Por Bishop Joseph Kopacz
“La Diócesis de Jackson apoya y seguirá apoyando la exención religiosa en nombre de la misión de la Iglesia Católica con respecto a la educación y los servicios sociales. Nos gustaría seguir prestando estos servicios mientras permanecemos fieles a las enseñanzas de la Iglesia Católica. La diócesis no estuvo envuelta en las otras partes de la propuesta que trata sobre las operaciones de negocios y del gobierno. La Iglesia seguirá trabajando para proteger su derecho en la Primera Enmienda para el culto, para educar y servir en el dominio público, respetando la dignidad de todos los ciudadanos”.
Con esta declaración respondí a las recientes consultas y comentarios con respecto al apoyo de la diócesis por la libertad religiosa la cual fue firmada como ley en Mississippi con la propuesta HB 1523.
Esta ley es amplia y no solamente afecta a los derechos de la Primera Enmienda para denominaciones religiosas reconocidas, pero también apoya a los ciudadanos con respecto a la libertad de conciencia. a controversia, como sabemos, rodea el conflicto entre la libertad religiosa y la libertad de conciencia frente a la discriminación. Principalmente, aunque no exclusivamente, esto se ha enfocado en las uniones civiles del mismo sexo y la redefinición del matrimonio en la ley de los Estados Unidos. Para mí, como obispo de Jackson, es importante abordar este asunto de vital importancia como sigue.
La vida de parroquia y el culto: la enseñanza inmutable de la Iglesia Católica sobre el matrimonio durante casi dos mil años ha sido la fiel e indisoluble unión de un hombre y una mujer en la alianza del matrimonio entre dos cristianos bautizados. Este es uno de nuestros siete sacramentos. Yo escribí acerca de esto por primera vez el verano pasado después de la sentencia del Tribunal Supremo. Léanlo en www.mississippicatholic.com
Esta enseñanza inmutable ha sido reiterada por el Papa Francisco en su recién estrenada exhortación apostólica después del Sínodo, Amoris Laetitia, (La alegría del amor). “El matrimonio es entre un hombre y una mujer y las uniones homosexuales no pueden colocarse en el mismo plano que el matrimonio cristiano”. (AL250).
Dicho esto, es importante que todos aprendamos a imitar el amor incondicional de Dios para todos. El Papa Francisco de todo corazón continúa: “La Iglesia hace propia la actitud del Señor Jesús, quien ofrece su amor infinito a cada persona sin excepción.” (Al250)
Además, cada persona es un hijo o una hija; cada persona tiene una historia familiar; todos tienen lazos de amor con los miembros de la familia; y todo el mundo tiene amigos en situaciones difíciles y dolorosas. “Es una cuestión de acercarnos a todos, o la necesidad de ayudar a cada persona a encontrar su propio modo de participar en la comunidad eclesial, y experimentar así ser tocado por una inmerecida, incondicional, y gratuita misericordia”. Al297
El Papa Francisco es amado por muchos porque él es capaz de reafirmar las enseñanzas de la Iglesia con fidelidad, compasión y esperanza, un estándar para toda la Iglesia. Algunos quieren enmarcar el debate en torno a las enseñanzas de la Iglesia como discriminación y hostilidad hacia las personas homosexuales. Por el contrario, estamos siendo fieles a nuestra misión de “decir la verdad en el amor” y de vivir con el corazón y la mente de nuestro Señor resucitado, que vino para que todos pudieran ser reconciliados con Dios.
La misión de educar al final del evangelio de san Mateo, en el gran mandato dirigido a sus apóstoles, Jesús les dijo: “Id y bautizad a todas las naciones, enseñándoles todo lo que yo os he mandado, y sabed que yo estoy con vosotros hasta el fin de los tiempos”. La iglesia ha sido fiel a esta misión por casi dos mil años en innumerable formas: especialmente en la familia, en las comunidades parroquiales y en la educación formal. La Diócesis Católica de Jackson ha sido parte de esta misión de educar desde su creación en 1837 en todas las formas de enseñanza, inclusive en nuestro sistema escolar católico iniciado en 1847.
