Centro de Apoyo Migratorio busca nuevos fondos

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Por Maureen Smith
JACKSON – El Centro de Apoyo Migratorio, un ministerio de las Caridades Católicas Jackson, conocido anteriormente como la Clínica de Inmigración, atiende entre 700 y 800 casos al año, con un personal de un trabajador social, un asistente a medio tiempo y un abogado. El centro ofrece una variedad de servicios a la población inmigrante en Mississippi, tales como asistencia para el ajuste de estatus de inmigración, permisos de trabajo, ciudadanía, y servicios de interpretación y traducción.
Ahora el centro está buscando nuevas fuentes de financiamiento ya que los fondos con los que se comenzó el servicio se acabaron. Su directora, Teresita Turner, dijo que el centro ofrece servicios muy necesarios con sus limitados recursos.
“Esto es algo más que preparar papeles. Esto es sobre cambiar vidas”, dijo Turner. “Ver a una familia reunida que ha estado separada durante años, ver a una mujer capaz de escapar de una situación de abuso o ver a alguien con la oportunidad de cambiar su vida, esto es lo que hace nuestros servicios importante”, dijo.
Estos tipos de casos responden a lo que los católicos están llamados a hacer, según Greg Patin, director ejecutivo de Caridades Católicas. “El Centro de Apoyo Migratorio de Caridades Católicas trae a la vida una serie de principios de la doctrina social de la Iglesia Católica”, dijo Patin.
“Fundamentalmente, el centro ejemplifica el principio de la dignidad de la persona humana. Cada persona está hecha a imagen y semejanza de Dios y no pierde su dignidad a consecuencia de las circunstancias, la pobreza o el país de origen. Nosotros demostramos el principio de la dignidad del trabajo, el derecho de toda persona a ser co-creadores con Dios en el mundo al tener acceso a un trabajo digno y productivo”, dijo.
Los servicios de Inmigración son sólo una parte de nuestros servicios, dijo Turner. El centro también se esfuerza por educar a sus clientes. “Ofrecemos clases de  inglés, hacemos presentaciones sobre los impuestos, les explicamos sus derechos y responsabilidades para que puedan ser buenos ciudadanos y participar en sus comunidades, aunque sólo estén aquí de visita o trabajando”, dijo.
El centro también invita regularmente a los consulados de varias países, entre ellos Guatemala, Honduras y México,  para que ayude a los nacionales de estos países con los trámites de renovación de sus pasaportes, matriculas consulares, y otros documentos, explicó Turner.
Sus clientes son desde estudiantes hasta trabajadores de la construcción, la agricultura y las industrias de servicios procedentes de por lo menos 20 países incluyendo a, Nigeria, México, Belice, Colombia, India y Filipinas.
Turner dijo que la junta de directores del centro está solicitando fondos a las empresas y negocios que dependen de trabajadores extranjeros y también están haciendo un llamado a individuos y parroquias para que donen el dinero necesario para mantener las puertas abiertas. “Somos los cuidadores de nuestros hermanos y hermanas. Nos esforzamos cada día por ‘acoger al extranjero’ en nuestra tierra”, dijo Patin.
Debido a que las leyes de inmigración cambian o son revisadas constantemente, Turner dijo que el personal del centro tiene que tomar cursos de formación continua para estar al corriente de las leyes.
Contacte a Michael Thomas en Caridades Católicas al 601-355-8634 o michael.thomas@ccjackson.org para hacer una donación. Mencione al Servicio de Apoyo Migratorio en todos los cheques.

Aniversario, un recordatorio al constante llamado de justicia

Por Obispo Joseph Kopacz
Declaración del Obispo Richard O. Gerow, Obispo de Diócesis de Natchez-Jackson, el 3 de julio de 1964, inmediatamente después de la promulgación de la Ley de Derechos Civiles.

