Normas Litúrgicas para la Diócesis de Jackson sobre la distribución y recepción de la Sagrada Comunión

Las siguientes normas están vigentes para la Diócesis de Jackson. Se pueden encontrar más normas y directivas en el sitio web diocesano en https://www.jacksondiocese.org/clergy-resources.

La Santa Sede establece normas universales para la celebración reverente de la Sagrada Liturgia. Como parte de este proceso, la Santa Sede pide a cada conferencia de obispos que establezca normas y directivas para su país o región. Además, un obispo local puede establecer directivas para su propia diócesis de acuerdo con las directivas y normas nacionales y universales.

Por lo tanto, el Obispo Joseph R. Kopacz ha establecido las siguientes normas para la distribución y recepción de la Sagrada Comunión en la Diócesis de Jackson de acuerdo con el proceso de la Santa Madre Iglesia para establecer normas y directivas litúrgicas.

• Todas las restricciones de COVID-19 se han levantado desde hace casi un año.

• Los comulgantes pueden recibir la hostia consagrada en la mano o en la lengua. Es decisión del comulgante cómo recibir la Comunión, no del ministro de la Comunión. No rechaces a las personas que quisieran recibirlo en la lengua o en la mano.

• En las Diócesis de los Estados Unidos, que incluye la Diócesis de Jackson, la postura para recibir la Sagrada Comunión es de pie. Esto se aplica a todas las Misas sin importar el idioma o la comunidad. Un ministro de la Comunión no debe rechazar a alguien que se arrodilla para recibir la Sagrada Comunión, pero no se permiten arrodilladoras y/o la implementación de una barandilla de comunión.

• Se aprueba nuevamente la distribución de la Preciosa Sangre del cáliz. Teniendo en cuenta que lo ideal es que ambas especies estén disponibles, un pastor actualmente tiene la opción de dispensar la distribución desde el vaso en momentos de brotes de gripe o Covid que presenten un peligro para la comunidad.

• Se pueden utilizar Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión para ayudar en la distribución de la Preciosa Sangre y las Hostias Consagradas.

• La purificación de los vasos sagrados debe ser realizada por el sacerdote, diácono o acólito instituido.

En ninguna circunstancia se permite al comulgante autocomulgarse tomando una hostia consagrada del copón o patena. El ministro de la Comunión debe colocar la hostia en la mano o en la lengua del comulgante.

A un comulgante nunca se le permite sumergir la hostia consagrada en el cáliz de la Preciosa Sangre.

• Actualmente, sumergir la hostia por parte del ministro de la Comunión no es una opción en la Diócesis de Jackson.Se pueden encontrar otros recursos sobre la Eucaristía en nuestro sitio web diocesano de Renacimiento

Encuentre otros recursos sobre la Eucaristía en nuestro sitio web de Renacimiento Eucarístico en: https://www.jacksondiocese.org/eucharistic-revival

Saltillo

El Obispo Kopacz, el Obispo Kihneman, Terry Dickson, Juliana Skelton (ambas Diócesis de Biloxi) y yo (Monseñor Michael Flannery), acabamos de regresar de una experiencia llena de fe y alegría en la celebración número 25 del traslado de la sede de la Misión Saltillo, de Parroquia del Perpetuo Socorro a San Miguel. En verdad, habría que estar presente para presenciar la alegría, la fe, la esperanza y el entusiasmo del pueblo de la misión. Para mí personalmente fue una experiencia conmovedora. Se podría compararlo con un retiro espiritual. Además, me brindó la oportunidad de recordar y revivir la experiencia que tuve en Saltillo hace 50 años.

El obispo Kopacz y yo viajamos en United Airlines el lunes 25 de septiembre. Fuimos recibidos por la delegación de Biloxi en el aeropuerto de Houston y de allí viajamos a Monterrey, México donde, el P. David Martínez, pastor de San Miguel, estuvo allí para saludarnos y acompañarnos en el último tramo de nuestro viaje. Tuvimos un poco de tiempo para descansar antes de unirnos a la celebración de la novena en la Misa vespertina en San Miguel a las 7:00 p.m. Durante toda la novena, cada día fue designado para reconocer a algún grupo dentro de la parroquia para recibir atención especial.

A la mañana siguiente (martes), ya estábamos camino a los pueblos de montaña a las 7:00 a.m. Nuestra primera parada fue La Cabaña para bendecir un salón en construcción en el último puesto de avanzada en el camino a Zacatecas y celebrar Misa allí. Se estima que será necesario un año más para completar el proyecto de construcción de la sala. Luego tendrán un lugar para celebrar recepciones de bodas, funerales y quince años. Después de la bendición, los aldeanos nos dieron el desayuno. A las 10:30 a.m. estábamos nuevamente en camino a San José, La Ventura para celebrar una misa fúnebre. La Ventura está a unos 30 kilómetros de la carretera y el camino de entrada es bueno. Después de la misa funeral en La Ventura, iniciamos nuestro viaje de regreso a la carretera y nos detuvimos en el camino en La Presa de San Pedro (El tanque de agua de San Pedro). Allí los obispos bendijeron las nuevas estatuas de San Pedro y San Pablo adquiridas para la capilla. La iglesia es una hermosa iglesia excavada en la roca que se encuentra en la ladera de la montaña. Después de la Misa allí almorzamos con los aldeanos y nos dirigimos a San José, La Brecha, para celebrar otra Misa funeral. Después de la Misa funeral regresamos a Saltillo alrededor de las 5:00 p.m. La última misa del día fue en San Miguel.

