WASHINGTON (OSV News) — El presidente del comité de política interior de los obispos estadounidenses dijo que la nación tiene “trabajo urgente” que hacer para mostrar realmente una “solidaridad radical con las familias trabajadoras” y proporcionar un apoyo continuo al bienestar de todas las familias.
“Hay signos de mejora y preocupación con respecto a la economía”, afirmó el 30 de agosto el arzobispo Borys Gudziak, de la Arquidiócesis Ucraniana de Filadelfia, en una declaración que la Conferencia de los Obispos Católicos de EE.UU. hizo pública antes del Día del Trabajo, el 4 de septiembre.
A pesar de los indicadores económicos positivos de baja tasa de desempleo, la ralentización de la inflación y creación de nuevos puestos de trabajo, “más familias sienten que están peor hoy que el año pasado”, afirmó, citando un informe del Banco de la Reserva Federal.
“Todavía hay trabajo urgente y necesario por hacer para ejercer la solidaridad radical con las madres, los niños y las familias”, dijo el arzobispo, que preside el Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano de la USCCB. “Oremos y actuemos con este fin, escuchando siempre al Señor que cumple la buena nueva cuando oímos su palabra cada día”.
El arzobispo Gudziak también dijo que “debe reconocerse y afirmarse el papel esencial que los sindicatos pueden desempeñar, y continuamente desempeñan, en la sociedad”, y añadió que los sindicatos deben seguir siendo apoyados “en sus esfuerzos de apoyar a familias saludables y prósperas, especialmente a las que más lo necesitan”.
El arzobispo destacó las necesidades a las que se enfrentan las familias estadounidenses en la economía actual.
“El porcentaje de estadounidenses que no pueden afrontar un gasto inesperado de $400 ha aumentado al 37%. Si bien los aumentos de precios no son tan pronunciados como antes, los precios de los comestibles han subido casi un 5% durante el último año”, dijo, señalando otras estadísticas, incluyendo que tres de cada 10 madres informan que “hubo momentos en el último año en los que no pudieron comprar alimentos”.
“Millones de personas no han podido comprar casas por los precios altos, mientras que la vivienda de alquiler se vuelve cada vez menos asequible”, continuó, y el costo de la atención médica “se está volviendo fuera del alcance de muchos”.
“Estamos llamados a unirnos a Jesús en su ministerio de llevar la buena nueva a los pobres. Debemos hacer más para apoyar a las familias”, dijo, señalando que el pasado octubre, los presidentes de varios comités de obispos estadounidenses pidieron al Congreso que mostrara una “solidaridad radical” con las madres, los niños y las familias en un mundo post-Roe. En junio de 2022, la sentencia Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization de la Corte Suprema de EE.UU. anuló el precedente Roe v. Wade de 1973 que legalizaba el aborto en todo el país, devolviendo el asunto a los estados.
En una carta dirigida al Congreso el 26 de octubre de 2022, los presidentes de los comités de actividades provida, vida familiar, política interior y migración de los obispos compartieron “la visión de los obispos de Estados Unidos de una sociedad que afirme auténticamente la vida, que realmente dé prioridad al bienestar de las familias y acoja generosamente la nueva vida”.
“Destacaron el largo historial de apoyo por parte de la USCCB a los programas de nutrición, las viviendas asequibles, el acceso a la atención médica, los programas de protección social y la justicia para los trabajadores, incluyendo cuestiones como salarios justos, apoyo para la organización de los trabajadores y condiciones de trabajo seguras independientemente del estado migratorio, y pidieron soluciones políticas para apoyar a todos los niños y familias”, recordó el arzobispo Gudziak. Estas prioridades siguen siendo las mismas para la Iglesia estadounidense, afirmó.
Enfatizó las leyes que el Congreso aprobó a finales del año pasado para apoyar a las familias, medidas respaldadas por los obispos estadounidenses, como la Ley de Protección Maternal Urgente (PUMP, por sus siglas en inglés) para Madres Lactantes y una opción permanente para que los estados amplíen la cobertura de Medicaid posparto durante un año después del nacimiento.
