Llamados por el bautismo a discernir vocación

Por Obispo Joseph Kopacz
La Semana Nacional de Sensibilización Vocacional es una oportunidad anual para orar, dialogar y ser testigos de la llamada del Señor a cada uno de nosotros que empieza a través de la fe y el bautismo. Dado que a muchos de nosotros nos llevaron a la iglesia para el sacramento del bautismo una respuesta genuina al Señor debe ser amorosa, de oración e intencional con el pasar de los años. El viñador desea enviar obreros a su viña, en temporada y fuera de temporada, y una parte esencial de la mano de obra es el sacerdote ordenado.

¿Quién terminará la Eucaristía?
El Arzobispo Oscar Romero fue martirizado cuando estaba en el altar en medio de la Plegaria Eucarística. La sangre brotó de su corazón en armonía con su Señor, cuya sangre y agua, brotando de su costado en la cruz, comenzó el río del martirio que ha continuado incesantemente durante casi dos mil años. “Este es mi cuerpo, que será entregado por ustedes; ésta es mi sangre que será derramada por ustedes”. El Arzobispo Romero no finalizó la celebración de la Eucaristía. Tampoco fue finalizada la misa de su funeral. Los disparos y la muerte estaban presentes de nuevo y la gente tuvo que apresurarse a la catedral por seguridad.
Quién terminará la Eucaristía es la invitación en el espíritu de la vocación al sacerdocio desde donde la fuente de la gracia de Dios faculta al sacerdote para ser un fiel administrador de los misterios de Dios, los sacramentos, un celoso heraldo de la Palabra de Dios, y siervo-lider que guia al rebaño en santidad y que inspira a los miembros de la iglesia, el Cuerpo de Cristo, para ser fieles a su llamada.
La Eucaristía es la representación del drama de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Oscar Romero y todos los sacerdotes se ofrecen a sí mismos con Cristo como una ofrenda de paz a fin de que la tierra pueda reconciliarse con su creador y los pecados sean perdonados. ¿Quién terminará la Eucaristía, la fuente de la vida sacramental de la iglesia que anunciará la muerte del Señor hasta que él venga?
La llamada al sacerdocio cobra vida a través de la oración, de la meditación de la Palabra de Dios y discerniendo el diálogo. El Papa Francisco repetidamente alienta al diálogo porque no se trata de hacer concesiones, ni sobre la negociación, sino acerca de la transformación. Las verdades más profundas del propósito de vida de un individuo, discerniendo su vocación, sólo son accesibles a través de un intercambio paciente, fomentando la amistad y transformando nuestros corazones y nuestras mentes.
Este proceso se abre paso a través de la superficial o estrecha identidad personal de un individuo y lo deja libre para una amistad con Dios. Este es el terreno fértil del cual una vocación al sacerdocio y a la vida religiosa se alimenta. Todos tenemos el privilegio y la responsabilidad de responder a la pregunta, ¿quién va a terminar la Eucaristía?
Sabemos que en la vida de una persona la gracia de Dios fluye a través de muchos riachuelos que hacen que una vocación sea posible. La más común y la fuente ideal de la vida está en la familia, donde la gente de varias generaciones aprenden a vivir y amar. La reciente canonización de los padres de Santa Teresa del Niño Jesús, Luis Martin y Zelie Martin, en medio del Sínodo de la Familia, es un excelente momento para enseñar que la vocación del matrimonio y de los ordenados y/o religiosos está estrechamente ligada.
La iglesia doméstica planta y nutre el don de la fe en el hijo joven, y esta presencia viva de Dios puede florecer en un deseo de dar la vida en servicio al Señor en una vocación en armonía con la voluntad de Dios. La santidad es parte integral de todas las vocaciones, y el pacto matrimonial, el amor del esposo y de la esposa del uno por el otro, da testimonio del amor de Cristo por su iglesia, cada momento de cada día.
El don del celibato en la vida de los ordenados y los consagrados es un signo claro de la promesa del Reino de los Cielos, y a veces un signo de contradicción cuando los valores evangélicos tienen conflicto con los valores del mundo. Ambos no son mutuamente excluyentes y Santa Teresa capta la santidad de sus padres en una de sus entradas de su diario. “El buen Dios me dio un padre y una madre más dignos del cielo que de la tierra”.
La cultura por las vocaciones comienza en el hogar, pero se amplifica a través de la iglesia y de la sociedad en la medida en que cada persona en su respectiva forma de vida, casada, sacerdote, religioso y soltero llegan a ser  testigos vivos de Jesucristo, en sus actos cotidianos de servicio amoroso, sacrificio, alegrías y sufrimientos. La promesa de las vocaciones comienza en casa, pero le toma a todo el cuerpo de Cristo llevar a cumplimiento lo que Dios ha comenzado.
El recién concluido Sínodo sobre la Familia contribuirá a un renovado amor y respeto por la vida familiar que es esencial para la iglesia y la sociedad. A la luz de esto estará el desafío de la iglesia para levantar con renovado ardor la vocación del matrimonio y la familia en nuestro mundo moderno. Hacer esto es fortalecer las bases para el llamado a los hombres y mujeres al sacerdocio y a la vida consagrada. En este Año de la Vida Consagrada, junto con la extraordinaria labor del Sínodo de la Familia, que el Señor nos fortalezca para despertar al mundo a todo lo que es bueno y duradero.
¿Quién terminará la Eucaristía? Damos las gracias a todos los que continúan sirviendo al Señor en el sacerdocio y la vida religiosa, y que podamos orar fervientemente por aquellos que están discerniendo, mendigándole al viñador para que envíe obreros a la viña.

