Por Maureen Smith
TUPELO –El pasado 15 de septiembre la música, danza y competiciones por la Reina Hispana fueron el centro de la celebración por el día de la hispanidad, en la iglesia de St. James, en Tupelo. La conmemoración reunió a más de 300 personas provenientes de las 16 parroquias del decanato cinco. La invitación fue extendida a todas las parroquias del norte de a Diócesis de Jackson.
El éxito de una celebración comunitaria es celebrado por todos, aunque el esfuerzo tiene muchas caras y nombres desconocidos. La mayoría de las veces no se reconoce el trabajo de los que desde el anonimato hacen que la tarea de Dios se haga presente. Llegue a todos, en el Decanato cinco, las gracias por comenzar una jornada ilustrativa de la cultura hispana y del secreto de la gran tarea del anonimato.
Latinos de San Francisco de New Albany, San Santiago el Menor de Corinth, San Mateo de Ripley, San Cristobal de Pontotoc y San Santiago el Grande de Tupelo y demás los que hicieron un despliegue de trajes, música, danza, comidas y bebidas típicas que fueron el deleite de todos los participantes y a la misma vez ayudaron a las parroquias participantes a recaudar fondos. Es de resaltar las danzas de niños y niñas de diferentes parroquias. Muchas personas dedican parte de su tiempo a entrenar por días a los muchachos en las rutinas coreográficas de cierta complejidad. La alegría que el anonimato dio a cada una de las coreografías ejecutadas se mostró en los rostros de cada uno de los participantes.
El centro de la celebración fue la elección de la Reina Hispana, conferido a la niña que más dinero recaudara. Las mismas llevaban trajes típicos de los países de origen de sus padres; algunas de ellas, de origen mexicano escogieron trajes de diferentes regiones con la adición de la Virgen de Guadalupe. En una corta entrevista con cuatro de las participantes, el denominador común era el deseo de estas de ayudar a su iglesia y por ende a su comunidad. Con 15 y 16 años como promedio, Joselyn Acosta, Karen Ruedas, Lorena Benavides y Kaelen López, todas tienen sueños para el futuro como contadora, enfermera y abogada. Cada una involucró a sus madres, hermanos, primos y demás familiares en la venta de antojitos, en beneficio del Decanato V. Al final la reina hispana 2018 fue Kimberly Huerta de la Parroquia de San Francisco en New Albany. Kimberly recibió el trofeo y banda de la mano de Jackelin Lopez, reina hispana del 2017, con segundo lugar para Daniela Pérez de Corinth y tercer lugar para Carolina Acosta de Tupelo.
Raquel Thompson y Katia Cruz fueron los rostros representativos de decenas de voluntarios y participantes en esta celebración. Tamales, tacos, empanadas y flanes fueron parte de las delicias al paladar. Una de las bebidas que ofrecieron lleva el nombre del Diablito, nombre que asume por la mezcla del dulce – ácido del tamarindo y la salsa picante.
Dios trabaja desde el anonimato y cuando este es numeroso, las glorias van directamente a Él. Para el éxito de la comunidad se requiere el impulso de los sacerdotes de las parroquias hasta las decenas de voluntarios de cada actividad. Gracias a Dios por el trabajo del Decanato cinco, resultados de su liderazgo y de cada uno de los parroquianos, que, desde el anonimato, hacen grande a su membresía.
(Berta Mexidor, Katia Cruz y Raquel Thompson contribuyeron con esta historia.)