades jóvenes necesitan.
“Es un taller de discernimiento en el que juntos podemos llegar a cuál es ese tema que Dios nos está llamando a trabajar para el año siguiente”, expresó Escalante, añadiendo que, “Para eso tomamos en cuenta dónde está la Iglesia en ese año, qué cosas han pasado, qué día es a nivel nacional, a nivel mundial, todo eso es importante, y también tomar en cuenta cuál es la necesidad de nuestros jóvenes”.
Es en el siguiente taller, el Taller 1, dónde se hace la presentación del tema y se procede a escoger el título de este libro bilingüe, teniendo ya una audiencia más amplia con todos los participantes del proyecto.
Marcos Capistrano, un joven adulto de la Diócesis de Charlotte, Carolina del Norte, quien experimentó por primera vez ser parte del proceso del Libro de la Pascua de este año, señaló a OSV News que, si bien, en el sentido literal, “esperanza” no empieza con “J”, es a través de este sentimiento que Jesús se vale para actuar.
“Ya cuando el joven tiene esa esperanza, esa spark, o ese granito que le hace decir ‘quiero seguir adelante’, ahí es dónde va a empezar Jesús. Ese es el principio”, sostuvo Capistrano.
Una vez que se elige el título — uno de “los momentos más tensos del proceso porque, obviamente, cada diócesis quiere que gane su título”, señaló Escalante — es cuando se explican y dividen los temas a las distintas diócesis y los jóvenes participantes se ponen manos a la obra con sus respectivas secciones.
El Taller 2 toma lugar un mes después. Con cada diócesis habiendo traído su sección, se forman mesas interdiocesanas, donde cada una presenta su capítulo y recibe sugerencias.
A pesar de que los capítulos que van a poblar el libro son escritos por distintas diócesis, es en este taller donde el poder del trabajo colaborativo y colectivo se manifiesta en su máximo esplendor, ya que los jóvenes empiezan el proceso de edición juntos.
Capistrano manifestó que, si bien cada sección del libro pascual encapsula la realidad vivida por los jóvenes de una diócesis específica — en su caso, una creciente comunidad hispana compuesta por individuos de diversos países que llegan a Charlotte con esperanza, con ganas de empezar “un nuevo capítulo” — el mensaje se extiende más allá de los confines de un territorio.
“Hay jóvenes de diferentes backgrounds”, manifestó Capistrano, “Dios ama a todo y a todos . . . entonces tengo que aprovechar y ayudar a los que son vulnerables. A mí (este proceso) me ayudó demasiado con mi fe, porque dije, ‘Tengo que seguir en oración’. Entonces, para mí, fue el servicio y la oración que me impactaron muchísimo”.
Entre la tercera y cuarta sesión, el equipo editor de SEPI empieza el proceso de la edición final del libro bilingüe y formateo para después enviarlo a la imprenta.
Durante este periodo también se crean los recursos digitales que van a acompañar el libro: “Entre ellos, el podcast, que son los hechos de vida, que son audios que mandan los jóvenes, que se ponen en un canal de Spotify y en las distintas plataformas de podcast. Y también una guía para el líder”, que es para difundir el contenido del libro en grupos de jóvenes parroquiales, reveló Escalante.
Este trabajo toca el corazón de los participantes que este año contaron con 120 jóvenes de 13 de la región del sureste y la Arquidiócesis de Washington. Escalante confirmó que desde el inicio del proceso en 1980, alrededor de 4.200 jóvenes — considerando que hubo dos años en los que no se realizó — han sido parte de esta experiencia de producir un libro para prepararse para la Pascua.
La develación del producto final — que este año marca la edición número 42 del Libro de la Pascua — ocurre en la cuarta reunión, el Taller 3. El libro viene empaquetado, y los jóvenes participantes lo abren llenos de emoción y admiración.
“Es un momento muy emocional ver el rostro de estos jóvenes al ver que ellos formaron parte de algo mucho más grande que ellos y que va a perdurar en el tiempo”, expresó Escalante.
Capistrano dijo que sintió un gran honor al ser un hispano partícipe de este proyecto.
“Como hispanos, podemos luchar y crecer juntos y tener una voz”, dijo, esperando que los jóvenes vean que “estamos activos, aquí, en el presente”.
“Hay que ser una voz para todos”, declaró.