La Pascua revela una verdadera visión de fe

Por Obispo Joseph Kopacz
Al abrir las páginas de este número de Mississippi Católico se darán cuenta que estamos en medio del Triduo sacro con la celebración del Viernes Santo,  la conmemoración de la pasión del Señor y su muerte en la cruz. Estamos atrapados en el amor de Dios que mueve los cielos y la tierra, que ama tanto al mundo que envió a su único hijo. A diferencia de las pobres almas sin nombre que sufrieron la terrible agonía y tortura de la crucifixión, Jesús se levantó de entre los muertos, resplandeciendo una nueva luz sobre la creación que a menudo vive en tinieblas y en las sombras de la muerte. La oración que introduce la liturgia del Domingo de Ramos proclama la fe pascual de la iglesia.
“Queridos amigos en Cristo, hoy nos reunimos para comenzar esta solemne celebración en unión con toda la iglesia en todo el mundo. Cristo entró triunfante en su propia ciudad para completar su labor como nuestro Mesías: para sufrir, morir y resucitar. Recordemos con devoción esta entrada que comenzó su obra de salvación y lo siguió con una fe viva. Unidos a él en su sufrimiento en la cruz, compartamos su resurrección y nueva vida”.
Durante la temporada de Cuaresma, en el Evangelio de Juan hemos escuchado la respuesta del Señor Jesús a los que querían verlo a él a que “a menos que un grano de trigo caiga en la tierra y muera,  permanecerá solo como un solo grano; pero si muere, dará mucho fruto”. El Señor se refería a su propia vida, la muerte y el destino como el Hijo de Dios resucitado de entre los muertos, y a todos aquellos que quieran verlo y seguirlo como discípulos. Para ver realmente el camino del discipulado tenemos que vivirlo, tenemos que caminar por el camino, tenemos que morir cada día de alguna forma a fin de hacer frente a la nueva vida.
En el Evangelio de Juan, sabemos que ver es uno de los temas favoritos del evangelista. Esta realidad culmina con Tomás, que sólo podía creer después de ver los signos del Cristo crucificado en su cuerpo resucitado.
Jesús continuó afirmando a todos los creyentes que vinieron después de los primeros testigos que lo vieron durante su vida terrena y experimentaron las apariciones de su resurrección antes de su ascensión al cielo. Estas palabras resuenan a través de los tiempos. “Has creído, Tomas, porque me has visto; dichosos los que no han visto, pero siguen creyendo”.
Fe en el crucificado y resucitado de entre los muertos es el primer trabajo de una persona que quiere ser un discípulo del Señor, pero a falta de una visión directa de Dios nuestra fe depende en ver. Usted puede pensar que me contradigo a mi mismo o, más importante, que contradigo al Señor. Por supuesto que no! Por lo general, una persona llega a la fe en el Señor crucificado y resucitado al ver los signos de su amor en la vida de aquellos que afirman ser cristianos.
No podemos ver el cuerpo físico del Señor, pero podemos ver su cuerpo, es decir la iglesia alrededor de nosotros. Cuando vemos a las personas morir a sí mismas, del egoísmo, del pecado, y el egocentrismo porque pertenecen a Jesucristo, nos sentimos atraídos por la belleza y la verdad de un estilo de vida que está abierto a Dios, y da mucho fruto.
Para el que está motivado por la fe en el Señor, cada sacrificio, cada acto de amor, cada condescendiente respuesta al sufrimiento, y cada acto de valentía es un signo del Cristo crucificado y resucitado de entre los muertos.
Incluso cuando alguien no cree explícitamente en Jesucristo, sus buenas acciones pueden ser apreciadas por los cristianos como el trabajo del Señor en ellos, tal vez a través de una base de buenas obras que le abrirá la puerta a la fe. El Espíritu Santo no está completamente impedido por la falta de fe. ¡Gracias a Dios!
El poder de la resurrección en nuestra vida está, sin lugar a dudas, expresada en las oraciones que rodean la preparación del Cirio Pascual en la Vigilia Pascual. “Cristo ayer y hoy, el principio y el fin, el Alfa y el Omega, todos los tiempos le pertenecen a él, y todas las edades, a él la gloria y el poder en cada edad para siempre, Amén. Por sus santas y gloriosas heridas, que Cristo nos guarde y nos mantenga. Amén. Que la luz de Cristo, levantándose en gloria, disipe las tinieblas de nuestros corazones y nuestras mentes”.
Mientras el tiempo de Pascua se desenvuelve ante nosotros, veremos la fuerza del Señor resucitado trabajando a través del crecimiento de la Iglesia primitiva.
Muchos fueron capaces de morir a si mismo, y como el mismo Señor, muchos estaban dispuestos a pagar el precio final si se les pedía que lo hicieran. Casi dos mil años más tarde, algunos cristianos son llamados a dar la vida porque pertenecen a Jesucristo, y todos los cristianos están llamados a morir a si mismo como la semilla que cae en la tierra como testimonio del eterno amor del Señor.
Qué hermosa realidad para contemplar. Que el Señor crucificado y resucitado bendiga a nuestras familias, a la misión y los ministerios de nuestra diócesis, y, en última instancia, a nuestro mundo. Ojalá que veamos cada día las puertas de la fe, la esperanza y el amor, la justicia y la paz, abriéndose en nuestro mundo, que a menudo clama por mucho más de lo que nosotros actualmente vemos. Este es el poder de la cruz del Señor y de la resurrección, por lo que decimos, Aleluya, feliz Pascua.