Personal del USCCB visita a trabajadores migrantes en Mississippi

Por Elsa Baughman y Maureen Smith
Representantes del Comité de Trabajadores Agrícolas Migrantes de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), pasaron cinco días en la Diócesis de Jackson en octubre visitando campos e instalaciones de producción en Bruce, Houston, Vardaman, Greewood, otros sitios en el Delta y una corta visita a Jackson. John  Manz, Obispo Auxiliar de Chicago, encabezó el equipo acompañado de la Hermana Joanna Okereke y David Corrales de la USCCB, la Hermana Miriam Bannon de la Asociación Católica de Trabajadores Agrícolas Migrantes y las Hermanas María Elena Méndez y Josefina García, de la Oficina del Ministerio Hispano. El Obispo Joseph Kopacz se reunió con ellos un par de veces durante la visita.
“Cada año, usualmente en el otoño, vamos a algún sitio donde sabemos que hay migrantes trabajando”, dijo el Obispo Manz. “Queremos ser un apoyo para la iglesia local, a veces no tienen conocimiento de los migrantes en su área, a veces son el obispo y los apoyamos en sus esfuerzos.” El Obispo Manz elogió la labor que se está realizando en esta diócesis, tanto por parte de la Oficina del Ministerio Hispano como de los ministros con los que se entrevistó durante su visita.
“Su obispo me impresionó. Su español es bueno. Su trato con la gente es bueno. Las personas responden a alguien que está abierto y cualquier esfuerzo por aprender el idioma es bueno. No tienes que hablar perfectamente, si intentas eso hace una diferencia”, dijo.
El obispo Manz inició el tour en Canton la noche del domingo el 11 de octubre. Uno de los campos en el Delta donde los trabajadores estaban cosechando vegetales, el Obispo Manz lo describió como ‘un trabajo agotador’. “El capataz les permitió parar de trabajar para que pudiéramos sentarnos y hablar con ellos”, dijo el obispo.
La Hna. María Elena dijo que estaba impresionada por las muchas horas y las condiciones en que trabajan. “Comienzan a trabajar muy temprano en la mañana y generalmente no saben a que hora van a terminar”, dijo. Los horarios de trabajo depende del clima y de la producción y no tienen días de descanso, salvo que llueva, indicó.
Deborah Holmes, ministro eclesial  laico en la Iglesia San Lucas en Bruce, dijo que en la primavera el clima hizo muy difícil la plantación y algunas granjas funcionaron las 24 horas del día en turnos. “Creo que es importante que los trabajadores hayan visto a este grupo y digan “alguien que habla mi lengua está interesado en lo que estoy haciendo”, dijo Holmes. “Es importante que ellos sepan que hay alguien que se interesa”, añadió.
En los lugares que visitaron el Obispo Manz habló principalmente con un capataz ya que los migrantes estaban trabajando. De acuerdo a la Hna. María Elena, apenas se detuvieron brevemente para que el obispo los saludara y les diera una bendición en uno de los campos.
En Bruce, la misa se celebró a las 6 de la tarde. Holmes dijo que muchos de los trabajadores fueron directamente desde los campos, otros no pudieron ir porque tenían que seguir trabajando pero enviaron  a un niño para representar a su familia. “Sentían que era lo suficientemente importante como para enviar a un niño a representar a la familia. No esperábamos eso”, dijo Holmes. Los que estuvieron en la misa aún están hablando de éso. “El hecho de que el obispo permaneció para hablar con ellos después de la misa fue significante y muchos de ellos sólo vinieron para abrazarlo, (al Obispo Manz)”, dijo Holmes.
También visitaron una granja de cultivo de bagre donde aprendieron sobre el proceso de cultivo de esta clase de pescado.
La Hna. María Elena dijo que estos inmigrantes vienen a los Estados Unidos con visas de trabajo y después de unos 10 meses tienen que regresar a sus países y re-aplicar para regresar el año siguiente. “Me gustaría que todos nosotros recordemos, especialmente durante la celebración del Día de Acción de Gracias, todas estas personas que trabajan tan duro y a menudo en condiciones deplorables para cultivar lo que comemos sin pensar o saber acerca de sus esfuerzos”, dijo.
La Hna. Josefina dijo que se sintió mal al verlos tan triste y cansados. “Por muchas palabras bonitas que quisiéramos decirles, veíamos sus rostros tristes y pensé que no habían palabras que los pudiera alegrar”, dijo, observando que piensa que la visita del obispo fue como un rayo de luz, como un consuelo, algo así como que “alguien se preocupa por nosotros, vienen a vernos al lugar donde trabajamos. Al final vimos a muchos de ellos sonrientes y nos agradecieron la visita”, dijo.
Holmes dijo que esta visita realmente ayudó a su comunidad. “Intentan ser invisibles para no llamar la atención sobre sí mismos, pero esta visita reforzó el mensaje del Santo Padre. “No es sólo nuestra parroquia, esta diócesis la que está interesada en ellos, pero alguien de un nivel superior sabe sobre ellos y cuida de ellos.”
El Obispo Manz, quien ha estado haciendo estas visitas en todo el país durante 13 años, está de acuerdo. “Estas personas están fuera del radar. Tienes que salir y reunirte con ellos. Muchos de ellos trabajan 10-12 horas al día por lo tanto el trabajo pastoral es difícil incluso el asistir a misa”, dijo.
Las hermanas les recomendaron a los capataces que  hagan lo posible por darles un trato digno ya que trabajan muy duro y sufren por estar lejos de sus familias, en un lugar desconocido para ellos. “También están aislados del resto del mundo, no tienen la libertad o el tiempo para ir a ningún lugar”, dijo la Hna. García.
Las hermanas están muy agradecidas de todas las comunidades que los acogieron y colaboraron con ellos durante esta visita del personal de la USCCB para escuchar acerca de los inmigrantes, las preocupaciones sobre su trabajo y asuntos relacionados con su seguridad.

‘La visita del papa fue una experiencia realmente hermosa’

(NOTA DEL EDITOR) Varias familias e individuos de la Diócesis de Jackson viajaron a Washington y Filadelfia para la visita del Papa Francisco. Aqui ofrecemos una corta reflexión de tres de ellas.

Hna. maria elena mendez
El primer lugar del encuentro con él, fue en el Independence Mall. Ahí el papa habló sobre la importancia de la dignidad humana, de la libertad religiosa, de los emigrantes, presentándose antes él mismo como hijo de emigrantes. Textualmente nos dijo: “Por favor, no se avergüencen nunca de sus tradiciones. No olviden las lecciones que aprendieron de sus mayores y que pueden enriquecer la vida de esta tierra americana”.
El ambiente en la Avenida Benjamin Franklin era de gozo, de alegría, de sorpresa de lo que haría o se le ocurriría decir al papa de forma espontánea y sencilla que nos hacía  reír; él aunque cansado, sacaba energía de la misma gente que se contaban por miles.
Para verlo de cerca, en primera fila, tanto el sábado como el domingo tuve que madrugar, caminar millas y pasar muchas horas de pie o sentada en el suelo esperando esos cerca de dos minutos que pasó frente a mí. Había tanta gente que lo grababa en sus celulares, que si no lograba uno verlo directamente, lo podía ver en el celular de la persona que estaba enfrente.
Tanto en el Independence Mall como en el Festival de las Familias y en sus homilías el Papa valoró, reafirmó la importancia de la familia y la necesidad de luchar para mantenerla unida. Esta fue una gran fiesta familiar en la que la mayoría saboreamos una palabra, una frase, un signo, un gesto, una actitud conmovedora del papa y, hasta me atrevo a decir, que a algunas personas no católicas también “los impactó” de alguna manera.

