V Encuentro. Los jóvenes energizaron el evento

Por Berta del Carmen Mexidor
GRAPEVINE, Texas – Con una reunión nacional culminó el ciclo del quinto encuentro. El conclave se celebró por tres días en Grapevine, Texas, desde el 20 al 24 de septiembre. Delegados de todo el país, seleccionados después de reuniones parroquiales, diocesanas y regionales, participaron en el V Encuentro, al llamado de los Obispos de los Estados Unidos para entregar a estos el resultado de múltiples consultas con los católicos, que incluyen, por supuesto los retos y planes de la comunidad latina/ hispana dentro de la iglesia católica.
La delegación de la Diócesis de Jackson, dirigida por el Obispo Joseph Kopacz, contó con excelentes representantes: Susana Becerril, María Isamar Mazy, quienes llevaron la voz de los más jóvenes y Danna Johnson , Sor María Elena Méndez, MGSpS, una de las coordinadoras del Ministerio Hispano para la diócesis y el padre Michael Mc Andrew, quienes resumieron las expectativas y experiencias para formación de fe, vocaciones y trabajo de comunidad.

El trabajo del V Encuentro termina donde comienza el VI Encuentro. Todos los delegados deben transmitir los resultados nacionales, comenzando con la réplica del mismo proceso de consulta a nivel de cada iglesia, diócesis y región. Este proceso llevará cuatro años más hasta concluir con una nueva cita nacional para cumplir con la tarea de ser discípulos misioneros.
A su regreso la pregunta a los participantes fue la misma-
P: ¿Qué experiencias resaltan del evento nacional del V Encuentro? Las respuestas no se hicieron esperar:
R: Isamar – Mi experiencia fue muy bonita viendo que la iglesia en estos tiempos de dificultad pudo unirse en oración y que los obispos fueron con sencillez y humildad a pedirnos a nosotros que rezáramos por ellos. Me impresionó la multitud de personas que hubo, éramos alrededor de 3,200 personas de todo los Estados Unidos y por parte del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) Monseñor Constantino Barrera Morales y el Obispo de Sonsonate de El Salvador trajeron jóvenes de Costa Rica y Brasil para escuchar nuestras experiencias. Contamos con la grata presencia del Nuncio Apostólico comisionado por el papa Francisco y su mensaje alentador fue de mucha alegría para nosotros cuando nos dijo que “somos un pueblo en marcha.”
R: Susana Becerril – Me llevo muchas cosas del V Encuentro, algunas buenas otras no tanto, pero todo me ha servido para aprender cosas urgentes en realidad, que quizá no creía necesarias. Me gustó que se habló de una integración de la comunidad estadounidense y la latino/hispana. Remarcaron que no somos invitados de la iglesia, nosotros somos iglesia, tenemos voz, tenemos derecho, pero más nada tenemos la obligación de hacer algo por los que más lo necesitan. Pero como dije al principio no todo fue tan bueno, siento que faltó más tiempo o no se usó el tiempo de manera proporcional para abordar todos los temas y para ser escuchados por los obispos.”
R: Danna – Como ya se nos había explicado antes de ir al encuentro nacional, la dinámica de estos tres días era continuar la metodología y espiritualidad del pasaje bíblico de los discípulos que van camino a Emaus y que refleja los cinco movimientos que el Papa Francisco presenta en la Alegría del Evangelio: Primeriar, involucrarse, acompañar, dar frutos y festejar.
De estos cinco movimientos, el que más me dejo marcada fue el de acompañar. El Obispo Daniel Flores de la diócesis de Brownsville, TX, nos decía en su presentación que para acompañar “debe existir el deseo de hacerlo.” Acompañar es presencia, tiempo, paciencia, escucha, mirada cercana y contemplativa, es nuestro “Muévete y detente ante la otra persona (move and stop before the other person)” al estilo de Jesús. Esto requiere “desinstalar nuestra cómoda condición de espectadores” nos dijo.
Yo regreso a mi vida ordinaria con esas palabras del Obispo Flores en mi memoria y corazón. ¿Cómo me hablan esas palabras en mi vida? El V Encuentro fue una oportunidad de apertura para ver con nuevos ojos las mismas necesidades, particularmente las del pueblo hispano en la iglesia católica en los Estados Unidos y aquí en Mississippi. Se habló mucho de la falta de atención espiritual (especialmente en los jóvenes), de los obstáculos de integración y de la falta de una formación integral en todos los niveles de liderazgo de la iglesia.
En medio de los escándalos y las crisis que pasa la iglesia católica actualmente, Dr. Hosffman Ospino nos dijo “el V Encuentro es un modelo de reflexión y acción, comunión en la diversidad. Es un gran momento de ser católico (a) e Hispano (a), una iglesia renovada, que requiere de una conversión pastoral autentica.”
R: Hermana María Elena – El V Encuentro nacional fue como un nuevo Pentecostés para la Iglesia Católica de los Estados Unidos. Participar en el proceso del V Encuentro fue un momento de gracia, una caricia, un abrazo afectivo y una luz que se enciende en la oscuridad en medio de este momento difícil para la Iglesia.
Desde que subí al avión que me llevaría a Texas mi corazón empezó a palpitar de gozo, pues sería parte de un evento que marcaría la historia de la Iglesia y de la sociedad de los Estados Unidos. También vino a mi mente la gran responsabilidad que llevaba conmigo el ser delegada de la Diócesis, pues los que no pudieron ir esperaban de vuelta el mensaje recibido.
El haber vivido el proceso en las parroquias, en la diócesis, en la región y ahora la nación, me hizo contemplar en conjunto los retos, sueños, oportunidades, posibilidades y responsabilidades que tenemos como hispanos dentro de la sociedad y de la Iglesia. En el evento me tocó caminar en la procesión de entrada como representante de Jackson y la región V. Caminar por el pasillo escuchando los gritos de gozo cuando se anunciaba a cada grupo que representaba a la región me llenó emoción. Caminar entre alrededor de 3,200 participantes de toda la nación, de una gran gama de ministerios, experiencias, diócesis y regiones era maravilloso. Esto me llenó de orgullo por ser hispana y mexicana.
Los tres días del evento, fueron de trabajo por regiones, interregionales y finalmente por áreas de ministerios. Aún cuando los días estuvieron llenos de actividades, hubo fiesta, música, baile y mucha alegría. A la vez, hubo tiempo para reflexionar en nuestros retos, limitaciones, oportunidades y sueños.
En general, los obispos nos motivaron a ser protagonistas, a formarnos, a pasar de espectadores a tomar liderazgo, a ir en busca de los que se han alejado de la Iglesia por cualquier razón y a ser misioneros, testigos del amor de Dios.
La que resaltó muy fuerte fue la pastoral juvenil y la necesidad de los roles de liderazgo de la mujer diciendo “escúchenos, acompáñenos, fórmenos e inviertan económicamente en nosotros”, estamos listos para tomar puestos de responsabilidad en la estructura parroquial y diocesana, confíen en nosotros.
Al final de todo, me sentí motivada y confirmada con lo que dijo Carl Anderson (Caballero Supremo de los Caballeros de Colón) sobre la Virgen de Guadalupe: “Nuestra Señora de Guadalupe está trabajando en la Iglesia de los Estados Unidos a través de la fe y las acciones de numerosos seguidores. Ella es muy relevante ahora, hay un milagro de Guadalupe hoy en este país” agregó
Yo creo la Virgen de Guadalupe, como lo hizo antes, nos va a unir como Iglesia Católica y como Continente Americano.
R: Padre Mc Andrew- Si bien las liturgias fueron hermosas, excelente música y había mucho que aprender, la parte más importante fue conocer gente de todo el país y escucharlos compartir historias de prueba, esperanza y fe. Fué genial ver a las nuevas generaciones de líderes con tanta energía. Los jóvenes en el V Encuentro energizaron el evento.
R: Bishop Kopacz- La comunidad latina ha crecido y evolucionado durante dos generaciones adicionales a través del nacimiento y la inmigración a casi el 40 por ciento de la Iglesia Católica en los Estados Unidos. El enfoque del V Encuentro es el reconocimiento a los latinos, llamados a asumir un mayor liderazgo en la Iglesia. La creciente presencia de católicos latinos y católicos asiáticos en este momento en la Iglesia de los Estados Unidos inevitablemente transformará la complejidad del liderazgo en el futuro. El V Encuentro trata de hacer esta transformación más intencional. A pesar de las sombras que oscurecen la misión y la visión de la Iglesia, el Encuentro estuvo marcado por una alegría generalizada, un considerable ánimo (espíritu), un amor entusiasta por el Señor y la Santísima Madre y una esperanza para el futuro (sigue adelante). (De su columna del 26 de octubre)
La misión de ser discípulos misioneros fue resumida por el padre Eduardo de la Región XI con una frase que aprendió sobre hispanos / latinos: “Los misioneros pacíficos de Dios (pachangeros) son aquellos que se entregan, los que saben cómo dar la bienvenida y los que están contentos.