Encuentro 2015: Called to be, belong

By Elsa Baughman
JACKSON – The diocesan Office of Hispanic Ministry is preparing to hold this year’s Hispanic Encuentro at the Greenwood Civic Center on Saturday, April 18, with the theme “Called to Be, to Belong and to Serve.” Activities will begin at 8:30 a.m. with registration and will end at 5 p.m. with a Mass celebrated by Bishop Joseph Kopacz and other priests who will be attending the encuentro.
The event is designed for youth 13 and older and adults. This year’s speakers are Edgardo Farias and Fabio Trujillo both from Miami. Sister María Elena Méndez, from the Office of Hispanic Ministry, is celebrating 25 years of religious life. She will renew her vows at the event.
Activities will include talks, music, reflections, and small group sharing sessions. The celebration of this diocesan event began in 2002 and was celebrated at Madison St. Francis of Assisi Parish. Since then it has been held in Tupelo and Jackson. Brother Ted Dausch, CFC, director of the office, says Greenwood seems to be the best place to hold the event because of it’s central location.
Mary Del Cid, a member of Hazlehurst St. Martín Mission, said her experience of the Encuentro has been very nice because she has had the opportunity to meet many people from all the different communities of the diocese. “To be able to share experiences with people from different countries is very beautiful and enriching,” she said, adding that “to be there all together and united as Hispanics, made me forget the borders and realize that at the end we are all equal, that we are all children of God and that we must be united and support each other no matter the color or race.”
She invited her friends and other Hispanics to attend the event and “to support it because it is a very good experience.” Del Cid’s sentiment reflects the spirit and objectives of this annual event where all who participate have the opportunity to experience what it is to be a Hispanic in the Jackson diocese and to reflect and live their faith together.
Brother Dausch said this event also offers those who attend a time to explore and examine the diversity among themselves and a way to discover the many gifts that are within that diversity.

Entrenamiento para interpretes médicos en el área de Jackson

Fecha: 17 -19 de junio y 24-26 de junio
Lugar:   Salón de conferencias del WIC
805 S. Wheatley, Suite 400
Ridgeland, MS 39157

Hora: 8:30 a.m. – 4:30 p.m.
Costo: $ 300 – Cierre de registración: 1 de junio. Registración adelantada: $200 hasta el 11 de mayo.
Ahorre el 50% de descuento para la segunda persona de la misma institución.

Contacto: Dora Moreno, 601-206-1540,
dora.moreno@healthyms.com

El papa anunció el Año Santo de la Misericordia

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – El Papa Francisco acaba de anunciar un jubileo extraordinario, el Año Santo de la Misericordia, para realzar la misión de la Iglesia Católica de ser testigo de la misericordia.
“Nadie puede ser excluido de la misericordia de Dios”, dijo el papa el 13 de marzo en conmemoración del segundo aniversario de su pontificado con una penitencia cuaresmal en la Basílica de San Pedro.
El Año Santo de la Misericordia será celebrado del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016. El tema bíblico de este año, será “Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso”, una advertencia que se aplica especialmente a los confesores”, dijo el papa con una sonrisa.
Tradicionalmente, cada 25 años los papas proclaman un año santo, que incluye celebraciones especiales y peregrinaciones, un firme llamado a la conversión y el arrepentimiento y ofrece oportunidades especiales para experimentar la gracia de Dios a través de los sacramentos, especialmente al de la confesión. Años santos extraordinarios, como el Año Santo de la Misericordia, son menos frecuentes, pero ofrecen las mismas oportunidades para el crecimiento espiritual.
Dado que a los católicos se les invita a acercarse a la confesión como acto significativo para su vida durante la Cuaresma, el Papa Francisco recientemente ofreció algunas sugerencias para ayudar a la gente a prepararse para el sacramento de la penitencia. Después de una breve explicación del porqué las personas deben confesarse, “pues todos somos pecadores”, el papa presentó en un librito una lista de 30 preguntas esenciales que ayudan a reflexionar como parte del examen de conciencia y para que uno “pueda confesarse bien”.
La guía forma parte de un librito escrito en italiano, título de “Salvaguarda tu corazón”, y el Papa Francisco hizo que se distribuyeran 50,000 copias entre la gente que asistió a la oración del Angelus el primer domingo de Cuaresma.
El librito incluye una corta introducción sobre los conceptos básicos católicos: el texto del “Credo”, una lista de los dones del Espíritu Santo, los Diez Mandamientos y las Bienaventuranzas. También hay una explicación de “lectio divina”, una forma de orar al mismo tiempo que se lee la Biblia, a fin de poder escuchar mejor “lo que el Señor quiere decirnos con su palabra y para que nos dejemos transformar por su Espíritu”.
El propósito del libro es ayudar a que los fieles lleguen a ser “valerosos” y se preparen para la batalla contra el mal y escojan el bien. El título del librito se inspira en unas palabras de una de las homilías de su Misa matinal en la que dice que los cristianos deben guardar y proteger su corazón, “tal y como uno protege su propia casa, con cerradura”.
“¿Con qué frecuencia los malos pensamientos, las malas intenciones, los celos y la envidia entran en nosotros?”, preguntó. “¿Quién les abrió la puerta? ¿Cómo entraron todas estas cosas?”
En la homilía del 10 de octubre de 2014, que aparece resumida en el libro, dice que la mejor manera de guardar el propio corazón es con la práctica diaria del “examen de conciencia”, por medio del cual, en forma tranquila, uno revisa las malas cosas que ha hecho y las buenas que se omitieron y que se deberían haber hecho por Dios, por el prójimo y por uno mismo.
Las preguntas incluyen las siguientes:
– ¿Recurro a Dios solamente cuando me encuentro en alguna necesidad? – ¿Asisto a Misa los domingos y fiestas de guardar?
– ¿Inicio mi día y lo termino con una oración?
– ¿Me da vergüenza demostrar que soy cristiano (-a)?
– ¿Me revelo contra la voluntad de Dios?
– ¿Soy envidioso (-a), enojón (-a), mal pensado (-a)?
– ¿Soy honesto (-a) y justo (-a) con todo mundo o alimento “la cultura del descarte?”
– ¿En mi vida matrimonial y familiar conservo la moral como se enseña en el Evangelio?
– ¿Honro y respeto a mis padres?
– ¿He rechazado alguna nueva vida concebida?
¿He truncado el dón de la vida?
¿He ayudado a que esto se haga? –
¿Respeto al medio ambiente?
– ¿Soy en parte mundano (-a) y en parte creyente? – ¿Abuso de la comida, bebida, el tabaco y las diversiones?
– ¿Me preocupo en exceso por mi bienestar físico y mis posesiones?
– ¿Cómo uso mi tiempo? ¿Soy flojo (-a)?
– ¿Quiero que otros me sirvan?
– ¿Sueño en venganzas, conservo rencores?
– ¿Soy dócil, humilde y hacedor (-a) de paz?
Los católicos deben confesarse, dijo el papa, debido a que todos necesitamos perdón por nuestros pecados, por la forma “en la que pensamos y actuamos en contra del Evangelio”.
“Quienquiera que diga que no tiene pecado es mentiroso (-a) o es ciego (-a)”, escribió.
“La confesión significa un momento sincero de conversión, una ocasión de demostrar confianza en la voluntad de Dios que perdona a sus hijos y que los ayuda a que regresen al camino por donde se sigue a Jesús”, escribió el Papa Francisco.

