POR OBISPO Joseph Kopacz
Durante los 50 días del tiempo pascual la Iglesia Católica proclama en Palabra y Adoración la creación y el crecimiento de la iglesia en el primer siglo después de la crucifixión y la resurrección del Señor, entre los años 30 y 33 d.C. El sacrificio cruento de la muerte de Jesús el Nazareno fue transformado por el amor de Dios en la resurrección en el mayor movimiento desatado en la historia de la humanidad. Poniendo las tristes divisiones a un lado, la iglesia ha proclamado el Evangelio durante casi 2000 años, y en la actualidad hay cerca de dos billones de cristianos en todo el mundo, más de la mitad son católicos.
Reconocemos que muchos son cristianos sólo de nombre, pero hay innumerables millones que el Espíritu Santo ha transformado en el Cuerpo vivo de Cristo para la salvación de las almas y el bien de la humanidad.
Durante la octava de Pascua, o los ocho días siguiente al Domingo de Pascua, el Señor resucitado se le apareció a sus angustiados apóstoles y discípulos con el fin de sanarlos, reconciliarlos con Dios y a los unos con los otros con el fin de prepararlos para su peregrinación de fe, esperanza y amor en su nombre.
El libro de los Hechos de los Apóstoles, sobre todo, es una narración de San Lucas sobre el crecimiento constante de la iglesia primitiva, desde sus humildes inicios en Jerusalén a la escena mundial en Roma, destinada a seguir el mandato del Señor de enseñar a todas las naciones hasta los confines de la tierra.
San Pedro, San Pablo y los otros 11 discípulos, con el apoyo fiel de muchos de los primeros discípulos, sentaron las bases para la primera iglesia evidente en las muchas comunidades que surgieron alrededor del mundo mediterráneo. En solidaridad con su Señor en la cruz, la sangre y el agua continuaron derramándose. Los judíos y los gentiles tuvieron su segundo nacimiento en las aguas fluyentes del bautismo y la sangre de los mártires se convirtió en la fuente de la vitalidad de la iglesia primitiva.
En las primeras etapas de los Hechos de los Apóstoles escuchamos hablar del agua con el bautismo de miles de personas el Domingo de Pentecostés y de la sangre, con el brutal asesinato a pedradas del diácono Esteban, el primer mártir de la iglesia. Siguió después la decapitación de Santiago, el hermano del Señor, y comenzó la persecución que se prolongó durante casi 300 años.
San Pedro es presentado en la primera mitad de los Hechos de los Apóstoles mientras que San Pablo aparece en la segunda mitad del libro. En el Capítulo 10, el Espíritu Santo pone el escenario a través de Pedro para un segundo día de Pentecostés en la casa de Cornelio al descender sobre todos los miembros de su familia con un estallido de lenguas y de alabanza. Pedro sólo podía estar de pie, y se maravilló de como Dios abrió la puerta de la fe a los primeros gentiles para que se convirtieran en cristianos. Pedro procedió a bautizarlos, pero esa fue la parte fácil. Luego tuvo que regresar a Jerusalén con Pablo y Bernabé para convencer a los demás que los gentiles o paganos, o sea los no judíos, no tenían que convertirse en judíos primero antes de convertirse en cristianos.
Fue una lucha encarnizada pero al final Dios prevaleció y en el Concilio de Jerusalén sólo cuatro restricciones le fueron impuestas a los gentiles: “Se tienen que abstener de comer carne de animales ofrecidos en sacrificios a los ídolos, no coman sangre ni carne de animales estrangulados y eviten la inmoralidad sexual. Ustedes harán bien si evitan estas cosas.” (Hechos 15:29) Por supuesto los Diez Mandamientos siguen siendo fundamentales para nosotros, pero más de 600 leyes cambiaron cuando surgió la tradición cristiana. El mandato del Señor de enseñar a todas las naciones estaba ahora libre de obligaciones por parte de una exigente tradición judía.
Después del Capítulo 15 en los Hechos de los Apóstoles San Pablo tomó la antorcha de San Pedro y se convirtió en apóstol de los gentiles, facultado por el Concilio de Jerusalén para ser el misionero en el mundo griego y romano. Los tres viajes misioneros de Pablo están trazados en las páginas de los Hechos. Muchos le temían, recordando su feroz persecución contra los primeros cristianos antes de su conversión, y muchos lo odiaban porque él fue riguroso en su celo de desechar la Ley de Moisés a la luz de Jesucristo crucificado y resucitado de entre los muertos. En última instancia, esta animosidad lo llevó a su decapitación en Roma.