Encuentro opens with procession, papal message, prayers for abuse victims

By Norma Montenegro Flynn
GRAPEVINE, Texas (CNS) – A video message from Pope Francis and a procession of Encuentro crosses representing all of the participating episcopal regions were the highlights during the first day of the National Fifth Encuentro gathering taking place Sept. 20-23 in Grapevine.
With hearts full of excitement and joy, about 3,000 Hispanic ministry leaders cheered as they welcomed representatives for each of the 14 episcopal regions approaching the stage and carrying the same crosses and colorful banners that accompanied their gatherings during the multiyear process of discernment and consultation that began at their parishes. The crosses were placed on the stage by the bishops who served as chairs for each region.
The Diocese of Jackson’s delegation, led by Bishop Joseph Kopacz, had four members: Susana Becerril, Maria Isamar Mazy, Danna Johnson and Sister María Elena Méndez, MGSpS, one of the coordinators for Hispanic Ministry for the diocese.
Pope Francis captivated the audience with a video message that was received with a standing ovation.
“I see that the Fifth Encuentro is a concrete way for the church in the U.S. to respond to the challenge of going beyond what is comfortable, business as usual, and to become a leaven of communion for all those who seek a future of hope, especially young people and families that live in the peripheries of society,” the pontiff said.
He also urged them to continue the process of pastoral conversion at all levels through an encounter with one another centered in the adoration of Jesus Christ.
The gathering, also known as V Encuentro, brings under one roof about 2,700 diocesan representatives, 125 bishops from 159 dioceses and archdioceses across the country, and other members of Catholic organizations. During the four-day event, they continued the discernment process to develop a national pastoral plan for Hispanic ministry.
Cardinal Daniel N. DiNardo of Galveston-Houston, president of the U.S. Conference of Catholic Bishops, welcomed the crowd and addressed the need for healing and accountability sparked by the clerical sex abuse scandal.
“As bishops, we have fallen short of what God expects of his shepherds. By this we again ask forgiveness from both the Lord and those who have been harmed, and from you, the people of God.” Cardinal DiNardo said.
He emphasized the efforts being made to support and accompany survivors in their healing and to implement stronger protections against sexual abuse.
“Amidst this darkness the Encuentro is a light that shines and illuminates the way forward. The enthusiasm, compassion, the love and the joy of the Encuentro process is a means of grace. A gift to us as we rebuild the church,” the cardinal told the Encuentro participants.
Archbishop Gustavo Garcia-Siller of San Antonio led the evening prayer and asked for prayers for the victims of clerical sexual abuse.
“Let us pray to God for the victims of the crimes that led to this crisis. Do everything you can for the healing of all the victims of these abuses and pray also for the perpetrators and for us, your shepherds,” Archbishop Garcia-Siller said.
Remembering the nearly five decades of encuentros in the United States, Mercy Sister Ana Maria Pineda, a theologian at Santa Clara University in California, called the Texas gathering a historic moment.
“We are the elders and the offspring of the sacred history woven with the many threads of the past and the present and looking toward the future,” she said. “We recall the past and how God has traveled with us throughout these many decades as Catholic Hispanics, Latinos.”
Sister Pineda has participated in all the encuentros since 1972, when the first Encuentro took place in Washington. During that very first gathering, priests, bishops and lay leaders proposed significant ways to attend to the pastoral needs of Hispanic Catholics.
In 1977, the second Encuentro also was held in Washington with the theme of “Pueblo the Dios en Marcha” (“People of God Going Forward”).

“In my memory, it is like a Pentecost moment,” Sister Pineda recalled. That year about 1,200 Hispanic Catholic leaders reflected on issues such as evangelization, ministries, human rights, education and political responsibility.
Sister Pineda described it as a turning point in which they shared stories of joy, sorrow, neglect and hope. They were drawn together as a Hispanic community and became aware of the unique contributions they offered to society and the church. In turn, the church was motivated to respond more authentically to the needs of that growing community.
The third Encuentro, in 1985, focused on youth, the poor and human dignity, and led to the creation of a national pastoral plan for Hispanic ministry.
Encuentro 2000 embraced the many culturally diverse communities in the United States and the cultural and religious contributions that also enrich the church, Sister Pineda said.
Bishop Michael F. Olson of Fort Worth welcomed the participants, including international guests such as Archbishop Christophe Pierre; Guzman Carriquiry, secretary of the Pontifical Commission for Latin America; and bishop-representatives from the Latin American bishops’ council, or CELAM, as well as from Canada, El Salvador and Mexico.
Through a process of missionary work, consultation, leadership development and community building, the Encuentro seeks to develop better ways in which the Catholic Church responds to Hispanic Catholics in parishes around the country and to strengthen them as leaders and missionary disciples.
Look for reflections from the local delegation in the next Mississippi Catholic.

V Encuentro. Jesús, camino de vida

Por Berta del Carmen Mexidor

GRAPEVINE, Texas – V Encuentro comenzó en Grapevine, Texas el 20 de septiembre, cuando los delegados de todo el país respondieron al llamado para reunirse. 

Con corazones llenos de emoción y alegría, alrededor de 3,000 líderes del ministerio hispano vitorearon mientras daban la bienvenida a los representantes de cada una de las 14 regiones episcopales que se acercaban al escenario y llevaban las mismas cruces y coloridos carteles que acompañaban sus reuniones durante el proceso de discernimiento y consulta que comenzó en sus parroquias.

