El Papa dice que el documento final del Sínodo es parte del magisterio y debe ser aceptado

By Justin McLellan
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Reafirmando la centralidad de la sinodalidad en la Iglesia católica, el Papa Francisco dijo que ahora corresponde a las iglesias locales aceptar y aplicar las propuestas del documento final aprobado por el Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad.
Aprobado por el Papa, el documento final del sínodo “forma parte del magisterio ordinario del sucesor de Pedro y, como tal, pido que sea aceptado”, escribió el pontífice en una nota publicada por el Vaticano el 25 de noviembre.
“Las Iglesias locales y las agrupaciones de iglesias están llamadas ahora a poner en práctica, en sus diferentes contextos, las autorizadas indicaciones contenidas en el documento, a través de los procesos de discernimiento y de decisión previstos por el derecho y el propio documento”, escribió el Santo Padre casi un mes después de la clausura del sínodo.
El documento final esbozaba las prioridades clave para la Iglesia, entre ellas una mayor participación de los laicos a través de nuevos ministerios y estructuras de gobierno ajustadas, una mayor transparencia y responsabilidad entre los dirigentes de la Iglesia y la creación de un espacio para grupos anteriormente marginados.

El Papa Francisco se dirige a los miembros del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad después de que aprobaran su documento final el 26 de octubre de 2024, en el Aula de Audiencias Pablo VI del Vaticano. (Foto CNS/Vatican Media)

Después de que los miembros del sínodo votaran para aprobar el documento final, el Papa Francisco anunció que no escribiría la exhortación apostólica que se suele publicar después del sínodo, sino que ofrecería el documento a toda la Iglesia para su aplicación.
Con la excepción de los primeros sínodos convocados por San Pablo VI en 1967 y 1971, todas las asambleas ordinarias del Sínodo de los Obispos han ido seguidas de una exhortación sobre los temas del sínodo y los mensajes del Papa.
En su nota, el Papa Francisco aclaró que, aunque el documento “no es estrictamente normativo” y debe adaptarse a los contextos en los que se aplica, sigue comprometiendo “a las iglesias locales a tomar decisiones coherentes con lo que en él se indica”.
También subrayó la necesidad de tiempo para poder abordar cuestiones más amplias de toda la Iglesia, como las asignadas a los 10 grupos de estudio que creó en primavera para explorar cuestiones planteadas durante el sínodo, como el ministerio de la mujer, la educación en los seminarios, las relaciones entre los obispos y las comunidades religiosas, y el papel de los nuncios. Es posible que se creen más grupos, dijo el Papa.
La conclusión de la asamblea general del Sínodo de los Obispos “no pone fin al proceso sinodal”, escribió.
Añadió que el documento final del sínodo contiene recomendaciones que “ya pueden ponerse en práctica en las iglesias locales y en las agrupaciones de iglesias, teniendo en cuenta los diferentes contextos, de lo que ya se ha hecho y de lo que queda por hacer para aprender y desarrollar cada vez mejor el estilo propio de la Iglesia sinodal misionera”.

Breves de la Nación y el Mundo

NACIÓN
WASHINGTON (OSV News) – Mientras los activistas presionan al Presidente Joe Biden para que conmute las sentencias federales de muerte existentes durante sus últimos meses en el cargo, un nuevo informe del Centro de Información sobre la Pena de Muerte examina lo que denomina disparidades raciales persistentes en los procesos federales de pena de muerte. El informe llega en un momento en que los activistas contra la pena de muerte, incluida la Catholic Mobilizing Network (CMN), han argumentado que Biden, que fue el primer presidente de EE.UU. en hacer campaña para poner fin al uso de la pena de muerte federal, no ha cumplido esa promesa. CMN está animando a Biden a cumplir esa promesa con acciones concretas en el período postelectoral antes de que el presidente electo Donald Trump, que ha tratado de ampliar el uso de la pena capital, regrese a la Casa Blanca. El informe del centro de información, con sede en Washington, criticó los argumentos de los defensores de la pena capital de que la práctica federal es un “estándar de oro” con “la representación legal de la más alta calidad para los acusados de un conjunto reducido de delitos excepcionales”, lo que lleva a un proceso más fuerte que sus equivalentes a nivel estatal. En cambio, según el informe, la práctica a nivel federal tiene los mismos problemas sistémicos que los sistemas estatales de pena de muerte, “incluida la arbitrariedad, la representación legal ineficaz y, especialmente, el sesgo racial”. Robin M. Maher, director ejecutivo del centro, dijo: “Esperamos que los funcionarios electos consideren seriamente este estudio en profundidad del uso histórico de la pena capital y su uso actual antes de tomar alguna decisión a futuro”.

VATICANO
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – No hay cristianos de segunda clase, dijo el Papa Francisco. Los laicos, incluidas las mujeres, y el clero tienen dones especiales para edificar la Iglesia en unidad y santidad.”Los laicos no son los últimos, los laicos no son una especie de colaboradores externos o tropas auxiliares del clero, sino que tienen sus propios carismas y dones con los que contribuir a la misión de la Iglesia”, dijo el Papa el 20 de noviembre en su audiencia general en la Plaza de San Pedro. Continuando con una serie de catequesis sobre el papel del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia, el Papa Francisco analizó cómo el Espíritu Santo edifica el Cuerpo de Cristo a través de la efusión de dones y carismas. El Espíritu Santo distribuye gracias especiales entre los fieles de todo rango. Por medio de estos dones, Él los hace aptos y preparados para asumir las diversas tareas y oficios que contribuyen a la renovación y edificación de la Iglesia, dijo, citando la Constitución Dogmática sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II, “Lumen Gentium”. Un carisma es “el don concedido ‘para el bien común’. En otras palabras, no está destinado principal y ordinariamente a la santificación de la persona, sino al servicio de la comunidad”, dijo el Papa Francisco. “Se trata, en cambio, de dones ordinarios, cada uno de nosotros tiene su propio carisma, que adquieren un valor extraordinario cuando son inspirados por el Espíritu Santo y encarnados en las situaciones de la vida con amor”, dijo.