En nuestra época el Papa Francisco nos llama a ser misioneros que llevan la Buena Noticia, la alegría del Evangelio, a muchos de los que se están yendo a pique en el cieno del mundo.
Este es nuestro origen; esta es nuestra llamada constante. Cuando escuchamos y/o leemos sobre el crecimiento de la iglesia primitiva, es evidente que muchos tenían el espíritu misionero. San Pablo, en particular, fue el misionero por excelencia, que nunca se cansó de plantar la semilla de la fe, y alimentar a la planta joven a través de sus cartas y visitas pastorales. Como escribió en 1 Corintios: “Sembré la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero es Dios quien la hizo crecer.” (1Cor 3:6)
Cuando reflexiono sobre mi nueva vida como el 11ª obispo de Jackson durante mis muchos viajes en todo el territorio de la diócesis en este tiempo de Pascua, bien sea para celebrar confirmaciones, graduaciones, aniversarios, etc., considero que esta es la vida y el ministerio de un obispo, puesto en marcha por los apóstoles y sus sucesores. Yo trabajo en la viña del Señor, sobre las bases establecidas por el Obispo Chanche y algunos otros a finales de 1830.
Bien sea que se trate de los sembradores originales, o las generaciones posteriores que siguieron, Dios la está haciendo crecer a través del poder del Espíritu Santo y en el nombre de Jesús, resucitado de entre los muertos.
Somos parte de una tradición de fe con raíces profundas, casi dos mil años. “Además, queridos hermanos, no olviden que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”. (2 Pedro 3:8) Por lo que sólo estamos acercándonos el principio del tercer día de la era cristiana, y nuestro llamado es a plantar y construir siempre que tengamos vida y aliento. “Y estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Cristo Jesús regrese”. (Filipenses 1:6 )
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horario de Confirmaciones 2015
horario de Confirmaciones 2015
Este es el horario de las confirmaciones este año. Si algún candidato no puede asistir a la celebración en su localidad, el párroco o el coordinador de la confirmación debe contactar la parroquia donde ellos pueden recibir el sacramento.
12 de abril – Parroquia St. Richard, Jackson – 5 p.m.
19 de abril – Parroquia San José, Gluckstadt – 5 p.m.
21 de abril – Parroquia Anunciacion, Columbus – 6 p.m.
22 de abril – Parroquia St. Elizabeth, Clarksdale – 6 p.m.
29 de abril – Parroquia San Francisco, Madison – 6 p.m.
2 de mayo – Parroquia St. John, Oxford – 11 a.m.
2 de mayo – Parroquia St. Francis, New Albany – 4:30 p.m.
3 de mayo– Parroquia St. Luke, Bruce – 11 a.m.
5 de mayo– Parroquia San Judas, Pearl – 6 p.m.
9 de mayo – Parroquia St. Joseph, Greenville – 11 a.m.
9 de mayo – Parroquia San Pedro, Grenada – 6 p.m.
10 de mayo – Parroquia Inmaculado Corazón de María, Houston – 11:15 a.m.
10 de mayo – Parroquia St. Helen, Amory – 4:30 p.m.
12 de mayo – Parroquia San Patricio, – 6 p.m.
14 de mayo – Basilica Santa María, Natchez – 6 p.m
17 de mayo – Nuestra Señora de las Victorias, Cleveland – 5 p.m.
25 de julio– Parroquia St. James, Tupelo – 4:30 p.m.
25 de octubre – Parroquia Cristo Rey, Southaven, 5 p.m.
Lecturas diarias de la misa en español en internet
WASHINGTON — A principios de este año la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) puso a la disponibilidad del público las lecturas diarias de la misa en español en su págna de internet, www.usccb.org, elegir: “Bible”, “Today’s Readings,” y “En Español”.
“Poder proveer las lecturas diarias en español en la internet ha sido una larga jornada y estamos felices de ver este trabajo realizado”, dijo el Obispo John Wester de Salt Lake City, presidente del Comité sobre Comunicaciones de USCCB. “Esto es parte de nuestros esfuerzos continuos de responder a las necesidades pastorales de los hispanos y de los católicos de habla hispana y proveerles recursos e información de maneras que les exhorten a acrecentar su fe”.
Las lecturas diarias en español provienen del Leccionario publicado en México y está aprobado por los obispos estadounidenses para su uso en los Estados Unidos. Los hispanos representan el 16 por ciento de la población total en Estados Unidos y cerca del 40 por ciento de los católicos estadounidenses; 64 por ciento de los católicos hispanos asisten a la iglesia regularmente.
