Tercera Cuaresma en pandemia ofrece oportunidad de reinicio espiritual

Por Carol Zimmermann
WASHINGTON (CNS) – La Cuaresma, la temporada espiritual de oración y sacrificio, tiene un atractivo adicional este año porque una vez más – por tercera vez, más precisamente – estará bajo la nube de la pandemia de coronavirus.
Y aunque la tercera Cuaresma en una pandemia puede parecerse mucho a la tercera caída de Jesús en el camino al Calvario, las personas que hablaron con Catholic News Service se enfocaron más en el camino de la temporada hacia la Pascua y cómo la Cuaresma de este año también coincide con un optimismo en torno a la caída de casos de COVID-19 en Estados Unidos.

“Es como una tormenta perfecta: números más bajos (de coronavirus) justo cuando se acerca la Cuaresma”, expresó Mary DeTurris Poust, exdirectora de comunicaciones de la Diócesis de Albany, Nueva York.

Poust, quien enseña yoga, dirige retiros, y escribe un blog llamado “Not Strictly Spiritual” (No estrictamente espiritual), indicó que durante los retiros virtuales recientes que ha dirigido, es evidente el deseo de la gente de volver a conectarse en persona.

JACKSON – Esta Cuaresma ofrece nuevas oportunidades para encontrar paz, comunidad, y fe. El 26 de febrero de 2020 se celebró el Miércoles de Ceniza en toda la diócesis. Nadie podía prever que ese día sería la última Misa presencial del Miércoles de Ceniza, días después se declaró la pandemia y las cancelaciones de celebraciones grupales. (Foto por Tereza Ma)

Y tal vez esta Cuaresma, que comienza con el Miércoles de Ceniza el 2 de marzo, es el momento de hacer precisamente eso, señaló Poust, estar con la comunidad parroquial – reunirse para misas, para servicios de oración, como también para las cenas que incluyen sopa y pescado frito.

Después de las tremendas pérdidas de los últimos dos años, expresó, esta Cuaresma podría ser un buen momento para reiniciar. “La Cuaresma es la oportunidad perfecta para recalcular el GPS interno” de adónde nos dirigimos, dijo Poust, hablando no solo de individuos, sino también, más ampliamente, de lo que pueden hacer las parroquias cuando buscan dar la bienvenida a las personas.

A muchos católicos les gusta el ritual de la Cuaresma y todas sus “campanas y olores”, dijo, lo que hace que esta temporada sea una gran oportunidad “para darles la bienvenida de la mejor manera”.

Jen Sawyer, editora jefe de Busted Halo, un sitio web paulista y un programa de radio satelital, dijo que, en tiempos de incertidumbre, las personas “confían en la memoria muscular” de las prácticas religiosas tradicionales a las que están acostumbradas. Sin embargo, este año, ella cree que las tradiciones habituales de Cuaresma podrían provocar una sensación diferente.

“Parece que esta es la Cuaresma para la que estamos más preparados; todos hemos sacrificado mucho”, acotó. La experiencia del desierto de la Cuaresma ya se ha vivido y, con tanta gente agotada en los últimos dos años, dijo que esta Cuaresma ofrece nuevas oportunidades para encontrar paz, comunidad, y fe.

El padre paulista Larry Rice, capellán del campus del Instituto Politécnico Rensselaer en Troy, Nueva York, estuvo de acuerdo, y dijo que la iglesia está más que lista para la Cuaresma de 2022 y espera que esta ayude a las personas a “responder a todo el trauma por el que hemos pasado”.

“Vivimos con un trauma de bajo grado y a largo plazo”, dijo, y agregó que, para muchos, el dolor está apenas debajo de la superficie y él ve a la Cuaresma como el antídoto. “Como cristianos, creemos que nuestro destino no es el Viernes Santo. Pasamos por eso para llegar a la Pascua”, expresó.

El padre Rice también dijo que este año tiene la esperanza de que “para cuando lleguemos a la Pascua, la pandemia que estamos experimentando se verá diferente”. Y con la sabiduría adquirida en los últimos dos años, agregó: “No hay garantías, puede haber nuevas variantes (de coronavirus)”.

Las últimas dos Cuaresmas no contaron con esa misma esperanza.