Una réplica de la estatua de la Virgen de París es transportada durante una procesión mariana con velas por las calles de París el 15 de noviembre de 2024, ya que la original, por motivos de seguridad, fue transportada en un camión de vuelta a la catedral de Notre Dame. La estatua permaneció cinco años en la iglesia de Saint-Germain-l’Auxerrois, cerca del Louvre, desde que Notre Dame fue arrasada por un incendio en 2019. (Foto OSV News/Stephanie Lecocq, Reuters)

MUNDO
PARÍS (OSV News) – Tras haber evitado milagrosamente las que cayeron del techo durante el incendio del 15 de abril de 2019, y después de esperar cinco años para volver a la catedral de Notre Dame, la estatua del siglo XIV de la Virgen de París regresó a casa el 15 de noviembre, acompañada por miles de parisinos que iban rezando, cantando y encendiendo velas mientras caminaban a su Virgen a la iglesia más icónica de París, restaurada después del incendio. Desde el incendio, la estatua, también llamada Virgen con el Niño o Virgen del Pilar, se encuentra cerca del Louvre, en la iglesia de Saint-Germain l’Auxerrois, desde donde partió la procesión a las 6 p.m. hora local. Por razones de seguridad, no fue posible transportar a pie la estatua real de la Virgen. En su lugar, todos pudieron presenciar su salida en camión, antes de partir, con velas y cantos, detrás de una réplica, iluminada y adornada con flores blancas. La procesión recorrió las orillas del Sena en dirección a la Île de la Cité, una de las dos islas parisinas y sede de la catedral de Notre Dame. Al llegar ante la catedral, hacia las 7 p.m., los peregrinos fueron recibidos por los cantos de la Maîtrise Notre Dame, el coro de la catedral. El arzobispo bendijo la estatua original, cuyo cajón se había abierto para que pudiera verse. A continuación, el camión entró en las obras de la cathedral para poder instalar la estatua original.

Tome Nota

Vírgenes y Santos

Immaculada Concepción
de la Bienaventurada Virgen María. Diciembre 9

Bienaventurada Virgen María de Guadalupe.
Diciembre 12

Santa Lucía. Diciembre 13

Natividad del Señor.
Diciembre 25

Sagrada Familia de Jesús, María y José.
Diciembre 29

JACKSON – St. Therese, Las Posadas, comienza el lunes 16 de diciembre a 6 p.m.

JACKSON – Holy Family, Las Posadas, el lunes 23 de diciembre a 6 p.m. en Balsar Hall.

TUPELO – St. James, Evento familiar de formación de la fe «Me Pregunto», domingo 15 de diciembre a las 10:15 a.m. en Shelton Hall. Detalles: Rhonda at rhondaswita13@gmail.com.

Horarios de Misa de Nuestra Señora de Guadalupe 12 de diciembre:
Las Manañitas, Cristo Rey, Southaven – 5:30 a.m.
Holy Spirit, Hernando – 8 a.m.
Cristo Rey, Southaven – 12 p.m.
Catedral de San Pedro, Jackson – 5:30 p.m. procesión y 7 p.m. Misa
St. Gregory, Senatobia – 5:30 p.m.
St. James, Tupelo – 6 p.m. en Shelton Hall.
Cristo Rey, Southaven (Bilingual) – 7 p.m.
St. Joseph, Holly Springs – 7 p.m.

Caleidoscopio de Esperanza

Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D.
La Conferencia Anual de Obispos en Baltimore, recientemente concluida, estuvo repleta de reuniones, presentaciones, elecciones a varios comités, actualizaciones e impactos con respecto a las secuelas de las elecciones nacionales, y conversaciones en muchos niveles sobre los caminos a seguir para la Iglesia Católica en los Estados Unidos. Es un ambiente muy dinámico que tiene las características de un caleidoscopio colorido, excepto que en esta reunión las partes móviles están todas vestidas de negro. Sin embargo, en los últimos años, los que planifican el evento anual, a instancias del cuerpo de obispos, han incorporado más tiempo para la oración silenciosa, la adoración eucarística, las comidas relajantes y algo de ejercicio. Como siempre, las Misas diarias proporcionan el ancla para todas las actividades que siguen en el transcurso de un día.

Obispo Joseph R. Kopacz

Cada vez que la Conferencia Nacional de Obispos se reúne, el nuncio apostólico se dirige al cuerpo reunido. El cardenal Christophe Pierre ocupa actualmente el cargo de nuncio como embajador del Papa Francisco ante la Iglesia en los Estados Unidos. Su mensaje es siempre una ventana a las enseñanzas recientes del Santo Padre, a los acontecimientos pertinentes en la Iglesia en los Estados Unidos y en todo el mundo, y una visión general de la Iglesia en relación con el mundo moderno. Por supuesto, un logro significativo en nuestro tiempo es el recientemente concluido Sínodo sobre la Sinodalidad, un viaje de tres años que produjo un documento final para guiar a la Iglesia desde adentro y alentar el diálogo profético con el mundo moderno. Habrá mucho que desempacar, estudiar y aplicar en un futuro predecible.