ESPERANZA VELASQUEZ, Jackson Santa Teresa
Después de todo un día de espera para ver a nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, en Filadelfia, yo estaba agotada, igual que mi hermana Teresa, mi amiga Elsa, y miles de personas más que habían venido de todo el mundo. Nos reunimos a lo largo de la Avenida Benjamin Franklin llenas de emoción, felicidad, amistad y con un profundo e increíble sentido de espiritualidad.
Cuando el papa apareció, sabíamos que estábamos viviendo una experiencia única en la vida. Para mí, esta ocasión trascendental no fue por cuánto tiempo vi al papa – fue solo un instante – pero lo que él dijo, cómo lo dijo y a quien se lo dijo, a nosotros. Sentí que estaba en el lugar correcto en el momento adecuado. Fue una semana muy intensa de discursos para el papa de 78 años.
Sin embargo, nada tocó mi corazón de una manera más profunda que su último sermón durante la celebración de la misa en la clausura del Encuentro Mundial de las Familias. Allí, en la Avenida Benjamin Franklin, el Santo Padre expresó su preocupación por la familia, concretamente, los desafíos que esta institución enfrenta hoy en este peligroso mundo. Habló sobre el matrimonio, el amor y los niños.
“Entiendo que los niños pueden ser difíciles algunas veces, pero háblenles con amor, suavemente, y sean pacientes”. Para mí, el Papa Francisco es mi santo Padre, pero para todos los niños, el Papa Francisco es un santo y amoroso abuelo. ¿Quien no ama a su abuelo?
Fue una experiencia increíble ver a tanta gente reunida en un lugar, especialmente verlos tan ansiosos de ver al papa aunque sea por un instante y escuchar el mensaje del papa de amor, de perdón y de unidad familiar.

RAQUEL THOMPSON –  Tupelo St. James
Mi viaje a Washington para la visita del papa fue un sueño, una sorpresa. Fui con mi esposo, otras dos parejas de la parroquia y las tres hermanas Hernandez. Fuimos gracias a la invitación del congresista Trent Kelly de Mississippi quien le obsequió varios tickets a la parroquia.
Tuve una experiencia realmente hermosa. Tuvimos la oportunidad de además de ver y escuchar al Papa Francisco desde dentro del jardín del capitolio, también vimos y escuchamos la misa de canonización de Junípero Serra afuera de la Basilica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción.
Me encantó escuchar al papa hablar en español y especialmente su mensaje de justicia durante la canonización y su mensaje a los congresistas sobre la regla de oro, cuando les hizo saber como deben tratar a la gente, como personas humana.

Sus gestos y palabras arderán en nuestros corazónes

Por Obispo Joseph Kopacz
La visita pastoral del Papa Francisco a los Estados Unidos fue un torbellino de visitas a los más poderosos en sus respectivos ámbitos y a los débiles en su realidad diaria. El Cardenal Jorge Mario Bergoglio de Buenos Aires, Argentina, estaba acostumbrado a encontrarse casi a diario con los pobres y las personas de influencia en su arquidiócesis y se encontraba como en su casa en las villas o en  los barrios de Argentina, donde por lo regular caminaba, oraba y alentaba a las personas que vivían en los márgenes de la París de América Latina.
Por lo tanto, cuando escogió servir una cena en un comedor cercano en la ciudad de Washington, D.C., en vez de almorzar con los miembros del Congreso de los Estados Unidos – no era una oportunidad para que le tomaran fotografías – como sería el caso de muchos funcionarios públicos, sino más bien una gracia de espontaneidad que es parte de su carácter y de su Evangelio ADN. Es una extensión del abrazo de San Francisco de Asís al leproso cuando no había nadie por allí con una cámara.
Los gestos y las palabras del Papa Francisco arderán en nuestros corazones, mentes e imaginación en los próximos años. Quiero ofrecer una selección de su sabiduría que trasciende la política y la ideología.

Inmigración
“Como hijo de una familia de inmigrantes, estoy feliz de ser un huésped en este país, el cual fue construido en gran parte por estas familias. Espero con interés en estos días de encuentro y de diálogo escuchar y compartir muchas de las esperanzas y los sueños del pueblo americano”. La inmigración fue un tema que se repitió a lo largo de todos sus discursos y homilías durante sus cinco días  en nuestro país. Al final de su discurso a los obispos de Estados Unidos en la Catedral San Mateo, el Papa Francisco concluyó su homilía con un pedido a un encuentro y acompañamiento al inmigrante con dignidad y respeto.

LIBERTAD RELIGIOSA
“Señor  Presidente, junto con sus compatriotas, los católicos estadounidenses están comprometidos a  construir una sociedad que sea verdaderamente tolerante e inclusiva de salvaguardar los derechos de los individuos y las comunidades y de rechazar toda forma de discriminación injusta. Con muchas otras personas de buena voluntad, también están preocupados de que los esfuerzos por construir una sociedad justa, ordenada y prudente  respeten sus profundas preocupaciones y sus derechos a la libertad religiosa. Esa libertad sigue siendo una de las más preciadas posesiones en América. Y como mis hermanos obispos de Estados Unidos, nos han recordado, que todos estamos llamados a estar vigilantes, precisamente como buenos ciudadanos, a fin de preservar y defender esa libertad de todo lo que la amenace o la comprometa”.
El Papa Francisco empezó su discurso en el Jardín de las Rosas con este tema fundamental de la libertad religiosa y está claro que él ha estado al tanto de la lucha de la iglesia en los últimos tiempos. El podría haber añadido también que la libertad religiosa está resguardada en la Primera Enmienda de nuestra querida constitución, la piedra angular de nuestra sociedad.

