Por Obispo Joseph Kopacz
La celebración de la Semana Anual Nacional de las Escuelas Católicas comienza este fin de semana y continuará de lunes a viernes con una variedad de actividades creativas, significativas y vivaces en cada una de nuestras escuelas. La educación escolar católica en la Diócesis de Jackson (la Diócesis de Natchez en aquel momento) comenzó en la parroquia de la Catedral de Natchez en 1847 y ha continuado ininterrumpidamente hasta el presente.
La población católica ha sido siempre un pequeño porcentaje de la población del estado de Mississippi, pero nuestro compromiso con la educación ha sido una luz que brilla en la oscuridad para muchos en cada generación, desde mediados del siglo 19, un gran porcentaje de ellos que no profesan la fe católica.
Nuestras escuelas católicas están en el corazón de nuestra misión diocesana, originado con el mandato del Señor Jesús de hacer discípulos de todas las naciones, enseñándoles todo lo que yo les he mandado. Aprovecho esta oportunidad para agradecerle a todos los que colaboran juntos para promover la misión de la educación católica en nuestra diócesis hasta este día: familias, profesores, administradores y personal de apoyo escolar, la oficina diocesana, párrocos y líderes parroquiales, alumnos, benefactores y feligreses en las bancas, y aquellos que ya no viven en nuestra diócesis pero continúan apoyándonos con su oración y generosidad.
Es un continuo trabajo de amor el mantener y desarrollar nuestras escuelas en cada generación al esforzarnos por la excelencia. Para mí es una alegría visitar nuestras escuelas, y la oportunidad de hacerlo abundarán durante la semana próxima. Tengo una larga relación con la educación católica. Durante muchos años enseñé en las escuelas en la Diócesis de Scranton, y muchos años antes del sacerdocio, desde kindergarten (no pre-k en ese momento) hasta mis estudios de doctorado, yo fui beneficiario de la educación escolar católica.
Cada una de nuestras escuelas tiene una identidad propia, y sin embargo todas abrazan la misión perfecta que es la razón de su existencia. En la página de internet de cada escuela hay, de una u otra forma, un propósito, una misión o declaración de visión que expresa su identidad y objetivos. Para mi beneficio y el de ustedes he seleccionado al azar ocho de estas declaraciones que hablan de manera elocuente de esta orgullosa tradición en nuestra diócesis.
• Para apoyar el desarrollo espiritual, intelectual, estético, emocional, social y el crecimiento físico de cada miembro de la comunidad.
• Dedicados a preparar a los estudiantes para ser líderes servidores a través de la excelencia académica, de la formación de la auténtica fe y de las oportunidades de la vida estudiantil dentro de un ambiente de aprendizaje seguro y de atención centrado en Cristo.
• Comprometidos con la excelencia académica y los valores enseñados por Jesucristo, procurando preparar a los jóvenes de todo el mundo mientras se preparan para el cielo.
• Busca la excelencia académica y se esfuerza por formar las mentes, los corazones y las almas de sus alumnos a semejanza de Cristo.
• Ofrece una educación basada en la fe católica que equilibra lo académico con la formación de carácter, enriqueciendo sus vidas y su relación personal con Jesucristo.
• Enseñar al niño en un ambiente centrado en Cristo, formando su carácter, fomentando comunidad, y creando estudiantes interesados en aprender.
• Existe para el doble propósito de formación de la fe y buena educación para todos los niños, con los ideales del Corazón de Cristo.
• Para proporcionar un medio ambiente amoroso, centrado en Cristo con una educación académica de calidad arraigada en el desarrollo del carácter, la compasión y los valores del Evangelio.
Los invito a que la próxima vez que disfrute de un día de nieve, cuando todas las responsabilidades al aire libre y los compromisos se retrasen o cancelen, para que busquen en el internet estas declaraciones y las hagan coincidir con sus respectivas escuelas. Las ocho representan menos de la mitad de nuestros colegios católicos de secundaria, de escuelas primarias y centros de aprendizaje de niños pequeños. Usted puede ver claramente que se esfuerzan por abrazar el Evangelio como camino de vida y por una excelente formación académica en el momento actual, con el fin de preparar a los estudiantes para su futuro y, finalmente su ciudadanía en el cielo. Y sí, cada escuela ofrece un rango de oportunidades de deportes, de servicio y actividades culturales adecuadas para cada edad que son esenciales para el desarrollo de la mente, el cuerpo y el espíritu.
El tema de la celebración para el 2016-2017 es (FAMILY) FAMILIA, una sigla que significa: fe, académico, misericordia, integridad, amor y tú. Hay mucho que reflexionar y celebrar con FAMILIA y es especialmente notable a la luz del Jubileo extraordinario de la misericordia, y de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco Amoris Latitiae o, la Alegría del Amor (en la familia).
Este año, al comienzo de la Semana de las Escuelas Católicas me reuniré con sacerdotes, diáconos, ministros eclesiales laicos y varios de nuestro equipo de liderazgo diocesano para comenzar la aplicación del plan pastoral diocesano. Estamos orgullosos de afirmar que la declaración de nuestra renovada Visión es vivida a diario en nuestras escuelas: servir a los demás, abrazar la diversidad, inspirar a los discípulos. Como jóvenes y adultos hijos de Dios, que todos podamos seguir creciendo como discípulos intencionales a lo largo de toda la vida, deseoso de crecer en sabiduría, conocimiento y gracia.