La Cuaresma de 2020 comenzó sin problemas, con solo una pequeña cantidad de casos de COVID-19 en el país; sin embargo, durante la segunda semana de Cuaresma, a principios de marzo, algunas diócesis instaron a las parroquias limitar el darse la mano en el signo de la paz y la Comunión del cáliz. Para la tercera semana de Cuaresma, muchas diócesis levantaron la obligación de la misa dominical y suspendieron las misas públicas y los servicios de Cuaresma, como las Estaciones de la Cruz y los servicios de oración.

El año pasado, durante la Cuaresma, se abrieron más iglesias, aunque muchas limitaron el tamaño de las congregaciones y exigieron que los feligreses se registraran para asistir a misas. Las ventas tradicionales de pescado frito en parroquias estadounidenses regresaron – con la opción de comida para llevar – y las cenizas se rociaron sobre las cabezas de los feligreses el Miércoles de Ceniza.

Este año, las parroquias están abiertas, con diferentes regulaciones de uso de cubrebocas y distanciamiento social vigentes. Por su parte, las ventas de pescado frito durante los viernes de cuaresma han regresado a las parroquias con opciones de consumirlas en el lugar o para llevar.

“Estos últimos dos años para todos nosotros no han sido fáciles, pero Dios ha estado con nosotros”, manifestó la hermana Carolyn McWatters, liturgista y presidenta del Comité de Oración y Rituales de las Hermanas de la Misericordia.

La hermana McWatters, que vive en el Convento del Sagrado Corazón en Belmont, Carolina del Norte, y participa en el ministerio allí con las hermanas jubiladas de la orden, enfatizó la necesidad de reflexionar sobre la experiencia de la pandemia esta Cuaresma. Ella dijo que es importante reconocer cómo vivimos más allá de lo que podíamos controlar, los recursos internos en los que confiamos, y dónde vimos la bondad y la gracia en acción.

“La cruz nunca es un callejón sin salida. Señala una nueva vida. ¿Dónde están los signos de vida para mí, mi comunidad, el país, el mundo?” ella preguntó.

El crecimiento espiritual a menudo se trata de renunciar al control, indicó, lo que ciertamente fue un aspecto de la vida pandémica, pero el coronavirus también implicó las dificultades del aislamiento que experimentaron especialmente las hermanas jubiladas.

El convento, parte de un centro nacional para las hermanas de la Misericordia, había sido un lugar frecuente de reuniones y encuentros y muchos asistían a las misas y cenas dominicales, todo lo cual se suspendió durante los últimos dos años.

“Todo el mundo está esperando el final”, acotó.

La opinión de estas hermanas jubiladas de la Misericordia hace eco de lo que muchos sienten, pero la hermana McWatters también advierte contra las personas que se enfocan en ser víctimas en este momento y ven la pandemia simplemente como “pobre de mí”.

Del mismo modo, dijo, la Cuaresma no es pesimismo y ruina, sino que debe ser un “abrazo gozoso de lo que me ayudará a crecer más profundamente”.

Sawyer también enfatizó que la fe está destinada a ser alegre y dijo que Busted Halo con su “Fast Pray Give Lent Calendar” y el desafío fotográfico InstaLent tiene como objetivo transmitir eso y continuará esta Cuaresma particularmente al instar a las personas probar algo nuevo: un nuevo libro u oración, y para comunicarse con otros después de tanto aislamiento pandémico.

“No solemos pensar en la Cuaresma como un momento vibrante de conexión comunitaria”, dijo, y agregó que los católicos están “acostumbrados a la experiencia del desierto” que a menudo se asocia con la temporada. Pero esta Cuaresma, eso podría cambiar.

Cuando nuestro mundo se está cayendo a pedazos

Por Padre Ron Rolheiser
Los primeros años de mi adultez y sacerdocio los pasé enseñando teología en Newman Theological College en Edmonton, Canadá. Era joven, llena de energía, amaba la enseñanza y estaba descubriendo las alegrías del ministerio. En su mayor parte, estos fueron buenos años.

Sin embargo, no siempre fueron fáciles. La inquietud y el caos interior nos encuentran a todos. Las demandas del ministerio, las tensiones dentro de la comunidad, las obsesiones a las que siempre soy propenso, la partida frecuente de queridos amigos de la comunidad y el constante movimiento de personas a lo largo de mi vida, ocasionalmente me dejaban en un caos emocional, sin aliento. en busca de oxígeno, luchando por dormir, preguntándome cómo iba a aquietar mi alma de nuevo.