El camino al encuentro, al diálogo
Homilía en la Catedral San Mateo a los obispos.
“El camino que tenemos por delante es el diálogo entre ustedes, el diálogo en su presbiterio, el diálogo con los laicos, el diálogo con las familias, el diálogo con la sociedad… De lo contrario fallamos en comprender la forma de pensar de los demás o de realizar profundamente que el hermano o hermana que deseamos alcanzar y rescatar con el poder y la cercanía del amor, cuentan más de sus posiciones, distantes como pueden ser de lo que entendemos como verdadero y cierto.
“Un lenguaje cruel y divisivo no es propio de la lengua de un pastor, no tiene lugar en su corazón. A pesar de que momentáneamente pareciera ganar el día, sólo el perdurable encanto de la bondad y el amor sigue siendo verdaderamente convincente”. El Papa Francisco en estas palabras ofrece una excelente catequesis de 1Pedro 3:15, para hablar con humildad y respeto, y en Efesios 4:15 para hablar la verdad en el amor.

La responsabilidad de los Congresistas
“Cada hijo o hija de un país tiene una misión, una responsabilidad personal y social. Su responsabilidad, como miembros del Congreso, es permitir que este país, por su actividad legislativa, crezca como una nación. Ustedes son la cara de su gente, sus representantes. Ustedes están llamados a defender y a preservar la dignidad de los conciudadanos en la incansable y exigente búsqueda del bien común ya que es el objetivo principal de todos los políticos. Una sociedad política perdura cuando busca, como una vocación, satisfacer necesidades comunes, estimulando el crecimiento de todos sus miembros, especialmente los que están en situación de mayor vulnerabilidad o riesgo. La actividad legislativa se basa siempre en el cuidado de las personas. A esto ustedes han sido invitados y convocados por aquellos que los eligieron”.
El Papa Francisco habló como el Jefe de Estado del Vaticano, pero aun más como una voz moral y espiritual en la plaza pública a nuestros funcionarios electos. Imagínense si todos los responsables del bien común en virtud de su cargo caminan el noble camino de la vocación y el servicio.

En la familia
La fe abre una “ventana” a la presencia y acción del espíritu. Nos muestra que, como la felicidad, la santidad está siempre ligada a pequeños gestos. “Quien da un vaso de agua en mi nombre – un pequeño gesto – no dejará de recibir recompensa”, dice Jesús (cf.  Marcos 9:41). Estos pequeños gestos son los que aprendemos en el hogar, en la familia; se pierden en medio de todas las otras cosas que hacemos y hacen cada día diferente.
Son las cosas tranquilas que hacen las madres y las abuelas, los padres y los abuelos, los niños, los hermanos. Son pequeños signos de ternura, afecto y compasión. Como la cena caliente que esperamos por la noche, el almuerzo temprano que espera alguien que se levanta temprano para ir a trabajar. Gestos hogareños. Como una bendición antes de ir a la cama, o un abrazo después de regreso a casa tras un duro día de trabajo.
Las cosas pequeñas muestran su amor, la atención a los pequeños signos diarios que nos hacen sentir como en casa. La fe crece cuando es vivida y formada por el amor. Es por ello que nuestras familias, nuestros hogares, son verdaderas iglesias domésticas. Son el lugar adecuado para que la fe se convierta en vida y la vida crece en la fe.
En conclusión, el Papa Francisco exhorta a que la sabiduría de la vida de familia bien vivida es vital para nuestro mundo de hoy. “El Evangelio de la familia es verdaderamente ‘buenas noticias’ en un mundo donde el interés por sí mismo parece reinar”.
(NOTA DEL EDITOR: Lea la columna de esta semana en la pag. 3 de la edición en inglés)

Centro de Apoyo Migratorio tiene nueva directora

JACKSON – Amelia McGowan, una abogada de Vicksburg, es la nueva directora del Centro de Apoyo Migratorio, conocido anteriormente como Clínica de Inmigración de Caridades Católicas.
Como McGowan es abogada, ahora el centro, además de todos sus otros servicios a los inmigrantes, podrá representarlos en la corte en sus casos de inmigración, tales como procedimientos de deportación, especialmente los niños que ingresaron a los Estados Unidos solos y fueron capturados en la frontera, o a familias o individuos que están aquí en el país sin la documentación apropiada.
McGowan dijo que las posibilidades de poder permanecer en este país son mayores si las personas son representadas por un abogado en la corte porque muchos no saben cómo trabaja el sistema judicial en este país o se asustan y algunos no hablan inglés. “En algunos casos hay opciones especiales para los adultos que son abusados o que son víctimas de un delito. Hay situaciones en las que podemos ayudarlos con su estatus migratorio”, dijo.
El centro también contrató recientemente dos nuevos asociados bilingües, Elizabeth Adams que es administradora de casos y Margaret Drummond que se desempeña como asistente administrativa.
Ambos asistirán con la traducción de documentos tales como certificados de matrimonio, partidas de nacimiento, papeles de divorcio o de defunción. La traducción de estos documentos pueden ser utilizados sólo para casos de inmigración, dijo, y no para obtener la licencia de conducir como es el caso de certificados de nacimiento que tienen que ser traducidos sólo a través de Jackson State University.
McGowan anunció que en enero de 2016 el centro comenzará una alianza con la Escuela de Derecho de Mississippi College donde va a ofrecer una clase de inmigración a los estudiantes de derecho. Tres o cuatro de los estudiantes van a asistir con algunos de los casos.
También señaló que el centro recibió una donación de la Red Católica de Inmigración Legal (CLINIC) con la cual contrataron a Mathew Young quien ayudará con los casos y a promover los servicios del centro. CLINIC es una organización que promueve la dignidad y protege los derechos de los inmigrantes en colaboración con una red católica de inmigración y programas comunitario legales.
El costo de una visita inicial en el centro es de $40 y el costo total depende de cada caso en particular, pero McGowan dijo que los servicios del centro son menos costosos que los de otros abogados de inmigración. Igualmente indicó que fue invitada a asistir a la apertura de una nueva oficina de asilo político en Nueva Orleans y obtendrá información sobre los servicios que la oficina puede ofrecer aquí en Mississippi para ayudar a aquellos que están en necesidad de pedir asilo político el cual tiene que ser pedido durante el primer año de estadía en el país.
Otros servicios que el Centro de Soporte Migratorio ofrece incluyen: petición para pariente extranjero, ajuste de estado, declaración jurada de apoyo, visa de visitante, permiso de trabajo, renovación, naturalización y el estatuto de protección temporal (TPS).
McGowan indicó que el centro está disponible para ofrecer talleres sobre temas de inmigración en las parroquias y comunidades de la Diócesis de Jackson. “Queremos aumentar nuestra visibilidad para que la gente sepa que estamos aquí para ayudarlos con sus casos con  un personal calificado y bilingüe. La oficina está ubicada en 200 North Congress Street en Jackson. Para obtener más información llame al 601-948-2635.