Las cruces fueron colocadas en el escenario por los obispos que sirvieron como sillas para cada región.

La delegación de la Diócesis de Jackson, dirigida por el Obispo Joseph Kopacz, tuvo cuatro delegadas: Susana Becerril, María Isamar Mazy, Danna Johnson y Sor María Elena Méndez, MGSpS, una de las coordinadoras del Ministerio Hispano para la diócesis.

El Papa envió un video mensaje a los delegados donde agradece a los obispos de los Estados Unidos por este esfuerzo y a la comunidad hispana / latina por su ejemplo de fe.

El Papa les dijo que el cónclave es histórico para la iglesia de los Estados Unidos que busca establecer “… una nueva cultura de encuentro, que despierta esperanza … una forma diferente de compartir la riqueza de sus experiencias”. Este encuentro le pide a la iglesia que rompa la zona de confort, creando más comunidad. El V Encuentro, destacó el Papa, es un esfuerzo que muestra los dones y valores que la comunidad católica tiene para ofrecer con una misión misionera de la fe.

El Papa le pidió a la Virgen de Guadalupe y a Dios que cuidaran y bendijera a los delegados y concluyó: “Le pido que no se olviden de orar por mí”.

El cardenal Daniel N. DiNardo de Galveston-Houston, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, abrió el evento en un cálido y abierto saludo de bienvenida. Señaló los desafíos de la iglesia y la necesidad de sanación después del escándalo de abuso. Expresó que “Como obispos, nos hemos quedado cortos de lo que Dios espera de sus pastores. Por esto pedimos perdón de nuevo, tanto al Señor como a los que han sido dañados, y a ustedes, el pueblo de Dios”, remarcando de esa manera que formas como Encuentro son una “luz que brilla e ilumina el camino a seguir”.

El Cardenal DiNardo escribió, en su carta a los delegados, “Quiero agradecer a todos ustedes, los delegados y otros líderes católicos, que han dedicado tantas horas para levantar las voces, esperanzas, sueños, compromisos y recomendaciones pastorales que son en el centro de esta reunión eclesial, contribuyendo tanto a la vida y la misión de la Iglesia en los Estados Unidos “.

El cardenal Joseph William Tobin, C.Ss.R., como orador principal el viernes 21 en el tema ”La iglesia que se involucra”, señaló las diferencias entre ser una iglesia distante o accesible. El cardenal Joe, que se hace llamar Joe Tobin, misionero redentorista y arzobispo de Newark en su cuenta de Twitter, es un ejemplo de adaptación a nuevas formas de acercamiento a su rebaño como cardenal arzobispo de Newark en Nueva Jersey.

Fue nombrado Cardenal en 2016 por el Papa Francisco después de ser arzobispo de Indianápolis y Superior General de los Redentoristas. Su discurso en inglés y español, saturado de historias y evangelio, involucró a la audiencia de una manera notable.

La delegación de Mississippi ha participado con alegría en el proceso previo al evento nacional: audiencia de latinos en parroquias de todo Mississippi.

Los miembros de la delegación devolverán los resultados de la reunión nacional al estado para continuar el trabajo. La música, parte de la cultura latina, sazonó todas las sesiones con canciones; “Jesús es el camino a la vida” fue el tema en línea para miles de latinos que siguieron el V Encuentro en las redes sociales. Busque las reflexiones de la delegación local en el próximo Mississippi Católico.

Team packs faith, joy, traditions for V Encuentro

By Berta Mexidor
JACKSON – Latinos carry traditions, culture, languages and faith everywhere they go. It is a common trait among many Latino cultures and it will be on display this fall at the V Encuentro. “Encuentro” is a four-year sequence of parish gatherings to debate, collaborate and share experiences of what it means to be Hispanic and Catholic in the United States.
The “Encuentro” process was the U.S. Bishops’ effort to better understand and serve growing numbers of Hispanic Catholics who brought their music, food and faith traditions into the U.S. The first “Encuentro” was in 1972 and led to the creation of the national Office of Hispanic Affairs.
This multiple progression of encounters is organized starting in parishes going to regions and leading to a final national gathering every four years.The U.S. Conference of Catholic Bishops (UCCB) has called 3,000 delegates from across the U.S for the national V Encuentro, pastoral encounter, to be celebrated in Grapevine, Texas on Se

Susana Becerril

ptember 20-23.
The Diocese of Jackson will have four delegates, all of them women: Susana Becerril, María Isamar Mazy, Danna Johnson and Sister María Elena Méndez, MGSpS, one of the coordinators for Hispanic Ministry for the diocese. The delegates will be led by Bishop Joseph Kopacz. Their voices will represent the Latino experience in Mississippi.
Sister Mendez said more than 500 people have participated in 23 parish teams and two diocesan meetings since the beginning of the process in this diocese.
“We will keep our commitment to work together, and our expectation is to update the national Hispanic plan and – at our return – to apply it in the parishes,” said Sister.
In their search for facilitators, Sisters Mendez and Maria Josefa Garcia, both MGSpS, and V Encuentro’s organizers found Susana Becerril. Becerril began creating small groups in the community of Cleveland Our Lady of Victories Parish. One of the groups included young-adults and adults, and Susana recalled it as a good experience because, regardless the difference of age, the bond created was great. Her family has been in Cleveland for more than seven years. Susana has four siblings and works two jobs to help them. This young lady has big expectations for the national V Encuentro. “I want to see the implementation of programs that can help Latino families in my community, training more facilitators and young initiatives.” Susana explained that around a 50 percent of the Latinos in Cleveland are not attending church activities, because of work schedule or lack of motivation. “We now have Mass in Spanish, and it helps, but I want to help to increase our impact,” Susana stated.

Danna Johnson

Danna Johnson is taking the messages from a dozen parishes to V Encuentro. Danna is working as coordinator of Hispanic Ministry in Deanery five, in the north part of the state. Coming from Honduras six years ago, she has accepted the challenges that every immigrant has, remarking that “only in church you find a spiritual refuge.” Danna brought her family’s Catholic traditions to Pontotoc and with time, hard work and faith she started answering her passion to serve. Starting as a catechist, she is now part of the deanery leadership team, working with faith formation, leadership, liturgy and all 12 parishes of Deanery five.
“Serving others, that is my conviction and my faith has been enriched. This job is a gift from God to me,” Danna said. She participated in the south regional Encuentro hosted in Miami earlier this year where she was impacted by the cultural diversity of the Latino community.
She believes the church ought to address the needs of youth in these challenging times. “All of us need an encounter with Christ and to be together in that journey” Danna concluded.