A la mañana siguiente (martes), ya estábamos camino a los pueblos de montaña a las 7:00 a.m. Nuestra primera parada fue La Cabaña para bendecir un salón en construcción en el último puesto de avanzada en el camino a Zacatecas y celebrar Misa allí. Se estima que será necesario un año más para completar el proyecto de construcción de la sala. Luego tendrán un lugar para celebrar recepciones de bodas, funerales y quince años. Después de la bendición, los aldeanos nos dieron el desayuno. A las 10:30 a.m. estábamos nuevamente en camino a San José, La Ventura para celebrar una misa fúnebre. La Ventura está a unos 30 kilómetros de la carretera y el camino de entrada es bueno. Después de la misa funeral en La Ventura, iniciamos nuestro viaje de regreso a la carretera y nos detuvimos en el camino en La Presa de San Pedro (El tanque de agua de San Pedro). Allí los obispos bendijeron las nuevas estatuas de San Pedro y San Pablo adquiridas para la capilla. La iglesia es una hermosa iglesia excavada en la roca que se encuentra en la ladera de la montaña. Después de la Misa allí almorzamos con los aldeanos y nos dirigimos a San José, La Brecha, para celebrar otra Misa funeral. Después de la Misa funeral regresamos a Saltillo alrededor de las 5:00 p.m. La última misa del día fue en San Miguel.

Miércoles: nos vio en el camino muy temprano (7:00 a.m.), para dirigirnos a los ranchos. Después de una hora por carretera nos dirigimos por un camino de ripio a desayunar en San José en el municipio de Parras. Allí también celebramos misa. Nuestra siguiente parada fue en la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe en Garambullo (que significa fruta que crece en cactus). El pueblo de Garambullo está a 2 horas de la carretera. En cada parada después de la celebración de la Misa, siempre hubo un tiempo reservado para la bendición de estatuas, imágenes y agua bendita. Luego regresamos a Saltillo y nos habían invitado a ir a casa de Yolanda a tomar una merienda que resultó ser una comida completa. Después de esa comida regresamos a San Miguel para la adoración a las 6:00 p.m. seguida de la última Misa del día a las 7:00 p.m. Nos sirvieron otra comida deliciosa y estábamos listos para acostarnos a las 9:30 p.m. La hospitalidad que nos brindaron fue abrumadora.

Jueves: Tuvimos un pequeño descanso ya que el desayuno se sirvió a las 8:00 a.m. Luego partimos para visitar algunas de las capillas atendidas por los curas de San Miguel. Nuestra primera parada fue la iglesia de Cristo Rey. Esta iglesia fue construida por el P. Bill Cullen que estaba destinado en ese momento en San Miguel. Es una hermosa iglesia en la ronda. Nuestra siguiente parada fue la iglesia de St. William, construida por Mons. Michael Thornton (Diócesis de Biloxi) y la iglesia fue dedicada por el Obispo Latino de feliz memoria. Me gustaría compartir un recuerdo especial contigo, lector. El año pasado, cuando fui a visitar San Miguel, fui a celebrar una misa vespertina a la iglesia de St. William. Estábamos a punto de comenzar cuando entró una señora. Después de saludarla, le pregunté si la conocía. Ella respondió que no. Entonces le pregunté si ella siempre fue de esa localidad. Ella dijo que no. Le pregunté dónde nació y ella respondió: La Rosa. ¿Le pregunté en qué año nació? Ella respondió 1972. Entonces le anuncié que fui yo quien la bautizó. El pueblo de La Rosa está a 70 kilómetros de Saltillo. Era uno de los ranchos atendidos por la misión. No sé qué se me ocurrió para decirle, ¿te conozco? Debe haber sido el Espíritu Santo. Yo sí tenía una relación espiritual con ella desde que la bauticé 50 años antes. Dios obra de maneras misteriosas. Ahora estaba reviviendo ese recuerdo.

Continuando nuestro recorrido, fuimos a visitar la iglesia de los Santos Mártires Mexicanos. El martirio de estos hombres tuvo lugar durante la persecución a la iglesia entre 1926-1934. Al inicio de la persecución había 4.500 sacerdotes sirviendo en todo México. Al final, sólo había 334 sacerdotes autorizados por el gobierno para servir a 15.000.000.

Nuestra siguiente parada fue en la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe en la colonia La Nueva Imagen. Esta resultó ser la capilla favorita del P. Patrick Quinn (de feliz memoria) para visitar. De allí nos dirigimos a visitar la iglesia de la Divina Misericordia. El obispo Kopacz ayudó al obispo Raúl Vera, obispo emérito de Saltillo, en la dedicación de esta iglesia cuando fue dedicada. Nuestra siguiente parada fue en la iglesia de San Juan Diego. (Nuestra Señora se apareció a San Diego en el Tepeyac 1531). Para nosotros, ningún recorrido por las iglesias y capillas de Saltillo estaría completo sin una visita a la Iglesia del Perpetuo Socorro, que fue la sede original de la misión y el lugar de entierro final del P. Patrick Quinn fundador de la misión. El párroco del Perpetuo Socorro estuvo allí para recibirnos. Allí tuvimos unos momentos de oración. Luego fuimos a la casa de María Elena y Armando para otra deliciosa comida. Regresamos a San Miguel esa noche para la adoración y la celebración de la Misa vespertina. A esto siguió una comida con el personal de la parroquia.