+Bishop Joseph R. Kopacz

+Bishop Joseph R. Kopacz

“La Ley de Derechos Civiles ha sido aprobada por el Congreso de los Estados Unidos. El pueblo de nuestro querido Mississippi tienen la histórica oportunidad de dar al mundo un ejemplo de verdadero patriotismo en una democracia. Cada uno de nosotros, teniendo en cuenta la ley del amor de Cristo, puede establecer su propia motivación personal de la reacción a la ley y, por lo tanto, convertir este tiempo como una ocasión de crecimiento espiritual.
Los profetas de la lucha y el sufrimiento no necesitan tener razón. Queridos cristianos católicos, su obispo los llama a que acepten la acción del Congreso de la República como americanos leales y que hagan una contribución positiva a nuestro estado rechazando el espíritu de rebelión y apoyar la justicia, el amor y la paz”.
En mi corto tiempo (5 meses) como el 11ª obispo de Jackson, siguiendo a los Obispos Gerow, Brunini, Houck, y Latino, he sido inspirado una y otra vez a aprender del vigoroso y valiente legado de la Iglesia Católica en el estado de Mississippi en contra de la plaga del racismo en el estado y la nación. La declaración del Obispo Gerow habló de la violencia y las luchas que rodeó a esta plaga en la sociedad y la justa participación de la Iglesia en la sociedad en nombre del bien común.
En el documento titulado “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles” (2007) la Conferencia de Obispos Católicos los Estados Unidos  articula el caso de la declaración del Obispo Gerow de hace 50 años. “La obligación de la iglesia  de participar en la formación del carácter moral de la sociedad es una exigencia de nuestra fe, una parte de la misión dada a nosotros por Jesucristo. La fe nos ayuda a ver más claramente la verdad sobre la vida y la dignidad humana que entendemos también a través de la razón. Como personas de fe y razón, los católicos están llamados a llevar la verdad a la vida política y a practicar el mandamiento de Cristo de “amarse los unos a los otros”.
Una vez que la Iglesia primitiva creció de una pequeña secta de discípulos a una presencia importante en la sociedad, la responsabilidad de atender las necesidades sociales de cada época se convirtió en el núcleo de la misión confiada que Jesucristo nos encomendó. En realidad, los profetas del Antiguo Testamento y la conciencia de Israel, habían abierto esta puerta siglos antes de Jesucristo, últimamente empujando a la Iglesia a involucrarse más profundamente en los asuntos de la sociedad. Las palabras de Amós, el profeta de la Justicia Social, resuenan en todas las épocas. “Dejen que la justicia fluya como el agua y la bondad como un manantial inagotable” (5,24). El poder de las palabras de Amós impregna la declaración del Obispo Gerow durante el Verano de la Libertad.
Los obispos católicos y muchos en la Iglesia de los Estados Unidos, laicos, sacerdotes y religiosas, han sido una voz por la justicia y la paz por muchas generaciones, con la convicción de que “la tradición de pluralismo de nuestra nación es incrementada, no amenazada, cuando grupos religiosos y personas de fe traen sus convicciones a la vida pública. La comunidad católica trae al diálogo político un marco moral consistente y amplia experiencia sirviendo a las personas necesitadas”. “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles”
En todas las épocas y en todos los lugares es obligatorio para la Iglesia trabajar por una mayor justicia y paz a fin de inspirar a sus miembros y a todas las personas de buena voluntad a hacer el bien y evitar el mal. El Documento “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles” valientemente dirige la palabra a la sociedad contemporánea. “Hay algunas cosas que nunca debemos hacer, como individuos o como sociedad, porque estas siempre son incompatibles con el amor de Dios y del prójimo. Estos actos intrínsecamente malos siempre deben ser rechazados y nunca apoyados.
Un buen ejemplo es la privación intencional de la vida humana como en el aborto. Del mismo modo, las amenazas directas a la dignidad de la vida humana como la eutanasia, la clonación humana, la investigación destructiva en los embriones humanos también son intrínsecamente malos y se deben combatir. Tampoco nunca se pueden justificar otros ataques contra la vida y la dignidad humana, tales como el genocidio, la tortura, el racismo, y personas inocentes que no están involucradas en combates de terror o de guerra. El desacato a cualquier vida humana menoscaba el respeto por toda vida humana”.
El Documento “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles” también anota que el derecho a la vida implica y está ligado a otros derechos humanos – a los bienes básicos que toda persona necesita para vivir y prosperar – incluyendo alimentos, vivienda, salud, educación y trabajo significativo. El uso de la pena de muerte, el hambre, la falta de atención a la salud o la vivienda, el tráfico de seres humanos, los costos humanos y morales de la guerra y las injustas políticas de inmigración son algunas de las graves cuestiones morales que interpelan nuestra conciencia y nos obligan a actuar.
La declaración del Obispo Gerow en los 40 años de su largo episcopado en la Diócesis de Natchez-Jackson (1924-1967) fue respaldada por el trabajo favorable de la Iglesia por más de un siglo contra el racismo en el estado de Mississippi, más notablemente en el sistema de los colegios católicos.
La Iglesia Católica valientemente educó a la población negra a pesar de las leyes de Jim Crow desde antes de la guerra civil, y esta misión de educación para todos los ciudadanos de Mississippi no vaciló con la segregación. El Obispo Gerow ejerció notable liderazgo en este frente a través de su largo mandato. Podemos estar seguros que él publicó ese 3 de julio de 1964 su declaración con una clara conciencia porque había hecho lo que dijo que haría y sus palabras fluyeron sin problema desde el corazón de la Iglesia Católica en Mississippi con la pasión que la justicia fluye como agua y la bondad como un manantial inagotable.
(Lea la columna de esta semana sobre la educación en los colegios católicos en la pag. 3 de la edición en inglés.)

Hermana Magdalena transferida a Kansas

Por Elsa Baughman
JACKSON/NATCHEZ – Tres Hermanas Misioneras Guadalupanas del Espiritu Santo que han estado sirviendo en la Diócesis de Jackson han sido asignadas a trabajar en otras diócesis del país.

A partir de septiembre, la Hna. Lourdes González (der.) comenzará a servir en la pastoral hispana en la Parroquia Santa Teresa en Jackson.

A partir de septiembre, la Hna. Lourdes González (der.) comenzará a servir en la pastoral hispana en la Parroquia Santa Teresa en Jackson.