JACKSON – “El alma no necesita ser curada, solo cuidada adecuadamente”, dice el Padre Rolheiser y para eso hay que encontrar, entre muchas cosas, la pareja adecuada que ayude a cuidar del alma. El matrimonio de Ignacio y Yudith Carrillo celebran su cuadragésimo aniversario de bodas, junto a decenas de matrimonios de toda la diócesis, en una Misa especial, celebrada por el obispo Joseph Kopacz, en la Catedral de San Pedro, el domingo 13 de febrero. (Foto por Tereza Ma)

Pero, tenía una pequeña fórmula para ayudar a manejar esto. Cada vez que el caos empeoraba, me subía a mi auto y conducía cuatro horas hasta nuestra granja familiar al otro lado de la frontera en Saskatchewan. Mi familia todavía vivía en la casa en la que crecí y pude comer en la misma mesa en la que comía cuando era niño, dormir en la misma cama en la que dormía cuando era niño y caminar igual. suelo que había caminado mientras crecía. Por lo general, una casa no tardó mucho en hacer su trabajo. Solo necesitaría una comida o pasar la noche y el caos y la angustia disminuirían; Comenzaría a sentirme estable de nuevo.

Regresar a casa no curó el dolor de corazón, pero le dio al corazón el cuidado que necesitaba. De alguna manera el hogar siempre funcionó.

Hoy en día, el mismo tipo de caos emocional y angustia todavía puede perturbarme en ocasiones y dejarme inseguro de quién soy, de las elecciones que he hecho en la vida y de en quién y en qué confiar. Sin embargo, ya no puedo conducir a la casa de mi infancia y necesito encontrar el equilibrio que una vez me dio ir a casa de nuevas maneras. No siempre es evidente dónde encontrar esto, incluso en medio de una buena comunidad, una familia que aún brinda apoyo, amigos amorosos y un trabajo maravilloso. El hogar puede ser esquivo en una noche inquieta. Lo que uno necesita para estabilizar el corazón no siempre es de fácil acceso. Una vez que has salido de casa, a veces es difícil encontrar el camino de regreso allí.

Entonces, ¿qué hago ahora cuando necesito ir a casa y retocarme las raíces para estabilizarme?

A veces, un amigo de confianza es la respuesta; a veces es una llamada a un familiar; a veces es una familia que se ha convertido en familia para mí, a veces es un lugar de oración o en la naturaleza, a veces me sumerjo en el trabajo, y a veces no puedo encontrarlo y tengo que vivir con el caos hasta que, como un mal tormenta, pasa.

A lo largo de los años, descubrí que un libro especial puede llevarme a casa de la misma manera que lo hacía una vez conducir hasta allí. Diferentes personas encuentran casas en diferentes lugares. Uno de los libros que hacen esto por mí, casi sin excepción, es La historia de un alma de Teresa de Lisieux. No es sorprendente que sea la historia de un viaje recesivo, la historia del propio esfuerzo de Therese por recuperar lo que una vez le dieron su casa, su hogar y su familia. Pero el viaje recesivo en sí mismo no es lo que le da a este libro (que recomiendo encarecidamente a cualquier persona cuyo corazón duele de una manera que perturba el alma) un poder tan especial. Muchas autobiografías inquietan más de lo que tranquilizan. Esta calma tu alma.

Sin embargo, recordar por sí solo no necesariamente se preocupa por el corazón y, a veces, nuestros recuerdos del hogar y la infancia conllevan más patología y dolor que tranquilidad y curación. No todos los hogares eran seguros y acogedores. Trágicamente, el hogar inicial de uno también puede ser el lugar donde nuestra confianza y estabilidad se rompen irrevocablemente, como suele ser el caso en el abuso sexual y otras formas de abuso. Tuve suerte. Mi primer hogar me dio confianza y fe. Para los que no tuvieron tanta suerte, la tarea es encontrar un hogar, un lugar o una persona, que acaricie un alma herida.

¿Qué hace a un hogar que acaricia el alma?

Padre Ron Rolheiser, OMI

El hogar es donde estás seguro. También es el lugar donde experimentas seguridad y confianza y donde esa constancia te permite creer en las cosas de la fe. Solía conducir cuatro horas para comer o dormir una noche para encontrar eso. Hoy, necesito hacer ese viaje recesivo de otras maneras.