María Isamar Mazy

Mazy, from the Cathedral of St Peter the Apostle has been in U.S for 13 years. As a medical assistant at the University of Mississippi Medical Center she witnesses pain and the healing process. She got involved in Encuentro at the very beginning of this cycle of meetings. She works in youth ministry “There is a lot to do for the Latino community in Mississippi,” she said. “I like to help distribute information, gather opinions and implement programs to help Latino families and therefore the young generations,” she added
She hopes to bring home examples of successful programs implemented in other states for helping students go to college, family religious education and more. She appreciates the words of Bishop Kopacz, who addressed Mississippi’s delegates, because “it encourages me to continue with this work, … I feel that we have his support.” Reuniting with the diocesan team for this positive experience – she is betting this will be a healing experience. “I am very enthusiastic and ready to help grow this community,” she said.
In 2013, the Pope Francis released an apostolic exhortation called The Joy of the Gospel calling on the Catholic community to encounter one another and Jesus. Encuentro is just one way the Church can do this work. “I wish to encourage the Christian faithful to embark upon a new chapter of evangelization marked by this joy,” wrote the Pope. Danna, Isamar and Susana responded to this call and their happiness is filling their bags. Look for Encuentro coverage in upcoming editions of Mississippi Catholic.

Equipo empaca Felicidad, Fe y Tradición para V Encuentro

Por Berta Del Carmen Mexidor
JACKSON – Los latinos llevan tradiciones, cultura, idiomas y fe a donde quiera que vayan. Es un rasgo común entre muchas culturas latinas. Encuentro es una secuencia de cuatro años de reuniones parroquiales para debatir, colaborar y compartir experiencias sobre lo que significa ser hispano y católico en los Estados Unidos.
El proceso hacia Encuentro fue resultado del esfuerzo de los Obispos de EE. UU. para comprender y servir mejor a un número creciente de católicos hispanos que trajeron su música, cocina y tradiciones de fe. El primer Encuentro fue en 1972 y condujo a la creación de la oficina nacional de asuntos hispanos.
Esta progresión múltiple de reuniones se organiza de parroquias a regiones y conducen a una reunión nacional final cada cuatro años. Los resultados de esta vuelven a reproducir el mismo ciclo de reuniones parroquiales. La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) ha convocado a 3.000 delegados de todos los Estados Unidos para el V Encuentro pastoral, que se celebrará en Grapevine, Texas, del 20 al 23 de septiembre.

Susana Becerril

La Diócesis de Jackson tendrá cuatro delegados, todas mujeres, Susana Becerril, María Isamar Mazy, Danna Johnson y la hermana María Elena Méndez MGSpS, una de las coordinadoras del ministerio hispano de la diócesis. Las delegadas están guiadas por el obispo Joseph Kopacz. Sus voces representarán la experiencia latina en Mississippi.
La hermana María Elena dice que alrededor de más de quinientas personas han participado en todo el proceso desde el inicio, en 23 grupos parroquiales y dos reuniones diocesanas. “Tenemos el compromiso de trabajar juntos, y nuestras expectativas son actualizar el plan nacional hispano y a nuestro regreso, aplicarlo en las parroquias”, dijo la hermana.
En su búsqueda de facilitadoras, las hermanas María Elena y María Josefa García, MGSP encontraron a Susana Becerril. Susana tiene cuatro hermanos y ha estado trabajando para ayudar a su familia quenes viven por más de siete años en Cleveland, MS. Becerril comenzó a crear pequeños grupos en la comunidad de Nuestra Señora de las Victorias. Uno de los grupos incluía jóvenes y adultos, y ella lo recuerda como una buena experiencia porque, independientemente de la diferencia de edad, el vínculo creado fue excelente. Esta joven tiene grandes expectativas para el V Encuentro nacional “Quiero ver la implementación de programas que puedan ayudar a las familias latinas en mi comunidad, capacitando a más facilitadores y más iniciativas para los jóvenes” dice. Susana explicó que alrededor del 50 por ciento de los latinos en Cleveland no asisten a las actividades de la iglesia, debido al horario de trabajo o la falta de motivación. “Ahora tenemos misa en español, y eso ayuda un poco, pero quisiera que aumente nuestro impacto” concluye Susana.

Danna Johnson

Danna Johnson está tomando las inquietudes de una decena de parroquias para entregarlas directamente al V Encuentro. Danna trabaja como coordinadora del ministerio hispano del decanato cinco, en la parte norte del estado. Viniendo de Honduras hace seis años, ella aceptó los desafíos que cada inmigrante tiene, señalando que “solo en la iglesia se encuentra un refugio espiritual”. A Pontotoc, Danna trajo las tradiciones católicas de su familia. Con tiempo, trabajo duro y fe ella comenzó a responder a su pasión por servir; comenzando como catequista ahora es parte del equipo de liderazgo del decanato, trabajando con la formación de la fe, el liderazgo y la liturgia en las parroquias que conforman el decanato cinco.
“Servir a los demás, esa es mi convicción y mi fe se ha enriquecido, este trabajo es un regalo de Dios para mí “, dijo Danna. “Empecé a involucrarme con V Encuentro para informarles a los feligreses” añadió. Participó en el Encuentro regional del sur que se realizó en Miami a principios de este año, donde se vio impactada positivamente por la diversidad cultural de la comunidad latina.
Ella cree que la iglesia necesita abordar las necesidades de los jóvenes en estos tiempos difíciles. “Todos nosotros necesitamos un encuentro con Cristo y estar juntos en ese viaje” añadió Danna

María Isamar Mazy

María Isamar Mazy, una joven de la Catedral de San Pedro Apóstol, ha vivido en Estados Unidos por más de 13 años. Como asistente médico en el Centro Médico de la Universidad de Mississippi, ella es testigo del dolor y del proceso de curación. En la iglesia ella siguió el ejemplo de sus padres. Mazy se involucró en Encuentro al comienzo de este ciclo de reuniones. “Hay mucho que hacer por la comunidad latina en Mississippi”, dijo. Mazy colabora en el ministerio juvenil en la catedral de San Pedro, “Me gusta ayudar a distribuir información, reunir opiniones e implementar programas para ayudar a las familias latinas y, por lo tanto, a las generaciones jóvenes”, agregó.
Ella espera traer a casa ejemplos de programas exitosos implementados en otros estados para ayudar a los estudiantes a ir a la universidad, educación religiosa familiar y más. Agradece las palabras del obispo Kopacz a los delegados de Mississippi porque “me alienta a continuar con este trabajo, … siento que tenemos su apoyo” y concluye entusiasmada “Estoy lista para hacer crecer a esta comunidad”.
En 2013, el Papa Francisco emitió una exhortación apostólica llamada La Alegría del Evangelio en la que llama a la comunidad católica a encontrarse unos a otros y a Jesús. Encuentro es solo una forma más de la Iglesia para hacer este trabajo. “Deseo alentar a los fieles cristianos a emprender un nuevo capítulo de evangelización marcado por esta alegría”, escribió el Papa. La hermana María Elena, Danna, Isamar y Susana respondieron a esta llamada y su felicidad está llenando sus bolsos.
Busque la cobertura de Encuentro en futuras ediciones de Mississippi Católico.

¿Dónde estamos y cuál es el siguiente paso en el proceso del V Encuentro Nacional Hispano y en nuestra Diócesis?

Por Hermana Maria Elena Méndez, MGSpS y Elsa Baughman

Sister Maria Elena, MGSpS.

