Por Hosffman Ospino En 1992, la agrupación mexicana Maná lanzó uno de sus éxitos musicales más reconocidos con el título “¿Dónde jugarán los niños?” La canción en sí es una invitación a pensar en las consecuencias de vivir sin espacios en donde los niños puedan ser niños. Después de más de tres décadas, el interrogante sigue haciendo eco.
Las risas de los niños en un parque nos recuerdan qué tan importante es tener espacios seguros en donde los más pequeños, y quienes los cuidamos, podamos pasar tiempo de manera libre, espontánea y sin muchas preocupaciones.
Sí, también hay lágrimas, quejas, invitaciones a que hagamos lo que nuestros cuerpos adultos ya no pueden hacer, y de vez en cuando un pequeño golpe. Los niños se caen, se raspan las rodillas, se les enreda el cabello. Mamás, papás, abuelas y abuelos, y otras personas que cuidan niños sabemos que todo esto es parte de la experiencia de salir a jugar.
El observar a nuestros niños jugar en el parque o patio de recreo es un verdadero acto de contemplación. A medida que ellos se concentran en sus juegos, quienes les observamos experimentamos un sentido de gozo. Les observamos atentamente para estar seguros de que estén seguros y disfruten lo que hacen. A veces imagino que ésta es la manera como Dios mira a la humanidad.
Salir a jugar en un espacio abierto nos da la oportunidad de conocer a otras personas. Los niños juegan con otros niños sin prejuicio. Conversamos con vecinos y extraños que también traen a sus hijos a jugar en el mismo espacio en donde nuestros niños juegan. Aprendemos sus nombres. Compartimos historias y descubrimos lo mucho que tenemos en común. No estamos solos.
El viento sopla juguetonamente; árboles y otras plantas adornan el parque; la magnitud del espacio abierto se expande hasta perderse en múltiples horizontes. El silencio natural que caracteriza a los espacios abiertos es interrumpido por los sonidos de las voces y las risas de los niños. Al terminar el día reanuda el silencio, ansiando la llegada del siguiente día cuando los niños regresarán a jugar.
Jugar es más que participar en juegos estructurados guiados por reglas con el propósito de competir. Jugar es ante todo expresarse libremente mientras entramos en comunión con otras personas y el espacio en donde uno juega, enfocados en el presente y casi inconscientes del pasar del tiempo. Los niños hacen esto de manera espontánea e inocente. Ellos no tienen que explicarlo; seguramente no podrían hacerlo. Simplemente juegan.
Al contemplar a mis propios hijos jugando en un parque, me siento inspirado a reflexionar sobre lo hermoso que significa ser humano. Somos seres encarnados llamados a encontrar alegría en el encuentro espontáneo con otras personas mientras que disfrutamos la belleza del orden creado en donde dicho encuentro ocurre.
Qué privilegio es tener espacios en donde los niños pueden jugar y sentirse humanos. Somos bendecidos al disfrutar las condiciones que les dan a nuestros hijos el tiempo y el espacio para jugar de manera libre, espontánea y sin muchas preocupaciones.
Desde esta perspectiva, son muchos los eventos recientes en nuestro mundo me interrogan y me invitan a pensar en la realidad de cientos de millones de niños que no tienen espacios seguros, tiempo, saludo o el apoyo necesario para jugar como niños.
Las imágenes de ciudades y pueblos destruidos por causa de guerras nos deben interpelar profundamente como seres humanos. Lo mismo aquellas de pueblos abandonados porque no proveen la seguridad necesaria para vivir y formar a las nuevas generaciones Sin parques, ni campos deportivos, ni patios de recreo en las escuelas, ¿dónde jugarán los niños?
Son muchísimos los niños a los que nuestro mundo actual les está robando su infancia y la oportunidad de jugar como niños, viviendo bajo la amenaza constante de la violencia generada por el terrorismo y la guerra, el desplazamiento forzado, el tráfico de personas, gobiernos despóticos, mala legislación, hambre y abandono, entre otros males sociales. Son muchísimos los niños que mueren antes de su tiempo por causa de estas realidades sin darles siquiera la oportunidad de jugar como deberían jugar todos los niños.
(izq.) Una niña aparece en una fotografía de archivo en un parque infantil en Los Ángeles. (Foto de OSV News/Lucy Nicholson, Reuters). (der. )Los niños sostienen figuras del Belén del Niño Jesús para que el Papa Francisco las bendiga después de recitar la oración del Ángelus en la Plaza de San Pedro en el Vaticano el 17 de diciembre de 2023. (Foto CNS/Pablo Esparza)
Estos niños son los santos inocentes de nuestro día. Los podemos ver. Tienen nombres. No podemos permanecer pasivos frente a su sangre, sus lágrimas y sus temores. Abogar por la vida de todos los niños tiene que ir de la mano del compromiso de abogar por espacios seguros en donde los niños puedan jugar.