La Hermana Magdalena Carrillo vino a Mississippi en agosto del 2010 junto con la Hermana María Elena Méndez para servir a la comunidad hispana de la diócesis. Su misión en Mississippi finalizó a mediados de julio cuando partió para una nueva experiencia de misión en Wichita, Kansas.
En la pagina de Facebook del Ministerio Hispano, la Hna. Magdalena escribió que a lo largo estos cuatro años pudo ver la necesidad del acompañamiento a la comunidad hispana, la cual está muy dispersa en todo el estado, lo que impide estar en contacto más directo con ellos.
“Me siento muy agradecida con Dios  por la oportunidad que me dio de haber compartido mi fe con muchos de ustedes, miembros de las parroquias de esta diócesis. A lo largo de estos años he visto en muchos de ustedes su deseo y dedicación en formarse para servir mejor en sus comunidades parroquiales, por ello también le doy gracias a Dios y desde el lugar donde próximamente iré les seguiré apoyando con mi oración.
“Creo que algo muy positivo es el interés y dedicación de varios miembros de algunas comunidades parroquiales que han respondido y siguen respondiendo a la invitación de atender a los cursos y a las Escuelas de Formación en la fe católica”, anotó en su mensaje de despedida, añadiendo que  cree que para las parroquias ésto es una bendición. “En el futuro ellos/as serán, con la gracia de Dios, una grande ayuda para el crecimiento y fortalecimiento en la fe de esta grande comunidad hispana dispersa por todo el estado.
“A mediados de julio de 2014 voy a partir de esta diócesis de la cual he aprendido mucho, donde también tuve que vencer algunos retos y en la que Dios me dio la gran oportunidad de compartir con muchas personas de diferentes parroquias”.
En Natchez, otras dos hermanas han estado sirviendo en la Parroquia Asunción desde agosto del 2013, Marta Perez y Irena Lara. Ellas terminaron su misión religiosa en la parroquia el pasado 6 de julio. Los miembros de la Basilica Santa María y la Parroquia Asunción las despidieron con una recepción ese domingo.
La Hna. Perez continuará su ministerio en Hoover, Ala., y la Hna. Lara regresará a su comunidad en Los Angeles, Calif.
El Padre David O’Connor, párroco, escribió en el boletín parroquial, “han sido una bendición para nuestros fieles en Natchez y para los hispanos del área. Ellas han sido grandes evangelizadoras y tienen un sistema detallado para contactar a las personas. Quiero darle las gracias a  ellas y desearles que Dios les de abundantes bendiciones en el futuro.
La Hermana María Josefa García Alvarez, quien tomará las responsabilidades de la Hermana Magdalena, llegó a Jackson el 15 de julio procedente de la Diócesis de Birmingham, Ala., en la cual trabajó durante cuatro años.

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Hna. María Josefa

La Hermana María Josefa también es religiosa de la Orden Misioneras Guadalupanas del Espiritu Santo. Al día siguiente de haberse instalado en Forest, dónde vivirá junto con otras dos religiosas de la misma congregación, estuvo de visita en las Oficinas del Ministerio Hispano de la diócesis para familiarizarse con el lugar donde comenzará a trabajar de inmediato.
Otra de las transiciones entre las hermanas de esta congregación será la de la Hermana Lourdes González quien ha estado trabajando en Forest y a partir de septiembre comenzará a servir en la pastoral hispana de la Parroquia Santa Teresa en Jackson.

Cinco nuevos cursos de formación se ofrecerán en el 2015

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La Hermana Magdalena Carrillo conversa con el profesor del SEPI, Carlos Bustamente, durante la curso de la Escuela de Ministerios, el Nuevo Testamento, realizado en el Colegio St. Richards en Jackson el 12-13 de julio. (Foto de Elsa Baughman)

Por Elsa Baughman
JACKSON – La Oficina del Ministerio Hispano de la Diócesis de Jackson ofrecerá cinco cursos/talleres de formación en el 2015. Estos cursos serán impartidos por profesores laicos y ministros del Instituto Pastoral del Sureste (SEPI) con sede en Miami, Florida, quienes tienen mucha experiencia y conocimiento sobre el tema en el cual se especializan.
Estos cursos son un seguimiento a los  de la Escuela de Ministerio con el fin de que las personas que terminen el nivel II en septiembre de este año continúen su formación religiosa necesaria para su servicio en sus parroquias o para toda persona interesada en profundizar sus conocimientos en la fe católica, así no haya tomados los cursos de la Escuela de Ministerios.
Las fechas de los cursos no han sido definidas todavía pero se espera que comiencen en enero o febrero del 2015. Cada curso consistirá de 15 horas de instrucción durante un fin de semana cada dos meses aproximadamente y se realizará en el Colegio St. Richard en Jackson, el mismo lugar donde se están ofreciendo los cursos de la Escuela de Ministerio.
El primero de los cursos será, “Religiosidad popular hispana”, el cual se enfocará en el estudio antropológico de la respuesta humana a la palabra de Dios dentro de la estructura cultural y las peculiaridades del pueblo hispano en su historia, sus experiencias socio-económicas y religiosas en el seno de la cultura dominante.
La “Espiritualidad” es el tema del segundo curso y estudiará los procesos de crecimiento y maduración espiritual que producen los cambios en nuestra vida. También se tratará las dimensiones de la persona en los que se produce la maduración y los elementos que se deben considerar para tener una sana espiritualidad cristiana, la oración y los sacramentos.
El tema de estudio del tercer curso es la “Catequesis,” la acción pastoral de la iglesia por la cual, colaborando con el Espíritu Santo, ilumina y se educa la fe de los cristianos.
El siguiente curso se enfocará en la “Corresponsabilidad pastoral o mayordomía”, la cual es un medio de vida, testimonio de fe, esperanza, caridad, amor al prójimo, y el cual produce la alegría de servicio y la paz de difundir el amor a todos los ambientes.
El último de los cinco curso será dedicado al estudio de María, “Mariologia”, la cual tiene una gran importancia para nosotros los católicos y para la vida de la iglesia.
Todas las personas interesadas en tomar este bloque de cursos, especialmente los que ya han finalizado el nivel II de  la Escuela de Ministerios, están invitados a participar.
El costo de los cinco cursos es $165. Se puede hacer un pago total para el 15 de noviembre de 2014, o dos pagos, uno de $100 en noviembre y el otro de $65 en mayo de 2015.
Las personas que asistan puntualmente a los cinco cursos recibirán un diploma de la Oficina del Ministerio Hispano de la diócesis firmado por el Obispo Joseph Kopacz. Para más información llamar al Hermano Ted Dausch, director, al 601-949-6931.