En su discurso, el cardenal Christophe señaló el próximo Año Jubilar de la Esperanza que será inaugurado por el Papa Francisco en la fiesta de la Sagrada Familia el 29 de diciembre de 2024. El Santo Padre ha escrito un documento maravilloso para este Año de Favor y Gracia del Señor, titulado Spes non Confundit, o La Esperanza no Defrauda. (Romanos 5:5)

El contexto completo de esta audaz proclamación de fe se encuentra en el siguiente pasaje. “Justificados por medio de la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos tenido acceso a esta gracia en la cual estamos firmes; en la esperanza de participar en la gloria de Dios … La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones a través del Espíritu Santo que nos ha sido dado”. (Romanos 5:1-5)

El Papa Francisco ofrece esta reflexión sobre las inspiradas palabras de San Pablo a los romanos. “Con espíritu de esperanza, el apóstol Pablo dirigió estas palabras de aliento a la comunidad cristiana de Roma. La esperanza es el mensaje central del próximo Jubileo que, según con una antigua tradición, el Papa proclama cada veinticinco años. Mi pensamiento se dirige a todos los peregrinos de esperanza que viajarán a Roma para vivir el Año Santo y a todos los demás que, aunque no hayan podido visitar la ciudad de los apóstoles Pedro y Pablo, lo celebrarán en sus iglesias locales. Que el jubileo sea para todo un momento de encuentro auténtico y personal con el Señor Jesús, “la puerta” (cf. Jn 10, 7.9) de nuestra salvación, a quien la Iglesia tiene el encargo de proclamar siempre, en todas partes y a todos como “nuestra esperanza”. (1 Timoteo 1:1) (Spes non Confundit)

Para el cristiano, la esperanza nace del amor y se basa en el amor que brota del corazón traspasado de Jesús en la cruz: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más cierto, reconciliados, seremos salvados por su vida”. (Romanos 5:19)

Junto con el Jubileo de la Esperanza, el nuncio también se basó en la más reciente encíclica del Santo Padre sobre el Sagrado Corazón de Jesús, Delixit Nos, (El Señor) Él nos amó. “El símbolo del corazón se ha utilizado a menudo para expresar el amor de Jesucristo. Algunos se han preguntado si este símbolo sigue siendo significativo hoy en día. Sin embargo, viviendo como vivimos en una época de superficialidad, corriendo frenéticamente de una cosa a otra sin saber realmente por qué, y terminando como consumidores insaciables y esclavos de los mecanismos de un mercado despreocupado por el significado más profundo de nuestras vidas, todos necesitamos redescubrir la importancia del corazón”. (Delixit Nos)

Cuando el corazón está envalentonado por la gracia de Dios, podemos enfrentar un futuro incierto mejor equipados para evitar los campos minados de la incredulidad, la duda y el miedo. Una vez más, el Santo Padre anhela llevar sobre sus hombros un mundo sumido en la oscuridad y la división a la luz de un nuevo día impregnado del corazón y la esperanza del Evangelio.

El Papa insta a los líderes a servir con humildad y cuidar de los vulnerables

By Justin McLellan
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Las personas en posiciones de autoridad deben cuidar de los vulnerables y ejercer su poder con humildad, no con hipocresía y arrogancia, dijo el Papa Francisco.

Reflexionando sobre la lectura del Evangelio de San Marcos, el Papa destacó la advertencia de Jesús sobre “la actitud hipócrita de algunos escribas” que utilizan su prestigio en la comunidad para mirar a los demás por encima del hombro.

“Esto es muy feo, mirar al otro desde arriba”, dijo el Papa a los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro el 10 de noviembre. “Se daban aires de grandeza y, escondiéndose tras una fachada de pretendida respetabilidad y legalismo, se arrogaban privilegios e incluso llegaban a cometer auténticos robos contra los más débiles, como las viudas”.

En el Evangelio de San Marcos, Jesús denuncia a los escribas que “se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos”, añadiendo que “recibirán un castigo muy riguroso”.

El Papa Francisco dijo que en lugar de usar su autoridad para servir a los demás “la convirtieron en instrumento de arrogancia, de manipulación”, hasta el punto de que “incluso la oración corría el riesgo de dejar de ser para ellos un momento de encuentro con el Señor y convertirse en una ocasión para ostentar una respetabilidad y una piedad fingidas, útiles para atraer la atención de la gente y obtener su aprobación”.

El Papa Francisco se dirige a los peregrinos en la Plaza de San Pedro reunidos para rezar el Ángelus en el Vaticano el 10 de noviembre de 2024. (Foto CNS/Pablo Esparza)

Como resultado, el Papa dijo que esos líderes “se comportaban como corruptos, alimentando un sistema social y religioso en el que era normal aprovecharse a espaldas de los demás, especialmente de los más indefensos, cometiendo injusticias y asegurándose la impunidad”.

En cambio, Jesús “enseña cosas muy distintas sobre la autoridad”, dijo el Papa Francisco.
“Habla de ella en términos de abnegación y servicio humilde, de ternura maternal y paternal hacia las personas, especialmente hacia los más necesitados”, dijo. “Invita a quienes están investidos de ella a mirar a los demás, desde su posición de poder, no para humillarlos, sino para levantarlos, dándoles esperanza y ayuda”.

Tras rezar el Ángelus, el Papa rezó por las víctimas de la erupción volcánica del 9 de noviembre en Indonesia, país que visitó en septiembre. También expresó su cercanía a la población de Valencia, España, afectada por graves inundaciones y deslizamientos de tierra.

