Por Obispo Joseph Kopacz
Entre los muchos ejemplos que mostraron a la Iglesia viva en la Diócesis de Jackson esta semana pasada, dos en particular resaltaron en mis visitas pastorales. La conmemoración anual de la Semana de las Escuelas Católicas fue marcada con abundante alegría y creatividad en 10 de las 16 comunidades escolares donde celebré la Eucaristía. (Tengo previsto visitar y celebrar la Eucaristía en las restantes seis escuelas en las próximas semanas.) El orgullo de las escuelas fue evidente en cada esquina y en cada pasillo. Estoy agradecido a los muchos que están dedicados por el bienestar de nuestras escuelas católicas que siguen siendo una parte vital de nuestra misión diocesana para proclamar a Jesucristo, de manera que todos lo puedan experimentar a él, crucificado y resucitado.
El segundo evento de esta última semana fue la convocatoria que se realizó y en la cual participaron los líderes de las parroquias, los sacerdotes, diáconos, los ministros eclesiales laicos (LEMs) y varios del personal diocesano quienes se sumergieron en la renovación de nuestra misión, visión y prioridades pastorales.
El entusiasmo y el trabajo colaborativo fueron evidentes desde el lunes por la noche hasta el miércoles por la tarde, el primer paso importante de la aplicación de nuestro plan pastoral que comenzó el pasado año en las sesiones de escucha alrededor de la diócesis. Ha sido un proceso inspirador que me recuerda las cautivadoras palabras del profeta del Antiguo Testamento, Habacuc, las cuales fueron leídas al final del taller. Entonces el Señor me respondió diciendo: Escribe la visión, anótala en tablillas para que pueda leerse de corrido. Porque es una visión con fecha exacta, que a su debido tiempo se cumplirá y que no fallará; si se demora en llegar, espérala porque vendrá ciertamente y sin retraso. (2:2-3)
El siguiente paso, casi un año después de las sesiones de escucha, serán sesiones de implementación alrededor de la diócesis para los líderes parroquiales y personal de las parroquias quienes a su vez trabajan con sus párrocos, vicarios parroquiales, LEMs, y diáconos de maneras muy específicas en cada escenario pastoral. Nuestra declaración diocesana de visión renovada está bien diseñada en su sencillez, y de gran alcance en su pertinencia. Servir a los demás — Inspirar a los discípulos — Abrazar la diversidad.
Estas tres frases surgieron de las deliberaciones del equipo diocesano visionario durante siete sesiones durante el verano y el otoño que se caracterizaron por una gran reflexión y diálogo tenaz, todo ello bajo la inspiración del Espíritu Santo. La información recogida durante nuestras 17 sesiones de escucha y el clamor de nuestra cultura actual claman por nuestra declaración de visión. Hay prioridades pastorales con metas y tareas vigorosas que derivan de la visión y estas se presentarán y comenzarán a aplicarse a partir del próximo mes. Cada parroquia, escuela y ministerio pastoral participarán en el labor de aplicar concretamente la visión a la realidad de cada ministerio.
Escribo esta columna en la víspera del tercer aniversario de mi ordenación e instalación como el undécimo obispo de Jackson y, sin duda, ha sido una aventura repleta de acción en la fe desde el principio.
Recuerdo que inmediatamente después de la ceremonia de ordenación un periodista me preguntó si podía elaborar sobre la visión que tenía para la diócesis. Sonreí porque aún no pude encontrar la mitad de las cosas que empaqueté para el traslado a Jackson de la diócesis de Scranton, y mucho menos articular una visión para una diócesis que sólo tenía dos horas de servicio. Seriamente, yo sabía que iba a tomar tiempo para asentarme y tener la oportunidad, en las palabras del papa Francisco, “de un encuentro, de diálogar y acompañar” a los fieles de la diócesis de Jackson, a fin de que el Espíritu Santo nos lleve a la vista que ahora pone ante nosotros. Esto es claramente uno de los significados de las palabras proféticas de Habacuc, citado anteriormente con respecto a la espera de la visión para que llegue en su momento designado.
Recuerden que la misión de la Iglesia Católica y de cada diócesis permanece igual hasta que Cristo venga de nuevo, es decir, hacer discípulos de todas las naciones. Nuestra sagrada misión como una diócesis es proclamar a Jesucristo viviendo el Evangelio para que todos puedan experimentar al Señor crucificado y resucitado. De esta misión viene nuestra visión que nos guiará durante los próximos tres a cinco años. Uno espera la bendición de lograr una unidad más profunda a lo largo de nuestros 65 condados que puede ser compleja debido a nuestra geografía como la diócesis católica más grande al este del río Mississippi. Una de los mantras que periódicamente he escuchado en mis viajes y visitas pastorales es que “no sentimos que somos una parte de la diócesis porque Jackson está tan lejos”.