Viernes: era la fiesta grande de San Miguel. Después del desayuno, nos unimos a la procesión de 400 personas que habían venido de los pueblos atendidos por San Miguel. La procesión comenzó aproximadamente a un kilómetro de la iglesia. Estaba encabezada por una camioneta que transportaba una imagen de San Miguel y Nuestra Señora de Guadalupe. Luego vinieron varios grupos de danza de los pueblos. La tradición de la danza se remonta a la época de los indios aztecas y seguía siendo una tradición del pueblo mexicano. Al llegar a San Miguel celebramos Misa. Después de la Misa tuvimos tiempo de compartir una comida y saludar a la gente y disfrutar de la música de la danza interpretada por los diferentes grupos. El Obispo de Saltillo, Mons. Hidalgo Gonzales García se unió a nosotros para la comida. Fue nombrado obispo de Saltillo el 21 de noviembre de 2020. Se reunió con el obispo Kopacz y el obispo Kilhemen el año pasado. Tuvimos una reunión muy informativa con él mientras compartía con nosotros su plan pastoral para la Diócesis de Saltillo y su visión de cómo podríamos participar en ese plan. A las 16:00 horas. Los tres obispos impartieron el Sacramento de la Confirmación a 50 candidatos. Mostró la unidad de la Iglesia Católica trabajando en conjunto. Había llegado el momento de prepararse para la celebración final de la Fiesta de San Miguel. La procesión hacia la iglesia esa noche fue encabezada por los niños pequeños de la parroquia, vestidos como ángeles. Había aproximadamente 120 o más niños vestidos de blanco, como ángeles con alas. A esto le siguió el Mariachi y grupos de danza. La procesión hacia la iglesia de San Miguel duró al menos 10 minutos y fue una experiencia gozosa y llena de fe. La iglesia estaba llena de gente parada afuera. Los bancos del pasillo central a un lado contenían fotografías de los obispos asociados con la parroquia, tanto mexicanos como estadounidenses. Al otro lado del pasillo estaban las fotografías de todos los sacerdotes que habían servido en la parroquia desde sus inicios. Después de la Misa nos trasladamos al patio para la coronación de la reina de la parroquia, amenidad brindada por el mariachi, el canto de la serenata a San Miguel y el reparto de la torta de cumpleaños de San Miguel.

En mi visita a San Miguel, tuve la oportunidad de renovar muchos viejos conocidos de personas que he conocido a lo largo de los años. Una de estas experiencias fue llevar la Unción de los Enfermos y la Sagrada Comunión a una señora mayor que era catequista en la misión hace más de 50 años. Ella fue una inspiración para mí durante mi estancia allí de 1971 a 1974. Durante toda la visita, mi gran pesar fue que Mons. Michael Thornton no estuvo allí para disfrutarlo. Falleció el pasado mes de julio. Puede él descansar en paz. Fue el pastor fundador de San Miguel. Sé que él estaba con nosotros en espíritu. A las 22:00 horas. Llegó el momento de dar nuestro último adiós a la gente y regresar a nuestras habitaciones para empacar para partir temprano hacia el Aeropuerto de Monterrey a la mañana siguiente y regresar a casa.

(Fotos de Monseñor Flannery)

Alrededor Diocesano. Celebraciones Hispanas

PEARL – (arriba) Parroquianas en baile folklorico en San Judas. (Foto de Carolina Motato)

TUPELO – El grupo de baile de Lya Valentine, Emma Thompson, Lupita Triano, Allison Castillo y Alicia Lopez-Herrera. (medio) Raquel Thompson y miembros de St. James en la Celebración de las Culturas promovido por el Departamento de Recreación de la ciudad de Tupelo, el 22 de sep. (debajo) La comunidad celebraron su cultura en la Parroquia de St. James en sep. 30. (Fotos cortesía de Raquel Thompson)

KOSCIUSKO – (der. arriba) Obispo Joseph Kopacz celebra Misa, concelebrada por el Padre Marco Sanchez, ST para celebrar la fiesta patronal de Santa Teresita del Niño Jesús. (Foto cortesia del Padre Marco)

BRANDON – (der. arriba) La Biblioteca Pública de Brandon despliega varios artículos y banderas de varios paises para celebrar el Mes de la Herencia Hispana. (Foto de Elsa Baughman)

Tome Nota

Vírgenes y Santos

Santa Teresa de Jesús. Octubre 15

Día de San Juan Pablo II. Octubre 22

San Antonio Maria Claret. Octubre 24

San Judas Tadeo. Octubre 28

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St Therese. En fiesta patronal, Historia es contada por feligreses.

Una Misa especial fue celebrada por Obispo Joseph Kopacz y concelebrada por el Padre Marco Sanchez, ST para celebrar la fiesta patronal de Santa Teresita del Niño Jesús el domingo 1 de octubre, dando por terminados dos días de recordatorios y memorias compartidas.

Durante estos días fue inaugurada la puesta de una exposición permanente de artículos de prensa y fotos donados por la familia Joseph luego del fallecimiento de Louis Joseph.

Todos los documentos y anotaciones llegaron a las manos de Marilyn Scott, parroquiana desde 1969. Ella, la señora Vicky Bell Pope y otros más, se dieron a la tarea de componer cronológicamente la historia de la iglesia con los documentos recibidos.

La señora Bell Pope, además, en sendas pinturas hizo las reproducciones de “La Cabaña,”   que dio nacimiento a la iglesia, y de la historia del padre Julian M. Guillou, montado a caballo en su viaje desde Yazoo a Kosciusko.