El Papa también recordó la situación en Mozambique, donde 21 personas han muerto en enfrentamientos con la policía tras unas disputadas elecciones en octubre. Rezó por el pueblo de Mozambique, pidiendo que “la situación actual no les haga perder la fe en el camino de la democracia, la justicia y la paz”.

El día antes de la apertura de la COP 29, la conferencia climática de la ONU en Bakú, Azerbaiyán, el Papa Francisco rezó para que las naciones participantes “puedan hacer una contribución efectiva para la protección de nuestra casa común”.

Juez federal anula el programa de Biden que protegía de la deportación a los cónyuges indocumentados de ciudadanos estadounidenses

Por Kate Scanlon
(OSV News) – Un juez federal de Texas anuló el 7 de noviembre un programa de la administración Biden para proteger de la deportación y ofrecer una vía hacia la ciudadanía estadounidense a cientos de miles de inmigrantes indocumentados que viven en el país y están casados con ciudadanos estadounidenses.

El programa, conocido como “Keeping Families Together” (Manteniendo a las Familias Unidas) – que buscaba permitir a los cónyuges e hijastros indocumentados de ciudadanos estadounidenses solicitar la residencia legal permanente sin tener que salir primero de EE.UU. –, fue impugnado por 16 estados liderados por republicanos que presentaron una demanda después de que se pusieran a disposición las solicitudes en agosto. En ese momento, un juez dejó en suspenso el programa.

“Lamentablemente, esta decisión judicial probablemente pondrá fin al programa, ya que Trump lo dará por terminado al asumir el cargo”, dijo a OSV News J. Kevin Appleby, investigador principal de política en el Centro de Estudios Migratorios de Nueva York y ex director de política migratoria de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB).

“En su lugar, su administración comenzará a deportar exactamente a las mismas familias, separando a los niños que sean ciudadanos estadounidenses de sus padres”, dijo Appleby. “Esperemos que los defensores católicos, incluidos los obispos estadounidenses, no se detengan en su oposición a los planes de deportación masiva y anti-asilo de Trump. La historia marcará cómo la iglesia en Estados Unidos defiende los derechos de los migrantes en los próximos años”.

A migrant from Chiapas, Mexico, looks through his family’s immigration paperwork at Casa Alitas in Tucson, Ariz., March 15, 2024. A federal judge in Texas Nov. 7 struck down a Biden administration program that gave a pathway to legalization and citizenship for certain undocumented spouses and children of U.S. citizens. (OSV News photo/Rebecca Noble, Reuters)

Según los términos del programa, los solicitantes deben haber residido en EE.UU. durante 10 años o más y estar legalmente casados con un ciudadano estadounidense. A las personas aprobadas por el Departamento de Seguridad Nacional se les habría permitido permanecer en EE.UU. durante un periodo de tres años para solicitar la residencia permanente.

En junio, la Casa Blanca había dicho que el programa beneficiaría a “aproximadamente medio millón de cónyuges de ciudadanos estadounidenses y a unos 50.000 niños no ciudadanos menores de 21 años con progenitores casados con ciudadanos estadounidenses”.

Pero el juez J. Campbell Barker, de la corte de EE.UU. para el Distrito Este de Texas, quien anteriormente había bloqueado temporalmente el programa, lo anuló el 7 de noviembre, argumentando que la administración se excedió en su autoridad al crear dicho programa.

Hubiera sido improbable que el programa siguiera en vigor una vez que el presidente electo Donald Trump tome posesión de la presidencia en enero.

Andrew Bailey, fiscal general de Misuri, uno de los estados que se unieron a la demanda contra el programa, dijo en un mensaje en X (antes Twitter): “El tribunal acaba de acceder a nuestra petición de anular el programa ilegal de libertad condicional de la administración Biden-Harris, que permite a los extranjeros ilegales permanecer en nuestro país después de haber cruzado la frontera. Una gran victoria para el estado de derecho”.

FWD.us, un grupo de defensa de la reforma de la inmigración y la justicia penal, dijo en un post en X que estaba “profundamente decepcionado” por el fallo, argumentando que el programa representaba “un salvavidas para cientos de miles de familias estadounidenses que necesitan desesperadamente protección para no ser separadas por nuestro fallido sistema de inmigración”.

Anteriormente, el obispo de El Paso, Texas, Mark J. Seitz, presidente del Comité de Migración de la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos, había recibido con beneplácito la noticia de la norma de la administración Biden, señalando que un programa similar había estado disponible para los miembros del servicio militar y sus familias durante varios años.

En una declaración del 18 de junio, el obispo Seitz dijo: “Hemos visto los efectos positivos que pueden tener estos programas, no sólo para los propios beneficiarios, sino también para las familias, los empleadores y las comunidades que dependen de ellos”, y añadió que el nuevo programa “seguramente producirá beneficios similares”.

El magisterio de la Iglesia católica esboza los parámetros morales de la Iglesia sobre la inmigración. El Catecismo de la Iglesia Católica instruye: “Las naciones más prósperas tienen el deber de acoger, en cuanto sea posible, al extranjero que busca la seguridad y los medios de vida que no puede encontrar en su país de origen”.