Ideal para la cuaresma: reflexión sobre vocación

Por Obispo Joseph Kopacz
Nuestro primer pacto con Dios comenzó en el momento de nuestro Bautismo. Cualquiera que sea nuestra vocación en la vida, todos vivimos este causa común, y al inicio de la Cuaresma la iglesia, el Cuerpo de Cristo, proclama el amor fiel y eterno del Señor por nosotros, y el desafío de volver a él con todo nuestro corazón. Es la temporada de renovación de nuestras promesas bautismales que será nuestro compromiso en la misa de Pascua. Después de su propio bautismo y tentación en el desierto, Jesús camina a través de nuestras vidas como caminó por Galilea hace dos mil años, “es el momento de realización, arrepiéntanse y crean en el Evangelio.”
Cualquiera que sea nuestra vocación en la vida todos estamos llamados al arrepentimiento. No podemos ser complacientes o indiferente a la urgencia de la llamada del Señor en nuestras vidas. El llamado es de alejarse del pecado, morirse uno mismo, resistir la tentación del egoísmo y el egocentrismo que pueden ser mortal para todas las demás relaciones en nuestras vidas. Somos capaces de morirnos a sí mismo en esta vida porque Jesucristo ha hecho esto posible en el centro de nuestras vidas por su muerte y resurrección.
En medio del fundamento de esta renovación anual la Iglesia se encuentra en medio del año de la vida consagrada, en el centro del proceso de amplia consulta sobre la vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo moderno. Todo trabaja junto porque a pesar de que estamos escuchando la llamada del Señor a un nivel personal profundo, todos estamos conectados entre sí en familia, lugares de trabajo, vecindarios y comunidades de fe. Cualquiera cambio que ocurra en la vida de un individuo, para mejor o para peor, va a afectar a otros en nuestro círculo de vida.
La Diócesis de Jackson está participando en el documento preparatorio que se está realizando en este momento a nivel mundial sobre la Vocación y la Misión de la Familia en la Iglesia y en el Mundo Moderno que contribuirá al diálogo, discernimiento y toma de decisiones más adelante este otoño durante la 14ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la familia que presidirá el Papa Francisco. Invitamos a los católicos a participar en este documento preparatorio diocesano a través de la página Web.
El Sínodo es pastoral en su propósito y esto se hace evidente al examinar algunos de los títulos de los capítulos en el documento preparatorio.