La señora Scott cuenta que ésta fue una celebración” gloriosa y señalo que “…hemos sido muy bendecidos al recibir estos históricos documentos y también por la presencia de sacerdotes trinitarios que se ha hecho cargo de la parroquia”

La familia Joseph fue fundadora de la iglesia desde que el Sr. y la Sra. Joseph comenzaron a escribir una carta al obispo Gerow y a la ciudad de Kosciusko para ayudar a construir una iglesia en necesaria para la creciente comunidad católica.

“En junio de 1940, el obispo Gerow dedicó la iglesia a Santa Teresa del Niño Jesús. El joven y enérgico pastor, la familia Joseph, otros miembros jóvenes y una nueva capilla significaron que había una actividad católica como Kosciusko nunca había visto,” escribió la Sra. Scott, en documento leído durante la Misa.

The departed Louis Joseph wrote “I know in my heart and soul that our parents were guided to Central Mississippi by our good Lord, to not only raise a wonderful family but to help bring the church to our little town.”

Celebremos el mes de la hispanidad como católicos

By Hosffman Ospino

Cada año, entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre, en los Estados Unidos se observa el mes de la hispanidad. La tradición comenzó con una semana de la hispanidad en 1968 y luego, en 1988, se extendió por ley a una celebración de un mes completo.

Durante el mes de la hispanidad todos estamos invitados a reconocer y a resaltar las muchas historias, experiencias y contribuciones de los hispanos que vivimos en los Estados Unidos. Nuestra presencia es esencial en la definición del carácter de esta nación.

Para los católicos en los Estados Unidos, el mes de la herencia hispana debería ser una gran ocasión para celebrar lo que somos como Iglesia y la manera cómo los hispanos estamos transformando el catolicismo estadounidense. De los cerca de 63.7 millones de personas hispanas viviendo en este país, cerca de 31 millones nos identificamos como católicos. Cerca del 43% de todos los católicos en los Estados Unidos somos hispanos.

Dr. Hoffsman Ospino

Las instituciones educativas en nuestra nación por lo general hacen un buen trabajo durante este mes promoviendo actividades que resaltan los elementos culturales hispanos y ayudan a conocer mejor a la población hispana. Los maestros y maestras se esfuerzan notablemente creando momentos para hacer esto, tanto en el salón de clase como en otros espacios en la vida de los centros educativos. Muchas otras organizaciones hacen lo mismo.

Sin embargo, no veo el mismo nivel de entusiasmo observando el mes de la hispanidad en nuestras parroquias católicas. Es extraño que no se haga esto sabiendo que cerca de la mitad de la población católica estadounidense es hispana y una cuarta parte de nuestras parroquias hace ministerio hispano de alguna manera.

Parece que no hemos cultivado una cultura parroquial que observe con constancia el mes de la hispanidad. Pero eso puede cambiar. La cultura de una comunidad se forja por medio de actividades sencillas y el compromiso de darles vida de manera regular. He aquí cinco ideas prácticas.

–Comencemos con el boletín parroquial y los medios de comunicación social. Escriba un artículo semanal sobre los católicos hispanos; resalte a la comunidad hispana de su parroquia o la ciudad donde vive; explique una práctica de catolicismo popular (ej., las posadas, los altarcitos, las quinceañeras); comparta la historia de un santo o una santa hispana estadounidense, latinoamericana o caribeña; invite a los jóvenes hispanos a escribir sobre su experiencia creciendo en un hogar católico hispano.

–Organice una exhibición de libros en la parte de atrás de su iglesia, en el centro parroquial o quizás en la oficina parroquial (piense en un espacio frecuentado por su comunidad) con obras que describan el catolicismo hispano y otros libros escritos por católicos hispanos: libros de poesía, novelas, libros de teología, guías espirituales. ¡La literatura sobre el catolicismo católico hispano es abundante!

–Organice al menos una velada durante este mes especial que incluya una presentación por parte de una persona que hable sobre un tema interesante relacionado con los católicos hispanos. Promueva el evento entre todos los feligreses de su comunidad. Si en su comunidad se hablan varios idiomas, organice varias veladas. ¡Ah, asegúrese de ofrecer comida hispana!

–Quienes predican pueden aprovechar este momento del año para decir algo explícito sobre la experiencia católica hispana desde el púlpito mientras explican la Palabra de Dios. Los catequistas y maestros de la parroquia deberían ser invitados a compartir algo sobre el catolicismo hispano en sus lecciones. Comparta algunos recursos con ellos.

–¡Éste es el momento perfecto del año para invitar a su comunidad parroquial a reunirse en un espíritu de fiesta! No toma mucho trabajo convocar a la comunidad para que la gente pase un buen tiempo junta. Puede ser un picnic, una comida comunitaria o un bazar. Comparta comida y música hispana. Comience con una celebración eucarística multilingüe. Incluya oraciones en español, inglés, portugués e idiomas o dialectos indígenas latinoamericanos.

Estas prácticas no toman mucho esfuerzo y realmente cuestan poco. Los efectos en la vida de la comunidad parroquial son invaluables pues nos ayudarán a apreciar más nuestras raíces católicas hispanas. Estas prácticas nos recuerdan lo que somos como Iglesia y la manera cómo los hispanos estamos transformando el catolicismo estadounidense. ¡Feliz celebración católica del mes de la hispanidad!

Las Contribuciones de los inmigrantes Hispanos a la Iglesia y a la sociedad

By Silvio Cuéllar
Recientemente tuve la bendición de asistir a una cena del equipo del retiro de hombres “Cámbiame a mí Señor” que se lleva realizando por más de 16 años en la Diócesis de Providence, en Rhode Island. Esta reunión fue una bonita oportunidad para disfrutar un asado, conocernos un poco más y compartir historias.