NATCHEZ – (arriba) Liderados por Lupe Valencia, miembros de la comunidad Hispana se unieron por segundo año. Vestidos con ponchos y de (izq.) Chinelos todosbailaron en procesión por las calles del pueblo. (Fotos de Berta Mexidor)
St. Therese Jackson GuadalupeNatchez Guadalupe
JACKSON – En fotos, (izq. debajo.) algunos de los danzantes que cada año celebran a la Guadalupe en la parroquia de Santa Teresita Jackson. (Fotos de la Hermana Amelia Bretton y Rosalinda Montoya)
PONTOTOC – (izq.) Miembros del grupo de jóvenes fueron los protagonistas de la celebración a la Guadalupe. Niñas frente a la Virgen, (izq. debajo) Parte de los actores de la representación de la aparición. (Fotos de Aracely Nieves)
Una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe estaba cerca del altar principal de la Basílica de San Pedro en el Vaticano antes del inicio de una misa celebrada por el Papa Francisco, el 12 de diciembre de 2023, día de su fiesta. (Foto CNS/Lola Gómez)
Por Cindy Wooden CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – La imagen icónica de Nuestra Señora de Guadalupe, que se ha convertido en un símbolo cultural y espiritual para América Latina, no puede ser utilizada para promover ningún tipo de ideología, sino que debe mantener su mensaje de amor sencillo, dijo el Papa Francisco. La imagen mariana que apareció en la tilma de San Juan Diego “nos defiende de tantas ideologías sociales y políticas con la que con tanta frecuencia se usa esta realidad guadalupana para fundamentarse, justificarse, y ganar dinero”, dijo el 12 de diciembre durante la Misa en la fiesta de la Virgen de Guadalupe.
“El mensaje guadalupano no tolera ideologías de ningún género”, dijo en la Misa en la Basílica de San Pedro, sin especificar ninguna ideología en particular.
La Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en Ciudad de México, que exhibe la tilma en la que apareció la imagen de María, atrae cada año a unos 20 millones de peregrinos.
El Papa dijo que la imagen mariana “queda impresa en la humildad de aquello que somos y tenemos, que no vale mucho, pero que será algo grande a los ojos de Dios”.
Peregrinos hispanohablantes llenaron la Basílica de San Pedro para la Misa papal. Muchos llevaban mantones o pañuelos con una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe y otros trajeron retratos enmarcados de la imagen para ser bendecidos.
El cardenal estadounidense Robert Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, fue el celebrante principal en el altar.
En su homilía, el Papa destacó parte de la historia de San Juan Diego, a quien María pidió que recogiera rosas durante el invierno para mostrárselas al obispo local como signo de su aparición.
Las flores “significan las virtudes que el Señor infunde en el corazón, no son obra nuestra”, dijo. “El acto de recogerlas nos revela que Dios quiere que acojamos s ese don, que ‘perfumemos’ nuestra débil realidad con obras de bien, ahuyentando odios y temores”.
Aunque habló sin dar muestras de dificultad, el Papa Francisco se saltó gran parte del texto que tenía preparado. Recientemente canceló un viaje a los Emiratos Árabes Unidos debido a una infección bronquial, y sus ayudantes leyeron sus discursos en su nombre varias veces en la última semana.
El Papa recordó las palabras que María dirigió a San Juan Diego durante una de sus apariciones: “¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?”
Dijo que la presencia de María está “permanentemente impresa” en la vida de los cristianos como en las ropas de San Juan Diego, “perfumadas por unas virtudes recogidas en un mundo que parece incapaz de producirlas”.
“Virtudes”, dijo, “que llenan nuestra pobreza en la sencillez de pequeños actos de amor, que van iluminando nuestra tilma, sin que nos demos cuenta, con la imagen de una Iglesia que lleva a Cristo en su seno”.
Para finalizar la Misa, los coros del Pontificio Colegio Mexicano y del Pontificio Colegio Latinoamericano, a los que se unieron miles de personas en la basílica, cantaron “La Guadalupana”, una canción que habla del vínculo especial entre Nuestra Señora de Guadalupe y el pueblo de México.
Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D. “¡¡Tarde te amé,hermosura tan antigua y tan nueva,tarde te amé! Tú estabas dentro de mí, y yo fuera,y por fuera te buscaba, y deforme como era me lanzaba sobre las cosas hermosas por Ti creadas.Tú estabas conmigo, y yo no estaba contigo. Me retenían lejos de Ti todas las cosas,aunque, si no estuviesen en Ti, nada serían. Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera. Brillaste y resplandeciste, y pusiste en fuga mi ceguera. Exhalaste tu perfume, y respiré, y suspiro por Ti. Gusté de Ti, y siento hambre y sed. Me tocaste, y me abrazó tu paz.”
Estas palabras llenas de asombro de San Agustín del Libro 10 de sus Confesiones son en verdad siempre antiguas y siempre nuevas. Son eco de las voces que nos han convocado a preparar el camino al Señor, cuya eterna belleza brota en San Agustín. Isaías y San Juan Bautista en nombre del Dios vivo, han llamado y gritado para romper nuestra sordera. A través de ellos Dios resplandece, brilla y disipa nuestra ceguera. Ambos profetas nos llevan de manera extraordinaria a la presencia de la luz del mundo, Jesucristo, el Hijo de Dios, una vez más esta Navidad. Las palabras del profeta Isaías son el origen antiguo de la experiencia liberadora de San Agustín casi un milenio después.