Veronica Lopez

Maria Isamar Mazy

Danna Johnson

Siguiendo la línea de tiempo del proceso a nivel nacional aplicado a nuestra Diócesis de Jackson, ya hemos dado hasta ahora los siguientes pasos: creado un equipo diocesano, entrenar a los equipos parroquiales de las parroquias que participaron, la creación de pequeños grupos en las parroquias para vivir los cinco temas con sus experiencias misioneras, los encuentros parroquiales y el encuentro diocesano que, en nuestro caso, se hizo en dos áreas: Túpelo y Madison. En esto encuentros hubo testimonios de personas profundos y significativos como estos: María Susana de Mejía, Corinth St. James. Dijo que todavía se siente impactada por todo lo vivido, compartido y por los temas que se trataron en las reuniones de grupos pequeños. “No hay algo en particular que me impacto”, dijo. “Todo me gustó, desde la animación del seminarista Cesar Sánchez, la explicación del Padre Octavio, la pequeña dinámica que hicieron las dos mujeres en forma de entrevista y los momentos de compartir en los pequeños grupos. El Señor me dejó maravillada”. Mayra Martínez, Túpelo St. James. Para ella el Encuentro fue una experiencia inolvidable. “El poder convivir con personas de otras comunidades y poder intercambiar opiniones y experiencias acerca de nuestras parroquias y de las necesidades de cada una de ellas y ver cómo se puede trabajar en ello fue muy importante”, dijo. Laura Méndez, Pontotoc St. Christopher. “Viví la gran experiencia del V Encuentro. Entendí la importancia de ser discípula misionera, testigo del amor de Dios y de involucrar a los jóvenes a participar en el mejoramiento del futuro de nuestra iglesia en el camino hacia nuestro Dios. Kathya Sánchez, Tupelo St. James. “Para mí ha sido un buen aprendizaje el saber lo que nuestra iglesia necesita y cómo podemos ayudar a nuestra iglesia y a nuestra comunidad. El ver todo lo bueno que nuestra fe puede lograr y que si nos unimos podemos hacer muchas cosas buenas unos por otros, el legado que le podemos dejar a nuestros hijos. Gracias a Dios y a las personas que hicieron posible este V Encuentro”. Cesar Alberto Ruiz, 17 años, Corinth St. James. “Mi experiencia más bonita es que aprendí que podemos invitar a la gente a la iglesia que esté perdido en la vida y que no sabe mucho de Dios. También podemos ir a predicarle a la gente que no va a la iglesia para que puedan aprender más de Dios”. Oswaldo Vázquez Mejía, 14 años, Corinth St. James. “Lo que más me gustó del V Encuentro fue que todos los jóvenes tuvimos la oportunidad de compartir juntos en pequeños grupos y las pláticas que dieron para fortalecer nuestra fe y trabajar juntos en comunidad. Sonia Torres, Houston Inmaculado Corazón de María. “Hubo un tiempo que decía que necesitábamos a gente de fuera que viniera a proclamar el amor de Dios a mi comunidad porque estábamos un poco apagados. Ahora sé que no necesitamos que alguien venga de fuera, necesitamos despertar porque todos somos llamados a ser discípulos misioneros”. Para Mayra Martínez de la Parroquia St. James en Túpelo, el Encuentro fue una experiencia inolvidable. “El poder convivir con personas de otras comunidades y poder intercambiar opiniones y experiencias acerca de nuestras parroquias y de las necesidades de cada una de ellas y ver cómo se puede trabajar en ello, fue muy importante”.
Ahora, después de vivir ese momento, la oficina de ministerio hispano, junto con las personas delegadas para representar a nuestra diócesis (Isamar Mazy (St Peter, Jackson), Susana Becerril (Our Lady of Victories, Cleveland), Danna Jonhson (St Christopher, Pontotoc) y de parte de la oficina de ministerio hispano, la H. María Elena Méndez MGSPS y Verónica Lopez), nos reuniremos el sábado 18 para discernir de nuestras áreas de necesidad diocesana, cuáles son las áreas de prioridad compartidas con región V o Sureste después de ser aprobadas por nuestro Obispo Joseph Kopacz. Estas áreas, se trabajarán en la reunión regional del 22 al 24 de febrero en Miami, de ahí, se elegirán las que deben pasarán a ser estudiadas en la reunión nacional en septiembre del 2018.
Les pedimos a todos que apoyen a nuestras delegadas diocesanas con su oración, pero también económicamente si es posible para ustedes como parroquias, familiares y amigos.

Encuentro process aimed at meeting needs, fostering sense of mission

By Norma Montenegro
WASHINGTON – Most dioceses and archdioceses around the country are holding their diocesan encuentros throughout the fall, highlighting what contributions Hispanic Catholics bring to the Catholic Church and their faith communities.
Anticipation of those gatherings comes as communities celebrate this year’s annual National Hispanic Heritage Month, highlighting Hispanics’ contributions to their communities and to society. The observance began Sept. 15 and ran through Oct. 15.
U.S. census estimates show that about 29.7 million Hispanics/Latinos in the United States identify as Catholics, which represents nearly 59 percent of the total Hispanic population in the country. Among millennials, Hispanic Catholics represent 54 percent of U.S. Catholics born in 1982 or later.
U.S. Catholic officials say the church’s encuentro process is an essential opportunity for many parishes and dioceses to promote and grow unity, leadership and cross-collaboration.
Diocesan encuentros are the current phase of what is a four-year process of ecclesial reflection and action. First came parish-level encuentros, next will be regional encuentros. The process will culminate in the Fifth National Encuentro, known as “V Encuentro,” next September in Grapevine, Texas. Previous national encuentros were held in 1972, 1977, 1985 and 2000.
The purpose, as its name states, is to “encounter” others by reaching out to those at the margins through evangelization, by listening to the concerns of such a diverse community through consultation and preparing emerging ministry leaders.
In the Diocese of San Diego, David Gonzalez, a parishioner at Our Lady of Mount Carmel in San Isidro, California, said the process has helped unify his parish community, engage new leaders including youth and young adults, and focus parish ministry groups on one common mission.
Personally, it has brought him a renewed sense of commitment. “I’m part of the church, I am the church, I need to go out too,” he said in an interview. “My wife and I, we try to continue (it). It is not just a process that happened and we are done.”
The Diocese of San Diego, which serves 1.3 million Catholics, is set to hold its encuentro Oct. 21. About 250 delegates from participating parishes were expected to attend. The encuentro process in this culturally diverse diocese, where 75 percent of the Catholic population is Hispanic, is offered in both English and Spanish.
Around the country, more than 100 of the nearly 165 participating dioceses are holding their diocesan encuentro between August and December. Parish delegates will attend and afterward present a report to their respective diocesan bishops that will include needs, goals, priorities and recommendations.
In the Archdiocese of Washington, 300 delegates representing 30 parishes gathered to contribute their recommendations, which were presented in a report to Washington Cardinal Donald W. Wuerl Oct. 21 during the archdiocesan encuentro. About 1,000 people were expected to participate.
The delegates identified several priority areas from information gathered from nearly 6,000 people engaged during the process. Those include the accompaniment of families and youth, including single parents, the elderly and those at risk of violence; the need to foster a sense of missionary discipleship, including outreach to non-Spanish-speaking Hispanics; and the call to advocacy and solidarity with immigrants.