Es un viaje que todos necesitamos hacer en tiempos de caos y profunda inquietud en nuestras vidas, es decir, para encontrar un lugar, un espacio, un amigo, una familia, una casa, una mesa, una cama, un libro o algo que vuelve a cimentarnos en la seguridad, la confianza, la estabilidad y la fe.

Por supuesto, hay dolores de cabeza y de corazón para los que no hay cura; pero el alma no necesita ser curada, solo debidamente cuidada. Nuestra tarea es volver a casa, encontrar esas personas, lugares, oraciones y libros que nos acarician el alma en esos momentos en que nuestro mundo se derrumba.

(Reescritura parcial de una columna de 2006)

(El padre oblato Ron Rolheiser es teólogo, maestro y autor galardonado. Se le puede contactar a través de su sitio web https://www.ronrolheiser.comwww.ronrolheiser.com Ahora en Facebook www.facebook.com/ronrolheiser)

Youth

The art of pour painting

Catholic Schools Week 2022

Cathedral School/St. Mary Basilica youth attend March for Life, meet Senator Hyde-Smith

WASHINGTON, D.C. – U.S. Senator Cindy Hyde-Smith (R-Miss.) welcomed Mississippians in the nation’s capital to participate in the 2022 March for Life, greeting students and issuing an optimistic statement for the annual pro-life advocacy campaign.

On Thursday, Jan. 20, Hyde-Smith met with March for Life students from Cathedral School and St. Mary’s Basilica in Natchez. Under an “Equality Begins in the Womb” theme, Friday’s march comes on the heels of U.S. Supreme Court consideration of Mississippi’s abortion law, Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization.

“With hope and prayer, thousands have marched each year for decades at the annual March for Life. Today, we march with greater hope and prayer for the Supreme Court to show grace to the unborn in the Dobbs case,” Hyde-Smith said.

WASHINGTON, D.C. – Senator Cindy Hyde-Smith spent time with students from Cathedral School and St. Mary Basilica Natchez during March for Life on Thursday, Jan. 20. She spoke to the group about the importance of service and answering the call to stand up for others. (Photo courtesy of Senator Hyde-Smith’s office)

Youth

SEPI student reflections

CANTON – Three young adults from Holy Child Jesus parish in Canton traveled to Miami to attend the “Journeying Together” youth leadership gathering that SEPI (Southeast Pastoral Institute) hosted Jan. 3-7. The program was centered on Pope Francis’ call to journey with the church towards synodality. Below are reflections of the young adults who attended the conference.

Victoria Alexander
I had the honor to be invited along with two parishioners from Holy Child Jesus Catholic Church of Canton to attend the SEPI journey in Miami. I learned so much from this journey through the five days that we were attending. We had various activities and experiences that we went through. We were given three spiritual words to reflect on the whole time we were there: community, beauty and mercy. We all experienced demonstrations of these words and the meanings behind them through the people we encountered or events we went to, and inspirational speakers that spoke to us about their journey on how they got where they are.
One of my favorite parts of the experience was the morning sunrise prayer we had on the beach early that morning and listening to Father read the word and Gospel was so beautiful during that moment. I had never experienced the Holy Spirit like I did that moment.
I am so thankful that I learned more about how beautiful and diverse our Catholic community and church are and what an impact young people can make in the world as young parishioners or missionaries in the church. We were so very blessed to attend this institute and I will never forget this as it has changed the way I view society and the church culture around the world.

CANTON – Left to right: Vincent Alexander, Victoria Alexander, Father Guy Wilson and DeAsia Evans. The group bid farewell to Father Guy and the congregation of Holy Child Jesus on Sunday, Jan. 2 before their trip to Miami for the SEPI “Journeying Together” conference. (Photo by Sister Mary Anne Poeschl, RSM)

DeAsia Evans
My experience of going to Miami for the Youth Leadership gathering was very inspiring. I had the honor of going to the gathering with the help of SEPI and Catholic Extension. Youth leaders from different states all gathered to share their experiences and what they are doing to better their parish when it comes to the youth. While we were at the gathering, there were three words to remember during our time there. They were beauty, mercy and community.
Throughout my trip, I was able to experience all of those things. I saw beauty when we had sunrise prayer on the beach. We read the Gospel and said prayers as we watched the sun rise. There were even two seminarians there who shared their experience of being in seminary school and talking about how they were born in the Catholic faith. Mercy was shown through adoration when we spent a precious moment with the blessed sacrament and worshiped with The EPIC band. Lastly, community was shown when we came together and made hygiene bags, lunch and provided Christmas presents to those in need and for those who did not have a place to stay. Overall, it was such memorable experience that I will never forget, and it is something that I will do again.