Colegios continuan tradición de justicia en educación

Por Obispo Joseph Kopacz
Estoy esperando con interés el comienzo del año escolar 2014-15 cuando tendré mi primera oportunidad de celebrar la misa de apertura en muchas de nuestras escuelas católicas de la diócesis. Es mi meta el presidir la Eucaristía con todos nuestros alumnos de las escuelas católicas a principios del año escolar como me lo permita mi horario.
La tradición de la educación en las escuelas católicas en la Diócesis de Natchez, Natchez-Jackson, y ahora Jackson es larga y venerable. Los logros del pasado, que se extienden desde el siglo 19, todavía son visibles hoy a lo largo del Río Mississippi en nuestras escuelas en Greenville, Vicksburg, y Natchez donde la historia comenzó. Con el tiempo se establecieron escuelas a través de la diócesis y este año continúa la tradición con el día de apertura en Jackson, Madison, Meridian, Columbus, Greenwood, Clarksdale, Holy Springs y Southaven junto con los lugares mencionados anteriormente. Espero con ansias reunirme con los estudiantes, profesores, empleados y las familias en cada una de nuestras escuelas.
A medida que la Iglesia Católica desarrolló su misión en los Estados Unidos de “vayan, pues, a las gentes de todas naciones, y háganlas mis discípulos, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que yo os he mandado, y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28, 18-20), los obispos y los fieles se dieron cuenta de la urgencia primordial que las escuelas Católicas tendrían en la misión de enseñar a la próxima generación.
El tercer encuentro de los obispos norteamericanos en convocatoria formal en Baltimore en 1884 fue quizás la más significativa con respecto a la educación Católica. El decreto de que todas las parroquias proporcionaran educación católica puso en marcha la más enérgica campaña para la construcción de colegios católicos en la historia.
La Diócesis de Jackson acató este mandato y construyó escuelas para educar a todos los niños, blancos y negros, con familias dispuestas a sacrificar en su nombre. A menudo me encuentro con muchas de las personas de  la diócesis que asistieron a nuestras escuelas católicas, y están agradecidos por la educación que recibieron y los sacrificios que lo hicieron posible. Cada generación católica enfrenta los desafíos de la sostenibilidad en garantizar un alto nivel de calidad de  educación católica. Pagar por nuestras escuelas mientras somos fieles a la misión de Jesucristo es siempre un trabajo de amor.
Durante la conmemoración del verano de la libertad es una bendición el apreciar el honorable legado de la educación católica que estuvo a disposición para los descendientes de aquellos que habían sido esclavos. Durante la última parte del siglo 19, y más de la mitad del siglo 20, la segregación fue un gran obstáculo a superar.
Abrirle las puertas de las escuelas a la población negra frente a las leyes de Jim Crow produjo enormes desafíos, pero la Iglesia Católica respondió, facultado por el Señor Jesús de enseñar a todas las naciones. En la tradición de las escuelas católicas, separación pero igualdad no era una expresión vacía.
Cito de los escritos de los que se graduaron de la Escuela San José en Meridian en la primera mitad del siglo 20. Todo se reduce a una cuestión de preparación. Un sentimiento de unidad, junto con un alto nivel de experiencia académica, le dio a los estudiantes de San José tanta preparación como fue posible para lo desconocido. Los alumnos estaban siendo formados para aceptar no sólo lo que se encontraba a la vuelta de la esquina de la vida, sino también para dar la vuelta a esa esquina con confianza.
La aprobación de la legislación sobre los Derechos Civiles en 1964 fue otra de las esquinas que hubo que voltear en nuestro sistema escolar de la Iglesia Católica y el Obispo R. O. Gerow y los parrocos, los educadores y los fieles de la Diócesis de Jackson dieron vuelta a esa esquina con confianza e integridad como leemos en la carta del Obispo.
(Para ser anunciado en la iglesia el domingo 9 de agosto de 1964)
Amados hermanos en Cristo Jesús:
Les escribo con respecto a una cuestión sobre la cual he pensado mucho y he orado y sobre la cual he tomado una decisión. En consecuencia, es la política de las escuelas católicas de la diócesis  de admitir a los niños calificados para el primer grado sin relación a su raza. Esto es efectivo a partir de septiembre de 1964. La aplicación de la presente decisión será dirigida por cada pastor en consulta conmigo. Hago un llamado al pueblo católico de Mississippi para dar testimonio a un verdadero espíritu cristiano por la aceptación y la cooperación en la implementación de esta política. Dependo de su devoción y les pido por sus oraciones para que cualquier ajuste consiguiente pueda contribuir a la gran honra y gloria de Dios y al fortalecimiento de los vínculos de la caridad que nos une a todos en Cristo.
Deseándoles la abundante bendición de Dios,
Soy sinceramente suyo en Cristo,
+Obispo R. O. Gerow.
Esta es la honorable tradición de la que formamos parte. Como discípulos del Señor, reconocemos que somos todos estudiantes de por vida, marcados por el distinguido proceso de crecimiento en  conocimiento, sabiduría, y gracia. Nos ayudamos mutuamente a estar abiertos al Espíritu Santo que nos saca de las tinieblas de la ignorancia y el miedo, y nos lleva a su luz admirable de los conocimientos y la comprensión, coraje y recto juicio en vivir la vida cada día.
Que Dios siga bendiciendo a todos los que se sacrifican en nuestra generación para que nuestras escuelas católicas sean una realidad, un camino único para el cumplimiento del mandato del Señor de enseñar a todas las naciones.
(NOTA DEL EDITOR: Debido a que el Obispo Kopacz estará de vacaciones y otros compromisos, no escribirá su columna durante el mes de agosto. Continuará su columna en septiembre.)