Las lecturas diarias en ingles están entre los recursos más populares del sitio web de USCCB con un promedio mensual de 3.3 millones de visitantes en línea. Cerca de 49,000 personas reciben las lecturas diarias en ingles por correo electrónico, una opción que pronto también estará disponible para las lecturas en español.
La USCCB también provee actualizaciones en español sobre noticias y recursos que ayudan a fomentar la fe en Facebook en www.facebook.com/USCCBEspanol y en Twitter en https://twitter.com/USCCBEspanol.
Recursos bilingües para diócesis, parroquias y grupos de ministerios también están disponibles en www.myusccb.org.
(Derechos de autor © 2014 Servicio de Noticias Católicas (CNS)/ Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Los servicio de noticias de CNS no pueden ser publicados, transmitidos, reescritos o de ninguna otra forma distribuidos, incluyendo pero no limitado a, medios tales como formación o copia digital o método de distribución en su totalidad o en parte, sin autorización previa y por escrito del Servicio de Noticias Católicas)
TOME NOTA
Consulado de Guatemala
TUPELO – El Consulado Móvil de Guatemala estará en la iglesia Católica St. James l sábado 16 y domingo 17 de Mayo. No necesita hacer cita.
Pláticas matrimoniales
CORINTH – En el mes de Mayo la Parroquia St. James dará inicio a las platicas pre-matrimoniales. Las parejas interesadas deben registrarse con Zuemy y Luis Solís. Se necesitan por lo menos dos parejas para que se puedan dar las preparación; si no hay parejas interesadas no habrá preparación este año.
Fotos de Primera Comunión
y confirmación
Se le pide a las parroquias y familias que por favor envíen fotos de los grupos de confirmación y Primera Comunión de este año para ser incluidas en una edición especial sobre estos sacramentos en junio.
Para información contactar a : Elsa Baughman, 601-960-8467, elsa.baughman@jacksondiocese.org
Arzobispo Oscar Romero será beatificado el 23 de mayo
SAN SALVADOR, El Salvador (CNS) – El Arzobispo salvadoreño Oscar Romero será beatificado en San Salvador el 23 de mayo dijo el arzobispo italiano Vincenzo Paglia, postulador de la causa de santidad del arzobispo.
La ceremonia, que mueve al asesinado arzobispo un paso más cerca a la santidad, se llevará a acabo en la Plaza El Divino Salvador del Mundo. El Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, celebrará la misa. “Romero, desde el cielo, quiere que cada salvadoreño camine por el sendero de la paz y la justicia”, dijo el arzobispo Paglia el 11 de marzo durante una conferencia de prensa en San Salvador.
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Arzobispo Romero
El arzobispo llamó la beatificación un regalo para el mundo, pero particularmente para el pueblo de El Salvador. El papa Francisco reconoció formalmente el 3 de febrero que el arzobispo salvadoreño fue asesinado “por odio a la fe” y no por razones puramente políticas.
María del Cid, miembro de la Catedral de San Pedro en Jackson, tenía tres años cuando Monseñor Romero fue asesinado. Ella nació y vivió en el mismo pueblo donde nació él, Ciudad Barrios en el Departamento San Miguel, y aunque no recuerda los detalles del asesinato, si recuerda que su papá y la gente de su pueblo “hablaban mucho de monseñor y lamentaban su muerte ya que él era un pastor que andaba con las ovejas, que las defendía y hablaba por ellas” dijo. “El era la voz de las personas sin voz”.
Del Cid indicó que la gente de su pueblo siempre ha hablado de lo injusto de su asesinato. “Ahora siento mucha alegría por su beatificación porque creo que se lo merece por todo el trabajo que hizo por la gente de El Salvador durante la guerra. En el 2013 ella fue a El Salvador y visitó la casa donde vivió Monseñor y la iglesia a la cual pertenecía.
Aunque la causa de santidad del Arzobispo Romero comenzó en 1993, esta continuó durante años mientras funcionarios eclesiásticos rastreaban miles de documentos relativos a su vida. El esfuerzo comenzó a caminar durante el tiempo del Papa Benedicto XVI. En mayo del 2007, él dijo: “El arzobispo Romero ciertamente fue un gran testigo de la fe, un hombre de gran virtud cristiana”.
El proceso avanzó rápidamente con la elección en el 2013 del Papa Francisco, el primer papa latinoamericano. El Papa Francisco firmó el decreto reconociendo al Arzobispo Romero como mártir, lo que significó que no había necesidad de comprobar un milagro para su beatificación. Sin embargo, un milagro es comúnmente necesario para la canonización.