Vincent Alexander
I am blessed and honored to have been chosen to attend the SEPI trip; I learned a lot and thoroughly enjoyed myself. I learned about the diversity in the Catholic community, as well as how things get more interesting within SEPI and other organizations.
One of the days I learned about how to connect with others, even those you might not expect to have a story. I learned about meeting and having a relationship with God, not just having a relationship, but also telling others to believe in him and trust in him. Making sure you have a relationship with him helps you to get where you need to go in life and to always have a relationship with him. Prioritize him.
I’ve also realized that God can change my church and help people in a variety of ways. I’d like to thank SEPI and everyone who helped make this possible for me, my church, and so many others. It was a true blessing and life-changing event.

Bishop reconsecrates church, parish community stronger after desecration

By Joanna Puddister King

GREENWOOD – The faith-filled parishioners of Immaculate Heart of Mary in Greenwood refuse to let a break-in that desecrated their parish triumph over their spirit, choosing to forgive and pray for the Holy Spirit to fill the hearts of the perpetrators.

On Wednesday, Jan. 26 choir members arriving for practice discovered their parish had been vandalized. Some parishioners described the scene as if a tornado had blown through it.

The altar was overturned, hymnals were ripped from their spines with papers strewn around the sanctuary, the pulpit was overturned, as well. A statue of Mary, over 100 years old, was pulled down and her face broken into pieces. Many other items were turned over and bent. Also broken was an antique baptismal font.

Most disturbing for some parishioners was that the tabernacle was breached and the Blessed Sacrament removed, it being place on the church’s original altar. But through grace, the hosts did not appear to be touched. Parishioners like Mary Jane Faulkner felt the situation could have been worse.

GREENWOOD – Bishop Joseph Kopacz pours Chrism on the altar at Immaculate Heart of Mary parish after a break-in desecrated the altar, statues and other sacred items in the church. (Photo by Joanna Puddister King)

“They didn’t break the windows … they could have caught the church on fire, when they destroyed Mary next to the candles,” said Faulkner, who also works for the parish in communications. “So, we were blessed. It is amazing they didn’t demolish some of the other things they could have,” she concluded.

According to the USCCB at least 120 incidents, like the one occurring at Immaculate Heart, have occurred across 31 states and the District of Columbia since May 2020. Incidents include arson, statues beheaded, limbs cut, and smashed and painted, gravestones defaced with swastikas and anti-Catholic language and American flags next to them burned, and other destruction and vandalism. The conference even has a dedicated page on its website listing news stories that detail vandalism by month, since they began tracking incidents in May of 2020.

Pastor of Immaculate Heart, José de Jesús Sánchez expressed his “shock and grief” over the break-in over social media to the Catholic community, alerting them of the destruction in his parish. He was away at a family wedding in his home country of Mexico at the time of the incident.

People were hit hard by the images shared by Father Sánchez, including Bishop Joseph Kopacz, who said “at the same time, much prayer has been offered” from those across the diocese through the power of social media.
Amid all of the destruction at Immaculate Heart, Bishop Kopacz traveled to the parish on Wednesday, Feb. 1 to reconsecrate the church.

“We will reconsecrate this church once again to God in the Lord,” said Bishop Kopacz. “With great faith, hope and love with the desire to truly go forward, knowing that we have reconciled on a very deep level.”

Some in the parish, felt that the intent behind the destruction was to have parishioners lose their faith but the faith of the Immaculate Heart community is strong.

“We give thanks for this gift of faith, that can be assaulted, that can be hurt, but cannot be overcome in the Lord,” said Bishop Kopacz.

During his homily, Bishop Kopacz spoke of the destruction and evil that occurred within the walls of the church, mentioning the overturned pulpit and altar.

“The Word of God, another sacred part of who we are, was overturned, as if to say ‘We don’t want this Word proclaimed from this pulpit,’” said Bishop Kopacz, likening the destruction as malice. “That’s not just juvenile, ‘let’s just wreak a little havoc in this building.’”