Al mismo tiempo, la Iglesia también ha dejado claro que las leyes humanas también están sujetas a límites divinos conocidos por la razón humana. San Juan Pablo II en su encíclica “Veritatis Splendor” (“Esplendor de la verdad”) de 1993 y en su encíclica “Evangelium Vitae” (“El Evangelio de la vida”) de 1995 – citando las enseñanzas del Concilio Vaticano II en “Gaudium et Spes” (Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual) – ha citado la condena de las “deportaciones” entre otros actos específicos como ofensivos para la dignidad humana que “son ciertamente oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador”. El difunto pontífice subrayó su gravedad moral en “Veritatis Splendor” calificándolos de ejemplos de “mal intrínseco”, explicando que, independientemente de los motivos, estos actos “se configuran como no-ordenables a Dios, porque contradicen radicalmente el bien de la persona, creada a su imagen”.

En junio, el obispo Seitz había subrayado que “los legisladores tienen el deber moral y patriótico de mejorar nuestro sistema de inmigración legal, incluidas las oportunidades disponibles para la reunificación y preservación de la familia”.

“Una sociedad es tan fuerte como sus familias, y la unidad familiar es un derecho fundamental”, dijo. “Por el bien del país, el Congreso debe encontrar una manera de superar las divisiones partidistas y promulgar una reforma migratoria que incluya un programa de legalización ganada para los residentes indocumentados de larga data”.

(Kate Scanlon es una reportera nacional de OSV News que cubre Washington. Síguela en X (antes conocido como Twitter) @kgscanlon.)

Obispos estadounidenses: ‘Nos solidarizamos firmemente’ con los inmigrantes

Por Gina Christian
(OSV News) – Tres obispos católicos de EE.UU. emitieron el 14 de noviembre una declaración de preocupación pastoral en la que se comprometen a apoyar a los inmigrantes.

“Obligados por el Evangelio de Jesucristo y reconociendo la dignidad inherente de cada persona como hijo de Dios, nos solidarizamos firmemente con nuestros hermanos y hermanas inmigrantes que viven y trabajan en los Estados Unidos”, escribió el arzobispo Timothy P. Broglio de la Arquidiócesis para los Servicios Militares de Estados Unidos, quien es el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU.; Mons. Mark J. Seitz, obispo de El Paso, Texas, presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU.; y Mons. Jaime Soto, obispo de Sacramento, presidente del consejo de Catholic Legal Immigration Network Inc.

Conocida como CLINIC, la red es una organización sin ánimo de lucro con sede en Maryland que ofrece defensa, formación y apoyo a más de 400 proveedores de servicios jurídicos católicos y comunitarios en materia de inmigración en 49 estados de EE.UU.

Los obispos señalaron que “desde la fundación de nuestra nación, los inmigrantes han sido esenciales para el crecimiento y la prosperidad de esta sociedad”.

Miembros del Sínodo de los Obispos se reúnen con el Papa Francisco para una vigilia ecuménica con los participantes en el Sínodo de los Obispos el 11 de octubre de 2024, en la Plaza de los Protomártires Romanos del Vaticano. La plaza, justo al sur de la Basílica de San Pedro, es el lugar donde San Pedro y otros cristianos fueron martirizados en el siglo I bajo el emperador Nerón. (Foto CNS/Lola Gómez)Bishop Michael F. Burbidge of Arlington, Va., speaks during a Nov. 13, 2024, session of the fall general assembly of the U.S. Conference of Catholic Bishops in Baltimore. (OSV News photo/Bob Roller)

“Llegan a nuestras costas como extranjeros, atraídos por las promesas que ofrece esta tierra, y se convierten en estadounidenses”, dijeron los obispos. “Siguen proporcionando seguridad alimentaria, servicios de salud y muchas otras habilidades esenciales que sostienen nuestra próspera nación”.

Según datos del Pew Research Center, los inmigrantes representan actualmente el 14,3% de la población estadounidense, el nivel más alto desde 1910, pero aún inferior al porcentaje de 14,8% de 1890.
Los datos de 2022 muestran que la mayoría de los inmigrantes (77%) están en EE.UU. legalmente, con casi la mitad (49%) como ciudadanos naturalizados, algo menos de una cuarta parte (24%) como residentes permanentes legales y un 4% como residentes temporales legales. Algo menos de una cuarta parte (23%) están en el país sin autorización.

Mientras que el presidente electo Donald Trump ha prometido deportar a millones de inmigrantes indocumentados, los obispos dijeron en su declaración que “nuestro país merece un sistema migratorio que ofrezca vías justas y generosas hacia la ciudadanía plena para los inmigrantes que viven y trabajan desde hace muchos años dentro de nuestras fronteras”.

En particular, afirmaron, “necesitamos un sistema que ofrezca un alivio permanente a los llegados en la infancia, ayude a las familias a permanecer unidas y acoja a los refugiados”.

Con gran parte de la migración mundial impulsada por conflictos y desastres naturales, los obispos subrayaron la necesidad de “desarrollar un sistema de asilo eficaz para quienes huyen de la persecución”.
Según la legislación internacional sobre derechos humanos – como la Convención de la ONU sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967, al que Estados Unidos se adhirió en 1968 –, el principio fundamental de no devolución establece que los refugiados no pueden ser expulsados a territorios donde existan amenazas sustanciales para su vida o su libertad.

Al mismo tiempo, los obispos pidieron “un sistema de inmigración que mantenga nuestras fronteras seguras y protegidas, con políticas de aplicación de la ley que se centren en quienes presentan riesgos y peligros para la sociedad, en particular esfuerzos para reducir la actividad de las bandas, frenar el flujo de drogas y acabar con la trata de seres humanos”.

La doctrina social católica sobre la inmigración equilibra tres principios interrelacionados: el derecho de las personas a emigrar para mantener sus vidas y las de sus familias, el derecho de un país a regular sus fronteras y controlar la inmigración, y el deber de una nación de regular sus fronteras con justicia y misericordia.