Aniversario, un recordatorio al constante llamado de justicia

Por Obispo Joseph Kopacz
Declaración del Obispo Richard O. Gerow, Obispo de Diócesis de Natchez-Jackson, el 3 de julio de 1964, inmediatamente después de la promulgación de la Ley de Derechos Civiles.
“La Ley de Derechos Civiles ha sido aprobada por el Congreso de los Estados Unidos. El pueblo de nuestro querido Mississippi tienen la histórica oportunidad de dar al mundo un ejemplo de verdadero patriotismo en una democracia. Cada uno de nosotros, teniendo en cuenta la ley del amor de Cristo, puede establecer su propia motivación personal de la reacción a la ley y, por lo tanto, convertir este tiempo como una ocasión de crecimiento espiritual.
Los profetas de la lucha y el sufrimiento no necesitan tener razón. Queridos cristianos católicos, su obispo los llama a que acepten la acción del Congreso de la República como americanos leales y que hagan una contribución positiva a nuestro estado rechazando el espíritu de rebelión y apoyar la justicia, el amor y la paz”.
En mi corto tiempo (5 meses) como el 11ª obispo de Jackson, siguiendo a los Obispos Gerow, Brunini, Houck, y Latino, he sido inspirado una y otra vez a aprender del vigoroso y valiente legado de la Iglesia Católica en el estado de Mississippi en contra de la plaga del racismo en el estado y la nación. La declaración del Obispo Gerow habló de la violencia y las luchas que rodeó a esta plaga en la sociedad y la justa participación de la Iglesia en la sociedad en nombre del bien común.
En el documento titulado “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles” (2007) la Conferencia de Obispos Católicos los Estados Unidos  articula el caso de la declaración del Obispo Gerow de hace 50 años. “La obligación de la iglesia  de participar en la formación del carácter moral de la sociedad es una exigencia de nuestra fe, una parte de la misión dada a nosotros por Jesucristo. La fe nos ayuda a ver más claramente la verdad sobre la vida y la dignidad humana que entendemos también a través de la razón. Como personas de fe y razón, los católicos están llamados a llevar la verdad a la vida política y a practicar el man-damiento de Cristo de “amarse los unos a los otros”.
Una vez que la Iglesia primitiva creció de una pequeña secta de discípulos a una presencia importante en la sociedad la responsabilidad de atender las necesidades sociales de cada época se convirtió en el núcleo de la misión confiada que Jesucristo nos encomendó a nosotros. En realidad, los profetas del Antiguo Testamento, la conciencia de Israel, había abierto esta puerta siglos antes de Jesucristo, últimamente empujando a la Iglesia más profundamente en los tejidos de la sociedad. Las palabras de Amós, el profeta de la Justicia Social, resuenan en todas las épocas. “Dejen que la justicia fluya como el agua y la bondad como un manantial inagotable” (5,24). El poder de las palabras de Amós impregna la declaración del Obispo Gerow durante el Verano de la Libertad.
Los obispos católicos y muchos en la Iglesia de los Estados Unidos, laicos, sacerdotes y religiosas, han sido una voz por la justicia y la paz por muchas generaciones, con la convicción de que “la tradición de pluralismo de nuestra nación es incrementada, no amenazada, cuando grupos religiosos y personas de fe traen sus convicciones a la vida pública. La comunidad católica trae al diálogo político un marco moral consistente y amplia experiencia sirviendo a las personas necesitadas”. “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles”
En todas las épocas y en todos los lugares es obligatorio para la Iglesia trabajar por una mayor justicia y paz a fin de inspirar a sus miembros y a todas las personas de buena voluntad a hacer el bien y evitar el mal. El Documento “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles” valientemente dirige la palabra a la sociedad contemporánea. “Hay algunas cosas que nunca debemos hacer, como individuos o como sociedad, porque estas siempre son incompatibles con el amor de Dios y del prójimo. Estos actos intrínsecamente malos siempre deben ser rechazados y nunca apoyados.
Un buen ejemplo es la privación intencional de la vida humana como en el aborto. Del mismo modo, las amenazas directas a la dignidad de la vida humana como la eutanasia, la clonación humana, la investigación destructiva en los embriones humanos también son intrínsecamente malos y se deben combatir. Otros ataques contra la vida y la dignidad humana, tales como el genocidio, la tortura, el racismo, y personas inocentes que no están involucradas en combates de terror o de guerra, nunca se pueden justificar. El desacato a cualquier vida humana menoscaba el respeto por toda vida humana”.
El Documento “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles” continua. El derecho a la vida implica y está ligado a otros derechos humanos – a los bienes básicos que toda persona necesita para vivir y prosperar – incluyendo alimentos, vivienda, salud, educación y trabajo significativo. El uso de la pena de muerte, el hambre, la falta de atención a la salud o la vivienda, el tráfico de seres humanos, los costos humanos y morales de la guerra y las injustas políticas de inmigración son algunas de las graves cuestiones morales que interpelan nuestra conciencia y nos obligan a actuar.
La declaración del Obispo Gerow en los 40 años de su largo episcopado en la Diócesis de Natchez-Jackson (1924-1967) fue respaldada por el trabajo favorable de la Iglesia por más de un siglo contra el racismo en el estado de Mississippi, más notablemente en el sistema de los colegios católicos. La Iglesia Católica valientemente educó a la población negra a pesar de las leyes de Jim Crow desde antes de la guerra civil, y esta misión de educación para todos los ciudadanos de Mississippi no vaciló con la segregación. El Obispo Gerow ejerció notable liderazgo en este frente a través de su largo mandato. Podemos estar seguros que él publicó ese 3 de julio de 1964 su declaración con una clara conciencia porque él había hecho lo que dijo que haría y sus palabras fluyeron sin problema desde el corazón de la Iglesia Católica en Mississippi con la pasión que la justicia bulle como agua y la bondad como una corriente constante.