“El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha consagrado; me ha enviado a dar buenas noticias a los pobres, a aliviar a los afligidos, a anunciar libertad a los presos, libertad a los que están en la cárcel; a anunciar el año favorable del Señor.” (61:1-2)
Fue y es la voz de Dios que llama a personas y a un pueblo a salir de las tinieblas al maravilloso amor del Salvador. A través de la fe y el bautismo, somos ungidos por el Señor y, por lo tanto, estamos encargados de ser portadores de la Buena Nueva a través de la singularidad de nuestras vidas y las circunstancias de la generación actual. El regalo debe ser compartido y las oportunidades son infinitas.
A continuación, nos dirigimos a María, muy favorecida, la elegida llena de gracia que se vio envuelta en la belleza y la potencia del amor de Dios y por eso exclamó de puro gozo.
“Mi alma proclama la grandeza del Señor; mi espíritu se regocija en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Dios la tocó y ella ardió en su paz. Juan Bautista, el último profeta del Antiguo Testamento y nuestro guía durante el Adviento, que saltó de alegría en el vientre de su madre Isabel en el momento de la visita de María, estaba perfectamente alineado con el tan esperado Mesías como “la voz de uno que clama en el desierto preparando el camino del Señor”. (Juan 1:23) Este puente hacia el Reino de Dios sabía que él era la voz, no la luz, no la Palabra hecha carne, sino la voz que convocaba a las personas a prepararse para la eterna belleza y el poder de Dios que estaba amaneciendo sobre ellos.
San Pablo animó a los primeros cristianos de Tesalónica a “estar siempre alegres, orar sin cesar y dar gracias en todo”. (1 Tesalonicenses 5:16-18)
¿Cómo es posible esto ante tanto sufrimiento en nuestra época?, podría preguntarse cualquier persona razonable.
En Adviento nos atrevemos a tener esperanza; nos atrevemos a soñar y cantamos: “Oh ven, oh ven Emanuel”, nombre que significa “Dios con nosotros” (Mateo 1:23) y para quien nada es imposible. (Lucas 1:37) Que el Señor, con San Agustín, rompa nuestra sordera, disipe nuestra ceguera y nos inspire a experimentar profundamente su belleza, que es don puro, siempre antiguo, siempre nuevo. Ven, Señor Jesús y disipa las tinieblas de nuestros corazones y mentes.
NATCHEZ – Por segunda vez los Guadalupanos de la región se reunieron en la noche del 11 de diciembre para procesión y Misa en honor de la Virgen de Guadalupe. La Misa fue celebrada por el Padre Aaron Williams y concelebrada por el Padre Charles Yaklin, en altar detrás de imagen del Vírgen, monje del Monasterio St. Joseph perteneciente a la rama contemplativa del Instituto del Verbo Encarnado y quien fue el homilista. (Foto de Berta Mexidor)
Por Berta Mexidor NATCHEZ – El lunes 11 de diciembre, día de San Juan Diego, la Virgen, cargada por guadalupanos de la región, salió en procesión por las calles de Natchez, antes de una Misa celebrada por el Padre Aaron Williams y con el Padre Charles Yaklin, IVE como homilista.
Esta fue la segunda ocasión en que los católicos hispanos de la región Natchez-Vidalia recibieron el apoyo del Padre Williams, rector de la Basílica de Santa María y del padre Charles, IVE, monje del monasterio de San José en Natchez.
El padre Charles vino a Natchez hace dos años y todos los domingos ofrece Misa en español a los católicos de la zona. Durante su homilía en español, remarcó que la causa de Guadalupe es el llamado de María a todos para estar cerca de Jesús, el Hijo de Dios “…Ella pidió que se le construyera un templo, no para su gloria, no para que la alabáramos, porque miles de ángeles la rodean, pero el mensaje de su corazón es que estemos cerca de su hijo, a través de la Eucaristía, ” dijo el Padre Charles.
Los hispanos de la zona celebraron este segundo año de Nuestra Señora de Guadalupe en Natchez, gracias a muchos voluntarios, entre ellos Lupe Valencia, mexicana, que no quiere llevarse todo el crédito por organizar doce días de Rosarios y bailes. Ayudaron también a Valencia, Paola Siles, Nicaragua, Guillermina Vega y Montserrat González, madre e hija, mexicanas residentes en Vidalia, Rosendo González y Antonio Ortiz, mexicanos que llevaron la imagen en procesión, y Bettina Coffey, Argentina, quien tradujo para el Padre Williams en el centro comunitario, donde finalizó la celebración con bendición, bailes y comida.