Parte II
v Contemplando a Cristo: el Evangelio de la Familia
v Mirando a Jesús y la divina enseñanza del Evangelio
v La familia en el plan salvífico de Dios
v La familia en los documentos de la iglesia
v La indisolubilidad del matrimonio y la alegría de compartir la vida juntos
v La verdad y la belleza de la familia
v Misericordia hacia las familias separadas y frágiles

Parte III
v Afrontando la situación: perspectivas pastorales
v Anunciando el evangelio de la familia en la actualidad en diversos contextos
v Orientando a las parejas de novios en su preparación para el matrimonio
v Cuidado pastoral para las parejas casadas civilmente o viviendo juntos
v Cuidando a las familias con problemas: separadas, divorciadas y no vueltas a casar, divorciadas y vueltas a casar, familias con un solo progenitor
v Atención pastoral a las personas con tendencias homosexuales.
v La transmisión de la vida y los desafíos de la natalidad decreciente
v Crianza y el papel de la familia en la evangelización.
La llamada del Señor en nuestras vidas durante la Cuaresma impregna las circunstancias concretas de nuestra vocación y responsabilidades. El matrimonio es único en el sentido de que es el que mejor representa el amor eterno de Jesucristo por toda la humanidad, pero especialmente por la iglesia. Esto es sagrado. Jesucristo no es sí hoy, y no mañana. Es sí para siempre. El hombre y la mujer en el matrimonio se esfuerzan por unirse al corazón y la mente de Cristo Jesús elevando permanencia y fidelidad en su alianza sacramental.
En febrero nos reunimos en la Catedral de San Pedro para la misa aniversario con las parejas que estaban celebrando entre 25 y 71 años de matrimonio. La renovación de su pacto con Dios refleja lo que hacemos en la Cuaresma.
Como el hombre y la mujer se complementan mutuamente en el matrimonio, las vocaciones de vida matrimonial y vida religiosa se complementan una a otra en la iglesia y en el mundo. El matrimonio en su esencia nos revela el amor activo del Señor por su iglesia cada momento de cada día, el aquí y el ahora de la vida en este mundo. La vida consagrada religiosa en su esencia nos revela que en última instancia todos estamos destinados para el cielo por lo que incluso las bendiciones del matrimonio y la vida familiar pueden ser sacrificadas por la bendición que supera todo lo que conocemos en esta vida, nuestro eterno hogar y salvación.
También sabemos que muchas personas sirven al Señor en formas que a veces son conocidas sólo por Dios. Y que la llamada del Señor puede ser tan real en una forma de vida que goza de mayor libertad y flexibilidad. Están en los mercados y plazas públicas de nuestro mundo, con la oportunidad de llevar el Señor a los márgenes de la sociedad, como al Papa Francisco le gusta decir.
Otra manera en que podemos apreciar la diversidad de estilos de vida y regalos en la iglesia es la oportunidad de ser inspirado por otros. Los sacrificios diarios que dan soporte a nuestros fieles, la cotidianidad de nuestras vidas con Dios, y el espíritu alegre de la llamada son signos de la Palabra de Dios hacen carne. A menudo nos necesitamos el uno al otro para permanecer en el camino a medida que seguir al Señor cada uno de ellos. Vamos a orar uno por el otro, como caminar a la itinerario cuaresmal.
También sabemos que muchas personas solteras sirven al Señor en formas que a menudo son conocidos sólo por Dios. Los solteros no están sólo pasado el tiempo antes de tener una vida real. Mas bien sabemos que la llamada del Señor puede ser tan real en una forma de vida que goza de mayor libertad y flexibilidad. Están en los mercados y plazas públicas de nuestro mundo con una oportunidad de llevar al Señor a los márgenes de la sociedad, como al Papa Francisco le gusta decir.
Otra manera en la cual podemos apreciar la diversidad de estilos de vida y regalos en la iglesia es la oportunidad de ser inspirados mutuamente. Los sacrificios diarios que soportan nuestra vida de creyente, la cotidianidad de nuestras vidas bendecidas por Dios, y el espíritu alegre de nuestra llamada son signos de la Palabra de Dios hecha carne. A menudo nos necesitamos el uno al otro para permanecer en el camino  mientras seguimos al Señor. Oremos el uno por el otro mientras caminamos en el tiempo cuaresmal.

Nuevo vicario, canciller formalmente instalados

JACKSON – En febrero el Obispo Joseph Kopacz anunció varios cambios sustanciales en la estructura de la cancillería de la Diócesis de Jackson. La re-estructuración es el resultado de un largo proceso para re-idear el papel de la cancillería y a la vez re-definir las funciones de las personas que trabajan allí. Este proceso fue realizado en conjunto con el Instituto de Liderazgo Católico, una organización que ofrece consulta de dirigentes y de formación a diócesis católicas.
El Padre Kevin Slattery fue nombrado vicario general de la diócesis. El Padre Slattery, quien sirvió en el pasado como Vicario Judicial y en varias parroquias de la diócesis, fue el párroco de la Parroquia Sagrado Corazón en Canton, ministro sacramental en la Parroquia San José en Gluckstadt, y vicario judicial adjunto. Ahora también servirá como ministro sacramental en la Parroquia St. Stephen en Magee.
Woodward es la primera persona laica que desempeñará el cargo de canciller en la diócesis y estará a cargo del registro y notaria de la diócesis. La función principal del canciller es recoger, organizar y proteger las actas y los archivos de la curia diocesana. Su despacho ayuda a difundir información al clero, a las parroquias, a las personas. Ella  también es la directora de la oficina de culto y liturgia.
En 1990 Woodward comenzó a trabajar en la oficina de Mississippi Católico. En 1996 fue nombrada directora del Departamento de Evangelización; en el 2009 tomó el role de archivista y en enero del 2010 fue nombrada ministro litúrgico de ceremonias del Obispo Joseph Latino.