Los obispos dijeron que Estados Unidos “debe tener un sistema de inmigración que proteja a los migrantes vulnerables y a sus familias, muchos de los cuales ya han sido víctimas de actores criminales”.

“Juntos, debemos hablar en nombre de las ‘masas amontonadas que anhelan respirar libres’ y pedir a nuestro gobierno que proporcione un trato justo y humano a nuestros queridos hermanos y hermanas inmigrantes”, dijeron los obispos, citando una línea de “El nuevo coloso” de la poeta Emma Lazarus, cuyo texto completo está inscrito en la base de la Estatua de la Libertad. “Es nuestra esperanza, y nuestra oración, que todos podamos trabajar juntos para apoyar una reforma significativa de nuestro actual sistema de inmigración,” añadieron los prelados.

(Gina Christian es reportera multimedia de OSV News. Síguela en X (antes Twitter) @GinaJesseReina.)

Refugiados, inmigrantes y Jesús

EN EL EXILIO
Por Padre Ron Rolheiser
En las fronteras de todo el mundo encontramos hoy refugiados, millones de ellos. Se les demoniza fácilmente, se les ve como una molestia, una amenaza, como invasores, como criminales que huyen de la justicia en sus países de origen. Pero en su mayoría son personas decentes y honradas que huyen de la pobreza, el hambre, la victimización y la violencia. Y estas razones para huir de sus países de origen sugieren claramente que la mayoría de ellos no son delincuentes.

Independientemente del hecho de que la mayoría de ellos son buenas personas, siguen siendo vistos en casi todas partes como un problema. ¡Tenemos que mantenerlos fuera! ¡Son una amenaza! De hecho, los políticos utilizan con frecuencia el verbo invasión para describir su presencia en nuestras fronteras.

¿Qué hay que decir al respecto? ¿Dejamos entrar a todo el mundo? ¿Seleccionamos juiciosamente entre ellos, dejando entrar a algunos y manteniendo fuera a otros? ¿Levantamos muros y alambradas para impedir su entrada? ¿Cuál debe ser nuestra respuesta?

Padre Ron Rolheiser, OMI

Estas cuestiones deben examinarse desde dos perspectivas: pragmática y bíblicamente.

Desde el punto de vista pragmático, se trata de una cuestión enorme. No podemos simplemente abrir todas las fronteras y dejar que millones de personas inunden nuestros países. Eso es poco realista. Por otro lado, no podemos justificar nuestra reticencia a dejar entrar refugiados en nuestros países apelando a la Biblia, o a Jesús, o a la ingenua racionalización de que «nuestros» países son nuestros y tenemos derecho a estar aquí mientras que otros no lo tienen a menos que les concedamos la entrada. ¿Por qué no?
Para los cristianos, hay una serie de principios bíblicos no negociables en juego.

En primer lugar, Dios hizo el mundo para todos. Somos administradores de una propiedad que no es nuestra. No somos dueños de nada, Dios lo es, y Dios hizo el mundo para todos. Es un principio que ignoramos con demasiada facilidad cuando hablamos de prohibir a otros la entrada a «nuestro» país. Sucede que somos administradores aquí, en un país que pertenece a todo el mundo.

En segundo lugar, la Biblia, en ambos testamentos, es clara (y contundente) a la hora de exigirnos que acojamos al extranjero y al inmigrante. Esto está presente en todas partes en las escrituras judías y es un fuerte motivo en el corazón mismo del mensaje de Jesús. De hecho, Jesús comienza su ministerio diciéndonos que ha venido a traer buenas noticias a los pobres. Por lo tanto, cualquier enseñanza, predicación, práctica pastoral, política o acción que no sea una buena noticia para los pobres no es el Evangelio de Jesucristo, sea cual sea su conveniencia política o eclesial. Y, si no es una buena noticia para los pobres, no puede revestirse del Evangelio ni de Jesús. Por lo tanto, cualquier decisión que tomemos con respecto a los refugiados y los inmigrantes no debe ser contraria al hecho de que los Evangelios tratan de llevar la buena noticia a los pobres.

Además, Jesús lo deja aún más claro cuando identifica a los pobres con su propia persona (Todo lo que hagáis al más pequeño de los míos, a mí me lo hacéis) y nos dice que al final del día seremos juzgados por cómo tratemos a los inmigrantes y refugiados. (Apartaos de mí, porque fui forastero y no me acogisteis.) Hay pocos textos en la Escritura tan crudos y desafiantes como éste. (Mateo 25:35-40)

Por último, también encontramos este desafío en las Escrituras: Dios nos desafía a acoger a los extranjeros (inmigrantes) y a compartir con ellos nuestro amor, nuestra comida y nuestra ropa, porque nosotros mismos fuimos una vez inmigrantes. (Deuteronomio 10:18-19) Y esto no es sólo un axioma bíblico abstracto, especialmente para los que vivimos en Norteamérica. Salvo las naciones indígenas (a las que desplazamos a la fuerza), todos somos inmigrantes y nuestra fe nos reta a no olvidarlo nunca, sobre todo cuando tratamos con personas hambrientas en nuestras fronteras. Por supuesto, los que llevamos aquí varias generaciones podemos argumentar moralmente que llevamos aquí mucho tiempo y que ya no somos inmigrantes. Pero tal vez se pueda aducir un argumento moral más convincente que sugiera que puede ser bastante egoísta cerrar las fronteras después de que nosotros mismos estemos dentro.