Los niños como cada año se roban el show. Sus padres los visten con los trajes típicos, representan a la Virgen y a San Juan Diego y no dejan de bailar en los diferentes grupos de danza. Así es como los Guadalupanos perpetuan la fe y tradición por generaciones. (i-d) Niños de St. Jude Pearl, St. Therese Jackson y St. Mary Basílica Natchez. (Fotos de Tereza Ma, Rosalinda Montoya y Berta Mexidor)
Por María Elena Méndez Ochoa, MGSPS CIUDAD MEXICO – Estamos a tan solo ocho años para la celebración del V centenario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en la colina del Tepeyac.
Su presencia nos sigue mostrando su “compasión, auxilio y defensa” ante las constantes vicisitudes de la vida. Ella nos da esperanza especialmente en un mundo marcado por la guerra, la violencia, la migración, la pobreza y las polarizaciones marginales.
En la primera semana de noviembre, estuve en la Ciudad de México. Por estar a solo quince minutos, caminando de la Basílica de Guadalupe, me permitió visitarla, casi todos los días, a las 6:30 de la mañana. Al llegar, la primera acción a la que me sentía movida era cantarle las Mañanitas Guadalupanas, tradición en muchas de las parroquias, tal como si fuera el 12 de diciembre. Ponerme de pie frente a ella y decirle “Buenos días, Paloma Blanca, hoy te vengo a saludar…” y llamarla cariñosamente, “Niña linda, niña santa,…” era como dar y recibir una caricia de mi madre. Después del saludo y tiernas miradas entre ambas, deposité en su regazo mis peticiones y agradecimientos; al mismo tiempo que ofrecí las de la gente que me encargó orar por ellos.
Ver, observar, dejarme sentir por el amor de los peregrinos fue primordial. No es lo mismo entender desde la mente que desde el corazón, ni como mexicana y Misionera Guadalupana del Espíritu Santo, con un carisma Sacerdotal-Guadalupano, viviendo en el extranjero. Captar la sencillez, la fe y la naturalidad de la gente que no se va sin tomarse una foto con la Madre, como lo hice también yo, fue gratificante a mis ojos y gozo para mi corazón.
En mi búsqueda de la experiencia de la gente, conversé con peregrinos de Tlaxcala, México que caminaron varias horas a pie para llegar a la basílica y visitar a la “morenita del Tepeyac”. La otra parte de sus familias llegaron en camión durante la noche para unirse a ellos a la Misa de 7 de la mañana y me explicaron el gozo que sentían al hacer ese recorrido cada año.
Por la tarde de mi tercer día, algunas hermanas visitamos la Basílica por la tarde y estando allí, nos dimos cuenta de la peregrinación de los pirotécnicos -los que elaboran castillos-. Ellos tenían como ocho castillos dedicados a la Virgen de Guadalupe que encenderían al terminar la Misa. ¡Cómo perdérnoslos!, hasta éramos capaces de quedarnos sin cenar con tal de verlos! Gracias a Dios no nos perdimos ninguna de las dos cosas.
Dos cosas más me impresionaron: una fue la naturalidad de la gente para dormirse alrededor de la basílica, es como si de verdad sintieran las palabras de María de Guadalupe diciéndoles: “¿No estoy aquí, yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?
Claro, triple manto los cubría del rocío de la mañana: la bolsa de dormir, la cobija que cada uno carga y el amanecer del cielo al lado de la estructura en forma de manto acogedor.
En noviembre del 2022, visité la Librería Pública de New York. Al ver la hoja original del Nican Mopohua en Nahualt, mi alegría era inmensa al saber que me encontraba ante un documente original, donde se narra lo que se cree es el primer testimonio escrito de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego en 1531, en lo que es hoy la ciudad de México.
Sabia que se encontraba ahí todo el documento, pero para verlo se necesitaba cita y no la podían hacer porque una hoja está en exposición, así que me conformé con ver solo la hoja, admírala y agradecer esa experiencia. Si me hice la pregunta, ¿por qué estaba el documento original en Nueva York y no en México?
En estos dos últimos acontecimientos guadalupanos se renovaron mi amor, mi fe y mi esperanza. María de Guadalupe sigue siendo la Madre que levanta, anima y envía como a Juan Diego a mostrar “todo su amor, auxilio y defensa” a quien la busque y en ella confíe. Nuestra Señora de Guadalupe, casi 500 años atrás vino a darle unidad y esperanza a un pueblo convulsionado, hoy nuestro llamado es a la comunión en medio de nuestra diversidad cultural, ella Madre y la Madre siempre nos busca, dejémonos encontrar y atraer por ella para Dios.
Dentro y fuera de la Basílica de Guadalupe, peregrinos, turistas y fieles Guadalupanos, no dejan sola durante el año a la Morenita del Tepeyac. En fotos (arriba) personas admiran una obra de arte que representa uno de los momentos de la aparición. (debajo. izq.) Asistentes a una de las Misa (debajo. der.) la hermana Maria Elena Mendez, MGSP posa frente a una reprentación artística de la evangelización de las Américas y el mundo, a través de la Virgen dirigiéndose a los indígenas del lugar. (Fotos de María Elena Mendez, MGSP)
(OSV News) – Frente al régimen autoritario de Nicaragua, “la voz profética de la Iglesia Católica no puede subestimarse”, dijo un líder de la oposición recientemente exiliado en EE.UU., quien se unió a otros oradores en una presentación el 1 de diciembre sobre el papel de la Iglesia en la preservación de la libertad democrática.