Parroquia celebra canonización de los padres de Santa Teresa

JACKSON – El domingo 18 de octubre, los miembros de la Parroquia Santa Teresa celebraron con una misa bilingüe la canonización de Luis Martin y Celia Guérin, padres de Santa Teresita de Lisieux.
Monseñor Elvin Sunds, párroco de Santa Teresa, dijo que hace 85 años la iglesia declaró a sor Teresa del Niño Jesús, también conocida como Sor Teresa de Lisieux, santa, por la santidad de su vida. “Hoy el Papa Francisco en Roma declaró que los padres de Santa Teresa también son santos por la evidente santidad de sus vidas”, dijo. “La iglesia, por primera vez, declara que los padres de una santa también son santos”.
Monseñor Sunds anotó que ese día debe ser una fuente de inspiración para todos los padres. “Este día la iglesia afirma la sagrada vocación de ser padres, del matrimonio y de la crianza de los hijos, el esposo y la esposa – una madre y un padre – pueden llegar a vivir una verdadera vida santa.
Sobre cómo ellos merecieron ser declarados santos y cómo podrían inspirar a los padres de hoy a lograr la santidad, Monseñor Sunds indicó que la respuesta se puede encontrar en la bendición y la oración que se dice sobre los padres en el bautismo de un hijo. “En el bautismo, el sacerdote reza sobre los padres en palabras similiares a éstas, ‘Dios es el dador de toda vida humana y divina. Que él bendiga a los padres de este niño. Ellos serán los primeros maestros de sus hijos en el camino de la fe. Que puedan ser los mejores maestros en todo lo que dicen y hacen’.
“Esto muestra el papel importante y especial que juegan los padres en el crecimiento espiritual de sus hijos. Ustedes son los primeros y los mejores maestros en los caminos de la fe, por todo lo que dicen y hacen”, indicó.
Igualmente explicó que a través del amor entre ellos, el amor por los demás y por su hija, Celia y Luis le mostraron a Teresa el amor de Dios. “Así también, ustedes, que son padres, por el amor que se muestran mutualmente, por el amor por los demás y por sus hijos, ellos llegan a conocer a un Dios amoroso que nos ama infinitamente y sin condiciones.
Monseñor terminó su presentación invitando a los presentes a imitar la santidad de esta nueva pareja de santos en su amor y por todo lo que dicen y hacen.
El Padre Bill Henry, quién fue párroco de Santa Teresa del 2009 al 2012, concelebró la misa junto con Monseñor Sunds  y el Padre Jeremy Tobin.
El Padre Henry contó al inicio de la misa que en el año 2009 había viajado a Francia para asistir a un retiro para celebrar el “Año Sacerdotal” y después del retiro fue a Lisieux con un grupo de amigos. “Emanuel, el líder de esa comunidad, nos invitó a visitar la Basilica de Santa Teresa de Lisieux en la cual está la reliquia de la santa y la tumba de los padres de ella quienes habían sido beatificados hacia poco tiempo. Esas reliquias las tenemos hoy aquí”, dijo.
El Padre Henry dijo que se acuerda de lo especial que se sintió cuando recibió esas reliquias. “Yo estoy muy emocionado de traerlas a esta comunidad de Santa Teresita”, dijo, añadiendo que siempre “he pensando que la intercesión de Santa Teresa es muy poderosa dentro de esta comunidad y ahora agregar a sus padres es una bendición adicional”. La celebración de tan importante canonización continuó con un picnic ofrecido por la parroquia.

El papa habló con acciones y con palabras

Por Obispo Joseph Kopacz
La visita pastoral del Papa Francisco a los Estados Unidos fue un torbellino de visitas a los más poderosos en sus respectivos ámbitos y a los débiles en su realidad diaria. El Cardenal Jorge Mario Bergoglio de Buenos Aires, Argentina, estaba acostumbrado a encontrarse casi a diario con los pobres y los de influencia en su arquidiócesis, y se encontraba como en su casa en las villas o en  los barrios de Argentina, donde por lo regular caminaba, oraba y alentaba a las personas que vivían en los márgenes de la París de América Latina.
Por lo tanto, cuando escogió servir una cena en un comedor cercano en la ciudad de Washington, D.C., en vez de almorzar con los miembros del Congreso de los Estados Unidos – no era una oportunidad para que le tomaran fotografías–  como sería el caso de muchos funcionarios públicos, sino más bien una gracia de espontaneidad que es parte de su carácter y de su Evangelio ADN. Es una extensión del de abrazo de San Francisco de Asís al leproso cuando no había nadie por allí con una cámara.
Los gestos y las palabras del Papa Francisco arderán en nuestros corazones, mentes e imaginación en los próximos años. Para el resto de esta columna quiero ofrecer una selección de su sabiduría que trasciende la política y la ideología.

Inmigración
“Como hijo de una familia de inmigrantes, estoy feliz de ser un huésped en este país, el cual fue construido en gran parte por estas familias. Espero con interés que estos días de encuentro y de diálogo, en los cuales espero escuchar y compartir muchas de las esperanzas y los sueños del pueblo americano”. La inmigración fue un tema que se repitió a lo largo de todos sus discursos y homilías durante sus cinco días completos en nuestro país. Al final de su discurso a los obispos de Estados Unidos en la Catedral San Mateo, el Papa Francisco concluyó su homilía con un pedido a un encuentro y acompañamiento al inmigrante con dignidad y respeto.