Estos son desafíos bíblicos. Sin embargo, una vez afirmados, nos queda la pregunta práctica: ¿qué hacemos de forma realista (y muchos países de todo el mundo) con los millones y millones de hombres, mujeres y niños que llegan a nuestra frontera?¿Cómo honramos el hecho de que la tierra en la que vivimos pertenece a todos? ¿Cómo honramos el hecho de que, como cristianos, tenemos que pensar primero en los pobres? ¿Cómo nos enfrentaremos a Jesús en el juicio cuando nos pregunte por qué no le acogimos cuando estaba disfrazado de refugiado? ¿Y cómo honramos el hecho de que casi cada uno de nosotros es un inmigrante, que vive en un país que arrebatamos por la fuerza a otro?

No hay respuestas fáciles a estas preguntas, aunque al fin y al cabo sigamos necesitando tomar algunas decisiones políticas prácticas.

Sin embargo, en nuestro pragmatismo, al resolver esto, nunca deberíamos confundirnos sobre de qué lado están Jesús y la Biblia.

(El padre oblato Ron Rolheiser es teólogo, maestro y autor galardonado. Se le puede contactar a través de su sitio web www.ronrolheiser.com. Facebook/ronrolheiser)

El “mes de los muertos” trae su propio extraño refresco

Columna invitada
Por Obispo Robert Reed
Los que hemos experimentado la muerte de un ser querido, aunque creamos que se ha ido a un lugar mejor, seguimos luchando con la despedida. Es difícil dejarlo ir. A veces es un poco más fácil si hemos estado presentes en los últimos días de alguien, y en el momento de su muerte, cuando experimentamos todo el extraño (y a menudo hermoso) misterio de vivir y morir que se desarrolla ante nuestros ojos.
Aun así, la despedida es, como escribió Shakespeare, «una pena tan dulce».

En noviembre, la muerte nos parece única a los católicos. El mes comienza con la gran conmemoración de nuestros santos, seguida al día siguiente por la conmemoración de todos los que han dejado esta vida antes que nosotros.

Bishop Robert Reed is an auxiliary bishop of the Archdiocese of Boston. His column, “More than Words,” appears monthly at OSV News. (OSV News photo/courtesy Catholic TV)

Y entonces las noches se alargan y llegan los vientos. El susurro familiar y cálido de las hojas disminuye y es sustituido por el chasquido de huesos secos de las ramas desnudas. Todo ello nos ayuda a recordar, y con agudeza, que «no tenemos ciudad permanente» (Heb 13,14). Al menos no una aquí, en la tierra.

Gracias a Dios, los cristianos sabemos que la muerte física no es el final de nuestras vidas, sino un portal hacia lo que San Pablo llama «la ciudad que está por venir».

Los Evangelios nos invitan a creer plenamente en la gloria y el poder de Dios; a entregarnos en todo; ¡a dar muerte a nuestras dudas y temores!
Pensemos en la emoción expresada en el capítulo 11 del Evangelio de Juan, cuando Lázaro, el amigo íntimo de Jesús, ha muerto. Sus hermanas están desoladas, y su dolor hace llorar al Señor. Jesús se adentra en la situación. Toca el aire que la rodea – una palabra a través de la Palabra – y la transforma. De la muerte a la vida. El Mesías ha revelado la gloria y el poder de Dios, para quien todo es posible.

La buena oración de este mes no se centra directamente en nosotros, sino en los que nos han precedido: nuestros antepasados de unidad genética y espiritual. Es una venerable tradición para nosotros, como personas de fe, recordar a quienes hemos tenido que dejar marchar: abuelos, padres, hermanos, parientes y amigos, y a quienes hemos llegado a conocer, amar y rezar con ellos, dentro de la gran «nube de testigos».

El tiempo puede suavizar nuestras penas, pero nuestros apegos permanecen, hasta que también nosotros debemos ser llorados y luego liberados.

Y sin embargo – ¡no lo olvidéis nunca! – los que hemos sido bautizados en la muerte de Cristo vivimos con una esperanza sustancial; una esperanza que no defrauda. Como enseña el libro de la Sabiduría, nuestra esperanza está «llena de inmortalidad» (Sab 3,4).

Esa esperanza nos ayuda a asombrarnos ante las profundidades del dolor, la pena y la confusión a las que puede llevarnos la muerte, hasta que empezamos a percibir el misterioso «resto de la historia». Que estamos parados y afligidos y creciendo y necesariamente continuando con nuestras vidas, mientras encontramos un lugar de transición, un pasaje sagrado – una puerta a través de la cual sabemos con certeza que nosotros también debemos pasar – hacia lo que Cristo Jesús nos demostró a través de su resurrección: la realidad de la vida eterna.

«Bautizados en su muerte… fuimos, pues, sepultados con él», predicó San Pablo a los romanos (Rom 6, 3-4), “para que, como Cristo resucitó de entre los muertos … también nosotros andemos en la novedad de la vida”.

Es un concepto refrescante, ¿verdad? «La novedad de la vida» nos anima a abrazar todas las estaciones de nuestro tiempo aquí y a abrir nuestras mentes, corazones y almas a Cristo en todo lo que nos llega, porque en todo ello -lo alegre y lo doloroso y lo incierto- se revela una especie de novedad de la vida.
Las cosas cambian; no terminan. ¿Y no es algo maravilloso de contemplar, mientras nos acercamos al final de otro año litúrgico, y miramos hacia la profunda expectación del Adviento?

(Robert P. Reed es obispo auxiliar de la archidiócesis de Boston, párroco de las parroquias de San Patricio y del Sagrado Corazón en Watertown, Massachusetts, y presidente de CatholicTV Network. Es presidente del Comité de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.)