Los panelistas del evento hicieron hincapié en la necesidad de educar y defender la libertad religiosa, la libertad de expresión y otros derechos humanos en Nicaragua, que han sido severamente menoscabados por la administración del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
La pareja gobernante ve a la Iglesia católica como “un enemigo que compite” por su poder, dijo Juan Sebastián Chamorro, economista y ex candidato presidencial nicaragüense que fue encarcelado y finalmente desterrado de su tierra natal en febrero.
Chamorro habló en “La democracia y la Iglesia Católica en Nicaragua”, una mesa redonda presencial, que también se transmitió en vivo, el 1 de diciembre. El evento fue presentado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales con sede en Washington en asociación con la Escuela Keough de Asuntos Globales y Asuntos Globales y el Instituto Pulte para el Desarrollo Global de la Universidad de Notre Dame.
Un hombre sostiene una estatua de María durante una procesión en el perímetro de la Catedral Metropolitana en Managua, Nicaragua, el 26 de noviembre de 2023, ya que el gobierno de Nicaragua prohibió las procesiones callejeras este año debido a preocupaciones de seguridad no especificadas. (Foto de OSV News/Maynor Valenzuela, Reuters)
Junto con Chamorro, actualmente miembro visitante del Instituto Kellogg de Estudios Internacionales de la Universidad de Notre Dame, participaron el presidente de Notre Dame, el padre de la Santa Cruz, John Jenkins; el arzobispo Timothy P. Broglio de la Arquidiócesis de los Servicios Militares de los Estados Unidos, y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos; Christopher Hernandez-Roy, subdirector y miembro principal del programa de las Américas del CSIS; Maura Policelli, directora ejecutiva de la Escuela Keough de Asuntos Globales de Notre Dame; el reverendo Frederick Davie, vicepresidente de la Comisión de Estados Unidos sobre Libertad Religiosa Internacional; Thomas Hare, investigador principal y codirector de la Alianza de Investigación de Centroamérica del Instituto Pulte para el Desarrollo Global de Notre Dame; y Rosalía Miller, presidenta de la Coalición por la Libertad de Nicaragua, una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos.
Davie afirmó que tanto él como sus colegas “siguen profundamente preocupados” por la “brutal represión de la libertad religiosa, particularmente contra la Iglesia Católica”, por parte de Ortega y Murillo.
Bajo el régimen de Ortega, el clero, los religiosos y los laicos han sido acosados, detenidos, encarcelados y expulsados, en particular el obispo Rolando Álvarez de Matagalpa, quien fue despojado de su ciudadanía y que ahora cumple una sentencia de 26 años por negarse a exiliarse a Estados Unidos. Los cargos contra el obispo, un crítico abierto de Ortega, incluyeron traición, socavar la integridad nacional y difundir de noticias falsas.
El congreso pro Ortega ha cerrado más de 3.000 organizaciones no gubernamentales y ha expulsado a sacerdotes y religiosas, incluidas las Misioneras de la Caridad. El obispo auxiliar de Managua Silvio José Báez vive en el exilio desde 2019 y, desde Miami, atiende a una creciente diáspora nicaragüense. Más de medio millón de nicaragüenses (alrededor del 10% de la población) han huido, y un nuevo estudio indica que aproximadamente la mitad de los 6,2 millones de habitantes quieren hacer lo mismo.
Chamorro fue uno de los 222 críticos encarcelados que fueron deportados en febrero y a quienes se les revocó la ciudadanía. En agosto, el gobierno de Ortega se apoderó de la Universidad Centroamericana (UCA), dirigida por los jesuitas, y en octubre, una docena de sacerdotes que habían sido detenidos como prisioneros políticos fueron expulsados al Vaticano como parte de un acuerdo alcanzado entre éste y el gobierno de Ortega.
En un videomensaje para el evento, el padre Jenkins dijo que el “intento de Ortega de extinguir el catolicismo en Nicaragua merece una condena global en una escala mucho mayor y más fuerte”, y que “su régimen debería ser aislado como un paria internacional por intentar desaparecer las instituciones católicas, la libertad de culto y libertad de expresión”.
El arzobispo Broglio, quien viajó a Nicaragua en 2018 como presidente del Comité de Justicia y Paz Internacionales de los obispos de Estados Unidos, en medio de protestas generalizadas contra el régimen de Ortega, dijo en su discurso que “a pesar de todo el dolor que ha experimentado la Iglesia… La Iglesia está comprometida con el diálogo y la búsqueda de una vía de reconciliación para el bien del pueblo de Nicaragua”.
Los obispos nicaragüenses habían tratado de advertir a Ortega en 2014 sobre el descenso de la nación al autoritarismo, presentando al presidente – quien gestiona su cuarto mandato consecutivo – una carta pidiendo un proceso electoral transparente para garantizar la estabilidad nacional, dijo Chamorro. Actualmente, los ataques de Ortega a la Iglesia — que han incluido incluso “la profanación del Santísimo Sacramento por turbas con motivaciones políticas”, según el arzobispo Broglio – continúan “impactando a la comunidad exiliada psicológica, física y emocionalmente”, dijo Miller.