¿Qué otra joya puede compararse con la de ganar a Dios?

Por la Hna. María Elena Méndez Ochoa, MGSpS.
Comenzaré esta breve historia, respondiendo a la pregunta que muchos me han hecho. ¿Cómo fue que sintió su llamado? ¿Cómo supo que quería ser religiosa? La respuesta breve es: “me sentí muy amada por Dios y ante ese amor, fue imposible no seguirlo.” La segunda, se irá explicando más adelante.
A la edad 13 o 14 años, me vino la idea de ser religiosa, aunque para entonces, no conocía a ninguna personalmente. En esa edad, esto era sólo un pensamiento inquietante, había en él una voz constante y extraña que quise ignorar. Así estuve por un tiempo, esa voz iba y venía, hasta llegué a pensar por un tiempo que había desaparecido, que todo había pasado.
A esa edad comencé entonces a ser catequista en mi comunidad, esto me hacía feliz. Cada vez más me sentía atraída, amada y llamada por Dios, quería que todo el mundo lo conociera a mí alrededor.
Entre los 15 y 16 años, este llamado era más intenso, algo que yo ya no podía descifrar y aquel pensamiento ya no se alejaba de mi mente y yo no quería escucharlo, le sugería a mi hermana pero me decía como la Virgen de Guadalupe le dijo a Juan Diego: “es preciso que seas tú”.
Vivía en medio de una lucha interior y desde ese instante tuve la certeza que Dios me estaba llamando y que seguiría insistiendo hasta que yo aceptara.
Yo quería decir sí Señor, aquí estoy, pero también quería decir no. El decir sí implicaba dejar cosas y personas queridas como mi parroquia, amistades, gente de la Joya  y a mi familia. Todo me parecía imposible, pero Dios me estaba poniendo los medios necesarios para darme la seguridad.
El 28 de octubre de 1980 llegó a mi parroquia el Padre Salvador Núñez quien por 20 años había sido formador en el seminario. Él era la persona puesta por Dios para confirmarme y ayudarme a dar los pasos necesarios en la búsqueda de la voluntad de Dios en mi vida. Él, sin siquiera platicarle de mis luchas vocacionales fue caminando conmigo en varios aspectos de mi vida, familia y de sueños. Junto con otras jóvenes me llevó a conocer diferentes congregaciones religiosas y  tener alguna experiencia con ellas. También aprovechó oportunidades a nuestro alcance para que me superara. Un buen día me dijo: “Quiero que te prepares por si un día Dios te llama a su servicio estés preparada para darle una respuesta”.
Ya habían pasado otros tres años y todo parecía claro. Dios me iba hablando cada vez más concretamente. Me estaba preparando, a la vez que seguía siendo catequista. Mi vocación se iba confirmando con la ayuda del Padre Salvador y, mi amor a Dios se iba personalizando, me motivaba a “dejarlo todo y seguirlo” ya no como una idea o sentimiento sino como una experiencia. Pero, vino un momento de prueba: mis papás y dos de mis hermanos deciden emigrar a los Estados Unidos donde se encontraban ya 7 de mis hermanos, sólo quedaríamos tres en México, después haríamos lo mismo. En este momento, parecía que mis planes de ser religiosa se venían abajo. E incluso, se lo dije a mi mamá, “si se van, mis planes se van a venir abajo”. Ella me respondió: “no, si tú te quieres ir, te vas”. ¿Qué hacer? Pensaba, ¿Me quedo? ¡ME QUEDO! decidí y asumí el papel de mamá de dos de mis hermanos menores sin saber por cuánto tiempo. ¡Sólo Dios sabía cuánto!
Hacía un mes que se habían venido mis papás a USA cuando el Padre Salvador me dijo: “Ya te aceptaron en Irapuato, entras el 25 de agosto”. Ante la noticia, me quedé callada, como quien no quiere desprenderse de algo muy querido. Preguntó, “¿Qué no te da gusto?” Sí, respondí, “pero es que voy a dejar mi Joya”. – “Sí, es verdad, pero para ganar otra mejor”, me contestó. Esta respuesta no la entendí, pero tenía razón. ¿Qué otra Joya puede compararse con la de ganar a Dios? Esta respuesta ha sido muy iluminadora y es la que me ha sostenido en momentos difíciles.
Llegó el día de partir, el 25 de agosto 1984, y aunque intente no llorar, no lo puede lograr al dejar a mis dos hermanos, mi Joya y mi comunidad. Aun así, subí al carro del padre y sin volver la vista atrás avanzamos hasta que la Joya se fue perdiendo en camino. El padre no dijo nada, sino que empezó a rezar el rosario hasta que pude contestar sin llorar. Después me dijo que ha sido el rosario más largo que ha rezado en su vida.
Entré al convento a Irapuato, Gto cuando tenía 19 años, segura y confiada de que Dios me había llamado. Por lo mismo, él me daría las gracias para seguirlo. Pensaba en mis hermanos, mi familia, pero con la certeza en el Señor, nunca pensé en regresar a casa ni en abandonar mi vocación, pues siempre estuve segura de ello.
Con este primer paso comenzó la aventura, que hasta ahora sigue en movimiento por lugares y caminos inesperados. Luego de Irapuato, estuve en Morelia por seis años. Ahí hice mi profesión religiosa en 1990 y en 1993 vine a USA donde hice mis votos perpetuos.
Hasta ahora, Dios me ha llevado a servir a Florida, Colorado, California, Pensilvania y ahora en Mississippi. En cada lugar me ha regalado personas, experiencias hermosas y  desafiantes. Me ha enviado a lugares y a circunstancias que no hubiera elegido, pero he ido confiada en que Dios tiene algo especial para mí en cada lugar y así ha sido.
Mi vocación siempre fue misionera. Al conocer a las hermanas Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo en mi parroquia, en los cursos para catequistas, me sentí identificada con ellas y su carisma. Las vi siempre alegres, cercanas, entregadas, creativas y adaptadas a la realidad que encontraban. Su carisma misionero y el mío tenían mucho en común: la evangelización y la catequesis entre los más pobres, en colaboración con los sacerdotes. Era catequista en un lugar pobre y tenía un aprecio y admiración por el sacerdote que me acompañaba. El carisma de la congregación es sacerdotal-guadalupano.
El 15 de agosto cumplo 25 años desde mi profesión religiosa. Hasta aquí, lo único que surge de mis labios es gratitud a Dios por su fidelidad en mi vida, por el llamado tan personal, por la importancia y el apoyo de mi familia  y por tanta gente que me ha ayudado a crecer. En especial, al Padre Salvador que acompañó mi proceso vocacional delicadamente, esperando el momento de Dios, por su amistad y por su testimonio de sacerdote alegre y entregado a su vocación sacerdotal.
Durante estos años, Dios me ha ayudado a descubrir que Él está presente más allá de mi misma, de mis caídas y triunfos. Que él es mi Dios y que su amor y su llamado sigue siendo el mismo que al comienzo. Por eso, con la certeza del primer día, digo que en mi vocación a la vida religiosa me he sentido amada por Dios, por la gente que camina conmigo y por la congregación MGSpS a que me han abierto las puertas para entregar y vivir mi vocación en la iglesia y ahora aquí en Misisipi. Agradezco inmensamente a todas las personas que han tocado mi vida, las que la han alimentado con su amor a Dios, con su fe y con su testimonio de lucha.
En el Encuentro Hispano Diocesano, el 18 de abril, tendré la oportunidad de renovar mis votos religiosos y celebrar con ustedes mis 25 años de vida consagrada. La celebración será para mi cómo en una gran familia diocesana, a la luz del año de la vida consagrada y el año de la familia. También será una oportunidad para compartir la vocación a la vida consagrada: religiosa y sacerdotal.
A los jóvenes les digo: si te sientes llamada/o a la vida religiosa, religioso o sacerdote, no tengas miedo de dar un sí a Dios. Si Dios te llama, Él te dará las gracias necesarias para descubrirlo y seguirlo. Lo más difícil es dar el primer paso, los demás son consecuencia del primero. También les  digo que alguien, en algún lugar del mundo o aquí en Misisipi, está esperando tu respuesta.
Si tienen preguntas, o dudas llaménme o escribanme a maria.mendez@jacksondiocese.org.