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Esta pintura del Arzobispo Romero está en una de las habitaciones de la casa en la cual vivió en El Salvador. (Foto cortesía de María del Cid)
El Arzobispo Romero, defensor abierto de los pobres, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba misa en un hospital de San Salvador durante la guerra civil de su país. El Arzobispo Paglia dijo a principios de febrero que las dos décadas que tomó obtener el decreto fueron resultado de “malentendidos y prejuicios”.
Durante la época del Arzobispo Romero como arzobispo de San Salvador, de 1977 a 1980, “kilos de cartas contra él llegaron a Roma. Las acusaciones eran simples: él es político; él es seguidor de la teología de la liberación”. El arzobispo Paglia dijo en febrero que las quejas hicieron más lento el proceso de santidad.
Sin embargo, él dijo que los promotores de la causa recolectaron “una montaña de testimonio igual de grande” para contrapesar las acusaciones y comprobar que vivió heroicamente el credo cristiano y fue asesinado por odio a sus palabras y acciones como pastor católico.
“Él fue asesinado en el altar”, dijo el arzobispo Paglia, aunque era un objetivo más fácil en casa o en la calle. “A través de él, ellos querían impactar la iglesia que fluía del Concilio Vaticano Segundo”.
El arzobispo anunció la fecha de la beatificación en víspera del aniversario del asesinato de un amigo íntimo del arzobispo Romero, el Padre Jesuita Rutilio Grande, ejecutado por un escuadrón de la muerte el 12 de marzo de 1977.
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María del Cid
Padre Grande, defensor del pobre y el oprimido, usaba el púlpito para denunciar las acciones del gobierno. Su muerte tuvo un profundo impacto en el Arzobispo Romero, quien más tarde dijo, “Cuando miré a Rutilio, acostado allí decapitado, pensé ‘si lo han matado por hacer lo que hizo, entonces yo también tendré que caminar el mismo sendero’”.
En marzo de 2011, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó la Catedral Metropolitana en San Salvador y recorrió la nave principal de la catedral y bajó a la cripta de Monseñor Romero.
(Derechos de autor © 2014 Servicio de Noticias Católicas (CNS)/ Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Los servicio de noticias de CNS no pueden ser publicados, transmitidos, reescritos o de ninguna otra forma distribuidos, incluyendo pero no limitado a, medios tales como formación o copia digital o método de distribución en su totalidad o en parte, sin autorización previa y por escrito del Servicio de Noticias Católicas)
(NOTA DEL EDITIOR: Elsa Baughman contribuyó con este artículo)
Recibiendo nuevo crecimiento en Semana Santa
Por Obispo Joseph Kopacz
Desde el sepulcro vacío hasta cada círculo ilimitado del amor de Dios vivo en el corazón de los creyentes, es el milagro de la resurrección del Señor a nuestro alrededor. Este es el Cuerpo de Cristo, la iglesia, dos billones en un mundo de siete billones de personas. De una fascinante manera, el cuerpo del Señor en este mundo se compara al universo en el que nuestro planeta es una minúscula mota. La creación y la iglesia continúan creciendo a un ritmo acelerado.
La proclamación del evangelio se ha expandido y acelerado en los últimos decenios debido al repentino impacto de los medios sociales y del internet. Es más, la migración de decenas de millones de personas del campo a la ciudad en muchos países permite que el evangelio llegue a muchos más de ellos.
Sin embargo, el crecimiento en el Cuerpo de Cristo se produce constantemente en las comunidades cristianas de todo el mundo como la buena usanza antigua, de persona a persona y de familia a familia.
Durante la celebración de la Vigilia Pascual muchas de nuestras parroquias locales y en las parroquias de toda la Iglesia Católica universal, le dieron la bienvenida a los elegidos y a los candidatos a la plena comunión a través de los sacramentos de iniciación, el bautismo, la confirmación y la Comunión.
Cada una de las personas que se acercó y afirmó, “Creo en Jesucristo, crucificado y resucitado de entre los muertos”, se convirtió en una parte del creciente círculo del amor de Dios. En la liturgia de la Vigilia Pascual del Sábado Santo en la catedral, participamos en la alegría del Señor con tres nuevos bautizados y en general, 14 fueron iniciados plenamente en la comunidad parroquial.
Para muchos de los catecúmenos, los candidatos, sus padrinos y patrocinadores, estos son momentos de cambio en sus vida. Su respuesta a la llamada del Señor, la mayoría de las veces mediante el ejemplo y la invitación de amigos y familiares, es una fuente de renovación para nosotros, la tradicional familia católica. Su fervor y alegría pueden ser contagiosas para nosotros, renovando nuestro entusiasmo para vivir las Buenas Noticias.