“Nos preocupamos por la gente de Nicaragua y por el bienestar de nuestros familiares”, dijo. “Nos preocupa que nuestro activismo pueda perjudicarlos. Pero no nos detenemos”.
Dijo que el obispo Báez, que ejerce su ministerio en Miami, se ha convertido en el “alma” y el “corazón” de la diáspora nicaragüense. “Él nos da esperanza”, dijo Miller.
Hare compartió una advertencia que sus colegas (muchos de los cuales habían trabajado en la UCA y todavía enfrentaban represalias) le pidieron que les transmitiera que “las amenazas a la democracia se están extendiendo por toda la región, y son especialmente fuertes donde la religión y la libertad de expresión se cruzan”, como desde el púlpito o “desde el podio en las universidades católicas y otras de la región”.
Chamorro estuvo de acuerdo y señaló que “este no es un asunto de Nicaragua únicamente”, y tanto él como Hare señalaron a El Salvador y Guatemala como ejemplos.
El propio Ortega está “exportando” un enfoque que “importó de la Rusia de (Vladimir) Putin”, implementando tácticas represivas en Nicaragua que son “copias de las leyes que hizo Putin”, dijo Chamorro.
“Para evitar que este contagio continúe”, dijo Hare, se necesita la respuesta de la comunidad global a Nicaragua.
El arzobispo Broglio, quien destacó la enseñanza social católica sobre la libertad y la dignidad humana, citó una declaración que había hecho en febrero después de que Chamorro y sus compañeros exiliados llegaran a Estados Unidos. ” Dije que incluso en esta hora oscura, la esperanza valiente, la caridad y la solidaridad están dando testimonio de la vitalidad duradera del pueblo de Nicaragua y de los católicos de todo el mundo que apoyan a los fieles nicaragüenses”, dijo.
Gina Christian es reportera nacional de OSV News. Síguela en X (anteriormente Twitter) en @GinaJesseReina.
(OSV News) – Para los católicos, las grandes festividades como la Navidad no surgen de la nada. Pero en el mundo secular, la “Navidad” parece comenzar en octubre. Nuestro enfoque como católicos debe ser diferente, y puede serlo. Podemos dejar a un lado el calendario mundano; podemos permitir que la antigua y rica tradición de la Iglesia nos rodee y nos centre. Y entonces, nos enriqueceremos celebrando verdaderamente una Navidad católica.
“El signo de Dios es la sencillez. La señal de Dios es el niño. El signo de Dios es que se hace pequeño por nosotros. Éste es su modo de reinar. Él no viene con poderío y grandiosidad externas. Viene como niño inerme y necesitado de nuestra ayuda”, predicó Benedicto XVI en la homilía de la Misa del Gallo de 2006. “No quiere abrumarnos con la fuerza. Nos evita el temor ante su grandeza. Pide nuestro amor: Por eso se hace niño”.
Los participantes vestidos con trajes de rey viajan en camellos durante la Cabalgata de los Reyes Magos en celebración de la fiesta de la Epifanía en Varsovia, Polonia, el 6 de enero de 2022. Después de celebrar los 12 días de Navidad, los cristianos celebran la fiesta de la Epifanía, a menudo conocida como la “fiesta de los tres reyes magos”. (Foto de OSV News/Kacper Pempel, Reuters)
Un niño va a venir: Como para cualquier nacimiento, debemos prepararnos. El tiempo de Adviento es un regalo, rico en oportunidades para preparar nuestras vidas para el abrazo de nuestro Salvador.
Una manera poderosa de prepararnos para el regalo de Jesús es apartarnos del ruido y la presión exterior y tomarnos unos momentos de silencio para rezar con la iglesia. Utiliza el boletín de tu parroquia (o visita https://bible.usccb.org/es) para buscar las lecturas de la Misa de cada día. Si puedes, dedica tiempo a asistir a la Misa diaria; úsala como un período para recargarte en medio del ajetreo que te rodea.
Incluso en nuestros momentos más agitados, podemos “velar y esperar” con la Iglesia. Todo lo demás que hacemos durante el Adviento puede hacerse eco de lo que escuchamos en la Palabra de Dios y en la oración de la Iglesia. Nuestras coronas de Adviento y los árboles de Jesé son recordatorios físicos de la luz que se acerca y de las profecías cumplidas. Cuando celebramos el sacramento de la reconciliación, reconocemos nuestra oscuridad y necesidad, y nos regocijamos a la luz del perdón ofrecido a través del Niño.
Unir nuestros pensamientos y oraciones a los de la comunión de los santos cuyas fiestas tienen lugar durante este tiempo – Ambrosio, Lucía, Juan de la Cruz, Juan Diego Cuauhtlatoatzin, entre otros — nos ayuda a escuchar la llamada de Juan Bautista junto con estos santos hombres, mujeres e incluso niños que nos han precedido en la fe. Al igual que ellos escucharon y respondieron, nosotros también podemos hacerlo.