LIBERTAD RELIGIOSA
“Señor  Presidente, junto con sus compatriotas, los católicos estadounidenses están comprometidos a  construir una sociedad que sea verdaderamente tolerante e inclusiva de salvaguardar los derechos de los individuos y las comunidades y de rechazar toda forma de discriminación injusta. Con muchas otras personas de buena voluntad, están igualmente preocupados de que los esfuerzos para construir una sociedad justa, ordenada y prudente que respeten sus preocupaciones profundas y sus derechos a la libertad religiosa. Esa libertad sigue siendo una de las más preciadas posesiones en América. Y como mis hermanos, los obispos de Estados Unidos, nos han recordado, todos están llamados a ser vigilantes, precisamente como buenos ciudadanos, a fin de preservar y defender esa libertad de todo lo que la amenace o la comprometa”.
El Papa Francisco empezó su discurso en el Jardín de las Rosas con este tema fundamental de la libertad religiosa, y está claro que él ha esta al tanto de la lucha de la Iglesia en los últimos tiempos. El podría haber añadido también que la libertad religiosa está consagrada en la Primera Enmienda de nuestra querida constitución, la piedra angular de nuestra sociedad.

El camino al encuentro y al diálogo
Homilía en la Catedral San Mateo a los obispos.
“El camino que tenemos por delante es el diálogo entre ustedes, el diálogo en su presbiterio, el diálogo con los laicos, el diálogo con las familias, el diálogo con la sociedad…De lo contrario, fallamos en comprender la forma de pensar de los demás, o de realizar profundamente que el hermano o hermana que deseamos alcanzar y rescatar, con el poder y la cercanía del amor, cuentan más de sus posiciones, distantes como pueden ser de lo que entendemos como verdadero y cierto.
“Un lenguaje cruel y divisivo no es propio de la lengua de un pastor, no tiene lugar en su corazón. A pesar de que momentáneamente pareciera ganar el día, sólo el perdurable encanto de la bondad y el amor sigue siendo verdaderamente convincente”. El Papa Francisco ens estas palabras ofrece una excelente catequesis de 1Pedro 3:15, para hablar con humildad y respeto, y en Efesios 4:15 para hablar la verdad en el amor.

La responsabilidad de los miembros del Congreso
“Cada hijo o hija de un país tiene una misión, una responsabilidad personal y social. Su responsabilidad, como miembros del Congreso, es permitir que este país, por su actividad legislativa, crezca como una nación. Ustedes son la cara de su gente, sus representantes. Ustedes están llamados a defender y preservar la dignidad de los conciudadanos en la incansable y exigente búsqueda del bien común ya que es el objetivo principal de todos los políticos. Una sociedad política perdura cuando busca, como una vocación, satisfacer necesidades comunes, estimulando el crecimiento de todos sus miembros, especialmente los que están en situación de mayor vulnerabilidad o riesgo. La actividad legislativa se basa siempre en el cuidado de las personas. A esto ustedes han sido invitados, llamados y convocados por aquellos que los eligieron.”
El Papa Francisco habló como el Jefe de Estado del Vaticano, pero aun más como una voz moral y espiritual en la plaza pública a nuestros funcionarios electos. Imagínense si todos los responsables del bien común en virtud de su cargo caminan el noble camino de la vocación y el servicio.

En la familia
La fe abre una “ventana” a la presencia y acción del espíritu. Nos muestra que, como la felicidad, la santidad está siempre ligada a pequeños gestos. “Quien da un vaso de agua en mi nombre – un pequeño gesto – no dejará de recibir recompensa”, dice Jesús (cf.  Marcos 9:41). Estos pequeños gestos son los que aprendemos en el hogar, en la familia; se pierden en medio de todas las otras cosas que hacemos y hacen cada día diferente.
Son las cosas tranquilas que hacen las madres y las abuelas, los padres y los abuelos, los niños, los hermanos. Son pequeños signos de ternura, afecto y compasión. Como la cena caliente que esperamos por la noche, el almuerzo temprano que espera alguien que se levanta temprano para ir a trabajar. Gestos hogareños. Como una bendición antes de ir a la cama, o un abrazo después de regreso tras un duro día de trabajo.
Cosas pequeñas muestran su amor, la atención a los pequeños signos diarios que nos hacen sentir como en casa. La fe crece cuando es vivida y formada por el amor. Es por ello que nuestras familias, nuestros hogares, son verdaderas iglesias domésticas. Son el lugar adecuado para que la fe se convierta en vida, y la vida crece en la fe.
En conclusión, el Papa Francisco exhorta a que la sabiduría de la vida de familia bien vivida es vital para nuestro mundo de hoy. “El Evangelio de la familia es verdaderamente ‘buenas noticias’ en un mundo donde el interés por sí mismo parece reinar”.