En nuestra conversación surgió el tema de cómo llegamos a este país y fue conmovedor escuchar el común denominador de que casi todos estos siervos de Cristo tuvieron que pasar muchas dificultades entre ellas hambre, peligros y hasta estar cerca de la muerte para poder llegar a este país. En algún momento muchos de ellos pasaron necesidad y hoy en día son personas que sirven activamente en sus comunidades parroquiales y sociedad en general. Muchos han comenzado negocios y reciben bendiciones de Dios.

Eso me llevó a meditar en las importantes contribuciones que hacen la gran mayoría que nuestros hermanos y hermanas inmigrantes católicos hispanos, trayendo consigo a este bello país su fe, devoción por la familia, trabajo duro, espíritu de celebración y un gran deseo de superación.

En los 25 años en que serví en la Diócesis de Providence pude asistir a muchas vigilias, retiros, celebraciones marianas, posadas, novenas y fui testigo de la fe y devoción por la Virgen de Guadalupe que tiene el pueblo hispano.

Recuerdo la familia de Pepe y Elia Ruiz quienes vienen sirviendo en el comité diocesano guadalupano por más de dos décadas contribuyendo generosamente con su tiempo, talento y tesoro para que la Misa a la Virgen de Guadalupe sea una celebración digna y hermosa. Dios los ha bendecido con una bella familia y dos restaurantes de comida mexicana. También ellos no se han olvidado de sus raíces y una vez al año regresan a su pueblo, Piaxtla, en el estado de Puebla, México, donde colaboran con la celebración de la Virgen de la Asunción en el lugar que los vio nacer.

No hace mucho conversaba con mi amigo el padre Roberto Beirne, quien me comentaba, “Cuánta vida hay en las comunidades hispanas y cuanta actividad hay en cada parroquia que visito”. Me hizo pensar en lugares como la parroquia San Patricio en Providence que tiene actividades de diferentes grupos parroquiales todos los días de la semana frecuentemente usando todos los salones de la escuela.

Otra gran contribución que traen los hispanos es el amor por la familia. Un joven que sirve conmigo en el coro de la parroquia quien recientemente tuvo la dicha de qué algunos familiares puedan emigrar a los Estados Unidos y el movió cielo y tierra para poder ayudarles financieramente hasta que pudieran conseguir trabajos y valerse por sí mismo. Esa devoción por la familia es realmente admirable.

En nuestro propio hogar mi esposa Becky y yo tenemos la tradición de reunirnos cada dos domingos en la casa de mis suegros para compartir con todos los hermanos de mi esposa y sobrinos. Estas reuniones de familia siempre comienzan con una oración alrededor de la mesa dando gracias a Dios por las bendiciones recibidas y orando por nuestras necesidades. Después hay conversaciones y juegos de mesa con momentos muy especiales y divertidos para crear memorias y fortalecer nuestros lazos familiares.

Otra contribución es la fuerte ética de trabajo. Los hispanos son muy trabajadores, mueven una gran parte de la economía haciendo trabajos y ocupaciones que en muchos casos nadie más quiere hacer. La gran mayoría de inmigrantes que conozco son personas trabajadoras, emprendedoras y muchos de ellos han iniciado pequeños negocios siempre con un gran sentido de superación. Me vienen tantos nombres y rostros a la mente, de personas que han desarrollado empresas y pequeños negocios. También muchas de nuestras parroquias ya se hubieran cerrado si no fuera por la presencia y servicio de nuestros hermanos y hermanas inmigrantes hispanos.

Otra contribución es la fiesta. En todas las parroquias que he podido visitar siempre ha habido grandes celebraciones desde las fiestas patronales hasta las devociones populares, como la fiesta del Señor de Esquipulas, el Señor de los Milagros y muchas diferentes celebraciones marianas. Estas celebraciones están llenas de alegría, comidas típicas, música, bailes tradicionales, piñata para los niños y son momentos donde se fortalece el sentido de comunidad y también ayudan a recaudar fondos para la parroquia.

Además, cuando una persona fallece, la comunidad siempre se reúne para apoyar a la familia y realizar la tradicional novena, rezando por nueve días después de la Misa de sepelio.

Mundo en Fotos

Una fotografía de amapolas floreciendo en medio de un campo de trigo recuerda la parábola de Jesús sobre el sembrador y la buena tierra. (Foto de noticias OSV/Alexa_Fotos, Pixabay)
Una custodia que contiene el Santísimo Sacramento se exhibe en el altar durante una Hora Santa en la Catedral de San Patricio en la ciudad de Nueva York el 13 de julio de 2023. La liturgia fue organizada por las Hermanas de la Vida, que patrocinan oportunidades similares para la adoración eucarística en Denver. Filadelfia, Phoenix y Washington durante el actual Avivamiento Eucarístico Nacional. (Foto de OSV News/Gregory A. Shemitz
Carla Fajardo, que trabaja para Catholic Relief Services, aparece en la foto hablando con mujeres en Gambia. Después de participar en un programa de liderazgo de CRS, se convirtió en representante de país en Senegal, Gambia, Guinea Bissau y Mauritania, de 2015 a 2019. Fajardo ahora reside en Guatemala, donde se desempeña como directora regional de CRS para América Latina y el Caribe. (Foto de OSV News/cortesía de Catholic Relief Services)
Guelmis Tavárez y su esposa, Lina, fundaron el grupo musical Huellas de Fuego en 2014. Sus canciones llenas de fe están disponibles en diferentes plataformas y en su canal de YouTube. (Foto de Noticias OSV/cortesía de Guelmis Tavárez)
Migrantes, en su mayoría de Venezuela, son vistos desde Ciudad Juárez, México, cruzando el Río Grande el 21 de septiembre de 2023, para regresar a México desde Estados Unidos, después de que miembros de la Guardia Nacional de Texas de Estados Unidos extendieron alambre de púas para impedir el cruce de migrantes. El grupo planeaba buscar asilo en Estados Unidos (foto de OSV News/José Luis González, Reuters)
Un sacerdote bendice a un camionero, su familia y su camión el 9 de septiembre de 2023 en la Iglesia Our Lady Queen of Angels, en el suroeste de Detroit. Cada año, los propietarios y conductores de camiones de carga se reúnen para recibir la Bendición de los Camiones en Our Lady Queen of Angels, que forma parte de la parroquia Our Lady of Guadalupe. “Muchos de los conductores son mexicanos, quienes pasan largas horas en la carretera para poder mantener a sus familias”, dijo el padre Adalberto “Beto” Espinoza. (Foto OSV News/Valaurian Waller, Detroit Catholic)