Members of Our Holy Redeemer Church in Freeport, N.Y., pass a sponge soaked in water during a team competition at the annual encuentro gathering in 2016 at Immaculate Conception Seminary in Huntington, N.Y. (CNS photo/Gregory A. Shemitz, Long Island Catholic) See ENCUENTRO-DIOCESAN-PROCESS Sept. 19, 2017.

“It was pretty evident that folks wanted to be formed in their faith and they wanted to be the ones as missionary disciples, to go out and reach out to these groups.” said Javier Bustamante, chairman of the archdiocesan team for the V Encuentro.
“Our archdiocesan team will be taking a look at these recommendations in the next few months and will continue to come up with strategies, recommendations of best practices, things that we could be doing, both at the archdiocese and the parish level,” he said in an interview.
About 2,000 leaders and delegates from 100 parishes and religious organizations in the Archdiocese of San Antonio were preparing for their encuentro Sept. 30. The encuentro process reaching out to Hispanics and other cultural groups, has been fruitful in many ways, say those involved, including bringing hope and conversion, and helping many return to the church.
In one particularly moving case, it even helped save the life of someone who was considering suicide, according to Lucia Baez Luzondo, director of the Office of the V Encuentro. She also heads the Secretariat for Laity, Marriage, Family Life and Youth at the Archdiocese of San Antonio.
“The spirit and the culture of the encuentro are going to be the backbone of the new pastoral plan of the archdiocese for the next five years. It has been transformational to all of us,” Luzondo said.
In another example of missionary discipleship inspired by the encuentro, a youth group from St. Matthew Catholic Church in San Antonio reached out to a group of young Burmese refugees, who in turn have gotten closer to the parish and its community to the point where about 20 Burmese representatives will take part in the archdiocesan encuentro, Luzondo reported.
Dioceses will share recommendations gathered during their own encuentros with their episcopal regions by next spring and following that will come regional encuentros.
Reports based on recommendations will assist dioceses to better identify strategies, implement recommendations and set priorities in a more inclusive way to continue shaping how Hispanic ministry is done based on Pope Francis’ “Joy of the Gospel,” said Alejandro Aguilera-Titus, national coordinator for the V Encuentro.
He is assistant director of Hispanic affairs in the Secretariat of Cultural Diversity in the Church for the U.S. Conference of Catholic Bishops in Washington.
The V Encuentro is an implementation of that vision of church that is missionary, that is an example and promoter of justice, that reaches out to those who are most in need, that builds community and understanding,” Aguilera-Titus said.
(Editor’s note: see related story on page 1)

Encuentro se enfoca en mejorando el ministerio hispano

Por Elsa Baughman
TUPELO/MADISON – Debido al proceso del V Encuentro y por seguridad de la gente, este año la Oficina de Ministerio Hispano decidió tener dos Encuentros hispanos diocesanos que se realizaron en un ambiente de comunidad, alegría y participación en Túpelo, el 7 de octubre en la Parroquia St. James, y en Madison el 21 de octubre en la Parroquia San Francisco de Asís. Unas 200 personas asistieron a ambos eventos y todos tuvieron la oportunidad de ofrecer sugerencias sobre los obstáculos, necesidades y situaciones que ellos consideran requieren atención por parte de la diócesis o de sus parroquias.
El programa que siguieron fue igual en las dos parroquias. La primera presentación fue una explicación sobre el proceso del V Encuentro, su espiritualidad, sus objetivos, su papel como proceso de evangelización y consulta. Se destacó que este es un proceso al cual fueron invitados a participar todos los católicos de cada comunidad, no unos pocos, y fueron llamados a convertirse en auténticos discípulos misioneros, a ser testigos del amor de Dios, como lo indica el tema de este V Encuentro.
El Obispo Joseph Kopacz asistió al Encuentro en Madison y celebró la misa junto con cuatro sacerdotes que estuvieron presentes. En su homilía, el Obispo Kopacz dijo que la Iglesia Católica y la Diócesis de Jackson están bendecidas con la presencia de los hispanos en este país. “Con gran alegría escuché hoy que el Encuentro está en el corazón de la misión de nuestra diócesis,” dijo. “Es muy importante inspirar a los discípulos y abrazar su diversidad. Los invito a vivir el evangelio en sus corazones, con sus familiares, en sus lugares de trabajo, en la sociedad, siempre buscando justicia, paz, compasión, comunidad y solidaridad con nuestros hermanos.”