Sin embargo, también sabemos por experiencia que la expansión de la iglesia también experimenta la pérdida de sus miembros. No es necesario mirar más allá de nuestros familiares, vecinos y amigos para ver que en muchos de los cuales la semilla y el don de la fe se plantaron se han marchitado por la falta de participación activa. Racionalmente, sabemos que esto es inevitable, sobre todo entre los católicos de cuna, pero cuando es alguien cercano a nosotros puede ser una inquietante y triste realidad.
Las tentaciones y los obstáculos que pueden destruir o frenar la semilla de la fe fueron identificados por Jesús en su parábola del sembrador y la semilla en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. La semilla que cae en el camino y es pisoteada representa el espíritu del mundo, con todos sus negocios y distracciones que agarran la semilla de la vida. O lo que es peor, como dice Jesús, es el espíritu del Maligno, que sin cesar está tratando de destruir el don de la fe.
La semilla que cae en suelo rocoso no es capaz de penetrar profundamente en la tierra y vive en precariedad, y cuando el sufrimiento o la persecución por causa del nombre de Jesús viene a llamar, el discípulo tambaleante a menudo se aleja. El sufrimiento o la persecución pueden fortalecer nuestra fe y nuestro amor por el Señor, especialmente en su cruz, pero esto requiere raíces profundas.
Además, la semilla que cae entre espinos tiene un gran riesgo porque a medida que el crecimiento ocurre el hostil entorno sofoca la planta. Jesús habló de estos obstáculos o amenazas como la ansiedad o el miedo, o la seducción de las riquezas y el placer que abundan en nuestro mundo material. Aparte de la fe y su compañero la moral, muchas personas se van a la deriva.
Sin embargo, la semilla cae en buena tierra, y podemos ver la cosecha de 30, o 60, o el ciento por uno. Esta es una gran retribución por el tiempo que invertimos porque es la obra del Señor que no puede ser superada en generosidad. Esta es la sangre y el agua que brotó de su costado en la cruz, representados en la imagen de la Divina Misericordia fluyendo del lado de Cristo, que nosotros conocemos como la visión comunicada a la Hermana Faustina.
En la víspera del Domingo de la Divina Misericordia, el Papa Francisco declaró el Año Santo de la Misericordia que comenzará a finales de este año, un año de gracia del Señor, que abre la puerta al perdón y a la reconciliación en nuestras vidas. A medida que avanzamos en el 2015, como una iglesia esta será nuestra oración, y esta será nuestra esperanza en preparación para el Año Santo de la Misericordia.
La sabiduría detrás del anuncio del papa es transparente. Él no está solamente rogando ardientemente por la renovación de la iglesia en todo el mundo a la luz de la muerte y resurrección del Señor, sino que también nos está inspirando a ser instrumentos de la Divina Misericordia de Dios por los perdidos y alejados. Jesucristo no tiene otro cuerpo ahora pero el de nosotros, y cuando el Señor sopló el don del Espíritu Santo sobre los Apóstoles en la primera Pascua y los envió al mundo en su nombre, él hace lo mismo por nosotros. “Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Recuerden que en la Última Cena, Jesús reveló el contenido de su mandato con la Eucaristía y el lavado de los pies: “Haced esto en memoria mía”, y “como yo lo he hecho, así lo deben hacer”.
Estas imágenes han sido marcadas en nuestra conciencia como cristianos católicos, y cada vez que las ponemos en práctica abrimos las puertas a lo sagrado, y a la misericordia divina. La evangelización fluye de la misericordia de Dios buscando a todas las personas.
El mensaje del Evangelio se está expandiendo y acelerando en todo el mundo, pero no está en piloto automático. La iglesia y sus miembros están envueltos en el plan de salvación de Dios, y es un constante trabajo de amor a fin de que el Reino de Dios, reino de la vida, de la justicia y la paz puedan ser una mayor realidad para todas las personas. Jesús dijo que fuéramos a todas las naciones, y el Papa Francisco, el sucesor de San Pedro, nos inspira a ir hacia aquellos que están en los márgenes, o que hemos marginado, con el fin de bendecir a cada persona con la misericordia y la paz de Dios. El mundo nunca puede aplastar, quemar o ahogar el don de la Misericordia Divina.
En efecto, el Señor ha resucitado del sepulcro, regocijémonos y alegrémonos, Aleluya..