Proporcioné una visión más amplia de nuestra orgullosa herencia educativa en el estado en mi carta a la Legislatura del Estado. Pueden leer la carta aquí. Todos los profesores que representan oficialmente a la Iglesia Católica en nuestras escuelas o parroquias deben enseñar lo que la Iglesia cree, y deben vivir en una forma que esté en sintonía con las enseñanzas de la Iglesia. Con respecto al matrimonio en nuestra misión de enseñar, un católico debe estar casado por la Iglesia.
Si un católico está viviendo con otra persona – incluso si la pareja es un hombre y una mujer – sin el beneficio del matrimonio, o están casados por lo civil sin el beneficio de un matrimonio por la iglesia, entonces no serían contratados, o su empleo sería terminado. Las uniones civiles de personas del mismo sexo son vistas en esta luz y las normas que sirven de fundamento a nuestro distintivo católico serían aplicables. Esto no es una cuestión de discriminación, sino de ser fieles a misión y a las enseñanzas del Evangelio confiadas a la Iglesia por el Señor Jesús.
Mi carta a la legislatura se refiere al derecho de la Iglesia de contratar y comisionar a educadores sin la intención o perjuicio a nuestra tradición de fe.
Por último, es esencial señalar que la Iglesia Católica en Mississippi ha educado a todos los que han pasado a través de nuestras puertas, comenzando con los hijos de los esclavos en los 1840s. Los no católicos incluyen un porcentaje significativo de quienes ocupan los asientos en nuestro sistema escolar, tanto estudiantes como profesores, y la diversidad ha sido nuestro sello desde la desegregación.
La misión de servir: en la misma carta a los legisladores estatales, hice un llamamiento a la Primera Enmienda sobre el derecho a servir con respecto a Caridades Católicas la cual ha estado a la vanguardia sirviendo a las poblaciones vulnerables en Mississippi desde mediados de 1960.
Actualmente hay 23 programas o ministerios que sirven a los veteranos sin hogar, a las víctimas de violencia doméstica y violación, a los inmigrantes legales, a los menores refugiados no acompañados, y a los niños que están bajo el cuidado del estado, para nombrar unos pocos. Servimos a todos los que están en necesidad o en situaciones de crisis con experiencia, compasión, confidencialidad y respeto. La dignidad de cada persona es defendida y nadie es rechazado.
Las dos áreas de preocupación de las cuales escribí son la adopción y el cuidado temporal de niños por padres adoptivos (foster care), pidiéndole a los legisladores que defiendan nuestro deseo de servir mientras permanecemos fieles a nuestra tradición de colocara a los niños con matrimonios. En todo el país, estos programas han sido abordados de forma distinta por parte de cada estado. En este momento un acomodamiento para las organizaciones religiosas no es necesario en Mississippi con la propuesta de ley HB1523. (Si esta ley fuera derogada, solicitaríamos de nuevo estas exenciones específicas.)
Aunque estamos recibiendo fondos públicos para llevar a cabo estos programas, aún creo que sería beneficioso para nuestro estado que todas las organizaciones sectarias y no sectarias trabajen juntas para servir a los niños vulnerables. Si una organización sectaria, como la Iglesia Católica, tan sólo puede ir hasta cierto punto a causa de sus creencias, otras organizaciones pueden abordar este vacío en el servicio. Creo que los legisladores pueden aplicar el sentido común de la Primera Enmienda para apoyar el servicio de la Iglesia en la sociedad cuando este es un legado de servicio para el bien común.
En conclusión, espero que quede claro que la Iglesia Católica en Mississippi está comprometida a construir la calidad de vida de todos los residentes de Mississippi, tratándolos a todos con dignidad y respeto mientras permanecemos fieles a nuestra tradición de fe, educación y servicio.
Nuestro papel en el apoyo a este proyecto de ley se limitó a las cuestiones específicas mencionadas. Esto es invocado con malicia hacia ninguno. Asimismo, ciertamente hay un lugar para la libertad de conciencia en el dominio público, un inviolable atributo de la dignidad humana, pero nunca debe ser empleado para discriminar contra cualquier persona, un ataque directo contra la dignidad humana.