Libertad de religión realza días de oración

Por Obispo Joseph Kopazc
Como una nación esperamos con entusiasmo a finales de la próxima semana conmemorar y celebrar el día festivo nacional más venerado de nuestra nación,  el Cuatro de Julio. Valoramos nuestras libertades políticas, religiosas y civiles, y en los últimos tiempos la Iglesia ha perfeccionado en esa libertad que tiene lugar prioritario en la Primera Enmienda de nuestra Constitución, la libertad religiosa.
La Primera Enmienda establece que “El Congreso no aprobará ley alguna que adopte el establecimiento de una religión o se prohíba el libre ejercicio de las mismas”. La Iglesia Católica, junto con muchos otros líderes religiosos, teólogos, practicantes laicos y agentes comunitarios, cree que una importante amenaza a la libertad religiosa está en marcha en la tierra. (Ver pag. 14 para la declaración que acompaña este artículo)
El mandato del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) sobre la cobertura de los seguros médicos para esterilización, anticoncepción y medicamentos inductores para el aborto en la Ley de Asistencia Asequible, lo que se conoce como Obama Care, es la amenaza directa a la libertad religiosa. Muchas personas de fe y buena voluntad, han observado que el gobierno ha tomado sobre sí mismo el definir estrictamente quien tiene derecho a disfrutar de la libertad religiosa que está garantizada en la Primera Enmienda de nuestra Constitución.
El mandato del HHS busca estrictamente exonerar de la Ley de Atención a la Salud únicamente a los que trabajan en lugares de culto, y no está extendiendo la misma libertad religiosa a los que trabajan y sirven en centros católicos de asistencia a la salud, instituciones educativas y de servicios sociales. La Iglesia cree que la misión que Jesucristo nos encomendó es una túnica inconsútil de culto, Palabra, y servicio, que está protegida por la Primera Enmienda y no puede ser arbitrariamente dividida por leyes injustas. Esto es casi como prohibir el libre ejercicio de la religión o la libertad de servir.
En otras palabras, la libertad religiosa no es sólo sobre nuestra capacidad de ir a misa los domingos o rezar el rosario en casa. Se trata de si podemos hacer nuestra contribución al bien común de todos los americanos. ¿Podemos hacer las buenas obras que nuestra fe nos llama a hacer, sin tener que comprometer esa misma fe? Sin una libertad religiosa bien entendida, todos los estadounidenses sufren, privados de la contribución esencial en educación, salud, alimentación de los necesitados, los derechos civiles, y los servicios sociales que los estadounidenses religiosos hacen todos los días, tanto aquí en casa como en el extranjero.
La Unión de Congregaciones Judías Ortodoxas de América emitió una declaración acerca del mandato de la administración sobre la anticoncepción y la esterilización que capturó exactamente el peligro al que nos enfrentamos:
Lo más preocupante, es la lógica subyacente de la Administración para su decisión, que parece ser la opinión de que si una entidad religiosa no es insular, pero comprometida con la sociedad en general, pierde su carácter y libertades “religiosas”. Muchas religiones creen firmemente en estar abiertas y comprometidas con la sociedad en general; y con conciudadanos de otras religiones. La decisión de la Administración hace el precio de este enfoque hacia el exterior la violación de los principios religiosos de la organización. Esto es profundamente decepcionante.
Este no es un tema católico. Esta no es una cuestión judía. Este no es un problema ortodoxo, mormón, o musulmán. Es un tema americano.
Como cristianos de diversas tradiciones nos oponemos a una “plaza pública desarmada”, despojada de argumentos religiosos y creyentes. No buscamos una “plaza pública sagrada” tampoco, que le da privilegios y beneficios especiales a los ciudadanos religiosos. Más bien, buscamos una plaza pública civil, donde todos los ciudadanos pueden hacer su contribución al bien común. A lo mejor,  podríamos llamar esto una plaza pública americana establecida en la Primera Enmienda de nuestra querida Constitución.
Mientras el Verano de la Libertad (Freedom Summer) se despliega ante nosotros, recordamos el movimiento de los derechos civiles de los años 1950 y 1960. Los estadounidenses relumbraron la luz del Evangelio en una oscura historia de esclavitud, segregación e intolerancia racial. El movimiento de los derechos civiles fue un movimiento esencialmente religioso, un llamado a despertar las conciencias, no sólo un llamado a la Constitución de los Estados Unidos para cumplir con su herencia de libertad.
En su famosa “Carta desde la cárcel de Birmingham”, en 1963, el Reverendo Martin Luther King Jr. dijo valientemente: “El objetivo de Estados Unidos es la libertad.” Como un pastor cristiano, argumentó que llamar a América a la plena medida de que esa libertad es la contribución específica que los cristianos están obligados a hacer. El fundamentó sus argumentos legales y constitucionales sobre la justicia en la larga tradición cristiana:
Estoy de acuerdo con San Agustín en que “Una ley injusta no es ley en absoluto”. Ahora ¿cuál es la diferencia entre las dos? ¿Cómo uno determina si una ley es justa o injusta? Una ley justa es un código hecho por el hombre que cuadra con la ley moral o la ley de Dios. Una ley injusta es un código que no está en armonía con la ley moral. Para decirlo en los términos de Santo Tomás de Aquino, una ley injusta es una ley humana que no está apoyada en la ley eterna y la ley natural.
Es algo preocupante contemplar a nuestro gobierno promulgando una ley injusta. Una ley injusta no puede ser obedecida. Frente a una ley injusta, no se ha de buscar un ajuste, especialmente recurriendo a palabras equívocas y prácticas engañosas. Si nos enfrentamos hoy en día a la perspectiva de leyes injustas, entonces los católicos en los Estados Unidos, en solidaridad con nuestros conciudadanos, debemos tener el valor de no obedecerlas. Ningún estadounidense desea esto. Ningún católico la acoge. Pero si esta cae sobre nosotros, debemos cumplir como un deber a la ciudadanía y una obligación de la fe.
Somos católicos. Somos americanos. Estamos orgullosos de ser ambos, agradecidos por el don de la fe que es nuestra como discípulos cristianos, y agradecidos por el don de la libertad que es nuestra como ciudadanos estadounidenses. Ser católico y americano deben significar no tener que elegir uno sobre el otro. Nuestras lealtades son distintas pero no tienen por qué ser contradictorias, y en su lugar deben ser complementarias. Esa es la enseñanza de nuestra fe católica, que nos obliga a trabajar juntos con otros ciudadanos por el bien común de todos los que viven en esta tierra. Esa es la visión de nuestro fundador y de nuestra Constitución, que garantiza a los ciudadanos de todas las creencias religiosas el derecho a contribuir a nuestra vida en común.
Que tengan un bendito Cuatro de Julio que brille con la dignidad de la vida en todas sus etapas, la bendición de la libertad  en todos los niveles y la búsqueda de la felicidad que encuentra su fuente y cumbre en el que otorga toda la vida y las libertades fundamentales.