Breves de la Nación y el Mundo

Mujeres alzan una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe durante la audiencia general del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro en el Vaticano el 13 de noviembre de 2024. (Foto CNS/Pablo Esparza)

NACIÓN
LOS ÁNGELES (OSV News) – Al igual que Fernando Valenzuela miraba al cielo cuando lanzaba, también lo hicieron los cientos de fieles que acudieron a su funeral en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles de Los Ángeles el 6 de noviembre. Pero como dijo el padre Jim Anguiano, vicario general de la archidiócesis de Los Ángeles, durante la homilía de su misa, esa mirada al cielo ya no es necesaria. «Fernando ya no tiene que mirar hacia arriba, ni hacia abajo», dijo el padre Anguiano. «Fernando está vivo y presente en nuestros corazones y en nuestras vidas. En cualquier momento en que sintamos que no está con nosotros, todo lo que tenemos que hacer es volvernos a nuestros corazones y a nuestras vidas para reconocer su presencia.» Valenzuela falleció el 22 de octubre a los 63 años. Procedente de México y apodado «El Toro», se convirtió en una sensación lanzando con los Dodgers a partir de 1981. Ese año, irrumpió en escena con una inesperada salida el día de la inauguración y terminó ganando los premios Novato del Año y Cy Young, además de llevar a los Dodgers a ganar la Serie Mundial contra los Yankees de Nueva York. Durante las siguientes nueve temporadas con los Dodgers, Valenzuela inspiró a varias generaciones de latinos de todo el país a interesarse por el béisbol, especialmente entre los mexicanos y mexicoamericanos de Los Ángeles. Su último partido sin hits con los Dodgers, en 1990, no hizo sino coronar su leyenda.

VATICANO
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – La Virgen María es un modelo del tipo de apertura al Espíritu Santo que todos los cristianos deberían tener, una apertura que le permitió decir “sí” al plan de Dios para la salvación del mundo, dijo el Papa Francisco.

“Aprendamos de ella a ser dóciles a las inspiraciones del Espíritu, sobre todo cuando nos sugiere que nos levantemos con prontitud y vayamos a ayudar a alguien que nos necesita, como hizo ella inmediatamente después de que el ángel” la visitara, yendo a visitar a su prima Isabel, dijo el Papa en su audiencia general el 13 de noviembre.

Continuando con una serie de catequesis sobre el papel del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia, el Papa Francisco analizó cómo el Espíritu Santo actúa a través de la devoción a María, la madre de Jesús.
“El verdadero y único mediador entre nosotros y Cristo, indicado como tal por Jesús mismo, es el Espíritu Santo”, dijo el Papa. Y María “es uno de los medios que el Espíritu Santo utiliza para llevarnos a Jesús”.

“La Virgen nos muestra a Jesús. Ella nos abre las puertas”, dijo. “La Virgen es la madre que nos lleva de la mano a Jesús. La Virgen nunca se señala a sí misma, la Virgen señala a Jesús. Y esto es la piedad mariana”.
Mientras que algunas personas piensan que los católicos adoran a María, el Papa Francisco dijo que la tradición católica es clara en que los católicos buscan su ayuda para acercarse a Jesús, afirmando el adagio: “a Jesús por María”.

Las palabras de María al Ángel Gabriel – “He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra” – muestran a los cristianos con sencillez y claridad lo que deben hacer, y decir, para seguir más de cerca al Señor: decir al Espíritu Santo que están disponibles y aceptar el plan de Dios, dijo el Papa.

“María es la que dijo ‘sí’ al Señor”, dijo, “y con su ejemplo y su intercesión nos anima a decirle también nuestro ‘sí’ cada vez que nos encontremos ante una obediencia que actuar o una prueba que superar”.

El Papa Francisco concluyó su audiencia reiterando su llamado a la paz al dirigirse a los visitantes y peregrinos en la Plaza de San Pedro: “No olvidemos a los países en guerra. Hermanos y hermanas, la asediada Ucrania está sufriendo; no olvidemos a Ucrania”.

También instó a rezar por la paz en Palestina, Israel y Myanmar “y tantas naciones en guerra”, dijo. “Recemos por la paz. Hay tanta necesidad de paz”.

MUNDO
CIUDAD DE MÉXICO (OSV News) – La Conferencia del Episcopado Mexicano expresó su profunda preocupación por una iniciativa en la Asamblea de la Ciudad de México «que busca eliminar por completo la protección legal a la vida en gestación» y que podría llevar a eliminar aún más los límites al aborto en todo el país. «Esta iniciativa, que busca la despenalización total del aborto en el Distrito Federal, y que probablemente se extenderá a otros estados de la República, no sólo eliminaría el límite actual de doce semanas de gestación, sino que abriría la puerta a la interrupción del embarazo en cualquier momento», señalaron los obispos en un comunicado del 6 de noviembre firmado por el presidente de la conferencia, el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, y su secretario general, el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro. «Como pastores, no podemos permanecer callados ante una medida que, con el pretexto de defender derechos, en realidad desconoce el derecho humano más fundamental: ‘el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural’, y abandona a las mujeres ante decisiones que pueden afectar dramáticamente sus vidas.» Un par de comisiones de la Asamblea del Distrito Federal votaron el 4 de noviembre a favor de eliminar el aborto del código penal, junto con cualquier límite sobre la fecha en que puede producirse un aborto durante el embarazo. También se eliminaron las penas de tres a seis meses de prisión o de 100 a 300 días de trabajo comunitario para las mujeres que aborten.