V Encuentro - Tupelo

También se hizo un paralelismo entre los objetivos del V Encuentro, tomando en cuenta la historia de los hispanos católicos en la diócesis y nuestras prioridades del plan. En Tupelo esto fue expuesto por el Padre Octavio Escobar y en Madison por Maribel Melo.
La segunda presentación consistió en un testimonio personal de conversión y compromiso misionero. En Túpelo, lo dirigieron en forma de entrevista Danna Jonhson y Sandra Almanza quien dio su testimonio y en Madison, Gerardo Hernández, miembro de la Catedral de San Pedro, quien explicó cómo Jesús transformó su vida cuando conoció por primera vez a la que más tarde sería su futura esposa.
Después de cada una de las presentaciones hubo reuniones de grupos pequeños en los cuales seleccionaron obstáculos y necesidades que para ellos son más urgentes. A la vez, ofrecieron sugerencias sobre las que ellos consideran posibles y/o realizables. Esta lista surgió de las respuestas de los grupos parroquiales, y se llamó, “la voz del pueblo hispano en las periferias”.
Lo más importante de este V Encuentro es que los hispanos han sido los protagonistas en este proceso. Durante las cinco sesiones paroquiales, igualmente compartieron sus aspiraciones, sueños, dones y talentos que ellos pueden ofrecer en sus comunidades para el bien común en beneficio del reino de Dios.
Asimismo, algunos de ellos mencionaron que durante las sesiones aprendieron a “primerear”, algo nuevo para ellos. Y dijeron que ahora se sienten con más confianza para ser los primeros en saludar, ayudar, sonreír, y escuchar, algo que aprendieron del Papa Francisco en su exhortación apostólica, “La Alegría del Evangelio”. En el Encuentro en Madison, las necesidades primordiales que los participantes mencionaron eran: más grupos para jóvenes, apoyo y formación a las familias, formación bíblica para adultos y catequistas, cuidado de niños, que haya más sacerdotes que hablen español y que haya grupos de apoyo en las parroquias para situaciones en caso de emergencia.
En Tupelo, también resaltaron la importancia de la pastoral juvenil, de trabajar unidos entre hispanos y con otras culturas, tener más retiros, la importancia de la formación en distintos niveles (niños, jóvenes y adultos).
Reina Magaña dijo que para ella, las sesiones del V Encuentro fueron un proceso de conversión. “Me han ayudado a fortalecer mi confianza para hablar en público y a ver la realidad a mi alrededor,” dijo. “Hoy me siento más segura de mi misma.”
Como una experiencia exitosa en su parroquia, Ana Mora de Lange, miembro de la Parroquia San Francisco de Asís en Madison, mencionó que en su parroquia se realizan varias actividades para reunir a toda la comunidad, especialmente la celebración de “Los sabores de San Francisco” en la cual la gente prepara comida de sus países de origen y esto “nos hace sentir que en la iglesia todos somos un solo cuerpo, no importa de dónde venimos.” También anotó que hace dos años comenzaron a celebrar la fiesta de la Virgen de Guadalupe con una misa en español y también celebran las Posadas.
Entre otras prácticas exitosas en sus parroquias fueron mencionados el Movimiento Familiar Cristiano, el grupo de oración Emaús en la Catedral de San Pedro, las clases de catequesis en algunas de las parroquias y los grupos de alabanzas.
Eva Sánchez de la Parroquia Santa Teresita en Jackson dijo que se sentía muy contenta de estar participando en el V Encuentro. “Me ha servido mucho para crecer en mi fe y ser testimonio del amor de Dios,” dijo.
En la segunda reunión de grupos, los participantes eligieron tres de las siete áreas que surgieron de acuerdo al documento de trabajo propuesto por el equipo nacional ENAVE para el proceso en las parroquias. Ellos seleccionaron las de más importancia para ellos como hispanos, estas áreas son: pastoral juvenil, pastoral social, familiar, evangelización, promoción vocacional, creación de comunidades acogedoras y reconciliadoras y la formación permanente de discípulos comprometidos, las últimas tres correspondientes a las prioridades de nuestro Plan Diocesano.
Todas estas recomendaciones, ideas e inquietudes serán discernidas por el equipo del ministerio hispano y luego con las personas delegadas para llenar el documento de trabajo propuesto para la diócesis al terminar el encuentro diocesano para llevarlo a la reunión regional en febrero 2018 y luego al Encuentro Nacional en septiembre del mismo año. Este documento debe ser presentado al nuestro obispo y ser aprobado por él. Más tarde, será presentados a los obispos para su consideración en el su plan pastoral hispano nacional.
María Susana de Mejía miembro de la Parroquia St. James en Corinth participó en el Encuentro en Túpelo. Ella todavía se siente impactada por todo lo vivido, compartido y por los temas que se trataron en las reuniones de grupos pequeños. “No hay algo en particular que me impacto”, dijo. “Todo me gustó, desde la animación del seminarista Cesar Sánchez, la explicación del Padre Octavio, la pequeña dinámica que hicieron las dos mujeres en forma de entrevista y los momentos de compartir en los pequeños grupos. El Señor me dejó maravillada”.
Para Mayra Martínez de la Parroquia St. James en Túpelo, el Encuentro fue una experiencia inolvidable. “El poder convivir con personas de otras
comunidades y poder intercambiar opiniones y experiencias acerca de nuestras parroquias y de las necesidades de cada una de ellas y ver cómo se puede trabajar en ello, fue muy importante”, dijo.
Es importante mencionar que para este proceso en la Diócesis, la participación del obispo, del equipo de ministerio hispano, de las parroquias y de las personas en las parroquias fue muy importante. De otra manera, lo logrado hasta ahora es este proceso, no hubiera sido posible.
Tenemos mucho que trabajar a partir de estas necesidades y prioridades diocesanas, que junto con lo del V Encuentro, nos ha ayudado a ver las necesidades específicas de los hispanos en la diócesis y las posibles formas de integrarlo al Plan Diocesano de maneras concretas.

(NOTA DEL EDITOR: La Hermana María Elena Méndez colaboró con este escrito.)

Encuentro process aimed at meeting needs, fostering sense of mission

By Norma Montenegro
WASHINGTON – Most dioceses and archdioceses around the country are holding their diocesan encuentros throughout the fall, highlighting what contributions Hispanic Catholics bring to the Catholic Church and their faith communities.
Anticipation of those gatherings comes as communities celebrate this year’s annual National Hispanic Heritage Month, highlighting Hispanics’ contributions to their communities and to society. The observance began Sept. 15 and ran through Oct. 15.
U.S. census estimates show that about 29.7 million Hispanics/Latinos in the United States identify as Catholics, which represents nearly 59 percent of the total Hispanic population in the country. Among millennials, Hispanic Catholics represent 54 percent of U.S. Catholics born in 1982 or later.
U.S. Catholic officials say the church’s encuentro process is an essential opportunity for many parishes and dioceses to promote and grow unity, leadership and cross-collaboration.
Diocesan encuentros are the current phase of what is a four-year process of ecclesial reflection and action. First came parish-level encuentros, next will be regional encuentros. The process will culminate in the Fifth National Encuentro, known as “V Encuentro,” next September in Grapevine, Texas. Previous national encuentros were held in 1972, 1977, 1985 and 2000.

Members of Our Holy Redeemer Church in Freeport, N.Y., pass a sponge soaked in water during a team competition at the annual encuentro gathering in 2016 at Immaculate Conception Seminary in Huntington, N.Y. (CNS photo/Gregory A. Shemitz, Long Island Catholic) See ENCUENTRO-DIOCESAN-PROCESS Sept. 19, 2017.

The purpose, as its name states, is to “encounter” others by reaching out to those at the margins through evangelization, by listening to the concerns of such a diverse community through consultation and preparing emerging ministry leaders.
In the Diocese of San Diego, David Gonzalez, a parishioner at Our Lady of Mount Carmel in San Isidro, California, said the process has helped unify his parish community, engage new leaders including youth and young adults, and focus parish ministry groups on one common mission.
Personally, it has brought him a renewed sense of commitment. “I’m part of the church, I am the church, I need to go out too,” he said in an interview. “My wife and I, we try to continue (it). It is not just a process that happened and we are done.”
The Diocese of San Diego, which serves 1.3 million Catholics, is set to hold its encuentro Oct. 21. About 250 delegates from participating parishes were expected to attend. The encuentro process in this culturally diverse diocese, where 75 percent of the Catholic population is Hispanic, is offered in both English and Spanish.
Around the country, more than 100 of the nearly 165 participating dioceses are holding their diocesan encuentro between August and December. Parish delegates will attend and afterward present a report to their respective diocesan bishops that will include needs, goals, priorities and recommendations.
In the Archdiocese of Washington, 300 delegates representing 30 parishes gathered to contribute their recommendations, which were presented in a report to Washington Cardinal Donald W. Wuerl Oct. 21 during the archdiocesan encuentro. About 1,000 people were expected to participate.
The delegates identified several priority areas from information gathered from nearly 6,000 people engaged during the process. Those include the accompaniment of families and youth, including single parents, the elderly and those at risk of violence; the need to foster a sense of missionary discipleship, including outreach to non-Spanish-speaking Hispanics; and the call to advocacy and solidarity with immigrants.
“It was pretty evident that folks wanted to be formed in their faith and they wanted to be the ones as missionary disciples, to go out and reach out to these groups.” said Javier Bustamante, chairman of the archdiocesan team for the V Encuentro.
“Our archdiocesan team will be taking a look at these recommendations in the next few months and will continue to come up with strategies, recommendations of best practices, things that we could be doing, both at the archdiocese and the parish level,” he said in an interview.
About 2,000 leaders and delegates from 100 parishes and religious organizations in the Archdiocese of San Antonio were preparing for their encuentro Sept. 30. The encuentro process reaching out to Hispanics and other cultural groups, has been fruitful in many ways, say those involved, including bringing hope and conversion, and helping many return to the church.
In one particularly moving case, it even helped save the life of someone who was considering suicide, according to Lucia Baez Luzondo, director of the Office of the V Encuentro. She also heads the Secretariat for Laity, Marriage, Family Life and Youth at the Archdiocese of San Antonio.
“The spirit and the culture of the encuentro are going to be the backbone of the new pastoral plan of the archdiocese for the next five years. It has been transformational to all of us,” Luzondo said.
In another example of missionary discipleship inspired by the encuentro, a youth group from St. Matthew Catholic Church in San Antonio reached out to a group of young Burmese refugees, who in turn have gotten closer to the parish and its community to the point where about 20 Burmese representatives will take part in the archdiocesan encuentro, Luzondo reported.
Dioceses will share recommendations gathered during their own encuentros with their episcopal regions by next spring and following that will come regional encuentros.
Reports based on recommendations will assist dioceses to better identify strategies, implement recommendations and set priorities in a more inclusive way to continue shaping how Hispanic ministry is done based on Pope Francis’ “Joy of the Gospel,” said Alejandro Aguilera-Titus, national coordinator for the V Encuentro.
He is assistant director of Hispanic affairs in the Secretariat of Cultural Diversity in the Church for the U.S. Conference of Catholic Bishops in Washington.
The V Encuentro is an implementation of that vision of church that is missionary, that is an example and promoter of justice, that reaches out to those who are most in need, that builds community and understanding,” Aguilera-Titus said.
(Editor’s note: see related story on page 1)