Esto es difícil de superar, pero creo que nuestra visión renovada con sus prioridades pastorales se esforzará para lograr una unidad que nos facultará. Una exhortación de San Pablo a los corintios que luchaban con la unidad por muchas razones, nos ayu-da a entender la sabiduría de quiénes somos. “Les ruego, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se pongan de acuerdo y superen sus divisiones, lleguen a ser una sola cosa, con un mismo sentir y los mismos propósitos.” (1Cor 1:10) Una visión puede suscitar en nosotros el mismo espíritu y propósito que la distancia no puede debilitar.
A medida que nuestro 180º año como diócesis se desarrolla ante nosotros, el Señor Jesús, siempre antiguo y siempre nuevo, que comenzó esta buena obra en nosotros, continúa renovándonos e inspirándonos a servirle con fe y creatividad en estos tiempos difíciles pero llenos de esperanza.
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La prioridad diocesana comienza con una convocatoria
CANTON – Sacerdotes, diáconos, ministros eclesiales laicos y líderes de las parroquias de la diócesis asistieron a una convocatoria en el Centro Duncan Gray. El tema de este encuentro fue introducir las nuevas prioridades pastorales diocesanas.
Esta fue la primera de muchas asambleas destinadas a implementar las nuevas prioridades de la Diócesis de Jackson. El obispo y su equipo compartieron las prioridades y discutieron como integrarlas en la vida parroquial.
Los capacitadores del Catholic Leadership Institute (CLI) presentaron talleres sobre el establecimiento de metas. Luego los asistentes se dividieron en grupos y trabajaron en las metas y planes de sus parroquias.
Para el próximo paso, el obispo y su equipo llevarán a cabo reuniones similares a las sesiones de escucha organizadas el año pasado. En estas reuniones, el equipo introducirá la nueva visión, misión y las tres prioridades para la diócesis.
Después de esas reuniones, las parroquias planeará cómo su trabajo estará alineado con las nuevas prioridades. El obispo ha reclutado un equipo de personas de recursos que colaborarán con los pastores para ofrecer ayuda cuando sea necesario y realizar un seguimiento del progreso en los objetivos que cada comunidad establece para sí mismo.
“Lo que nos gusta de este enfoque es que cada comunidad pueda ver sus retos y sus miembros y ver cómo pueden apoyar la misión en general. La misión sigue siendo la misma para toda la diócesis, pero cada comunidad puede adaptarse a lo que necesita para hacer la visión una realidad “, dijo el obispo Kopacz.
Las prioridades son el trabajo del Obispo Joseph Kopacz y un equipo de envisionamiento formado por personas de la diócesis. El equipo tomó los apuntes de las sesiones de escucha del año pasado y los combinó con datos del estado, la diócesis y la iglesia en los Estados Unidos. Después de recibir entrenamiento del Catholic Leadership Institute sobre planificación estratégica, el equipo elaboró la nueva declaración y las prioridades.
“Escribir las nuevas prioridades fue sólo el comienzo de este proceso”, dijo el padre Kevin Slattery, vicario general de la Diócesis de Jackson. “No queríamos escribir un documento que pudiera colocarse en un estante, queríamos crear un plan de vida que las parroquias, escuelas y comunidades pudieran seguir usando para avanzar y darnos un sentido de unidad. Esperamos que al usar el equipo de recursos que el objectivo se realizará y nos mantendrá encaminados en la dirección correcta,” añadió el padre Slattery.
Dennis van Auken, uno de los entrenadores de CLI, dijo que nunca ha visto una diócesis desarrollar la implementación de esta manera.
Además de las reuniones y el equipo de recursos, la diócesis lanzará una nueva sección en el website dedicada a las nuevas prioridades. Estas páginas tendrán reflexiones y gráficos descargables que las parroquias y los individuos pueden usar cuando examinan cómo alinear su trabajo con el trabajo de la diócesis.
El Departamento de Comunicaciones ha preparado libros de trabajo y tarjetas de oración para alentar el apoyo. Mississippi Católico presentará las nuevas prioridades en marzo junto con la cobertura de historias de éxito de diferentes comunidades y el apoyo continuo para la implementación.