Encuentro con el Papa Francisco fue vigorizador

Por Obispo Joseph Kopacz
La visita pastoral del Papa Francisco a los Estados Unidos, después de unos días en Cuba, dominaron las noticias por mucho más de los seis días que estuvo en territorio americano. La preparación de la visita absorbió más de un año completo. El efecto durará por muchos años. Sin duda su presencia en nuestra nación fue cautivadora.
El Papa Pablo VI fue el primero en llegar a nuestras costas en octubre de 1965 para hablar en las Naciones Unidas en el momento en que la guerra de Vietnam se estaba intensificando. Sus palabras están consagradas para la posteridad. “No más guerra, nunca más guerra. Paz, es la paz la que debe guiar el destino de las personas y de toda la humanidad”. San Juan Pablo II hizo varias visitas pastorales a los Estados Unidos, una de las cuales incluyó un circuito similar a la que el Papa Francisco acaba de terminar.
También recorrió el Sureste y el Sur con su preciada visita a Nueva Orleans en 1987. Muchos en nuestra región recuerdan con cariño la experiencia. San Juan Pablo II presidió el Día Mundial de la Juventud en Denver, Co., en 1993 inspirando a generaciones de jóvenes y a otros no tan jóvenes. Juan Pablo había lanzado el  tradicional bianual Día Mundial de la Juventud en Roma en 1984 debido a su profundo amor por los jóvenes durante todo su sacerdocio.
Ahora hemos celebrado el momento del Papa Francisco, un momento en la historia cuando los corazones de muchos dentro de la Iglesia y en el mundo tienen hambre y sed por una mayor justicia y paz y por solidaridad y esperanza para la familia humana. Experimenté personalmente este anhelo en la ciudad de Washington, D.C. la semana pasada durante el servicio de oración en la Catedral San Mateo y durante la Misa de Canonización de Junípero Serra en el Santuario de la Inmaculada Concepción. Estos fueron reuniones pequeñas en comparación con las de Nueva York y Filadelfia, pero el Espíritu del Señor no estuvo menos presente.
En esta columna intento reflejar sobre mi propia experiencia y la esencia de las homilías del Papa Francisco en la Catedral de San Mateo y en la Misa de canonización. Cada vez que un jefe de estado extranjero visita tierras extranjeras la seguridad es arrolladora. Para todos de los casi 300 ó 400 obispos presentes, el movimiento de un lugar a otro fue como glaciar, incluso con la escolta de policía para nuestros siete autobuses. A veces volamos por las calles de Washington y luego tuvimos que esperar. Pero la espera valió la pena. Mientras estábamos sentados en la Catedral San Mateo, orando en silencio por lo anticipado, el primer sonido que nos alertaba de la llegada del papa era el helicoptero de  seguridad que dirigía su caravana como jefe de estado. Después de un ratito, la puerta de la catedral se abría y el Papa Francisco entraba con una sonrisa tan grande como la Argentina.
Mientras caminaba por el pasillo central en medio de los entusiastas aplausos, me di cuenta de que toda su conducta encarnaba la alegría del Evangelio, el título de su Carta Apostólica, Evangelii Guadium. Su amor por el Señor supura de su ser y su deseo de celebrar este amor con todos los que él se reúne es lo que lo hace apreciar al espíritu humano.
Al final del servicio de oración en la Catedral de San Mateo el Papa Francisco le habló específicamente a los obispos presentes rodeado de muchos católicos de la Arquidiócesis de Washington que llenaron la Catedral. Su mensaje fue uno de aliento y ardientemente habló del ministerio del obispo como uno de unidad, caridad y celo en el servicio del Buen Pastor que da su vida por las ovejas. Tenemos que caminar con nuestro pueblo, fortalecer a nuestros sacerdotes y dar la bienvenida al extraño en nuestro medio. Su amor por nosotros fue palpable durante todo su apasionado discurso.
A la salida de la Catedral de San Mateo hicimos una pausa en el Centro San Juan Pablo II para almorzar antes de dirigirnos al Santuario de la Inmaculada Concepción para la Misa de Canonización de Junípero Serra. Esta fue una festiva celebración en la cual participaron    fieles de todo el país. Muchos vinieron de la Costa Oeste, entre ellos representantes de los nativos Americanos  de las misiones en California. Mientras entrabamos antes de la llegada del Papa Francisco la congregación de unos 25,000 estaban parados bajo un sol ardiente y nos saludaron con palabras y gestos cordiales. Fue agradable ver su amor por el Señor y por la Iglesia.
Más de 220 años atrás, los indios de California evangelizados por el Padre Junípero Serra lo declararon un santo. En esta histórica canonización en la capital de la nación, el Papa Francisco ratificó esa declaración, declarándolo un santo para la veneración de la Iglesia universal. Añadiendo a la naturaleza histórica del evento fue que el Papa Francisco, el primer papa de las Américas, estaba declarando al primer hispano santo para los Estados Unidos en su primera Misa aquí. Estrella Roja, un representante de los Chumash de la Misión Ventura, le dijo al Registro que él y otros siete jefes indios de California estuvieron presentes en la Misa y que también tuvo la oportunidad de reunirse personalmente con el Papa Francisco. Ellos agradecieron el reconocimiento de su gente y su cultura durante toda la Misa.
El ritual de la canonización tuvo lugar inmediatamente después del saludo de apertura del Papa Francisco. Después de la celebración de las Letanías de los Santos, el Papa Francisco declaró: “declaramos y definimos al Bendito Junípero Serra a ser santo, y lo incluimos entre los santos, decretando que se le venere como tal por toda la Iglesia. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
A pesar de la sencillez en su composición, la jubilosa congregación quedó atrapada en el esplendor del momento. Oportunamente el Papa Francisco comenzó su homilía con las palabras de San Pablo en su carta a los Filipenses (4:4 ) “Estad siempre alegres en el Señor, otra vez digo, regocijaos”. La alegría y agradecimiento resonó en toda la congregación. Al final de su homilía el Papa Francisco refirió las palabras que fueron el lema en la vida de San Junípero Serra. Siempre, adelante, siempre adelante. “Él era la encarnación de la ‘una Iglesia que va hacia adelante’, una Iglesia que lleva a todas partes la reconciliadora ternura de Dios”, dijo el Papa. Este es el tema que el Papa Francisco ha abordado en repetidas ocasiones y es el llamado para todos nosotros de ser discípulos misioneros.
El Santo Padre continuó dando grandes discursos al Congreso, a los delegados de las Naciones Unidas y a la multitud de los fieles en la misa de clausura del Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia. Hubo otras importantes homilías y discursos que revelan el corazón de este siervo de los Siervos de Dios, y es mi objetivo el sintetizar esta fuente de sabiduría en mi próxima columna. Mientras tanto, que el Señor Jesús, el Buen Pastor, y Sumo y Eterno Sacerdote continúe concediéndonos una temporada de refrescamiento a través del testimonio, las palabras y alegre sonrisa de Francisco de Roma, Sucesor de Pedro, y el Vicario de Cristo.

