La Semana de las Escuelas católicas se celebra este año del 28 de enero al 3 de febrero en donde quiera que una diócesis en todo el territorio de los Estados Unidos es bendecida de tener un sistema de enseñanza católica. El tema de este año es: Escuelas Católicas: Aprende. Sirve. Dirige. Ten éxito. Nuestro legado de escuelas en la Diócesis de Jackson se remonta a 1847 en Natchez, antes de extenderse hacia Vicksburg y Greenville y luego gradualmente hacia el este en el estado de Mississippi. Debido a que nuestra diócesis fue la 13ª Diócesis Católica establecida en la nación la tradición de nuestras escuelas católicas comenzó no mucho después de que las primeras escuelas católicas fueran abiertas en los Estados Unidos. La madre y el padre, fundadores de la educación católica, fueron Santa Isabel Ana Seton y San Juan Neumann. Isabel Ana Seton, 1784-1821, fue una creyente Episcopal a través de la mitad de su vida, y esposa y madre de seis hijos que siempre encontró el tiempo para obras benéficas y de acercamiento.
Ella se convirtió al catolicismo tras la muerte de su marido, y en un corto periodo de tiempo fundó las Hijas de la Caridad basada en la regla de San Vicente de Paúl y su comunidad religiosa en Francia. Su misión se convirtió en la educación basada en la fe, envolviéndose en un profundo y desconocido campo. Fundó la primera escuela católica en los Estados Unidos en 1812, y para 1818 las hermanas habían establecido dos orfanatos y otra escuela. En la actualidad, seis grupos de hermanas pueden trazar sus orígenes a la fundación inicial de la Madre Seton. Los siguientes son extractos de los escritos y la sabiduría de esta gran matriarca.
“Comparto sus luchas como educadores de hoy, y estoy con ustedes en esa lucha. Los signos de los tiempos les ruegan que sean espiritualmente maduros para fomentar un clima de renacimiento misionero fiel a (mi) legado por la educación católica. Están convencidos de la necesidad de una visión estratégica en nombre del Evangelio? ¿Están dispuestos a correr el riesgo de llevar a cabo nuevas ideas que respondan a la necesidad humana absoluta?
¿Qué necesidades insatisfechas existen en tu colegio, parroquia o comunidad que puedes abordar de manera realista? ¿Cómo interactúas con los sectores públicos y privados y las redes escolares en casa? ¿Qué nuevos programas o cursos beneficiarían a tus estudiantes o a atraer nuevos? ¿Qué servicios oportunos ofrecen ustedes actualmente que pueden ampliarse a otros? Hay maneras para que usted pueda combinar esfuerzos y recursos para otras nuevas?
¿Qué mejoras pueden introducirse mediante la adopción de nuevas técnicas? Los invito a discutir si su definición de educación realmente satisface las cambiantes necesidades de la sociedad.
En su papel como educadores, céntrense en la persona entera, enseñen la lección y toquen el corazón. Por encima de todo amigos, enseñen a sus alumnos acerca del amor de Dios por ellos. ¡Oh! Fijen su mirada en el futuro y siempre traten de educar a sus alumnos para el mundo en que están destinados a vivir.
Las buenas relaciones de la casa y la escuela fueron muy importantes para mí y a menudo me comunico con los padres acerca del progreso de sus hijos, o la falta de este. Yo les digo que sé que los padres americanos les es más difícil oír las faltas de sus hijos.
He intentado varios métodos de disciplina pero siempre con firmeza suave. He descubierto que la pérdida de recreación, la privación de una fruta, o el pago de un centavo por buenas obras, a menudo ha funcionado bien. Arrodillarse, también era la única forma de castigo físico que permití.
No acepté ninguna forma de prejuicio o discriminación. La inclusión fue mi objetivo. Mi escuela fue fundada en los valores perennes del respeto y la igualdad. Ruego que se tenga en cuenta que la compasión cristiana auténtica se expresa universalmente y no de manera selectiva. Esto se extiende a los niños de la montaña que son pobres, a los niños de Pennsylvania Dutch, y a los niños africano-americanos de los esclavos y de padres libres a los que yo mismo enseñé”. Sus Hijas de la Caridad llegaron a Natchez en 1847 y permanecieron hasta el 2003. Santa Isabel Ana Seton fue beatificada en 1963 y canonizada en 1976.
El patriarca de educación de la escuela católica es San Juan Neumann, quien nació en 1811 en Bohemia, en la República Checa moderna. Después de viajar a América fue ordenado y entró en la orden redentorista y sirvió fielmente a los pobres en Buffalo, Nueva York. El Padre Juan Neumann fue nombrado obispo de Filadelfia en 1852 y fue el primero en organizar un sistema de enseñanza católica diocesana. Como fundador de las escuelas católicas en este país, él aumentado el número de escuelas en su diócesis de dos hasta 100 en ocho años y escribió libros de los catecismos y otros panfletos para enseñar la fe, mientras trabaja para traer buenos maestros a la diócesis. El trabajo de su vida fue el de difundir la fe. El Obispo John Neumann nunca perdió su amor y preocupación por la gente.
En una visita a una parroquia rural, el párroco lo recogió en un vagón con estiércol. Sentado en una plancha que se extendía sobre los contenidos del vagón, John bromeó, “¿Has visto alguna vez tal cortejo para un obispo?” Su capacidad de aprender idiomas que lo había traído a América le llevó a aprender español, francés, italiano y holandés, de modo que pudiera oír confesiones en al menos seis idiomas. Cuando comenzó la inmigración irlandesa, aprendió el gaélico tan bien que una mujer irlandesa comentó, “no es grandioso que tengamos un obispo irlandés!” Una vez en una visita a Alemania regresó a la casa donde se hospedaba empapado por la lluvia. Cuando su anfitrión le sugirió que se cambiara sus zapatos, John comentó, “La única manera de cambiarme mis zapatos es colocando el zapato izquierdo en el pie derecho y el zapato derecho en el pie izquierdo. Este es la único par de zapatos que tengo”.
Las palabras del Señor Jesús de “ir y enseñar y hacer discípulos de todas las naciones” fueron grabadas en los corazones y las mentes de Santa Isabel Ana Seton y San Juan Neumann. Ojalá que estos patronos de la educación en los colegios católicos continúe intercediendo por nosotros mientras nos esforzamos por ser fieles a nuestra visión de “inspirar a los discípulos, abrazar la diversidad y servir a los demás” en nuestro sistema escolar católico de la Diócesis de Jackson.