Jóvenes viven, profundizan su fe católica

JACKSON – El entusiasmo y compromiso de 55 jóvenes por su fe católica se hizo notar el sábado 14 de marzo durante un retiro espiritual de 11 horas en la Iglesia Santa Teresa. En el evento participaron jóvenes de la Catedral de San Pedro y Santa Teresa en Jackson, de la Parroquia San Martín en Hazlehurst y Santa Ana en Carthage.
Los temas fueron presentados por los miembros del grupo de oración Luz y Vida de la Catedral de San Pedro y se enfocaron en el amor de Dios, el pecado, la salvación, fe y conversión, sanación interior, y el Espíritu Santo. Después de cada tema los organizadores presentaron una dinámica para visualizar el tema expuesto.
Las actividades del día incluyeron adoración ante el Santísimo y confesiones con el Padre Odel Medina, párroco de las parroquias Santa Ana en Carthage y Santa Teresa en Kosciusko y pastor asociado en la Parroquia Sagrado Corazón en Candem.
La última dinámica del retiro fue armar un rosario con globos y luego de una corta oración, soltarlo al aire libre. Al final hubo una ceremonia donde los padres, que vinieron a recoger a sus hijos, fueron recibidos por ellos con una canción y un ramo de flores y un “los amo mucho, mamá y papá”. Jubilosos de ver a sus hijos tan alegres, muchos de los padres no pudieron contener las lagrimas y hubo un gran momento de emoción cuando padres e hijos se abrazaron.
Gerardo Hernández, miembro del grupo Luz y Vida dijo que el objetivo del retiro es que los jóvenes conozcan mejor a Dios para que le abran su corazón, y si alguna vez han experimentado una mala experiencia, sean sanados a través de la confesión y su acercamiento a él.
Hernandez dijo que la idea de ofrecer este retiro fue de Ivan Varela, miembro de la Catedral de San Pedro y encargado de preparar a los jóvenes para su confirmación. Varela le presentó la idea al grupo de oración y les pidió su colaboración para presentar los temas.
La dinámica del tema del pecado incluyó la participación de una joven vestida de blanco que a medida que experimentaba las tentaciones del pecado: la bebida, el dinero, las drogas, el sexo, etc,. su vestimenta iba cambiando de blanco a negro y mientras mas liberal era su vida más se iba alejando de Dios.