Profile: Padre Rusty Vincent

Ciudad natal: Brandon, Mississippi
Parroquia: San Judas, Pearl
Colegios: Brandon High School
Santo favorito: San Agustín
y Santa Teresa de Lisieux
Escritura favorita:  Lucas 15:11-32 (Parabola del Hijo Pródigo)

Oración/devoción favorita y ¿por qué?
El rosario porque me ayuda a meditar sobre la vida de Cristo a través de los ojos de su madre.

¿Quién te “vestirá” en tu ordenación y por qué?
El Padre Patrick Mascarella, porque es mi tio sacerdote de la Diócesis de Baton Rouge.

¿Dónde se celebrará su primera misa?
En la Iglesia San Judas el domingo 1 de junio a las 2 de la tarde.

¿Alguno de sus familiares asistirá a la ordenación? ¿Quién?
Mis padres, hermanos y sus esposas, sobrinos, abuelos, tios, tias, primos y muchos otros familiares. Será una gran celebración en mi familia.

¿Qué es lo que más esperas con interés como sacerdote?
Estoy deseando celebrar la misa. Es el centro de nuestra fe y devoción, y será una humilde experiencia de darnos la oportunidad de celebrar misa.

Libro favorito:
“El Regreso del Hijo Pródigo de Henri Nouwen

Película favorita:
La guerra de las galaxias (Star Wars)

Pasatiempos:
Me gusta jugar ajedrez, golf, construir legos y modelos, mirar o jugar fútbol americano y baloncesto.
Consejo para los que están discerniendo una vocación:
Paciencia y fortaleza. Aprendí con el tiempo que una vocación no llega a su madurez de la noche a la mañana. De hecho, toma mucho tiempo y paciencia en oración para que se llegue a realizar. El discernimiento tampoco es fácil. A través de los tiempos difíciles requirió mucho esfuerzo y confianza en Dios para alcanzar este punto en mi peregrinaje.

Algo sobre tí que la gente quizás no sabe:
Nunca pensé en ser sacerdote cuando estaba creciendo. Mi inquietud comenzó cuando estaba en la universidad. Muestra que Dios nos puede llamar en cualquier momento en nuestras vidas.