El Papa reza por la paz y dice que el terrorismo y la guerra no solucionan nada

Por Cindy Wooden, Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – “Toda guerra es una derrota”, insistió el Papa Francisco al pedir oraciones por la paz en Israel y Palestina.

Hablando ante miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro el 8 de octubre para el rezo de la oración del Ángelus, el Papa dijo que está siguiendo los acontecimientos en Israel y Gaza “con aprensión y dolor.”

Un día antes, militantes de Gaza lanzaron un ataque masivo contra el sur de Israel, disparando cohetes y traspasando la frontera.

Una mujer sostiene un cartel que dice “Pace”, paz en italiano, mientras el Papa Francisco pide el fin de la violencia entre Israel y Palestina después de recitar la oración del Ángelus el 8 de octubre de 2023, con los visitantes en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. (Foto CNS/Vatican Media)

“La violencia ha estallado aún más ferozmente, provocando centenares de muertos y heridos”, dijo el Papa a la gente reunida para la oración del mediodía del domingo. En el momento de su intervención, las autoridades israelíes informaron de que al menos 250 personas habían muerto y las autoridades de Gaza dijeron que el número de muertos entre los palestinos superaba los 300. (Hasta el 9 de octubre a las 9:30 a.m. EST, el número de personas que perdieron la vida habían aumentado a más de 700 israelíes y más de 500 palestinos, además de miles de personas heridas y desplazadas.)

“Expreso mi cercanía a las familias y a las víctimas”, dijo el Papa Francisco. “Rezo por ellas y por cuantos están viviendo horas de terror y angustia”.

“Que los ataques y las armas se detengan”, dijo. “¡Por favor!”

“Comprendan que el terrorismo y la guerra no conducen a ninguna solución, sino sólo a la muerte y al sufrimiento de muchos inocentes”, dijo el Papa Francisco. “¡Toda guerra es una derrota! ¡Recemos por la paz en Israel y Palestina!”.

Durante octubre, mes tradicionalmente dedicado al rezo del rosario, el Papa pidió a los católicos que recen por la intercesión de María para invocar “el don de la paz sobre los numerosos países del mundo marcados por guerras y conflictos; y sigamos acordándonos de la querida Ucrania, que sufre mucho cada día, tan martirizada”.

‘Esperanza Hispana: Se nos escapa como agua entre los dedos’

Por Hosffman Ospino
(OSV News) – Sin lugar a dudas, la mayor fuerza transformando la experiencia católica estadounidense es la presencia hispana. Este ha sido el caso por más de medio siglo. Los hispanos representamos aproximadamente el 71% del crecimiento de la población católica en los Estados Unidos desde 1960.

En el año 2023, de los 63.7 millones de hispanos que vivimos en los Estados Unidos, aproximadamente 31 millones nos identificamos como católicos romanos.

Si los católicos hispanos conformáramos un país, demográficamente seríamos el octavo país más poblado de las Américas.

FOREST – La esperanza está puesta en las nuevas generaciones de niños y jóvenes para que recojan la tradición de sus padres y abuelos. En foto de archivo, la Danza de los Matachines en la que participan varias generaciones, gacen su presentación en St Michael. (Foto de archivo)

El Centro de Investigación Aplicada para el Apostolado (o CARA, por sus siglas en inglés) estimó que en el año 2022 había 73.5 millones de católicos en el país. Esto indica que los 31 millones de hispanos mencionados anteriormente representaríamos aproximadamente el 42% de la población católica total de los Estados Unidos. Un estimado más conservador por parte del Directorio Católico Oficial sugiere una población católica en los Estados Unidos de 66.5 millones en ese mismo año, lo que haría que los hispanos representáramos aproximadamente el 47% de todos los católicos en los Estados Unidos.

Más de dos tercios (aproximadamente el 68%) de los hispanos nacieron en los Estados Unidos. Sin embargo, cuando nos enfocamos en la población católica hispana, ésta está casi igualmente repartida entre inmigrantes y nacidos en los Estados Unidos. La población inmigrante tiende a ser de mayor edad y es probable que esté más involucrada en la vida de las parroquias y otras comunidades de fe.

Lo importante es saber que casi la mitad de todos los católicos de los Estados Unidos nos identificamos como hispanos. La mayoría de los católicos menores de 25 años son hispanos. El presente y el futuro venidero del catolicismo estadounidense están íntimamente ligados a la experiencia hispana.