Todos están invitados a la reconciliación

Por Obispo Joseph Kopacz
“La justicia demorada es justicia negada”, una frecuente cita de sabiduría, es ampliamente comprendida y aceptada al considerar la virtud que rige el orden social. Recientemente, el Papa Francisco decretó que la misericordia tampoco se retrasaría más cuando un pecador arrepentido confiesa el pecado del aborto en el sacramento de la reconciliación.
El Papa Francisco anunció el martes que los sacerdotes Católicos Romanos estarán facultados para ofrecer la absolución del pecado del aborto durante el Año Santo de la Misericordia que comienza el 8 de diciembre. A pesar de que la mayoría de los obispos de los Estados Unidos ya han autorizado a sus sacerdotes en el tema, muchos en otros países no lo han hecho, es decir a las mujeres que buscan la absolución puede que le pongan obstáculos, que se las retrasen o rechazen.
El mandato de Francisco efectivamente optimiza el proceso por solo un año. El razonamiento detrás de la tradicional práctica pastoral es que la iglesia considera el aborto como un pecado tan grave que pone en manos de un obispo la concesión de perdón para éste, quien podría escuchar la confesión de la mujer él mismo o delegar a un sacerdote que es experto en este tipo de situaciones.
La oferta del Papa Francisco no es sin precedente. En el año 2000, el Papa Juan Pablo II permitió a los sacerdotes ofrecer la misma absolución, sin embargo, el Papa Francisco demuestra un impulso más amplio para hacer a la iglesia más misericordiosa y acogedora.
“Me he encontrado con tantas mujeres que llevan en su corazón la cicatriz de esta penosa y dolorosa decisión”, dijo el Papa Francisco en un comunicado emitido por el Vaticano. “Lo que ha sucedido es profundamente injusto; sin embargo, sólo comprendiendo la verdad de esto puede permitirle a uno a no perder la esperanza”.
Enfrentando la verdad de haber terminado una vida en sus primeras etapas puede ser profundamente doloroso, pero puede encaminarlo a uno en el camino a la curación, la esperanza y la libertad de las cadenas del pasado. Esto puede ser un motivo de vergüenza, pero Dios no quiere que nadie mantenga esa vergüenza, un estado de mente y de corazón que pueden ser tan destructivos. Este es un tipo de algo sano de culpabilidad que puede llevar al perdón y la reconciliación. Un movimiento de la culpabilidad hacia el perdón y a la reconciliación, y una nueva oportunidad en la vida, es la verdad que lo hace libre a uno, y una experiencia de la vida en abundancia que Jesús ofrece a través de la fe en Él.
Como un sacerdote de la Diócesis de Scranton tuve la bendita experiencia en participar en un retiro de fin de semana llamado “Viñedo de Raquel (Rachel’s Vineyard). Este es un ministerio que ofrece a las mujeres que han sufrido el trauma del aborto la oportunidad de encontrar curación y esperanza, y la paz que sólo puede venir de Dios, el Shalom de Jesucristo, crucificado y resucitado. La siguiente cita es de la Dra. Theresa Burke, la fundadora de Viñedo de Raquel y estaríamos de acuerdo que sus palabras están en armonía con la invitación del Papa Francisco de cruzar el umbral de la misericordia.
Querida amiga,
“Quiero darte la bienvenida al “Viñedo de Raquel”. Si las heridas emocionales y espirituales de un pasado   aborto han ido debilitando la fe, el amor y la alegría de su vida, le prometo que si entras en este proceso de sanación, tu vida comenzará a cambiar. El caminar en un “Viñedo de Raquel” es un regalo que sólo tú puedes abrir tu corazón para recibirlo. El proceso espiritual de la reconciliación con ti misma, con Dios y con tu hijo perdido realmente resultará en plenitud y libertad y la diferencia serás capaz de sentirla dentro de tu corazón.
Este proceso de curación te dará una profunda compasión por ti misma. Es también un recorrido que te dará una nueva apreciación de tu fuerza y valentía. Al recorrer por el camino de curación en el “Viñedo de Raquel” podrás experimentar un fin a la soledad, la desesperación y la desesperanza. Tendrás la posibilidad de visitar metas y sueños abandonados y articular los deseos más profundos de tu futuro”.
El sitio Web de la Viña de Raquel ofrece una amplia visión de la belleza y el poder de este increíble ministerio.
En la última parte de esta columna quiero recordar el pasaje del Libro de las Lamentaciones en el Antiguo Testamento, que muestra la profundidad de la marginalidad que puede abrumar a una persona en la agonía del pecado, seguido inmediatamente por el don de la misericordia de Dios que provee un camino de vida nueva. Estas palabras de Dios son para todos y especialmente para aquellos atrapados en las cadenas del pecado.

De mi se ha alejado la paz,
y he olvidado lo que es la felicidad;
Me digo a mi mismo que mi vigor ha perecido  ,
todo lo que yo esperaba del Señor.
Acuerdate de mi afliccion y de mi vagar;
del ajenjo y de la amargura,
recordando esto una y otra vez,
deja mi alma triste.
Pero llamaré esto a la mente.
Las bondades del Señor jamás terminan;
Sus misericordias nunca fallan.
Se renuevan cada mañana tan grande es su fidelidad. Y me digo: ¡El Señor lo es todo para mí;
por eso en él confio!

La misericordia no se retrasará para todo aquel que busca el don del perdón y libertad por la opción de abortar una vida por nacer, hombre o mujer. El sacramento de la reconciliación es el medio ordinario en la vida de la iglesia que ofrece la extraordinaria misericordia que sólo puede venir de Dios.
Tal vez una persona está demasiado paralizada para acercarse a Dios. Recuerden la experiencia en el Evangelio cuando Jesús estaba predicando y cuatro amigos abrieron el techo de la casa para bajar a su amigo paralítico justo delante del Señor. “Tus pecados te son perdonados; levántate y camina”, fue la respuesta inmediata del Señor.
A través de la ayuda de otros o por nuestros propios esfuerzos, pongámonos en presencia del Señor Jesús para que seamos perdonados y restaurados de una manera que sea digna de los hijos de Dios.

El Papa Francisco de visita en USA

El Papa Francisco visitará a los Estados Unidos por primera vez del 23 al 27 de septiembre. Esta visita es presidida a su visita a Cuba, del 19 al 22 de septiembre.
Miércoles 23 de septiembre, Washington, DC
Ceremonia de bienvenida y reunión con el Presidente Barrac Obama. Servicio de oración en la Catedral de San Mateo con los obispos de los Estados Unidos.
Misa de canonización de Junipero Serra en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción.
Jueves 24 de septiembre, Washington, DC
Presentación en sesión conjunta del Congreso de los Estados Unidos.
Visita a la Iglesia San Patricio y a las oficinas de Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Washington.
En Nueva York, servicio nocturno de oración en la Catedral de San Patricio.
Viernes 25 de septiembre, Nueva York
Presentación en la asamblea general de las Naciones Unidas. – Servicio multi-religioso en el Museo de Memorial al 9/11 en el Centro de Comercio Mundial. Visita al Colegio Nuestra Señora Reina de los Angeles – Misa en el Madison Square Garden
Sábado 26 de septiembre, Filadelfia
Misa en la Catedral Basílica de San Pedro y San Paúl – Visita al Mall Independencia. – Visita al Festival de Familias, Benjamin Franklin Pkwy.
Domingo 28 de septiembre, Filadelfia
Reunión con los obispos en el Seminario San Carlos Borromeo. Visita a la carcel Curran-Fromhold – Misa para la clausura de la Reunión Mundial de Familias, Benjamin Franklin Pkwy. – Visita con los organizadores, voluntarios y benefactores de la Reunión Mundial de Familias, Atlantic Aviation.