Durante este tiempo, celebramos dos veces a la Santísima Virgen María, cuya apertura a Dios modela nuestra propia paciente espera del Adviento. En la solemnidad de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre), celebramos la verdad de que fue concebida sin pecado. En la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (12 de diciembre), celebramos la aparición de María a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin (“el Águila que habla”) en México en 1531.
La festividad de San Nicolás de Myra, el 6 de diciembre, se celebra en muchos países europeos como un día para repartir regalos, a menudo caramelos y colocados en zapatos. Cuando los europeos emigraron a Estados Unidos, varias tradiciones de San Nicolás se combinaron y surgió Santa Claus. Compartir la historia del verdadero San Nicolás puede ayudarnos a emular la generosidad de su vida llena de fe, que es a su vez una expresión de la propia generosidad de Dios y del don de Jesús.
Cuando llega la Navidad, llevamos cuatro semanas preparándonos para el Niño. Por fin llega el día de la fiesta: El Padre ha respondido a nuestras oraciones, enviando a su Hijo como uno de nosotros, sumergiéndose humildemente en la vida humana y pronunciando palabras que podemos entender, invitándonos a amar.
En Navidad, celebramos el regalo de Dios de Jesús al mundo. El propio nombre del día en inglés y de la estación – “Christ’s Mass”, derivado de la forma de hablar en inglés antiguo – sitúa a Jesús, presente para nosotros en la Eucaristía, en el centro del día. ¿Podría ser esta Navidad el comienzo de una amistad más estrecha con Jesús, alimentada por la Eucaristía?
En realidad, hay cuatro Misas diferentes para Navidad: la Vigilia, la Misa del Gallo, la Misa de la Aurora y la Misa del Día. Cada una tiene un tema distinto y lecturas diferentes, que reflejan la riqueza del misterio de la Encarnación. Aunque la mayoría de nosotros asista a una sola Misa en Navidad, es una hermosa costumbre – y merece la pena – meditar también sobre las lecturas de las otras Misas. Esto puede profundizar nuestro aprecio por lo que Dios ha hecho por nosotros y por todo el mundo en Cristo.
La Navidad es rica en símbolos. Colocamos árboles de Navidad, belenes y luces, todos ellos hermosos por derecho propio, y todos ellos simbólicos de las dimensiones más profundas y ricas de significado que nuestra fe aporta a esta época.
Los árboles de Navidad, al ser árboles de hoja perenne, nos hablan de la vida y el amor eternos de Dios, encarnados en Cristo. También nos recuerdan el árbol del jardín por el que entró el pecado en el mundo, y el árbol de la crucifixión por el que se venció ese pecado. Rezar una oración mientras colocamos nuestro árbol y asegurarnos de que algunos de nuestros adornos evocan la Natividad puede ayudarnos a llevar esto “a casa”.
El pesebre fue popularizado por San Francisco de Asís en el siglo XIII, con el deseo de transmitir la realidad de la humildad y el amor de Cristo. Preparar el Belén — guardando al Niño para el 25 de diciembre y a los Reyes Magos para la Epifanía — pueden ser momentos naturales de oración y reflexión.
Dios regala al mundo a su Hijo, que habita entre nosotros, llenándonos de un amor que debe ser compartido. Por eso, en Navidad, hacemos regalos. Contemplar los ejemplos de quienes hacen regalos, como los Reyes Magos, San Nicolás y el Rey Wenceslao, puede aportar una nueva perspectiva a nuestras propias acciones. ¿Quién está más necesitado y qué regalos podemos hacer?
Muchas familias ya han descubierto la alegría de entregarse a los demás el día de Navidad: buscando a los que no pueden salir de casa, visitando a los residentes de las residencias de ancianos o a los pacientes de los hospitales, o sirviendo a los pobres y a las personas sin hogar. Nos tienden la mano, como Dios nos la tiende a nosotros en Cristo. También podemos considerar otras alternativas: apoyar a organizaciones benéficas en nombre de nuestros amigos, o animar a nuestras familias a que centren sus energías en hacer regalos a los menos afortunados para dar como Cristo nos ha dado a nosotros.
Como católicos, sabemos que la Navidad no termina el 26 de diciembre. Incluso los primeros días después de Navidad nos invitan a seguir abriendo nuestros corazones al Niño Jesús y a lo que nos trae: Está el reto del discipulado (San Esteban, 26 de diciembre), la belleza de la Palabra hecha carne (San Juan Evangelista, 27 de diciembre), la realidad de la oposición a Cristo (los Santos Inocentes, 28 de diciembre) y la bendición de la familia (la Sagrada Familia, el domingo después de Navidad).
El 1 de enero es el comienzo de un nuevo año civil, pero no es esa la razón por la que lo celebramos como fiesta. En el calendario romano, el día de Año Nuevo es a la vez la solemnidad de María, Madre de Dios, y un día de oración por la paz. Hacemos todo tipo de propósitos para el nuevo año, pero junto a esos esfuerzos, rezamos otro tipo de oración. Dios ha venido a nosotros, no con un poder abrumador, sino con la humildad de un niño. Por eso, en este día, rezamos para que el nuevo año esté marcado por la humildad y la paz, traídas por Cristo y modeladas por María.