Parroquias en las cuales sirvió durante su tiempo en el seminario: St. Richard (Jackson), St. Alphonsus (McComb), St. Joseph (Starkville), St. Paul (Vicksburg), St. Mary Basilica (Natchez) si mi experiencia de enseñar está incluída en esta categoría.

Profile: Father Binh Chau Nguyen

Parroquia: St. Michael Parish in Forest

Santo/Santa favorito/a: la Virgen María, San José, y San Luis de Montfort (él es el santo de mi bautismo)
Escritura favorita:  Juan 13:1. “Los amó hasta el fin”.

Oración/devoción favorita y ¿por qué?
El rosario porque mi madre, primero que nada, fue la primera persona que me enseñó como rezar esta maravillosa oración. Además, siempre pensé que mi vida espiritual como diácono o sacerdote no sería agradable a Dios a menos que incluyera la devoción a la Virgen María. Aún más, un seminarista, diácono o sacerdote necesita la ayuda y protección de la Virgen María más que ninguna otra persona. Por lo tanto, consciente de la importancia de nuestra Virgen María, siempre pido por su ayuda por medio de esta maravillosa oración todos los días.

¿Quién te “vestirá” en tu ordenación y por qué?
El Arzobispo Alfred Hughes, arzobispo emerito de la Arquidiócesis de Nueva Orleans. Lo escogí a él porque ha sido mi director espiritual durante mi tiempo de estudios en el Seminario de Notre Dame en Nueva Orleans. El ha sido la persona más cercana a mi vocación sacerdotal desde el 2009. El siempre me ha dado apoyo espiritual y comparte conmigo una gran orientación y perspectiva en mi camino espiritual hacia el sacerdocio. El me ha estado enseñando como llegar a ser un buen y santo sacerdote al pasarme su grande y valiosa experiencia espiritual.

¿Dónde celebrará su primera misa?
En la Iglesia St. Michael en Forest el domingo 1 de junio a las 9 a.m. en inglés y a las 6 p.m. en Vietnamese.
¿Alguno de sus familiares asistirá a la ordenación? ¿Quién?
Mi tía, Hermana Mary Martin Tran Thi Tue, OP, de Vietnam. Ella es la hermana de mi madre. Mi hermano y  hermana de Texas y California.

¿Qué es lo que más esperas con interés como sacerdote?
Estoy deseando SERVIR como sacerdote a todos en la Diócesis de Jackson.

Libro favorito:
Leer libros sobre teología.

Película favorita:

Pasatiempos:
Coleccionar estampillas de Vietnam y el Vaticano.

Consejo para los que están discerniendo una vocación:
De mi experiencia como seminarista, yo diría que mantener fielmente la oración diaria es un importante concejo para los que están discernando una vocación porque pienso que una vocación al sacerdocio o a la vida religiosa solo puede sobrevivir con nuestra relación personal con Dios a través de nuestras oraciones diarias.

Algo sobre tí que la gente quizás no sabe:
Que tengo un cinturón negro de Taekwondo.

Parroquias en las cuales sirvió durante su tiempo en el seminario:
St. Therese (Jackson), St. Patrick y St. Joseph (Meridian), St. Michael (Forest), St. Anne (Newton), St. Michael (Paulding), donde hice mi entrenamiento de diaconado).

Profile: Padre José de Jesús Sánchez

Ciudad natal: Zapote de Peralta, Abasolo, Gto. Mexico.
Parroquia: Nuestro Señor de Esquipulitas
Colegios: Ignacio Aldama, Telesecundaria 55, and Video bachillerato.
Santo favorito: San José
Escritura favorita: Juan 10:11 – “Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas.
Oración/devoción favorita y ¿por qué?
La Divina Misericordia es mi devoción favorita porque me ayuda a recordar que necesito orar por todas las almas como un buen pastor.

¿Quién te “vestirá” en tu ordenación y por qué?
El Padre Joe Palermo me vestirá porque el me conoce bien y ha sido un buen modelo para mi durante mi discernimiento hacia el sacerdocio.

¿Dónde celebrará su primera misa?
En la Iglesia Santa María  en Jackson el domingo 1 de junio de 2014.

¿Alguno de sus familiares asistirá a la ordenación? ¿Quién?
Sí, mis padres, Celia Quiróz y Jesús Sánchez; y dos hermanos, Maribel Sánchez y Juan de Dios Sánchez.

¿Qué es lo que más esperas con interés como sacerdote?
Deseo administrar los sacramentos a los fieles y en el futuro crecer en santidad con ellos.

Libro favorito:
“El Misterio de José” del Padre Benedict Groeschel

Película favorita:
“Manos Talentosas – La historia de Benjamin Carson”

Pasatiempos:
Me gusta leer, correr, caminar, y jugar basketball.

Consejo para los que están discerniendo una vocación
Dios nos llama a cada uno de nosotros todos los días pero necesitamos aprender como escuchar su voz. Debemos pasar tiempo en oración con el Señor y pedirle que nos fortalezca para hacer su voluntad en nuestras vidas. Después debemos celebrar los sacramentos con mas frecuencia porque a través de ellos Dios nos ayuda a acercarnos más a él, y finalmente, debemos tener un director espiritual quién podrá guiarnos en nuestro discernimiento. No tengamos miedo de decir “Sí” al Señor. ¡Caminemos juntos el camino hacia la santidad!

Parroquias en las cuales sirvió durante su tiempo en el seminario: St. Therese (Jackson), Sagrado Corazón (Canton) y Cristo Rey (Jackson).