Por Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Continuando con el enfoque en la atención de migrantes y refugiados, el papa Francisco instó a una organización de la ONU a hacer más para convencer a las naciones de que abran vías seguras y legales para la migración y regularizar a las personas que han ingresado a países sin documentos adecuados.
En un mensaje enviado el 29 de noviembre a la Organización Internacional para las Migraciones, el papa Francisco dijo: “Existe una necesidad urgente de encontrar formas dignas de salir de situaciones irregulares”.
“La desesperación y la esperanza siempre prevalecen sobre las políticas restrictivas”, dijo, por lo que la migración continuará sin importar lo que hagan los países. “Cuantas más rutas legales existan, menos probable es que los migrantes se vean arrastrados a las redes criminales de los traficantes de personas o a la explotación y el abuso en contravención de la ley”.
El mensaje del papa fue leído por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, en una reunión para conmemorar el 70 aniversario de la agencia de la ONU. En 2011, el papa retirado Benedicto XVI decidió que la Santa Sede se convertiría en miembro de la organización.
Si bien insistir en la creencia de la dignidad humana significa que los migrantes deben ser tratados como individuos y no como un “fenómeno”, el papa Francisco también sugirió las políticas necesarias para ayudar tanto a las personas en movimiento como a los países donde buscan una vida mejor.
“Los migrantes hacen visible el vínculo que une a toda la familia humana, la riqueza de las culturas y el recurso para los intercambios de desarrollo y las redes comerciales”, dijo, pero eso siempre depende de la integración de los recién llegados.
“La integración implica un proceso bidireccional, basado en el conocimiento mutuo, la apertura mutua, el respeto a las leyes y la cultura de los países anfitriones con un verdadero espíritu de encuentro y enriquecimiento mutuo”, dijo.
Mantener a las familias migrantes intactas o ayudar a reunir a las familias es esencial, ya que las familias son “un componente esencial de las comunidades en nuestro mundo globalizado”, dijo. Lamentablemente, “en demasiados países a los trabajadores migrantes se les niegan los beneficios y la estabilidad de la vida familiar como resultado de impedimentos legales. El vacío humano que se deja cuando un padre o una madre emigran solos es un duro recordatorio del abrumador dilema de verse obligados a elegir entre emigrar solo para alimentar a la familia o disfrutar del derecho fundamental a permanecer en el país de origen con dignidad”.
Y dijo que en vez de simplemente quejarse de los flujos migratorios, “la comunidad internacional debe abordar urgentemente las condiciones que dan lugar a la migración irregular” (pobreza, conflicto, discriminación, cambio climático) para que la migración sea un bien, una decisión informada y no una necesidad desesperada.
“En última instancia”, dijo el papa Francisco, “la migración no es solo una historia de migrantes, sino de desigualdades, desesperación, degradación ambiental, cambio climático” pero también de “sueños, valor, estudios en el extranjero, reunificación familiar, nuevas oportunidades, seguridad y protección, y trabajo duro pero digno”.