Encuentro takes grass-roots approach to improve Hispanic ministry

MADISON — Seminarian César Sánchez Fermín speaks to the presenters during the V Encuentro meeting in Madison. V Encuentro is a four-year process to advance Hispanic ministry in the church in America. See more photos in the Mississippi Catolico this week. (Photo by Elsa Baughman)

By Elsa Baughman
TUPELO/MADISON – The Office of Hispanic Ministry has offered two diocesan Encuentros as part of the national V Encuentro process. The first was Saturday, Oct. 7, at Tupelo St. James Parish. Madison St. Francis of Assisi Parish hosted the second on Saturday, Oct. 21. About 200 people attended each event, many of them youth.
The V Encuentro is a four-year process. It starts at the parish level with teams who receive training to learn how to go into their communities and seek those living in the margins. The point is to find out what issues and concerns people are facing in their specific communities and come up with ways their parishes or dioceses can help address them. The teams then take their results to the diocesan level. The next step is a regional and then national Encuentro. (See page 11 for related story.)
Bishop Joseph Kopacz attended the Encuentro in Madison and concelebrated Mass with four other priests. In his homily, he said that the Catholic Church and the Diocese of Jackson are blessed with the presence of Hispanics in this country. “It is with great joy that I heard today that the Encuentro is in the heart of the mission of our diocese,” he said. “It is very important to inspire the disciples and embrace their diversity. I invite you to live the gospel in your hearts, with your families, in your places of work, in society, always looking for justice, peace, compassion, community and solidarity with our brothers.”
The basic program for the diocesan meetings was the same in both parishes. The first presentation was a short explaination of the Encuentro process, its spirituality and objectives. Participants go through a process of evangelization so they can contribute to the result and seek input from others. The Hispanic Ministry team wanted all Hispanic Catholics to feel welcome and all team members to become authentic missionary disciples.

V Encuentro - Tupelo

Speakers also presented the ties between the Encuentro process and the new diocesan Pastoral Priorities. Bishop Joseph Kopacz presented the Priorities early this year. They include a new vision statement to serve others, inspire disciples and embrace diversity. The three priorities focus on creating, inviting and reconciling communities, facilitating the life-long formation of intentional disciples and proclaiming the gospel. In Tupelo, it was addressed by Father Octavio Escobar and in Madison by Maribel Melo.
The second presentation consisted of a personal testimony of conversion and missionary commitment. In Tupelo, it was presented in the form of an interview by Danna Johnson and Sandra Almanza. In Madison, Gerardo Hernandez, a member of the Cathedral of St. Peter the Apostle, shared how Jesus transformed his life.
Each of the two presentations were followed by small group sessions to discuss the obstacles and needs the parish teams brought to the meeting.
According to the organizers, the most important aspect of this V Encuentro is that Hispanics have been the protagonists in the process – participating actively in the parish groups, visiting the peripheries, sharing their faith and being authentic missionary disciples.

The process invites participants to share their aspirations, dreams and the gifts and talents they can offer in their communities to benefit the kingdom of God.
At the meeting in Madison, needs the groups identified included: youth groups, support and training for families, classes for adults and catechists, childcare, more priests who speak Spanish, and support groups in parishes in times of emergency.
In Tupelo pastoral care of youth, the need to work together with other cultures, the importance of formation classes for all ages were among the concerns.
For Reina Magaña the sessions of the V Encuentro were a process of conversion. “They have given me more confidence to speak in public and to see the reality around me,” she said. “Today I feel more confident about myself.”
Ana Mora de Lange, a member of Madison St. Francis of Assisi Parish, mentioned that her parish is working to embrace diversity with events such as “the Taste of St. Francis” in which families prepare food from their countries of origin. “This makes us feel that in the church we are all one body, no matter where we come from.” She also noted that two years ago the parish began celebrating the feast of the Virgin of Guadalupe and offering a Mexican Advent celebration called las Posadas in December.
Among other successful practices in their parishes attendees mentioned the Christian Family Movement, the prayer group Emmaus, catechism classes, and praise celebrations.
Eva Sanchez, from Jackson St. Therese Parish, shared that she was very happy to be participating in the V Encuentro. “It has helped me to deepen my faith and be a witness of the love of God,” she said.
By the end of the sessions, the groups selected the issues most important to them to send to the next step in the process. Their issues included: youth ministry, evangelization, vocation promotion, creation of inviting and reconciling communities and continuous life-long formation of disciples.
The diocesan Hispanic ministry team will present the results of these sessions first to Bishop Kopacz, then they and a team of local delegates will participate at the regional level in February 2018 and finally in the National Encuentro in September of the same year. Later, a national report will be submitted to the U.S. bishops.
Maria Susana de Mejía, a member of Corinth St. James Parish, participated in the Encuentro in Tupelo. “I liked everything, from the animation by seminarian Cesar Sanchez Fermin, Father Octavio’s presentation, the short dynamic played by the two women in the form of an interview and the sharing in small groups. The Lord amazed me,” she said.
For Mayra Martinez from Tupelo St. James Parish, the Encuentro was an unforgettable experience. “To be able to share with people from other communities, exchange our views and experiences, learn about each one’s needs and seeing how we can work on them was very important,” she said.
Sister Maria Elena Méndez, MGSpS, from the Hispanic Ministry team for the diocese, thanked all those, from the bishop to the pastors to the people in the parishes, for all they have contributed to the process.
“We have a lot of work to do on the basis of these needs and the diocesan priorities,” she said. “The V Encuentro has helped us to see the specific needs of Hispanics in this diocese and ways to integrate solutions in concrete ways through the Pastoral Priorities.”
(Editor’s note: Sister Maria Elena Méndez collaborated with this story. See more photos in this week’s Mississippi Católico.)