La más santa de todas las semanas
Programa ‘Camino’ disponible en la diócesis
Por Elsa Baughman
PONTOTOC/HOUSTON – Séis hispanos de la Parroquia San Cristóbal y cuatro de la Parroquia Inmaculado Corazón de María en Houston acaban de terminar su participación en “Camino”, un programa de cursos de teología católica por Internet que proviene de la colaboración de SEPI (El Instituto Pastoral del Sureste) y de STEP de la Universidad de Notre Dame.
Danna Johnson, ministra eclesial laica de la Parroquia San Cristobal dijo que “gracias al apoyo de la Universidad de Notre Dame y de SEPI, ahora los hispanos de la Diócesis de Jackson tiene acceso a esta herramienta de formación seria acerca de nuestra fe católica”.
Para Maribel Sánchez, de la Parroquia San Cristóbal, fue muy importante realizar el curso desde la comodidad de su hogar y a la hora más conveniente para ella. Durante una conversación telefónica me comentó que ella cree que Dios no escoge a gente preparada para servirle sino que prepara a sus elegidos. “En mis oraciones constantemente le pido a Dios, ‘Jesús, ponme en el camino de Dios y no me permitas que me desvíe de tu camino”.
Ahora, ella siente que Dios la está preparando y le ha dado la oportunidad, a través de este curso, de aprender más y profundizar sus conocimientos sobre su constante y motivada fe. Sánchez le recomienda este curso a las personas interesadas en mantener su fe viva e informados sobre las enseñanzas de la Iglesia Católica. “Sus temas hacen que uno se interese más por Dios, por nuestra iglesia, por nuestras costumbres y nuestra comunidad”, explicó.
Igual que Sánchez, Verónica Torres, de la Parroquia Inmaculado Corazón de María en Houston, dijo que a ella se le hizo muy fácil el curso ya que lo también lo pudo realizar en su tiempo disponible. Cuando tenía dudas sobre alguna parte del contenido del tema lo conversaba con Walter Fircowycz, durante las reuniones del domingo con los otros tres participantes. Fircowycz fue el facilitador del curso en Houston.
Torres dice que le gustó mucho el curso y ahora está tomando su segundo curso.
La información sobre estos cursos de teología en su página website, www.camino.nd.edu, indica que los cursos de Camino están diseñados tanto por profesores universitarios cómo líderes en el ministerio hispano de la Iglesia Católica. Un facilitador o una facilitadora preparada en teología guía el curso para animar la participación de todos en una comunidad dinámica de aprendizaje virtual.
Los cursos, que cuestan $50 cada uno, duran entre cuatro y siete semanas. La primera semana es de orientación para que todos los participantes en la clase se conozcan y para que se acostumbren al sitio de web del curso. Después de la orientación, cada semana se concentra en un tema diferente. El curso es flexible y cada participante trabaja de manera independiente para completar las tareas semanales.
Los requisitos para participar en un curso de Camino incluyen lecturas semanales de textos asignados, discusiones sobre las clases utilizando el área de foros y preparación de las asignaciones semanales por escrito de 150 a 200 palabras. El tiempo que se necesita para un curso de Camino depende del participante, de cuatro a séis horas por semana. Los próximos dos cursos basados en el Catecismo Católico de los Estados Unidos para los Adultos se ofrecerán del 8 junio al 24 julio y del 31 agosto al 16 octubre 2015.
Los temas de los cursos son, El Credo: un encuentro con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo; Ministerio Hispano: Actualidad y Posibilidades; Oración y Espiritualidad; y Sacramentos y Liturgia. La descripción y contenido sobre cada uno de estos cursos está en su website, www.camino.nd.edu.
Los cursos se pueden tomar en participación con un grupo diocesano o independientemente. Las personas que tienen un rol de liderazgo a nivel diocesano que les gustaría coordinar un grupo de su diócesis, o las que quieran tomar el curso independientemente, deben contactar a Esther Terry, o con la Hermana María Elena Méndez de la Oficina del Ministerio Hispano de la Diócesis de Jackson, 601-949-8466.
El Señor de la vida ha resucitado
EL VATICANO (CNS) – ¡Jesucristo ha resucitado! Ahora la iglesia se concentra en celebrar con alegría y júbilo los 50 días del tiempo pascual que abarca desde el domingo de Resurrección hasta el domingo de Pentecostés. La iglesia nos invita a celebrar estos días de Pascua con profundidad y nos anima a aprovechar las gracias que Dios nos ha dado para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos.
En la Misa de la Pascua de Resurrección en la Plaza de San Pedro en Roma, el Papa Francisco reconoció que “con su muerte y resurrección, Jesús muestra a todos la vía de la vida y la felicidad: esta vía es la humildad, que comparte la humillación”. Igualmente aseguró que los cristianos “tratamos de vivir al servicio de los demás, de no ser altivos, sino disponibles y respetuosos. Esto no es debilidad, sino auténtica fuerza”, dijo.