‘Los esperamos a todos en el Encuentro Hispano’

JACKSON – En el año 2002, cuando se celebró el primer Encuentro Hispano en la Diócesis de Jackson, el Hermano Ted Dausch dijo que ese era un día para celebrar lo que ellos son como hispanos. Sus palabras textuales en esa oportunidad fueron: “Ya es tiempo que ellos se levanten y digan, ‘aqui estamos, somos gente buena y tenemos muchos dones que ofrecer y compartir con el resto del país’”.
El Hno. Dausch, director de la Oficina del Ministerio Hispano, ha continuado celebrando este evento, algunos años seguidos y otros cada dos años. El primer encuentro se celebró el la Parroquia San Francisco de Asís en Madison con el lema “Unidad en Diversidad” que hasta hoy en día sigue enfocando lo que es el ministerio de esta comunidad en la diócesis, la cual es “unirse para explorar y examinar la diversidad que hay entre ellos mismos y los muchos dones que hay dentro de esa diversidad”.
Volviendo a leer la información que El Mensajero Católico de Mississippi, como se llamaba en ese entonces esta publicación, me doy cuenta que el motivo de realizar este evento es tan real hoy como lo fue hace 12 años, en el sentido de que una de sus metas es hacerle saber a los hispanos que aunque estén fuera de sus países nativos, no están solos en este país, de que hay muchos hispanos en la diócesis y que la iglesia los quiere ayudar a mantenerse unidos.
El encuentro se ha realizado en Tupelo, Jackson y en los últimos años Greenwood ha sido su sede por su localidad, en la mitad de la diócesis, lo cual se le facilita a las parroquias que quedan al sur y al norte del estado.
Este año también se celebrará en el Centro Cívico de Greenwood el sábado 18 de abril, comenzando a las 8:30 a.m. con registración y música. El evento terminará con una misa celebrada por el Obispo Joseph Kopacz y varios sacerdotes.
Adolescentes de 13 años en adelante, jóvenes y a adultos están invitados a dedicarle este día al Señor con júbilo y un corazón abierto para escuchar su “Llamado a ser, pertenecer y servir”, el lema del encuentro.
Los siguientes son testimonios de tres personas que han participado en este evento los años anteriores.
“Mi experiencia del Encuentro Hispano fue muy hermosa porque pude conocer a muchas personas de todas las diferentes comunidades de la Diócesis de Jackson. El poder compartir experiencias con personas de diferentes países es muy bonito y enriquecedor. El estar ahí todos juntos y unidos como hispanos, me hizo olvidar las fronteras y darme cuenta que al final todos somos iguales, que todos somos hermanos e hijos de Dios y que debemos estar unidos y apoyarnos sin importar el color ni la raza. ¡Yo invito a todos a vivir este encuentro y a apoyarlo porque es una experiencia muy hermosa! María B. Del Cid (Hazlehurst).
“Para mí el Encuentro Hispano fue algo increíble ya que muy pocas veces tenemos algo tan bonito. Nos conocimos mejor, hablamos de muchos sueños que ojalá se hagan realidad y de la fe del bautismo. Yo en lo particular me vine muy contento, muchas bendiciones a los padres que están trabajando con nosotros y a los que asistieron”. Anselmo García (Clarksdale)
“Mi experiencia en el Encuentro Hispano fue muy divertida. Aparte de conocer a gente nueva y convivir con gente de nuestra tierra, la mejor parte fue alabar al Señor con hermanos en Cristo de diferentes países. La verdad no me arrepiento de haber asistido y se lo recomiendo a cualquier persona.” Karlo Martínez (New Albany).
Para información llamar al Hno. Dausch, 601-949-6931.

Ideal para la Cuaresma: reflexión sobre vocación

Por Obispo Joseph Kopacz
Nuestro primer pacto con Dios comenzó en el momento de nuestro Bautismo. Cualquiera que sea nuestra vocación en la vida, todos vivimos este causa común, y al inicio de la Cuaresma la iglesia, el Cuerpo de Cristo, proclama el amor fiel y eterno del Señor por nosotros, y el desafío de volver a él con todo nuestro corazón. Es la temporada de renovación de nuestras promesas bautismales que será nuestra compromiso en la misa de Pascua. Después de su propio bautismo y tentación en el desierto, Jesús camina a través de nuestras vidas como caminó por Galilea hace dos mil años, “es el momento de realización, arrepiéntanse y crean en el Evangelio.”
Cualquiera que sea nuestra vocación en la vida todos estamos llamados al arrepentimiento. No podemos ser complacientes o indiferente a la urgencia de la llamada del Señor en nuestras vidas. El llamado es de alejarse del pecado, morirse uno mismo, resistir la tentación del egoísmo y el egocentrismo que pueden ser mortal para todas las demás relaciones en nuestras vidas. Somos capaces de morirnos a sí mismo en esta vida porque Jesucristo ha hecho esto posible en el centro de nuestras vidas por su muerte y resurrección.
En medio del fundamento de esta renovación anual la Iglesia se encuentra en medio del año de la vida consagrada, en el centro del proceso de amplia consulta sobre la vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo moderno. Todo trabaja junto porque a pesar de que estamos escuchando la llamada del Señor a un nivel personal profundo, todos estamos conectados entre sí en familia, lugares de trabajo, vecindarios y comunidades de fe. Cualquiera cambio que ocurra en la vida de un individuo, para mejor o para peor, va a afectar a otros en nuestro círculo de vida.
La Diócesis de Jackson está participando en el documento preparatorio que se está realizando en este momento a nivel mundial sobre la Vocación y la Misión de la Familia en la Iglesia y en el Mundo Moderno que contribuirá al diálogo, discernimiento y toma de decisiones más adelante este otoño durante la 14ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la familia que presidirá el Papa Francisco. (Estamos invitando a los fieles católicos a participar, hasta el 16 de marzo, en este documento preparatorio diocesano a través de la página Web.)
El Sínodo es pastoral en su propósito y esto se hace evidente al examinar algunos de los títulos de los capítulos en el documento preparatorio.