La presencia hispana también ha redefinido drásticamente el catolicismo estadounidense a nivel geográfico. Desde la fundación de los Estados Unidos como nación, la mayoría de los católicos han vivido en el noreste y el medio oeste. Debido al rápido crecimiento y a la fuerte presencia de los hispanos, y las regiones del país en donde la mayoría de nosotros vivimos, esto ya no es cierto. La mayoría de los católicos estadounidenses hoy en día viven en el sur y el oeste del país.

Gran parte de la experiencia católica en nuestro país durante los próximos años estará definida notablemente en el sur y en el oeste del país, y en los grandes centros urbanos donde los católicos hispanos estamos presentes en grandes números.

Fuente de esperanza

CARTHAGE – La cultura de cada pueblo se refleja además en su vestir. En la foto, la Virgen de Guadalupe, en su fiesta anual, lleva traje de Guatemala, comunidad mayoritaria de la iglesia de St. Anne en estos dias. (Foto de Berta Mexidor)

Cuando hablamos de los católicos hispanos en nuestra Iglesia con frecuencia los hacemos con un profundo sentido de esperanza. Hay muchas razones para que esto sea así. Permítanme destacar cuatro.

–Primero, muchas diversas expresiones culturales y formas de vida que identifican a millones de hispanos en los Estados Unidos reflejan cómo el catolicismo está profundamente arraigado en ellas. Tal es el resultado de varios siglos de notable influencia por parte de la Iglesia Católica en América Latina y el Caribe, transformando casi todos los aspectos de la vida de las personas en estas regiones.

–Segundo, los hispanos somos una comunidad muy joven, con una edad promedio de 30.7 años. El promedio de edad de la población no hispana es de 41.1 años. Cerca de la mitad de los hispanos tienen menos de 30 años. La mayoría de los hispanos están en una época de sus vidas en la cual están formando familias y tomando decisiones profesionales. Estos momentos cruciales exigen un acompañamiento pastoral muy cercano.

–Tercero, gran parte de la energía revitalizante que viene de la comunidad católica hispana está fundamentada en un sentido profundo de lo sagrado, aquello que los católicos tradicionalmente hemos reconocido como una “imaginación sacramental”. Tal sentido de lo sagrado para los hispanos se hace vida no sólo en la celebración de los sacramentos, especialmente la Eucaristía, sino también en las diversas expresiones de catolicismo popular que se hacen vida en casi todos los aspectos de nuestro diario existir.

–Cuarto, la experiencia de los católicos hispanos en los Estados Unidos está definida constantemente por factores sociopolíticos y culturales que definen constantemente nuestra existencia diaria. Tal es el caso de dinámicas migratorias, la negociación de la identidad cultural, la lucha por la justicia y el respeto, la búsqueda de espacios y recursos para pertenecer, la plena integración en una sociedad que a menudo nos ve como extranjeros, y otras realidades similares. En lugar de percibirlos simplemente como obstáculos para vivir y practicar nuestra fe, los hispanos a menudo convertimos estos factores en oportunidades para la reflexión y la creatividad pastoral.

Los hispanos somos una fuente de esperanza para la Iglesia en los Estados Unidos y para toda la sociedad estadounidense. Nuestra presencia es una invitación a renovar el compromiso de construir la comunión entre todos los bautizados, sin excepciones, a responder a las necesidades más urgentes del Pueblo de Dios en el contexto de una Iglesia culturalmente diversa, y a continuar siendo testigos de cómo el catolicismo prospera en esta tierra.

Una esperanza frágil

Toda esperanza necesita ser acogida y sostenida regularmente. El don de la presencia hispana en la vida de la Iglesia Católica en los Estados Unidos tiene que ser acogido y sostenido para no perderlo. Ésta ha sido la invitación urgente de innumerables líderes, tanto hispanos como no hispanos, desde mediados del siglo XX, cuando desde ya todos los indicadores apuntaban a la hispanización del catolicismo que presenciamos hoy.

CARTHAGE – Una mujer lleva su catolicidad conjuntamente con su vestuario, traje típico y velo, con sus costumbres, cuando se arrodilla en la iglesia. (Foto de Berta Mexidor)

Líderes pastorales y teólogos que nos hemos reunido en los Encuentros Nacionales de Pastoral Hispana/Latina, desde el Primer Encuentro en 1972 hasta el Quinto Encuentro en 2018, para celebrar unánimemente la presencia y las contribuciones de los católicos hispanos. Muchas reuniones pastorales realizadas entre un Encuentro y otro han expresado el mismo sentido de celebración.

Los obispos católicos de los Estados Unidos también se han pronunciado al unísono con relación a esta presencia a través de declaraciones e iniciativas nacionales. En 1995, la entonces Conferencia Católica de los Estados Unidos (hoy Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos) publicó una declaración titulada “La Presencia Hispana en la Nueva Evangelización en los Estados Unidos”. Es un documento bastante inspirador.

En esta declaración, los obispos dicen: “Declaramos que la presencia hispana en nuestra Iglesia constituye un regalo providencial del Señor en el reto de la nueva evangelización a la que estamos llamados en esta hora de la historia”. Destaco esta afirmación porque desafía directamente cualquier insinuación de que la presencia hispana es accidental o temporal. Los hispanos somos parte del plan de salvación de Dios para la comunidad católica en los Estados Unidos.

Acoger a los hispanos en la Iglesia

Los números y las estadísticas son importantes, y nos ofrecen una buena idea de los cambios y realidades actuales en el mundo católico estadounidense. Lo hacemos como miembros de la Iglesia gracias a nuestro bautismo y nuestra fe en Jesucristo. Lo hacemos como agentes de evangelización, junto con el resto de la comunidad católica.