La solemnidad de la Epifanía, que tradicionalmente se celebra el 6 de enero (el día siguiente a los conocidos “Doce días de Navidad”), se traslada a un domingo en Estados Unidos. “Epifanía” significa “manifestación”, y es la celebración de Jesús manifestando su gloria como Salvador a todas las naciones del mundo (simbolizado por los Reyes Magos).
En algunas culturas, la Epifanía es un día para hacer regalos y para pedir a Dios que bendiga nuestros hogares. Una bendición particular consiste en poner entre paréntesis las iniciales de los nombres tradicionales de los Magos que visitaron a Jesús – Caspar, Melchor y Baltasar — con el año sobre la puerta de entrada, normalmente con tiza, como en 2023: 20+C+M+B+23.
En el ámbito de la Iglesia universal, pasada y presente, el tiempo de Navidad tiene en realidad dos finales:
En el antiguo calendario romano, la fiesta de la Presentación, el 2 de febrero, marcaba el final de la temporada navideña. En este día, también llamado de la Candelaria, se bendecían las velas como símbolo del reconocimiento por parte de Simeón del niño Jesús como luz para los gentiles, y como forma de llevar la luz de Cristo a casa para que ardiera todo el año. Aún hoy, el árbol de Navidad y el belén (o nacimiento) de la plaza de San Pedro de Roma permanecen expuestos hasta la Candelaria.
Asimismo, el Bautismo del Señor, celebrado el domingo siguiente a la Epifanía, conmemora la última fiesta “navideña” de nuestro actual calendario romano. Al escuchar el relato bíblico del Padre revelando la divinidad de Jesús en su bautismo en el río Jordán, celebramos nuestro propio bautismo, nuestro “nuevo nacimiento” en Cristo y nuestra inclusión en su cuerpo, la Iglesia.
Para los católicos, el 25 de diciembre es sólo el comienzo de la celebración de la Navidad. Mientras otros guardan los adornos, nosotros seguimos celebrando el don de Cristo, siempre presente para nosotros en la Eucaristía, una manifestación continua del amoroso cuidado de Dios por nosotros durante todo el año.
Amy Welborn es una escritora independiente que vive en Birmingham, Alabama. Es autora de varios libros sobre fe y espiritualidad para niños, adolescentes y adultos. Su sitio web es AmyWelborn.com.
BUENOS AIRES (OSV News) – El Papa Francisco ha hablado por teléfono con Javier Milei, ganador de las elecciones presidenciales en Argentina.
“Tenemos el agrado de comunicar que Su Santidad, el Papa Francisco, se comunicó con nuestro futuro presidente para felicitarlo y expresarle sus deseos de unión y progreso para nuestra patria,” dijo la oficina de Milei en un comunicado.
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, confirmó la noticia el 21 de noviembre.
El Papa Francisco, según el comunicado, había prometido enviarle un rosario como obsequio y esperaban organizar una visita “muy pronto.”
La declaración se considera un “cambio de tono” de la retórica antipapa del presidente electo.
Miembros de la Familia Grande Hogar de Cristo sostienen un cartel con los colores de la bandera de Argentina pidiendo al Papa Francisco que visite su tierra natal, diciendo “Tu pueblo te espera”, mientras se unen al Papa para rezar el Ángelus en San Plaza de Pedro en el Vaticano, 5 de noviembre de 2023. (Foto CNS/Vatican Media)
El candidato presidencial Milei, que atacó al Papa Francisco llamándolo un “zurdo asqueroso”, ganó abrumadoramente las elecciones presidenciales de Argentina con una plataforma libertaria radical de dolarizar la economía y reducir el estado en un país acosado por crisis económicas recurrentes y una inflación de tres dígitos.
Milei, economista y diputado, obtuvo el 55% de los votos en las elecciones del 19 de noviembre, venciendo al ministro de Economía, Sergio Massa, de la coalición peronista gobernante.
Milei había calificado al Papa Francisco, compatriota argentino, de “representante del maligno en la tierra”..
Milei se retractó de sus comentarios sobre la ruptura de relaciones con el Vaticano y suavizó su tono en las últimas semanas para ganarse a los votantes más centristas, según analistas.
El 21 de noviembre, el diario argentino La Nación informó que Milei había “recibido una sorpresiva llamada de teléfono” esa tarde del Papa Francisco, quien “se comunicó con él desde el Vaticano, en un gesto que marca el inicio de su relación personal.”
Basándose en fuentes de La Libertad Avanza, La Nación dijo que el presidente electo invitó al Papa a visitar Argentina, “tanto en visita de Estado, y en su carácter de líder del catolicismo. “La conversación fue ‘amena’, según fuentes libertarias, y duró unos ocho minutos, durante los cuales Milei se dirigió al Sumo Pontífice como ‘Su Santidad'”, señala La Nación.aption