Parte II
v Contemplando a Cristo: el Evangelio de la Familia
v Mirando a Jesús y la divina enseñanza del Evangelio
v La familia en el plan salvífico de Dios
v La familia en los documentos de la iglesia
v La indisolubilidad del matrimonio y la alegría de compartir la vida juntos
v La verdad y la belleza de la familia
v Misericordia hacia las familias separadas y frágiles

Parte III
v Afrontando la situación: perspectivas pastorales
v Anunciando el evangelio de la familia en la actualidad en diversos contextos
v Orientando a las parejas de novios en su preparación para el matrimonio
v Cuidado pastoral para las parejas casadas civilmente o viviendo juntos
v Cuidando a las familias con problemas: separadas, divorciadas y no vueltas a casar, divorciadas y vueltas a casar, familias con un solo progenitor
v Atención pastoral a las personas con tendencias homosexuales.
v La transmisión de la vida y los desafíos de la natalidad decreciente
v Crianza y el papel de la familia en la evangelización.
La llamada del Señor en nuestras vidas durante la Cuaresma impregna las circunstancias concretas de nuestra vocación y responsabilidades. El matrimonio es único en el sentido de que es el que mejor representa el amor eterno de Jesucristo por toda la humanidad, pero especialmente por la iglesia. Esto es sagrado. Jesucristo no es sí hoy, y no mañana. Es sí para siempre. El hombre y la mujer en el matrimonio se esfuerzan por unirse al corazón y la mente de Cristo Jesús elevando permanencia y fidelidad en su alianza sacramental.
Hace dos semanas nos reunimos en nuestra Catedral de San Pedro Apóstol para la misa aniversario con las parejas que estaban celebrando entre 25 y 71 años de matrimonio. La renovación de su pacto con Dios refleja lo que hacemos en la Cuaresma.
Como el hombre y la mujer se complementan mutuamente en el matrimonio, las vocaciones de vida matrimonial y vida religiosa se complementan una a otra en la iglesia y en el mundo. El matrimonio en su esencia nos revela el amor activo del Señor por su iglesia cada momento de cada día, el aquí y el ahora de la vida en este mundo. La vida consagrada religiosa en su esencia nos revela que en última instancia todos estamos destinados para el cielo por lo que incluso las bendiciones del matrimonio y la vida familiar pueden ser sacrificadas por la bendición que supera todo lo que conocemos en esta vida, nuestro eterno hogar y salvación.
También sabemos que muchas personas servir al Señor en formas que a menudo son conocidos sólo por Dios. Los que son de un solo no son sólo pasar el tiempo antes de obtener una vida real. Y sabemos que la llamada del Señor pueden ser tan reales en una forma de vida que goza de mayor libertad y flexibilidad. Están en los mercados y plazas públicas de nuestro mundo, con la oportunidad de llevar el Señor a los márgenes de la sociedad, como el Papa San Francisco le gusta decir.
Otra manera en que podemos apreciar la diversidad de estilos de vida y regalos en la Iglesia es la oportunidad de ser inspirado por cada uno de los otros. Los sacrificios diarios que dan soporte a nuestros fieles, la cotidianidad de nuestras vidas con Dios, y el espíritu alegre de la llamada son signos de la Palabra de Dios hacen carne. A menudo nos necesitamos el uno al otro para permanecer en el camino a medida que seguir al Señor cada uno de ellos. Vamos a orar uno por el otro, como caminar a la itinerario cuaresmal.
También sabemos que muchas personas solteras sirven al Señor en formas que a menudo son conocidos sólo por Dios. Los solteros no están sólo pasado el tiempo antes de tener una vida real. Mas bien sabemos que la llamada del Señor puede ser tan real en una forma de vida que goza de mayor libertad y flexibilidad. Están en los mercados y plazas públicas de nuestro mundo con una oportunidad de llevar al Señor a los márgenes de la sociedad, como al Papa Francisco le gusta decir.
Otra manera en la que podemos apreciar la diversidad de estilos de vida y regalos en la iglesia es la oportunidad de ser inspirado mutuamente. Los sacrificios diarios que soportan nuestra vida fiel, la cotidianidad de nuestras vidas por bendecidas por Dios, y el espíritu alegre de nuestra llamada son signos de la Palabra de Dios hecha carne. A menudo nos necesitamos el uno al otro para permanecer en el camino a medida que cada uno de nosotros seguimos al Señor. Vamos a orar el uno por el otro mientras caminamos en el tiempo cuaresmal.