Additionally, mentioned was the overturned altar and disturbed sacrament with Bishop Kopacz stating that “it was a deliberate blow to all that is sacred to us.”

As a part of the reconsecration of the church, Bishop Kopacz took great care in anointing the altar and with Chrism, in addition to the use of holy water to renew the baptismal promise of those present. “This seeks to make right, what has been wronged,” he said.

On Feb. 1, parishioners assist Father Sánchez in replacing the altar linens after Bishop Joseph Kopacz reconsecrated the altar after the parish was broken into and the altar overturned a week earlier.

“Our altar represents Christ – it is Christ. … In the anointing, we are allowing the Lord to again come before us in a most powerful way to be our Good Shepherd and for us to know Him. For us to then enter deeply into the mystery of his life. … Heaven and earth are joined together each time we celebrate the Eucharist.”

After the Mass, parishioners like Faulkner expressed their gratitude and were moved by the beauty in the care of the reconsecration.

“I have never seen anything like it. It was extremely moving and beautiful,” said Faulkner.

Father Sánchez gave thanks for the experience of the reconsecration and was grateful for the feeling of hope, also witnessing a consecration of a church for the first time. “It was really beautiful and we know that we are not alone.”

“It is a new opportunity for all of us in the Body of Christ … and we can say to the enemy that if Christ is with us, who is against us.”

Parish coordinator and director of religious education, Emelia Joseph, who has worked tirelessly getting new keys, meeting with police officers and more in the wake of the break-in, is thankful for the support of the Greenwood community and the people of the diocese.

“We know through the grace of God and all the people who have contacted us, with prayer and their support, that we are not only going to rally through this, but we are going to be stronger than ever.”

Father José de Jesús Sánchez prepares to read the Gospel during the reconsecration Mass at Immaculate Heart of Mary parish, while Father Joachim Studwell, OFM looks on. (Photos by Joanna Puddister King)

Synod, foundation of church restoration

By Bishop Joseph R. Kopacz, D.D.
The fire that nearly destroyed Notre Dame Cathedral in Paris seems like a distant memory. In fact, it occurred less than three years ago on April 15, 2019, but we would agree that it has faded from the public’s awareness. This is due in large part to the pandemic which has been burning non-stop for the past two years with its accompanying social and economic upheavals. Yet, the labor of love to restore this world-renowned icon has not lost momentum, although it progresses out of the public view.

Bishop Joseph R. Kopacz

The massive undertaking for the complete restoration of Our Lady’s house of worship is slated for 2024. This anticipated time frame is nothing short of a miracle, and it brings to light the commitment of the French nation, believer and non-believer alike, to restore this priceless national treasure.

Although the practice of the Catholic faith in France and in much of Europe is struggling to emerge out of the ashes of disregard, the flow of pilgrims and tourists to this 800-year-old Medieval masterpiece is robust. Neither the church nor the state wants to face the future in the absence of this transcendent icon of faith and culture. Fortunately, the statues of the 12 Apostles got out of town four days before the fire for their own scheduled restoration. They are providing a good foundation upon which to rebuild.

On that note, Pope Francis, the successor of St. Peter, in collaboration with bishops throughout the world, the successors of the Apostles, is calling for a grass roots effort among the faithful to embrace a process of renewal and restoration in the church through the Synod on Synodality. In recent times, many forces have ravaged the church like a destructive fire and scattered the faithful, including the pandemic, scandals, divisions and a general hostility toward all things religious. Pope Francis hopes that the Synodal process of communion, participation and mission can be a counterweight to the pressures that are tearing at the fabric of the church’s unity and integrity.

The spirit of the Synod has been evident in the major works of Pope Francis since the outset of his papacy. From the Joy of the Gospel to his most recent works, Fratelli Tutti and Let us Dream as the pandemic continued to engulf the world, his heartfelt vision is that fraternity will rise to the level of liberty and equality, creating an authentic solidarity within the church and among the nations of our world in the face of glaring disparity. His hope is that through a world-wide synodal process the Holy Spirit can breathe new life into the church, and in turn the church can be a witness to the world of the good fruit of dialogue, respectful listening and discernment on behalf of the common good.

Experience informs us that this Synodal process of encounter and accompaniment cannot succeed apart from prayer and the Word of God. Otherwise, polarization and politicization will derail the best of intentions, and the divisions within the church and all around her will spoil the moment. Rather, arising from our fundamental identity as the Body of Christ, we have developed a process in the Diocese of Jackson of communion, participation and mission that appeals to our better angels.