En su mensaje, el pontífice le pidió a las miles de personas reunidas en la plaza que imploraran al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las guerras. “Pedimos a Jesús victorioso que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, así como de todos los que padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y la violencia que se está produciendo. Son muchas.
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Este crucifijo de Jesucristo resucitado está en el altar de la Parroquia Santa María en Jackson. En 1994, cuando la nueva iglesia fue construida, el comité que se encargó del proyecto decidió que se colocara un Cristo resucitado en el centro del altar.
El Papa Francisco oró ese domingo de Resurrección por que Jesucristo alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre”, en especial en Irak y Siria. Pidió la paz también para palestinos e israelíes y el fin de los conflictos en Libia, Yemen, Nigeria, Sudán del Sur y diversas regiones del Sudán y la República Democrática del Congo. Se acordó en especial de los 147 estudiantes universitarios asesinados el miércoles anterior por terroristas yihadistas en Kenia y pidió también el fin del conflicto en Ucrania.
Al final de su discurso, imploró porque la voz consoladora y sanadora del Señor Jesús llegue a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y desechados; a los enfermos y a los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia; a cuantos hoy están de luto; y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
El 1 de abril, Miercoles Santo, el El Papa Francisco dedicó la catequesis de la Audiencia General a explicar el significado del Triduo Pascual, para invitar a los fieles a no limitarse sólo a conmemorar la Pasión del Señor sino entrar en el misterio, haciendo propios los sentimientos y actitudes de Jesús, “como nos invita a hacer el apóstol Pablo”.
Sobre el domingo de Resurrección dijo, “Nuestra vida no termina delante de la piedra de un sepulcro, nuestra vida va más allá, con la esperanza del Cristo que ha resucitado, precisamente de aquel sepulcro. Como cristianos estamos llamados a ser centinelas de la mañana para que sepamos advertir los signos del resucitado, como han hecho las mujeres y los discípulos que fueron al sepulcro en el alba del primer día de la semana”.
“Lleven a sus casas y a quienes encuentran el alegre anuncio que ha resucitado el Señor de la vida, llevando consigo amor, justicia, respeto y perdón”.
(Derechos de autor © 2014 Servicio de Noticias Católicas (CNS)/ Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Los servicio de noticias de CNS no pueden ser publicados, transmitidos, reescritos o de ninguna otra forma distribuidos, incluyendo pero no limitado a, medios tales como formación o copia digital o método de distribución en su totalidad o en parte, sin autorización previa y por escrito del Servicio de Noticias Católicas)
Recibiendo nuevo crecimiento en Semana Santa
Por Obispo Joseph Kopacz
Desde el sepulcro vacío hasta cada círculo ilimitado del amor de Dios vivo en el corazón de los creyentes, es el milagro de la resurrección del Señor a nuestro alrededor. Este es el Cuerpo de Cristo, la iglesia, dos billones en un mundo de siete billones de personas. De una fascinante manera, el cuerpo del Señor en este mundo se compara al universo en el que nuestro planeta es una minúscula mota. La creación y la iglesia continúan creciendo a un ritmo acelerado.
La proclamación del evangelio se ha expandido y acelerado en los últimos decenios debido al repentino impacto de los medios sociales y del internet (www). Es más, la migración de decenas de millones de personas del campo a la ciudad en muchos países permite que el evangelio llegue a muchos más de ellos.
Sin embargo, el crecimiento en el Cuerpo de Cristo se produce constantemente en las comunidades cristianas de todo el mundo como la buena usanza antigua, de persona a persona y de familia a familia.
Durante la celebración de la Vigilia Pascual muchas de nuestras parroquias locales y en las parroquias de toda la Iglesia Católica universal, le dieron la bienvenida a los elegidos y a los candidatos a la plena comunión a través de los sacramentos de iniciación, el bautismo, la confirmación y la Comunión.
Cada una de las personas que se acercó y afirmó, “Creo en Jesucristo, crucificado y resucitado de entre los muertos”, se convirtió en una parte del creciente círculo de amor de Dios. En la liturgia de la Vigilia Pascual del Sábado Santo en la catedral, participamos en la alegría del Señor con tres nuevos bautizados y en general, 14 fueron iniciados plenamente en la comunidad parroquial.