¿Se ha acogido de lleno la presencia hispana y la convicción de que los católicos hispanos desempeñamos un papel vital en el proceso de construir la Iglesia en los Estados Unidos hoy? Creo que la respuesta ha sido mixta. Sin lugar a duda, en muchas esquinas de nuestra Iglesia, tal aceptación es evidente con varios niveles de intencionalidad. Sin embargo, hay demasiados sectores en donde tal acogida ha sido bastante fría, sin asignar recursos, y en muchos casos inadecuada.

No lo podríamos decir de una mejor manera. Actitudes tales como el no acoger a los hispanos y hacer poco o nada ante la posible pérdida de identidad católica entre aquellos católicos hispanos que se desvinculan y se alejan de la vida de la Iglesia y la práctica de la fe, juntas constituyen una verdadera oportunidad pérdida para que la Iglesia en los Estados Unidos sea verdaderamente católica.

¿Una esperanza que se desvanece?
Treinta y un millones es un número importante y representa mucha esperanza para el mundo católico en los Estados Unidos. Las parroquias están llenas de familias hispanas que solicitan acceso a los sacramentos. Cientos de miles de católicos de América Latina y el mundo caribeño de habla hispana migran cada año a los Estados Unidos y muchos de ellos buscan rápidamente una parroquia para construir comunidad.

Un informe reciente del Centro de Investigación Pew (publicado en abril de 2023) estimó que aproximadamente el 43% de los adultos hispanos en los Estados Unidos se identifican como católicos.
En el año 2010 se calculaba que la cifra era del 67%. Este declive en términos de afiliación religiosa refleja tres dinámicas que coexisten.

Primero, el crecimiento rápido de la población hispana que nació en los Estados Unidos, hijos y nietos de inmigrantes, la cual está llegando a la edad adulta y, en medio de dicho proceso, están dejando el catolicismo. Segundo, el proceso cada vez más común de desafiliación religiosa entre adultos católicos hispanos inmigrantes. Y tercero, el número más reducido de católicos que migran desde América Latina y el Caribe como resultado de políticas de inmigración más estrictas.

Compartir la fe

La confluencia de las tres dinámicas revela que por muchos años la Iglesia en los Estados Unidos ha dependido demasiado del flujo constante de inmigrantes católicos que vienen desde América Latina y el Caribe de habla hispana. Se ha asumido que estos católicos estaban preparados y tenían los recursos necesarios para transmitir la fe a sus hijos para así ayudarles a vivir comprometidos con su identidad católica. Pero tal no ha sido la realidad.

En miles de parroquias en todo el país invertimos grandes cantidades de energía y recursos en esfuerzos pastorales en español, sirviendo a comunidades constituidas primordialmente por inmigrantes en miles de parroquias en todo el país, lo cual es apropiado y tenemos que seguir haciéndolo.

En el pasado, los colegios católicos jugaron un papel importante ayudando a las nuevas generaciones de jóvenes católicos a mantener su identidad religiosa y a prepararse para salir adelante en la sociedad. Hoy en día sólo el 3% de los niños católicos hispanos están matriculados en estos colegios. Sólo una fracción de los estudiantes en universidades católicas son hispanos (aproximadamente el 16%).

Es razonable asumir que la nueva generación de líderes católicos eclesiales y a nivel social debería venir de esta comunidad. No necesariamente. Aproximadamente el 85% de los sacerdotes hispanos, más del 90% de las religiosas hispanas, y cerca del 65% de los ministros eclesiales laicos hispanos son inmigrantes. El porcentaje de hispanos que son obispos teólogos, clérigos, religiosas y religiosos, líderes de educación superior católica, maestros y administradores de colegios católicos, entre otros grupos de líderes, es muy pequeño, en la mayoría de los casos menos del 10%. Queda mucho por hacer.

Reavivar la esperanza
Comparto estos números y observaciones no como una queja ni tampoco con el objetivo de enfocarme sólo en lo negativo. Los comparto para alentar a toda la comunidad católica en los Estados Unidos a ser más conscientes del regalo y la oportunidad que hemos recibido.

Si hacemos nuestro el deseo de que en el futuro exista una presencia católica dinámica en esta sociedad estadounidense, construyendo comunidades de fe vivas, activas en el discurso público, abordando los problemas más urgentes de nuestra época, trabajando por el bien común de esta nación y acompañando a las familias católicas para que formen a sus hijos como discípulos alegres, entonces no podemos ignorar a la mitad hispana de la comunidad católica estadounidense. Dicho de otra manera, invertir en el presente hispano fortalecerá el futuro del catolicismo en los Estados Unidos.

La responsabilidad de acoger la presencia hispana y potenciar a la siguiente generación de católicos estadounidenses no sólo compete a los líderes hispanos o a aquellas personas que han decidido acompañar a esta comunidad como parte de su ministerio. Es responsabilidad de todos.

Reavivar la esperanza exige que confiemos en el Espíritu Santo. Esa parece ser una de las invitaciones del nuevo Plan Pastoral Nacional para el Ministerio Hispano/Latino que los obispos católicos de los Estados Unidos aprobaron en el 2023.

(Hosffman Ospino, PhD, es un teólogo católico que enseña en la facultad de Teología y Ministerio del Boston College. Sus trabajos de investigación exploran el diálogo entre fe y cultura y el impacto de este intercambio en la educación teológica católica, la catequesis y el ministerio. Usted puede leer el articulo completo en nuesta pagina web)