Under the gaze of the Holy Spirit seeks to kindle the voice of the faithful in order to better read the signs of the times with the mind and heart of Jesus Christ. We have developed the process in order to maximize the level of participation in our parishes and schools, and in a whole host of organizations and extra-parochial ministries. We hope that there will be much to digest from which will emerge our diocesan 10-page synthesis that eventually will be a stream flowing into a mighty river that will flow all the way to Rome.

If believers and non-believers in admirable fraternity can commit themselves to the full restoration of Notre Dame, a transcendent icon of faith and culture, then it is our hope that the Holy Spirit will guide the people of God in the Diocese of Jackson and throughout the world in the restoration of the church which is the icon and sacrament of salvation.

Mary, Mother of the Church, pray for us!

Be moved by Spirit, not ‘mechanical repetition,’ pope says

By Junno Arocho
VATICAN CITY (CNS) – The Holy Spirit, and not the need for recognition, must be the primary motivation in one’s religious life, Pope Francis told consecrated men and women.

“Sometimes, even behind the appearance of good works, the canker of narcissism, or the need to stand out, can be concealed. In other cases, even as we go about doing many things, our religious communities can appear moved more by mechanical repetition – acting out of habit, just to keep busy – than by enthusiastic openness to the Holy Spirit,” the pope said in his homily Feb. 2.

“Let us today examine our interior motivations and discern our spiritual movements, so that the renewal of consecrated life may come about, first and foremost, from there,” he said.

Hundreds of men and women belonging to religious orders attended the Mass for the celebration of Candlemas – the feast of the Presentation of the Lord – which also marks the Vatican celebration of the World Day for Consecrated Life.

During the Mass, Pope Francis exchanged consecrated bread and wine with Armenian Catholic Patriarch Raphaël Pierre XXI Minassian, who was elected in September, thus sealing their ecclesial communion.

In September, after the election, the pope granted the Armenian patriarch’s request for unity, which is sealed with the gesture of partaking of the Eucharist together. The Armenian Patriarchate, based in Beirut, is one of 22 Eastern Catholic Churches that is in full unity with the Holy See and the Catholic Church.

The Mass began with the traditional blessing of candles. Led by several candle-bearing acolytes, Pope Francis processed toward the Altar of the Chair in a darkened St. Peter’s Basilica, faintly lit by the congregation’s candles as the choir sang, “O radiant light, eternal splendor of the father, Christ the Lord immortal.”

Pope Francis blessed the candles and prayed that the Lord would guide all men and women “on the path of good” toward his Son, “the light that has no end.”

Pope Francis holds a candle as he celebrates Mass marking the feast of the Presentation of the Lord in St. Peter’s Basilica at the Vatican Feb. 2, 2022. The Mass also marked the Vatican celebration of the World Day for Consecrated Life. (CNS photo/Remo Casilli, Reuters)

In his homily, the pope reflected on the Gospel reading from St. Luke, in which the young Mary and Joseph, along with baby Jesus, meet the elderly Simeon and Anna, who “await in the Temple the fulfilment of the promise that God made to his people: the coming of the Messiah.”

Just like the elderly Simeon recognizes the Messiah “in the guise of a poor little baby,” religious men and women are called to be “moved by the Spirit” rather than success or prestige in their congregations.

“The spirit moves us to see God in the littleness and vulnerability of a baby, yet we at times risk seeing our consecration only in terms of results, goals and success: We look for influence, for visibility, for numbers,” the pope said. “The Spirit, on the other hand, asks for none of this. He wants us to cultivate daily fidelity and to be attentive to the little things entrusted to our care.”

Secondly, Simeon’s example of seeing and recognizing Christ is a testament to the “great miracle of faith” that “opens eyes, transforms gazes and changes perspectives.”

“Let us open our eyes: The spirit is inviting us amid our crises, decreasing numbers and diminishing forces, to renew our lives and our communities. Let us look at Simeon and Anna: Although they were advanced in years, they did not spend their days mourning a past that never comes back, but instead embraced the future opening up before them,” he said.