Pero el Congreso debería reforzar el Crédito Tributario por Hijos, dijo el arzobispo Gudziak. El Congreso permitió que la medida expirara a finales de 2021, con la consecuencia de que 3,7 millones de niños cayeron de nuevo en la pobreza, siendo las familias negras y latinas las que experimentaron el mayor impacto, según el Centro de Pobreza y Política Social de la Universidad de Columbia.
El arzobispo Gudziak también pidió “apoyo nacional para el permiso familiar pagado (paid family leave)”, haciendo hincapié en que es “pro-vida apoyar a las familias”, y dijo que tenía que haber “un mejor acceso a un cuidado infantil y preescolar asequibles y de calidad, que también garantice salarios justos para los trabajadores de cuidado infantil y los maestros”.
Además, dijo que “se debe apoyar a las familias que opten por cuidar a los niños en el hogar”.
“Los programas de cuidado infantil y educación temprana basados en la fe han servido a las familias durante décadas y deben incluirse como parte de la solución, de manera coherente con su libertad de conservar su carácter religioso”, dijo.
“Es bueno que un diálogo bipartidista sobre estas cuestiones esté ocurriendo en este momento”, dijo el arzobispo Gudziak. “El Congreso debe tomar medidas inmediatas en todas estas áreas para proteger el bienestar de las madres, los niños y sus familias”.
Pero añadió: “Los cambios en las políticas públicas no son la única forma en que podemos ayudar a las familias a prosperar”.
Dijo que “las comunidades pueden organizarse para llamar la atención sobre los problemas que enfrentan las familias y encontrar soluciones”, y añadió que la Campaña Católica para el Desarrollo Humano (CCHD por sus siglas en inglés), el programa nacional de lucha contra la pobreza de los obispos, “apoya este trabajo y es de gran ayuda para las familias que están luchando”.
Un ejemplo que señaló es el de Washington Home Care Cooperatives, en el oeste del estado de Washington, que recibe apoyo de la CCHD para proporcionar “empleos bien remunerados a través de empresas que son propiedad de los trabajadores, quienes brindan atención domiciliaria a personas mayores y personas con discapacidades”.
Los obispos crearon el CCHD hace 50 años para “empoderar a las personas en situación de pobreza a tomar medidas para ayudarse a sí mismas”, dijo el arzobispo Gudziak.
Hizo hincapié en que los sindicatos son clave para que las familias trabajadoras prosperen y que “debe reconocerse y afirmarse el papel esencial que los sindicatos pueden desempeñar, y continuamente desempeñan, en la sociedad”.
“De hecho, como ha sugerido el Papa Francisco, ‘no hay trabajadores libres sin sindicatos'”, dijo, subrayando la declaración del Papa de que también deben “ser una voz de quien no tiene voz”.
“La finalidad de la economía es permitir que las familias prosperen. Esta noción está profundamente arraigada en la doctrina social católica”, dijo, añadiendo que la Iglesia enseña que las empresas, las organizaciones profesionales, los sindicatos y el Estado deben ser “promotores de políticas laborales que no perjudiquen, sino favorezcan el núcleo familiar desde el punto de vista ocupacional”.
El Concilio Vaticano II dijo que “‘todo el proceso de la producción debe… ajustarse a las necesidades de la persona y a la manera de vida de cada uno en particular, de su vida familiar, principalmente por lo que toca a las madres de familia'”, dijo el arzobispo Gudziak. “¿Estamos cumpliendo estas normas? Hay mucho más que podemos hacer”.
NOTAS:
Un enlace a la declaración del arzobispo por el Día del Trabajo en español está aquí https://www.usccb.org/es/resources/declaracion-del-dia-del-trabajo-2023
Un enlace a la declaración del Día del Trabajo del arzobispo en inglés está aquí https://www.usccb.org/resources/labor-day-statement-2023