Para muchos de los catecúmenos, los candidatos, sus padrinos y patrocinadores, estos son momentos de cambio en sus vida. Su respuesta a la llamada del Señor, la mayoría de las veces mediante el ejemplo y la invitación de amigos y familiares, es una fuente de renovación para nosotros, la tradicional familia católica. Su fervor y alegría pueden ser contagiosas para nosotros, renovando nuestro entusiasmo para vivir las Buenas Noticias.
Sin embargo, también sabemos por experiencia que la expansión de la iglesia también experimenta la pérdida de sus miembros. No es necesario mirar más allá de nuestros familiares, vecinos y amigos para ver que en muchos de los cuales la semilla y el don de la fe se plantaron se han marchitado por la falta de participación activa. Racionalmente, sabemos que esto es inevitable, sobre todo entre los católicos de cuna, pero cuando es alguien cercano a nosotros puede ser una inquietante y triste realidad.
Las tentaciones y los obstáculos que pueden destruir o frenar la semilla de la fe fueron identificados por Jesús en su parábola del sembrador y la semilla en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. La semilla que cae en el camino y es pisoteada representa el espíritu del mundo, con todos sus negocios y distracciones que agarran la semilla de la vida. O lo que es peor, como dice Jesús, es el espíritu del Maligno, que sin cesar está tratando de destruir el don de la fe.
La semilla que cae en suelo rocoso no es capaz de penetrar profundamente en la tierra y vive en precariedad, y cuando el sufrimiento o la persecución por causa del nombre de Jesús viene a llamar, el discípulo tambaleante a menudo se aleja. El sufrimiento o la persecución pueden fortalecer nuestra fe y nuestro amor por el Señor, especialmente en su cruz, pero esto requiere raíces profundas.
Además, la semilla que cae entre espinos tiene un gran riesgo porque a medida que el crecimiento ocurre el hostil entorno sofoca la planta. Jesús habló de estos obstáculos o amenazas como la ansiedad o el miedo, o la seducción de las riquezas y el placer que abundan en nuestro mundo material. Aparte de la fe y su compañero la moral, muchas personas se van a la deriva.
Sin embargo, la semilla cae en buena tierra, y podemos ver la cosecha de 30, o 60, o el ciento por uno. Esta es una gran retribución por el tiempo que invertimos porque es la obra del Señor que no puede ser superada en generosidad. Esta es la sangre y el agua que brotó de su costado en la cruz, representados en la imagen de la Divina Misericordia fluyendo del lado de Cristo, que nosotros conocemos como la visión comunicada a la Hermana Faustina.
En la víspera del Domingo de la Divina Misericordia, el Papa Francisco declaró el Año Santo de la Misericordia que comenzará a finales de este año, un año de gracia del Señor, que abre la puerta al perdón y a la reconciliación en nuestras vidas. A medida que avanzamos en el 2015, como una iglesia ésta será nuestra oración, y esta será nuestra esperanza en preparación para el Año Santo de la Misericordia.
La sabiduría detrás del anuncio del papa es transparente. Él no está solamente rogando ardientemente por la renovación de la iglesia en todo el mundo a la luz de la muerte y resurrección del Señor, sino que también nos está inspirando a ser instrumentos de la Divina Misericordia de Dios por los perdidos y alejados.
Jesucristo no tiene otro cuerpo ahora pero el de nosotros, y cuando el Señor sopló el don del Espíritu Santo sobre los Apóstoles en la primera Pascua y los envió al mundo en su nombre, él hace lo mismo por nosotros. “Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Recuerden que en la Última Cena, Jesús reveló el contenido de su mandato con la Eucaristía y el lavado de los pies: “Haced esto en memoria mía”, y “como yo lo he hecho, así lo deben hacer”.
Estas imágenes han sido marcadas en nuestra conciencia como cristianos católicos, y cada vez que las ponemos en práctica abrimos las puertas a lo sagrado, y a la misericordia divina. La evangelización fluye de la misericordia de Dios buscando a todas las personas.
El mensaje del Evangelio se está expandiendo y acelerando en todo el mundo, pero no está en piloto automático. La iglesia y sus miembros están envueltos en el plan de salvación de Dios, y es un constante trabajo de amor a fin de que el Reino de Dios, reino de la vida, de la justicia y la paz puedan ser una mayor realidad para todas las personas. Jesús dijo que fuéramos a todas las naciones, y el Papa Francisco, el sucesor de San Pedro, nos inspira a ir hacia aquellos que están en los márgenes de la sociedad, o que hemos marginado, con el fin de bendecir a cada persona con la misericordia y la paz de Dios. El mundo nunca puede aplastar, quemar o ahogar el don de la Misericordia Divina.
En efecto, el Señor ha resucitado del sepulcro, regocijémonos y alegrémonos, Aleluya.