Sínodo, Fundamento de Iglesia Restaurada

Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D.
El incendio que casi destruye la catedral de Nuestra Señora de París (Notre Dame) parece un recuerdo lejano. De hecho, ocurrió hace menos de tres años, el 15 de abril de 2019, pero estaríamos de acuerdo en que el hecho se ha desvanecido de la conciencia del público. Esto se debe en gran parte a la pandemia, que ha estado ardiendo sin parar durante los dos últimos años, con todos los trastornos sociales y económicos que la acompañan. Sin embargo, el trabajo de amor para restaurar este ícono de renombre mundial no ha perdido impulso, aunque la restauración progrese fuera de la vista del público.

Obispo Joseph R. Kopacz

La masiva empresa para la completa restauración de la casa de culto de Nuestra Señora está programada para 2024. Este marco de tiempo anticipado es nada menos que un milagro, y saca a la luz el compromiso de la nación francesa, creyentes y no creyentes por igual, para restaurar este tesoro nacional de valor incalculable.

Aunque la práctica de la fe católica en Francia y en gran parte de Europa está luchando por emerger de las cenizas del desprecio, el flujo de peregrinos y turistas a esta medieval obra maestra de 800 años es muy fuerte. Ni la iglesia ni el estado quieren enfrentar el futuro sin este ícono trascendente de fe y cultura. Afortunadamente, las estatuas de los 12 Apóstoles salieron de la ciudad, cuatro días antes del incendio, para su propia restauración programada y las mismas están proporcionando una buena base sobre la cual reconstruir.

En ese sentido, el Papa Francisco, el sucesor de San Pedro, en colaboración con los obispos de todo el mundo, los sucesores de los Apóstoles, está llamando a un esfuerzo de base entre los fieles para abrazar un proceso de renovación y restauración en la iglesia a través del Sínodo sobre la Sinodalidad. En los últimos tiempos, muchas fuerzas han devastado la iglesia como un fuego destructivo y dispersado a los fieles, incluida la pandemia, los escándalos, las divisiones y la hostilidad general hacia todo lo religioso. El Papa Francisco espera que el proceso sinodal de comunión, participación y misión pueda ser un contrapeso a las presiones que están desgarrando el tejido de la unidad e integridad de la iglesia.

El espíritu del Sínodo ha sido evidente en las principales obras del Papa Francisco desde el comienzo de su papado. Desde la Alegría del Evangelio hasta sus obras más recientes, Fratelli Tutti y Soñemos, mientras la pandemia continuaba envolviendo al mundo, su visión sincera es que la fraternidad se elevará al nivel de libertad e igualdad, creando una auténtica solidaridad dentro de la iglesia y entre las naciones de nuestro mundo frente a la flagrante disparidad. Su esperanza es que, a través de un proceso sinodal mundial, el Espíritu Santo pueda dar nueva vida a la iglesia y, a su vez, la iglesia pueda ser testigo al mundo del buen fruto del diálogo, la escucha respetuosa y el discernimiento en nombre del bien común.

La experiencia nos enseña que este proceso sinodal de encuentro y acompañamiento no puede tener éxito sin la oración y la Palabra de Dios. De lo contrario, la polarización y la politización harán descarrilar las mejores intenciones y las divisiones dentro y alrededor de la iglesia estropearán el momento. Más bien, surgiendo de nuestra identidad fundamental como el Cuerpo de Cristo, en la Diócesis de Jackson hemos desarrollado un proceso de comunión, participación y misión que apela a nuestros mejores ángeles.

Bajo la mirada del Espíritu Santo buscamos encender la voz de los fieles para leer mejor, con la mente y el corazón de Jesucristo, los signos de los tiempos. Hemos desarrollado el proceso para maximizar el nivel de participación en nuestras parroquias, escuelas y en una gran cantidad de organizaciones y ministerios extra parroquiales. Esperamos que haya mucho que digerir, de lo cual surgirá nuestra síntesis diocesana de 10 páginas que, eventualmente, será una corriente que desemboque en un río caudaloso que fluirá hasta Roma.

Si creyentes y no creyentes, en una fraternidad admirable, pueden comprometerse con la restauración completa de Notre Dame, un ícono trascendente de fe y cultura, entonces esperamos que el Espíritu Santo guíe al pueblo de Dios en la Diócesis de Jackson y en todo el mundo en la restauración de la iglesia que es icono y sacramento de salvación.

María, Madre de la Iglesia, ¡Ruega por nosotros!